Segundo trimestre: Sentimientos en avalancha.
Notas:
Llevo tiempo escribiendo varios adelantos de los siguientes capítulos, este capítulo está más relajado, lo peligroso viene en los próximos xD
*limpiando su nariz por lo que lloró en algunas escenas futuras T-T*
¡Sigan y disfruten su lectura!
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Algunas semanas atrás...
- ... ¿Qué?... – preguntó Senjuro con los ojos bien abiertos.
El mayor de los Rengoku había esperado a que su padre fuera a dar sus clases al dojo para revelar la situación en la que él y sus compañeros se habían enredado.
Las palabras "Tal vez embaracé a una compañera de trabajo" nunca habían sonado tan mal como ahora que estaba frente a su madre e imagen a seguir.
En el momento se sentía intimidado por la expresión neutra de su madre que mostraba una ceja alzada acusadoramente. Se apresuró a explicar todo para que no hubiera dudas o malentendidos.
- ¡No es seguro que sea mío! Pero hay una posibilidad... algo grande.
- ¿Qué tan grande? – preguntó la azabache.
- ...¿Un tercio?...
- ...
- ... ¿Treinta y tres punto tres, tres, tres, tres, por ciento?
- ...
- ¿Ya sabías ese porcentaje? – se sorprendió Senjuro con lo último.
- ¡No es tan difícil! Además, Shinazugawa lo hizo más rápido – confesó.
Ruka se puso de pie de donde había estado sentada para ayudar a su hijo menor con su tarea y Kyojuro aceptó el regaño que le esperaba.
- Bueno, mientras la chica se sienta apoyada por ustedes y tenga en cuenta que debe tener cuidado a partir de ahora, creo que las cosas pueden salir adelante.
Kyojuro se sobaba la mejilla que había sido jalada de forma dolorosa por su madre. Senjuro le tenía lástima porque en toda su vida solo había recibido una de sus legendarias "tiradas de cachete" y no le deseaba a nadie pasar por aquello.
"Espero que a los otros les vaya mucho mejor que a mí." Deseó, sabiendo que llevaría un moretón a clases al día siguiente.
゚・゚❂ Se abre la cuarta Pared・゚❂・゚
Orden de la familia Shinazugawa en este AU
Después de Genya sé el nombre de los demás pero no estoy 100% segura de quien es quien o cuál sigue en la jerarquía. Así que lo manejaré así.
Padre: No se sabe y no tiene mucha importancia en la historia.
Madre: Shizu Shinazugawa.
Sanemi
Genya
Shuya: El que parece una copia más pequeña de Genya.
Hiroshi: El más grande de los chiquillos que no tiene mucho pelo.
Koto: El más pequeño de los chiquillos que no tiene mucho pelo.
Teiko: Primera hermana y la mayor.
Sumi: La ultima en nacer y la consentida.
゚・゚❂ Se cierra la cuarta Pared・゚❂・゚
- ¡Corre Nemi! – gritó la más pequeña.
Sanemi se protegía de los golpes voladores que su siempre amable y tranquila madre le estaba lanzando con la escoba de la casa.
- Nunca había visto a mamá enojada – dijo sorprendido el menor de los hermanos varones.
- Ni yo.
Un buen escobazo en la cabeza y una letanía de regaños le estaba al cayendo al joven de cabello blanco, ahora arrinconado en una esquina de la sala, quien evidentemente no respondía ante los ataques de su señora madre.
- Bueno... - comentó Genya con una gota de sudor en su sien – es la señorita Tomioka de la que estamos hablando...
- ¡¿Y ni siquiera saben quién embarazó a Yuu?! ¡Un embarazo no es poca cosa, Sanemi! ¡Necesita sentirse apoyada y segura hasta que nazca el pequeño ángel!
- ¡Ya lo sabemos, mamá! ¡Baja esa mugrienta escoba y déjame terminar de explicarte!
Shizu accedió y la familia completa se reunió para enterarse de aquel chisme que había puesto como coca cola agitada a la pequeña mujer.
- Mientras Giyuu esté bien, ¡Ahora hay que comenzar los preparativos!
- Oi, ¿De qué hablas? Todavía no sabemos si me escogerá a mí o si soy el padre.
- Eso no importa querido – vocalizó Shizu alegremente – Giyuu tiene una familia aquí con nosotros ya sea que las cosas sigan su curso o encuentre en ti al marido perfecto.
Se volteó a verlo con diamantina en sus ojos, casi visible de la emoción.
- ¡Tengo todavía cajas llenas de preciosa ropa de bebé de todos ustedes! ¡Le vendrá de maravilla!
- Oh no, aquí viene de nuevo – murmuró Shuya con una sonrisa cansada.
- Se está poniendo en modo mamá obsesiva con vestir a sus hijos adorable – agregó Teiko con una risilla.
- Querrás decir abuela – dijo Hiroshi.
- Nemi, ¿Giyuu y tú tendrán muchos hijitos y serán una gran familia como nosotros? – preguntó inocentemente Sumi.
Voltearon a ver a su hermano mayor y cuando vieron la sonrisa determinada y sonrojo en su rostro supieron su respuesta.
- Pelearé porque así sea.
La gente de las calles se apartaba rápidamente para no ser atropellados por el joven de cabello exótico que corría perseguido por los mil demonios manifestados en el cuerpo del único pariente cercano que le quedaba con vida.
- ¡Viejo, espera! ¡No sé si lo hice yo!
El hombre no creía en la vejez o al menos su forma de realizar parkour decía eso. Sabito corría mientras escuchaba a Urokodaki regañándolo sin que le faltara el aliento.
- Conozco a Giyuu Tomioka, Sabito. La única manera de que ella hubiera aceptado algo así era si tú se lo pedías.
- ¿Y por qué yo, eh? ¡Pudieron haber sido Sanemi o Kyojuro! ¡Ella era la más sobria!
La respuesta tuvo que esperar cuando una banca se atravesó en el camino y uno después del otro tuvieron que esquivarla de un brinco.
- Porque tú le has gustado desde que se conocieron.
El profesor se detuvo bruscamente y su mente se lanzó al espacio procesando lo que Urokodaki había dicho.
"Que ella... ¿Qué?"
Muy tarde se acordó que lo venían persiguiendo y agitó las manos pidiendo misericordia antes de que su abuelo lo tacleara y le diera un puñetazo en el abdomen.
- Al menos ustedes tres son responsables y no la dejarán sola – suspiró el hombre ya en su casa.
- ¿Realmente me creerías capaz de dejar a Yuu sola con una bendición?
El joven estaba atado y tirado en medio de la sala mientras el anciano estaba tranquilamente sentado, contando las dos horas del castigo.
- Tú y ella son mejores amigos desde siempre, pero ambos se dejan llevar por sus impulsos. ¿Debo recordarte todas esas discusiones en las que terminaban no hablándose entre ustedes por un día?
- De acuerdo, admito que Giyuu y yo chocamos a veces. Pero siempre arreglamos las cosas como personas civilizadas.
- Ten en cuenta que ahora sus hormonas y estados de ánimo van a cambiar mucho. No deberías acostumbrarte a que siempre piense más frío que tú.
- Lo tomaré en cuenta, pero este castigo me lo hacías cuando iba en preparatoria, ¡Ya desátame!
- Los hombres que actúan como niños imprudentes deben ser castigados igual.
- ¡Oh vamos!
De regreso en el presente
Murata corría a su siguiente clase, se había perdido y después de toparse con Rengoku él le había indicado por donde debía ir. Hablaron unos minutos y el profesor de historia le palmeó la espalda con ánimo para que no llegara tarde. Parecía que nunca habían tenido ese momento intimidante en dónde le encargó advertirle a Sabito.
"Además no es mal sujeto, es.... ¿Cómo lo dijo la señorita Kanroji? Se deja llevar por sus rivales. Kanroji me comentó que él nunca ha estado en una relación con alguien y eso también explicaría el arranque de celos de aquella vez." Pensó el nuevo maestro con una sonrisa.
Honestamente si estuviera en su situación no sabría que hacer o incluso se habría dado por vencido. Los rivales a los que su nuevo compañero se enfrentaba eran mucho más experimentados y visto desde ahí podía ser muy intimidante, no solo eso, tenía que trabajar duro pues los otros dos tenían años conociendo a Tomioka y entre ellos, por lo que había escuchado, eran impulsivos.
"Fue muy amable de su parte invitarme junto a Kanroji a comer acabando la escuela, debe sentirse abrumado por todo en lo que debe estar al pendiente."
En medio de sus pensamientos se cruzó con el profesor de matemáticas quien iba sorprendentemente feliz a clases para variar.
Shinazugawa se sentía alegre y tenía muy buenas razones para ello. Tomioka había aceptado su propuesta de acompañarla a su ultrasonido y se sentía emocionado porque vería a su un tercio de posibilidad-hijo en la pantalla. En el receso irían con Shinobu para que les dijera la información del hospital donde trabajaban sus padres.
La azabache entró a la sala de maestros en busca del rubio, quería invitarlo para que pudiera ver al pequeño y pasar tiempo con ellos pero al verlo pensativo, con unas cuantas ojeras y una enorme pila de papeles al lado, desechó la idea que tenía.
- ¿Kyo?
- ¡Ah! Hola Tomioka, no te vi llegar.
- Me di cuenta.
- Discúlpame, tengo mucho trabajo y hay algunos detalles que me tienen pensando.
- Está bien.
- ¿Cómo te sientes? ¿Qué nos cuenta el travieso? ¿Te está dando problemas?
Se enterneció cuando Rengoku puso con algo de duda sus manos en su vientre apenas visible y sonrió al recorrer la superficie.
- Si he tenido cambios de humor creo que no han sido muy fuertes, aunque lo que me va a matar va a ser mis horarios de sueño.
- ¿Por qué?
- Por las noches tengo miedo de girarme y acostarme sobre el bebé.
El maestro se llevó una mano a la barbilla, reflexionando sobre el problema y volteó a verla con entusiasmo en cuanto se le ocurrió una solución.
- ¡No tienes que preocuparte de eso! ¡Yo me encargaré!
- No es necesario, de verdad.
- ¡Tonterías! Si la hermosa madre está cansada, el pequeño lo notará – terminó Rengoku tomándola de la mano y dándole un apretón cariñoso.
- En ese caso lo dejo en tus manos.
Se quedaron callados y Tomioka mordió su labio inferior con una duda que tenía desde que se hizo la prueba de embarazo.
- Kyojuro...
- ¿Mhh?
- ¿Qué harás... si el bebé no es tuyo?
La pregunta lo tomó por sorpresa y lo pensó cuidadosamente antes de mostrar una sonrisa cálida que la tranquilizó.
- Tomando en cuenta que somos un directo copia y pega en mi familia no habrá falla en saber si es o no es mío. Si aceptas el amor que siento por ti no importara que no tenga vínculo con mis genes, ¡Lo amaré como sea! – pidió permiso con la mirada para tomar sus manos – Y si no es el caso, ¡Seré su tío y lo amaré de igual manera por ser tu hijo!
La maestra reprimió una risa por imaginarse toda clase de situaciones en las que Rengoku y el futuro niño podrían meterse si es que fuera el amigo cercano de la familia.
Serían un desastre de energía inagotable.
Tomioka tenía que irse a la enfermería, se despidió de ella y justo cuando desapareció de su vista recordó que parecía por comunicarle algo.
"Demonios, debí preguntarle qué es lo que quería decirme." Pensó con un bostezo el rubio.
Vaya que había dejado trabajo en la semana, todavía le quedaban tres salones completos de calificar y eran alrededor de dos enormes pilas de hojas.
"Bueno, ¡Vamos a hacerlo!" Se dijo a sí mismo, dándose fuerza para continuar con un gran sorbo a su café, ya frío para ese momento.
La profesora caminaba a la enfermería pero el ver de reojo a Sabito acercándose a la entrada con expresión de buscapleitos, la hizo esperar un poco para ver lo que sucedía.
- Sanemi.
- Sabito.
Hubo un silencio en el cual se habría podido cortar el aire y la voz del mejor amigo de la azabache retomó la palabra.
- Entonces... ¿Cómo va tu progreso con tu ex?
- Al menos fuimos algo, ¿Algún progreso con tu mejor amiga?
- Mucho, más que tú me atrevería a decir.
- Tsk, ya lo veremos... te estás confiando.
- Mhh... la última vez que revisé el escenario Rengoku nos llevaba la ventaja, ¡Pero como cambia la vida! – se escuchó una palmada en el hombro - Te veré desde la meta, Nemi.
- Espero que te guste la vista de mi trasero por delante, bastardo.
- Y yo que te acostumbres a decir mi apellido con el nombre de Giyuu.
La azabache suspiró con fastidio y se tranquilizó para no revelar que había estado escuchando la discusión entre esos dos, con ese pequeño evento había tomado una decisión.
Shinazugawa sospechó que algo había escuchado cuando entraron juntos a ver a Shinobu pues sentía un aura tranquila pero pesada desde su compañera de gimnasia, tocar el tema de porque parecía estar molesta o que tanto había escuchado no era de su agrado y sería sabio no provocarla ahora que un cambio de humor podía salir en cualquier momento. Estaban ahí, esperando a encontrar una víctima y Sanemi lo sabía.
- Muy bien Tomioka, tu cita será en el hospital de mi familia y lo he arreglado para que sea a eso de las cinco de la tarde, ¿Va bien por ti? – anunció Shinobu mientras terminaba de revisar las nuevas dudas que le habían surgido a Tomioka.
- Si, Kochou.
- ¡Magnífico! Supongo que los otros dos tendrán que ser avisados para que los acompañen.
El profesor resopló irritado, pero de inmediato él y la enfermera se quedaron con los ojos como platos con lo que Giyuu respondió.
- No es necesario, sólo Sanemi vendrá conmigo.
No hace falta decir que por dentro ambos estaban lanzando bombas de triunfo y de no ser porque todavía faltaba mucho tiempo, hubieran brindado mentalmente por la ocasión.
- Discúlpame Tomioka, debo haber oído mal. ¿Quieres que sólo Sanemi te acompañe al ultrasonido?
- Así es.
A duras penas el joven evitó poner una expresión triunfal en su cara con Shinobu queriendo asegurarse de qué estaba pasando ahí.
- ¿Y a qué se debe esta sorpresiva decisión? Debo recordarte que los tres tienen el mismo derecho de ver al bebé tomando en cuenta que no se sabe quién dio la mitad de los esfuerzos para su creación.
- Nunca dije que no lo verán. – Al ver las caras confundidas decidió explicarse – Iba a decirles que si querían venir con nosotros pero Rengoku parece estar preocupado y con mucho trabajo, sigue siendo dulce y amable pero creo que hay algo que le molesta.
- ¿Puedes saberlo con esa sonrisa que siempre pone? – preguntó el profesor sorprendido.
- Si...No... bueno no lo sé... algo me dice que no es solo el trabajo pero no estoy segura.
- Tal vez sea el instinto maternal – se unió Shinobu a la conversación mientras anotaba algunas recomendaciones para la azabache.
- ¿Y qué hay del otro?
- Tú y él se la pasarían peleando y no quiero eso – acusó Giyuu con expresión de fastidio - Él entenderá, además pediré un ultrasonido para cada uno y podrán ver al bebé.
- Ecografía – corrigió Shinobu.
- Moriremos por no saber distinguirlos – se burló Sanemi.
Ya que todo fue decidido, ambos salieron de la enfermería y fueron a la sala de maestros dónde fueron acometidos por unas emocionadas Kanae Kochou y Kanroji Mitsuri.
- ¿Ya decidiste si lo harás? – chilló la pelirosa.
- Yo podría organizarlo todo, una palabra y todo se realizará – agregó la mujer de ojos lilas.
Shinazugawa no entendía nada pero Tomioka lo pensó un minuto y asintió con la cabeza. Las maestras de danza y biología se tomaron de las manos con la mayor de las emociones en sus caras y le dijeron entre risas que esperarían el sobre con la respuesta.
- ¿Qué mierda fue eso?
- Quieren hacer la revelación del sexo del bebé.
- No pensé que te animarías a hacerlo.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí – respondió retadoramente Giyuu mientras se alejaba con unos papeles en sus brazos y con una pequeña sonrisa.
Shinazugawa se quedó con la boca bien abierta y un fuerte calor en su cara.
"Maldita sea Giyuu, no me esperaba esa respuesta. No sé qué demonios te picó pero me gustó."
Usualmente no veía esa actitud en Tomioka a menos que estuviera compitiendo o molesta por algo. Mientras el maestro de matemáticas se concentraba para no pensar hasta donde podría llegar su atrevimiento, un chico corría de regreso a la sala de arte aprovechando los últimos minutos del receso.
- ¿Vienes a dar tu reporte?
Zenitsu le sacó la lengua a Uzui aprovechando que estaba ocupado pintando y era casi seguro que no lo vería.
- ¡Blagh! – el maestro le acababa de pintar la lengua con una pincelada de pintura azul.
- No te quieras pasar de listo conmigo Agatsuma – se burló Tengen antes de ver con sospecha el pincel y lanzarlo por ahí como si estuviera contaminado.
- ¡Todavía que me la paso siguiendo al profesor Shinazugawa y Urokodaki! ¡El profesor Sabito estuvo a punto de descubrirme! – se quejó Zenitsu mientras se limpiaba la lengua que no dejaba de verse azul.
Uzui se quería burlar por eso pero tenía más interés en saber qué había en la sección de noticias para aprovechar al máximo.
- Esto es perfecto – susurró con una sonrisa malévola al escuchar las noticias – alguien estaría muy feliz si nos vengamos de Kanae.
- ¿Vengarnos?
- Sí, y la revelación de si es mocosino o mocosina será el momento perfecto – dijo el maestro alegremente mientras cambiaba los colores de las pinturas del cuadro – Ve por la maestra Kanroji, necesito que me ayude a planear esto.
- Está bien... Si me va a subir la calificación del último trabajo ¿Verdad? ¡Tengo un trabajo de alto riesgo!
- Si, si, si, ahora ve.
La tarde era perfecta para salir de paseo. Murata vio a Mitsuri hablando con Kyojuro en una mesa pegada al vidrio de la cafetería a la que iban a tener su reunión. Se acercó al cristal y le dio unos golpes pequeños para llamar su atención, ambos voltearon y sus enormes sonrisas le recordaron porque se sentía tan cómodo entre ellos.
- Buenas tardes – saludó.
- ¡Murata! Siéntate con nosotros para que podamos pedir algo – exclamó la mujer de cabello rosa.
- Sabemos que te gusta el pastel de moka*, por eso escogimos este lugar – comentó Rengoku.
- Tiene uno de los mejores pasteles que he probado – chilló la maestra de danza con sus manos en la cara.
El nuevo maestro se sentó y hablaron de cosas normales hasta que les llegaron sus órdenes junto con sus postres.
- ¡Wow, tienen razón, el mejor pastel que he probado! – dijo el joven después de terminar su comida.
- ¡Mhh! Te lo dije – respondió Mitsuri con su boca llena de mochi de diferentes sabores.
- ¡Sabroso!
Murata había visto que el rubio estaba distraído últimamente y sin pena se atrevió a preguntar sus sospechas.
- Entonces, Rengoku. ¿Cómo van las cosas con Giyuu?
El mencionado se atragantó y tosió varias veces lo que le dio un aspecto todavía más nervioso.
- ¿D-disculpa?
- Te he visto distraído últimamente, me preguntaba cómo iban las cosas en la "competencia" que tienes con Sabito y el profesor Shinazugawa.
Mitsuri entrecerró sus párpados y lo vio con cariño para novatos, Kyojuro suspiró y sonrió ligeramente cansado.
- Tuve mucho trabajo y perdí mucha ventaja contra los dos ¡Pero no me puedo rendir todavía, realmente la amo y daré mi mayor esfuerzo!
Los otros dos se animaron junto con Kyojuro y el profesor de cabello negro brillante sonrió al tiempo que revolvía su café.
- Me impresiona tu determinación cuando es evidente que eres nuevo en todo esto.
La pelirosa soltó aire aguantando una risilla y Kyojuro se rascó la nuca avergonzado.
- ¿Es tan obvio?
- Me di cuenta por la vez en que nos conocimos y por algunos gestos cuando ves a Sabito o Shinazugawa con Giyuu.
El rostro siempre feliz del maestro palideció un poco y se apresuró a pedir perdón por el arranque de celos que tuvo esa vez.
- Espero que Tomioka no se haya dado cuenta – comentó agotado pidiendo lo imposible.
- Si fue Rengoku no creo que se lo haya tomado mal – lo tranquilizó Mitsuri metiéndole un mochi a la boca.
El rubio abrió la boca aunque seguía con sus ojos cerrados y barbilla sobre la mesa y comenzó a mascar el dulce. Era algo realmente infantil y tierno al mismo tiempo, Murata se divertía tanto con esos dos.
- Alguna otra mujer te hubiera dicho algo pero si me lo preguntas creo que a Giyuu le gustó viniendo de ti.
Las miradas eran sorprendidas y Murata les explicó las cosas.
- Giyuu no está acostumbrada a ver lo hermosa que es y nunca se imaginaría en una situación así por más que lo intente. Sé que te pusiste celoso y actuaste por instinto pero su cara cambió y bajó sus ojos a la mano que tenías en su cintura... creo que jamás la había visto tan sonrojada hasta ahora.
Los tres tomaron un sorbo de sus bebidas para procesar las cosas y la risa de Murata rompió el pequeño silencio.
- La he visto mandar volando de un golpe a idiotas que han intentado propasarse con ella, lo bueno es que no han sido muchos, pero si no le hubiera gustado no le hubiera importado que fueras tú, de un golpe te mandaba a conocer a tu creador.
Rieron un poco y voltearon a ver al rubio cuando volvió a suspirar.
- Honestamente me preocupa no ser rival para Sabito y Sanemi, no voy a rendirme pronto pero ellos tienen lo que a mí me falta.
Murata apoyaba de corazón a Sabito pero le dio varias palmadas en la espalda para motivarlo.
- Soy del equipo contrario y te animará saber que Kanae te considera una amenaza grande para sus planes.
Rengoku alzó una ceja divertido preguntándose si ser el enemigo de alguien podía poner a alguien contento. Porque a él sí que le dio gracia en ese momento.
- Se supone que Giyuu tenía hoy su cita, ¿no?
El cambio de tema por la impaciencia de Mitsuri trajo a la conversación ideas para una revelación de sexo, fails que habían visto en el internet, nombres para bebes y varios chillidos tiernos por parte de la maestra de cabello rosa.
Tsutako estaba preparando la comida en su casa, su hijo y esposo la veían con preocupación, nunca dejaba de ser amable pero el ceño fruncido de su frente les decía que estaba preocupada por algo, y su esposo podía ponerle nombre y apellido.
Ash tosió para llamar la atención de su padre y señaló con la cabeza a su mamá. El esposo se puso de pie y se acercó para ver lo que estaba preparando su mujer.
- Esto se ve muy bien Tsutako, ¿Arroz blanco, crema de verduras y que es eso de ahí?
- Filete de salmón – comentó con más marcas de preocupación.
"Ya no hay duda, es por Giyuu." Pensó Tadano, desvió su cara con cuidado para que lo volteara a ver y le dio un beso para calmar sus nervios.
- No te preocupes por tu hermana, te dijo que si algo sucedía con ella te diría.
- Lo sé pero soy su hermana mayor y sé que algo no va bien.
- Debes confiar en Giyuu.
- Lo sé... pero...
- Confianza.
- ... – soltó un suspiro y sonrió – Tienes razón, confió en ella.
Su hijo los veía y lo que dijo hizo que sus padres casi se fueran para atrás.
- Ahora que todo está bien, ¿Ya me van a dar un hermanito?
- No es el momento, Ash – comentó su papá nervioso.
- Tal vez en tu cumpleaños – dijo Tsutako.
- ¡Pero acaba de pasar!
"¡Exacto!" Pensaron ambos adultos.
No estaban listos para otro bebé por el momento, en unos años podría haber una nueva carita en la familia de los Tomioka pero no pronto.
- ¿Es muy pronto todavía para ver su cara?
- Giyuu, apenas es un bichito humano que acaba de pasar de verse como camarón hinchado a una persona.
Sanemi quería reír de las preguntas que estaba haciendo su compañera pero tenía una imagen que prefería mantener, así que estaba serio y hasta parecía fastidiado pero cualquiera que lo conociera sabía que estaba impaciente por el mover de su pierna en el asiento.
Esperaban que los llamaran para su cita con la doctora que realizaría el ultrasonido. A la maestra de deportes no le gustaban los hospitales, le recordaban el hiriente dolor de la pérdida, y era extraño, justo ahora veía todo con diferentes sentimientos dentro. Emoción, esperanza, un momento que terminaría de transformar su vida.
- ¿Señorita Tomioka Giyuu?
- Soy yo.
- Es ella.
La doctora los invitó a pasar a la sala donde tenían todo listo para el momento donde la azabache conocería al pequeño y adorable parásito que amaría siempre y llevaría dentro hasta completar los nueve meses.
Era un cubículo iluminado por una ventana que daba al exterior, un sillón para dos personas estaba en la parte final de la mesa de exploración y al lado una máquina que al menos Sanemi conocía bien por ser el primero de siete hermanos, con un monitor bastante elevado y un carrito móvil con muchas cosas médicas.
Tomioka tragó nerviosa por lo que estaba por suceder, tenía mucho miedo y moría de emoción ¿Eso era normal o posible? Bueno, evidentemente era posible porque lo estaba sintiendo pero se sentía horrible en su estómago.
- No te preocupes – Sanemi tomó su mano y le dio un apretón suave – estoy aquí.
- Recuéstese por favor.
La azabache se acercó a la especie de cama médica y respondió todo lo que le preguntaban mientras preparaban todo.
- ¿Consumió líquidos antes de venir?
- Sí.
- Muy bien, ¿Vino por una ecografía de embarazo?
- Sí.
- ¿Cuántos meses?
- Ahm, cuatro.
- Muy bien – la doctora se acercó con un tubo de gel y se lo enseñó a Giyuu – Le aplicaré este gel para poder realizar la ecografía de su bebé, está frío por lo que tal vez quiera prepararse para la sensación.
Asintió con un poco de nerviosismo y se apenó cuando se olvidó y la mujer tuvo que levantarle la playera gris que se había puesto, si no, no habría modo de esparcir el gel.
Shinazugawa sintió una enorme calidez y ternura cuando la piel de Tomioka se mostró y pudo ver el medio círculo que se estaba formando claramente en el vientre. La maestra sintió un escalofrío con el viscoso gel y algunas puntas de su rebelde cabello se erizaron con ella, la doctora soltó un jadeo divertido y siguió con las preguntas.
- ¿Es su primer embarazo?
- Sí.
- ¿Usted es el padre?
Ambos se sonrojaron, una de la vergüenza de la verdad y el otro por lo incómodo de la situación al no poder decir que sí.
- Es complicado, ¿Para qué quiere saber eso?
- Usualmente el padre está pegado a la pantalla y me pareció extraño que haya escogido quedarse en el sillón - señaló la doctora en lo que tomaba el instrumento para poder ver el interior del cuerpo de la profesora de deportes.
- Veo jodidamente bien desde aquí, gracias.
- De acuerdo – respondió divertida la señora.
Cerraron las cortinas para que la pantalla se viera con claridad y en el instante que Giyuu enfocó lo que sucedía se quedó con ojos muy abiertos, algo inusual para ella.
- Todo parece estar en orden, se está desarrollando a buen ritmo, sus movimientos son perfectos y se ve muy cómodo en el líquido amniótico.
El labio de la azabache tembló ligeramente y muchas lágrimas se empezaron a acumular en esos lindos y sorprendidos ojos azules.
Lo veía, era increíble, complicado de distinguir pero ¡Lo veía!
Las pequeñas pulsaciones de su corazón no solo eran gráficos que subían y bajaban por la intensidad en formas puntiagudas, veía el pechito moverse y marcar un ritmo de vida, su cabeza era lo que más claro se veía y cuando se movió un poco le maravilló ver que podía distinguir el perfil de su pequeña cara en la trama del monitor.
Una adorable naricita apenas visible entre el gris de la pantalla, el pequeño borde de su boca que de no estar tan concentrada en la imagen se hubiera perdido fácilmente y unos bracitos y piernas tan pequeños que era enternecedor verlos moverse de vez en cuando para acomodarse.
El joven no pudo resistir y se acercó para ver mejor. Había visto en varias ocasiones a sus hermanos en la misma pantalla porque siempre acompañaba a su madre a sus ultrasonidos pero esto era diferente, fuera o no su hijo, lo protegería siempre, ¡Maldición, lo protegería con su vida incluso!
- ¿Realmente tiene cuatro meses? – preguntó Tomioka con asías de acariciar su vientre.
- Sí, y está completamente sano. Ha hecho un buen trabajo con lo que respecta a la alimentación y cuidados, cuando terminemos le daré más información al respecto y recomendaciones para que pueda llevar su embarazo de la mejor manera posible.
- ¿Puede ver si tiene un color extraño de cabello o cejas raras? – bromeó el peliblanco haciendo referencia a los otros dos.
- Sanemi – advirtió con un pequeño gruñido la azabache.
"Mierda, sus cambios de humor ya quieren salir." Se dijo a sí mismo el profesor de matemáticas.
- Lamentablemente es demasiado pequeño para poder definir los rasgos físicos que posee, sin embargo el sexo ya es seguro de decir, ¿Quiere saberlo o planea hacer algo especial?
- No sé cómo funciona pero me gustaría hacer algo especial – contestó Giyuu.
- Entiendo, le escribiré el sexo en un papel y se lo entregaré en un sobre sellado. Asegúrese de entregarlo a la persona que organizará su evento.
- Gracias, un momento, ¿Segura que solo es uno?
- ¿Eh, sí? ¿Su familia es propensa a tener embarazos múltiples?
Shinazugawa se le quedó viendo a Tomioka con una sonrisa burlona mientras ella se avergonzaba por tener que contestar esa pregunta.
- No, lo digo por... circunstancias.
La doctora se quedó pasmada un momento pero para tranquilizar la curiosa situación de aquella madre, revisó por segunda vez el interior de su vientre.
- Sí, solo es un bebé ahí dentro.
Un suspiro aliviado de la boca de la azabache y risas contenidas del hombre de cabello albino le dijeron a la doctora que era mejor si no preguntaba por detalles.
- Con el tiempo sentirá en ocasiones que el aire le falta, eso es normal pues el bebé al crecer empujará el diafragma y los pulmones en consecuencia. – la doctora anotaba todo para que su paciente embarazada no se le olvidara ningún detalle importante – Le recuerdo que debe consumir alimentos ricos en hierro, más adelante le daré un multivitamínico con ácido fólico para el embarazo, preferentemente cuando esté en el tercer trimestre. De cualquier manera el ácido fólico debe consumirlo desde ahora, por lo demás siga llevando la dieta que ha mantenido hasta ahora.
- ¿En qué alimentos debería enfocarse más? – preguntó Sanemi.
- Lo recomendable suelen ser el brócoli, la espinaca, incluso hay cereales fortificados que ayudan mucho con las cantidades necesarias para el desarrollo. Si tiene alguna duda no dude en consultar con un médico, por ahora todo lo que necesita saber está en este papel que le daré. ¿Cuál es su profesión?
- Soy maestra de gimnasia en una academia.
- ¿Realiza deporte diariamente o más de lo necesario?
- No desde hace unos meses.
- ¿Puede describir su entrenamiento?
- Salgo a caminar por las tardes, realizo estiramientos y ejercicios de fuerza leves.
- Procure reducir cualquier tipo de actividad que pueda convertirse en un riesgo y si nota cualquier tipo de dolor o molestia suspenda de inmediato la actividad física y realice un chequeo del bebé. Si todo es normal podrá continuar normalmente, de cualquier modo le recomiendo buscar actividades físicas para embarazadas sobretodo mientras más se acerque el tercer trimestre.
- De acuerdo.
- ¿Tiene alguna duda?
Tomioka volteó a ver a Shinazugawa, esperando cualquier clase de ayuda pero solo le devolvió la mirada como dicendo "Yo no soy el embarazado". Recordó su conversación con Rengoku y decidió hacer algo por las ojeras que sentía que saldrían pronto.
- ¿Cómo puedo evitar recargarme sobre mi panza cuando duermo?
- Es una pregunta que muchas mamás primerizas tienen, si consigue dormir sobre el costado y con sus piernas flexionadas se sentirá cómoda, especialmente le recomiendo acostumbrarse a dormir del lado izquierdo para no presionar otros órganos y la vena principal. Esto facilitará el trabajo de su corazón y riñones, además la irrigación de la sangre hacia la placenta será mejor y aportará mucho más oxígeno y nutrientes para el bebé.
¿Dormir de lado? ¿Esa era la respuesta? Vaya, nunca lo hubiera imaginado.
- Ya veo. Gracias.
La consulta terminó y antes de que el profesor de matemáticas saliera de la sala, la doctora le hizo una señal. Sanemi le dijo a Giyuu que lo esperara en la entrada y se acercó a la mujer.
- ¿La señorita Tomioka vive sola?
- ¿Eso que le importa? – dijo cortante.
- El riesgo de que pierda al bebé es mínimo, pero en caso de que llegara a tener un accidente en su casa cada minuto es valioso para salvar ambas vidas.
Eso era algo que Sanemi no había pensado. El joven tragó pesado y volteó a ver a la azabache en la entrada del hospital que veía con cuidado y cariño las fotografías del ultrasonido que había pedido.
- No se preocupe, esas desgracias son poco frecuentes. Mientras ella se cuide y tenga cuidado no tendría por qué suceder nada malo, pero si un amigo de confianza, pareja o familiar pudiera estar al pendiente suyo sería mejor para todos.
Shinazugawa le agradeció por atenderlos y fue al lado de su compañera que lo esperaba. Habían llegado al hospital caminando, ya era tarde y Tomioka ya tenía mucha hambre, se detuvieron en una tienda y compraron algunas cosas para resistir el camino hasta el apartamento de la azabache.
- Tomioka, creo que ya tenemos demasiadas cosas para cenar.
- ¿En serio?
Varios envases de comida instantánea, dos ensaladas, tres paquetes con pan dulce y un bote de helado eran balanceados por Shinazugawa.
- Más que suficiente, estás embarazada pero ni tú puedes comer tanto.
Giyuu volteó a ver su panza para luego verlo con su expresión de póker que entendía como un "Ponme a prueba". Esa mujer era competitiva y si no podía hacer las cosas no las aseguraba.
"Comienzo a pensar que tal vez sí es hijo de Rengoku" Reflexionó el peliblanco al ver sorprendido que la mujer de cabello negro a su lado ya iba por el segundo bollo dulce mientras el apenas comió la mitad.
Eso no importaba en lo más mínimo, él quería estar con ella sin importar los detalles, pero si Giyuu lo elegía y resultaba ser de su compañero de historia tendría que criar a un rubio lleno de energía las veinticuatro horas del día y más de uno se daría cuenta que no tenían ningún tipo de genes entre ellos.
"Si tengo suerte tendría el temperamento de Yuu y no el de Rengoku, mierda nunca pensé que diría esto pero casi deseo que si no es mío sea de la otra sabandija."
No era una mala esperanza, a menos que el futuro le jodiera y tuviera el mismo cabello frutal de su rival, ambos tenían características menos extrañas que las de Rengoku. Los ojos lilas de Sabito no se verían tan raros con los suyos más oscuros y los azules de Giyuu, las cejas serían normales y sus caras no eran tan diferentes.
Si no era de él, ojala fuera de la mandarina. Pero sería un sueño si fuera suyo.
"¿Cómo se verían nuestros niños?" Se preguntó Sanemi dando las últimas dos mordidas a su pan.
Dos tiernos rostros aparecieron en su mente, una hermosa niña de cabello blanco y desordenado con preciosos ojos azules y la sonrisa amable de su abuela, y un niño con la sonrisa discreta de su madre de cabello negro algo puntiagudo con ojos un poco rasgados y color morado grisáceo.
La imagen mental lo llenó de alegría. Tomioka lo volteó a ver y sabía que estaba pensando en el bebé por la forma en que los ojos del peliblanco brillaron, conocía bien esos gestos y le encantaban. Poco a poco sentía como las experiencias del pasado regresaban a su cabeza y una sonrisa pequeña apareció en su rostro.
El profesor volteó a ver la laminilla que la azabache le estaba ofreciendo y se conmovió por el gesto.
- Creí que sólo te habían dado tres fotografías.
- Así fue.
- Se supone que dos son para Rengoku y Sabito. ¿Por qué me estás dando la tuya?
Tomioka hizo un sonido como si lo estuviera pensando antes de desviar la mirada a la calle.
- Yo estaré con mi hijo toda la vida... no he decidido nada y... bueno... sería cruel si solo tuvieras el recuerdo de cómo se veía quien nos metió en este lío.
La maestra de deportes no era buena decidiendo que decir en momentos importantes pero aunque sonara un poco duro, Sanemi amó ese detalle que tuvo con él.
"Maldita sea ¿Cómo chingados no me crees que te amo cuando eres así?" Pensó con un sentimiento cálido en el estómago.
No se preocupe, esas desgracias son poco frecuentes. Mientras ella se cuide y tenga cuidado no tendría por qué suceder nada malo
Yo estaré con mi hijo toda la vida
Oh... Mierda... se le había olvidado ese jodido problema que borró de inmediato su sonrisa.
"Sé que no me incumbe, pero debe decirle a su hermana que está embarazada ¿Y si pasa un accidente? De aquí a lo que alguien llega a ayudarla puede ser demasiado tarde. No importa si esa mujer nos parte la madre a los tres. Si Yuu pierde al bebé se le rompería el corazón aún más que a nosotros."
- Es aquí.
Shinazugawa vio el edificio de apartamentos y sintió ansiedad de ver que vivía en uno de los departamentos de la parte alta-media.
Tomioka ya iba por la entrada del edificio cuando escuchó como corrían detrás de ella.
- ¡Oye, espera un minuto!
El joven profesor alcanzó a tomarla por la muñeca pero lo delgada que estaba esta lo distrajo de lo que planeaba decirle.
"¿Qué? ¿Se supone que este es el brazo de una mujer que está embarazada?"
Eso no podía quedarse así, el profesor de matemáticas lo encontraba inquietante. No estaba desnutrida para empezar y la doctora había dicho que el bebé estaba saludable pero no podía irse con la consciencia tranquila si no la alimentaba adecuadamente esa noche.
- Andando, te haré algo para ti y el mocoso. Un palo tiene más carne, Giyuu.
- Oye ¿Qué demonios estás diciendo?
Shinazugawa sintió la gota gorda de sudor en su frente cuando se dio cuenta que un cambio de humor estaba desatándose casi por completo.
Su experiencia como muchas veces hermano mayor le dejó una valiosa enseñanza: Una mujer embarazada es uno de los mayores peligros que pueden existir. Las hormonas convirtieron a su madre en más de una ocasión en un demonio devora hombres como los de los cuentos del antiguo Japón que Rengoku les había contado en una ocasión.
No quería ni pensar en la bestia que Tomioka Giyuu se transformaría si la hacían enojar en su estado. Su enojo ya era especial para agregarle más adrenalina.
- Preparare algo con chile y no le diré a Kanroji del helado ¿Vienes o qué?
Las cejas molestas de la azabache desaparecieron mágicamente y con expresión tranquila comenzó a subir las escaleras.
Había escapado de la bestia pero la pesadilla hormonal apenas comenzaba.
La música era muy fuerte y Shinobu se preguntó que traería el maestro de arte entre sus manos para citarla fuera del horario escolar en un antro dónde cualquier persona soltera veía si estaba disponible.
Después de negarle un baile y bebida a más de un hombre y mujer, la enfermera escolar alcanzó a ver a Makio llamándola y echando de una patada a quien tenía la determinación de acercarse a ella.
- Buenas noches, Makio.
- Bienvenida Shinobu.
Ambas se abrazaron y platicaron un poco.
- ¿Dónde está tu hombre atontado por thinner?
- Te está esperando en una de las cabinas privadas.
- Ara, las sorpresas nunca acaban.
- Quien sabe, pronto podrías ser nuestra cuarta compañera – bromeó la chica con malicia.
- No te ilusiones, Makio querida – respondió la pequeña mujer con una sonrisa mientras entraba a la puerta detrás de su compañera.
Uzui bebía un vaso de lo mejor que tenía el bar del antro, había un segundo piso y en una ventana de doble vista se podía ver todo el lugar. Ya había visto a Kochou y la esperaba con uno de sus mejores trajes y claro que no podía faltar su banda con piedras brillantes ladeada en su frente.
- Pero mírate nada más, creía que tendría que verte debajo de un puente abandonado – bromeó la joven de puntas moradas al ver lo guapo y presentable que se veía su compañero de trabajo.
- Esta era la oportunidad de cada mil para hace algo como esto.
- ¿Tan importante soy? Vaya Tengen me sonrojas, si me sigues halagando podría considerar volverme tu nueva esposa.
- Eres hermosa y una belleza entre las mujeres Kochou pero no estoy disponible por el momento.
Habían mantenido un aire tenso y de elegancia que se rompió cuando comenzaron a reír, Uzui a carcajadas y Shinobu con fuertes risas.
- Estaba molesta por la hora y el lugar pero has sido perdonado.
- Ya sabes que busco un efecto más dramático.
- No me digas. ¿Y lo conseguiste...? – preguntó girando su dedo por el lugar.
- El dueño es un amigo cercano, le pedí prestada una de las cabinas y me dio las primeras dos horas gratis.
- Ara ara, que sorpresa. Pensé que estarías dándole extravagantes lecciones a Rengoku de como besar a Tomioka o algo así.
- Graciosa mente la tuya Enanobu, pero las lecciones tendrán que esperar.
- ¿A qué se debe eso?
- Tengo información valiosa y una oferta que no podrás rechazar y he venido a negociar.
Tomaron un poco y Shinobu se recargó en el cómodo sillón con toda la actitud depredadora de una oportunista.
- De acuerdo Uzui, saca tus mejores cartas.
Tengen se inclinó cerca de la mesa baja que estaba en medio de los dos sillones y sacó una baraja de cartas, tomó una y se la deslizó en la mesa.
- ¿Enserio? – comentó Kochou con una ceja levantada.
- Tengo estilo en todo lo que hago Shinobu – guiñó – además el paquete estaba en oferta y no lo iba a desperdiciar.
La mujer con puntas moradas suspiró antes de tomar la tarjeta y leyó el papel que estaba pegado en ella.
- Muy lindo todo según veo pero no entiendo que tiene que ver esto conmigo.
- Shinobu, Shinobu, Shinobu – negó Tengen antes de verla traviesamente – Creí que eras inteligente.
- Si lo que dices es cierto entonces pierdes tu tiempo conmigo. No arruinaré algo que es tan importante para ellos – gruñó cruzando sus brazos después de tomar más del alcohol en su vaso.
- ¿Quién dijo algo sobre arruinar? Elevaré mi apuesta con lo siguiente.
Le pasó otra carta y en cuanto la leyó los ojos de la enfermera se abrieron con sorpresa.
- ¿Realmente crees poder hacer esto?
- Por supuesto, soy yo.
- No va a ser fácil – murmuró pensando rápidamente en todo lo que tendrían que hacer.
- Eso espero.
- Estás loco.
- Admítelo, quieres hacerlo.
La chica con broche de mariposa abrió la boca pero la cerró pensando la oferta.
"No es mala idea, Uzui siempre se sale con la suya... esta es mi oportunidad."
- Me sorprende tu capacidad de analizar las cosas, Uzui. Como eres ruidoso, loco e impulsivo pocos recuerdan tu enorme capacidad intelectual.
- Y es por eso, Enanobu, que mis planes no fallan. Entonces, ¿Tenemos un trato?
Shinobu fingió pensarlo pero inmediatamente estrechó su mano con fuerza.
- Tenemos un trato.
Tengen tomó el último trago de su bebida y las rellenó para brindar por la operación que comenzarían los próximos días.
- Excelente.
- Necesitaremos ayuda.
- Iguro podrá hacer lo que sea si está Kanroji ayudándolo, yo tengo expertos para conseguir lo que necesitamos - explicó el joven.
- Zenitsu e Inosuke podrán hacerlo y Kanao será perfecta, nadie sospechará de ella.
- Has entendido todo rápido, el único problema es...
- Kamado Tanjiro.
Uzui iba a decir que sí cuando se sorprendió por la respuesta.
- Muy fácil, el será la pieza clave para desviar las sospechas. Le daremos una versión diferente de lo que estamos haciendo y creerá que es verdad. Cuando le pregunten...
- Creerán lo que diga porque Tanjiro no está acostumbrado a mentir en algo tan grande.
- Bingo.
- Sabía que tú y yo éramos un match en la villanía pero eres terrible – dijo asombrado el hombre de cabello plateado.
- Es una lástima que apoyemos diferentes competidores.
- ¿Lástima? Así tienen oportunidad, con nosotros dos apoyando a uno ya no habría competencia.
Shinobu cubrió su boca para reír y lo vio con determinación.
- Tenemos dos horas, debemos planear todo hasta el último grano.
La escuela era enorme y se sentía fuera de lugar sin Sabito. Es cierto que todavía tenía a Uzui cerca pero no quería molestarlo con sus tonterías cuando apenas era el primer día y ya tenía un ejercito de nuevos amigos y admiradoras detrás.
Había demasiadas sillas y debían sentarse para escuchar el discurso del director de su nueva preparatoria. Intentó acercarse a Tengen pero algunas chicas la vieron agresivamente creyendo que iba por el peliplata como ellas.
Pensando que era por otra cosa, todo menos porque era tan linda que las intimidaba, se alejó de las personas y encontró un lugar en la segunda fila.
"Mientras menos personas me encierren mejor" Se dijo sintiéndose a gusto con todos los lugares vacíos todavía.
Como si no tener a Sabito cerca no fuera todo lo que necesitaba para sentirse insegura, su hermana tenía tanto trabajo por su escuela que solo le deseó buena suerte con amor y su padre quiso hablar con ella para tranquilizarla en una llamada pero surgió una reunión de trabajo y ya no lo vio más.
Nadie le dijo que se suponía que debía hacer y se sentía más perdida que un Bambi en medio de una estampida. Su madre siempre fue la primera que le aseguraba que todo estaría bien cada que tenía miedo por algo nuevo.
Lo aceptaba, era una llorona como Sabito le repetía cuando podía. Pero como deseaba que la estuviera molestando con eso ahora.
¿Por qué tenía que vivir tan lejos de esta escuela? ¿Por qué le ofrecieron beca completa en esa academia cerca de su casa? Era una injusticia para la chica que miraba sus manos arrugar la tela de su uniforme.
- Shinobu Kochou.
Su coleta se erizó al escuchar a alguien a su lado y volteó con peligro de torcerse el cuello.
- ¿Quién eres?
- Ara, creí que sería más difícil hablarte – comentó la chica con preciosos ojos grandes y morados – Me llamo Shinobu Kochou, ¿Cómo debo llamarte?
- Eh... Tomioka...
- ¿Sólo Tomioka?
La azabache no quería que alguien que recién la conocía le llamara por su nombre por lo que dudó responder. La chica sintió su incomodidad y suspiró.
- No te preocupes, solo te llamare de la manera en que te sientas cómoda.
- ...Giyuu...
- Tomioka Giyuu... - cerró sus ojos para imaginar el nombre escrito y se rió suavemente.
- ¿De qué te ríes? – preguntó a la defensiva la joven de ojos azules.
- Nada. Veo que será fácil molestarte.
- ...¿Qué?...
- No importa, considera que no importa si todos te odian me tienes a mí para ayudarte.
"Esta niña es muy rara" Pensó Giyuu al ver a la chica de poca estatura sonreír sin moverse de su lado.
Iba a ser una amistad que solo podrían entender entre ellas, casi siempre siendo la víctima de sus bromas, pero si alguien se atrevía a lastimar a Tomioka, unos ojos morados enfurecidos serían lo último que verían antes de correr a pedirle perdón.
Todos se acomodaron para escuchar la bienvenida y para disgusto de sus admiradoras, Uzui se sentó al lado de la chica de cabello negro y despeinado.
- Bienvenido.
- Te estuve buscando.
- Es difícil cuando eres la próxima estrella de la escuela.
- ¿Te sorprende? Yo so...
- No.
- Ni siquiera me dejaste terminar.
- Eres el mejor, el más atractivo, el más extravagante, si, si, ya me lo sé.
- Grosera – dijo entre dientes el chico ofendido por ser tan predecible.
Un chico de cabello blanco y cicatrices hacía su mejor esfuerzo por poner atención a lo que estaba diciendo su nuevo director pero no podía cuando había alguien peculiar que le había llamado la atención desde la segunda fila.
Fue casualidad que podía verla desde su lugar en la quinta fila y supo que la azabache era un misterio. De un medio increíble se dio cuenta que estaba siendo observada y volteó a ver con una mirada indiferente al chico de cabello albino que le observaba.
Lo normal era que el joven desviara la mirada pero no lo hizo. Eso le sorprendió a Tomioka, nadie le devolvía la mirada al principio porque se intimidaban con el color de sus ojos y el frío de ellos. Se quedaron viendo fijamente hasta que se dieron cuenta que algunos comenzaban a voltear para ver que les estaba llamando la atención y rompieron el contacto.
Al final era natural que se buscaran, y cuando lo hicieron no sabían que decir. El chico de cicatrices chasqueó la lengua y se presentó finalmente.
- Me llamo Sanemi, Sanemi Shinazugawa.
- Giyuu, Giyuu Tomioka.
Shinobu mascullaba algo desde donde estaba y Tengen al igual que ella podía oler los químicos entre ellos dos kilómetros a lo lejos.
Tomioka despertó del recuerdo con la sensación de la nariz tapada, un bufido salió de su boca, no quería pararse de su cama por nada del mundo, además su reloj decía casi la una de la mañana y no se encontraba de humor para tolerar nada apenas la semana en miércoles.
Pero tampoco podía dormir con un maldito agujerito tapado, tomó su celular y se sorprendió al ver que tenía mensajes pendientes.
- ¿Afuera? – murmuró curiosa.
Se puso unas pantuflas que se había comprado la semana pasada después de leer que sus tobillos probablemente se hincharían y se abrigó con el primer suéter que encontró.
Al abrir la puerta se encontró con un gran y delgado peluche de conejo con varios fueguitos en la tela anaranjada. Lo tomó y pegado vio una nota.
Pon este peluche entre tus piernas o duerme abrazándolo, te aseguro que no hay manera de voltearte con esto ;D
No le des ojeras a la linda carita de tu mami, pequeño :D
Varias mariposas volaban en su estómago y lo primero que hizo fue envolver su cara en el peluche y sentir el cálido aroma del profesor de historia. Había otros olores ahí, no identificaba uno de ellos pero el otro era un detergente de ropa que le pediría la marca después.
Se acostó de nuevo y abrazó al conejo. Dos minutos después estaba profundamente dormida de costado izquierdo, segura de que sus noches de desvelo habían terminado por un buen tiempo gracias al segundo sol de la tierra.
Aoi y Nezuko caminaban tranquilamente para entrar por la puerta de entrada pero la voz de Zenitsu les advirtió a tiempo.
- ¡WAAAAAAH! ¡NEZUKO, CUIDADOOOOOOO!
Se agacharon y el rubio voló por encima de sus cabezas para estrellarse en la pared como el gato de Tom y Jerry.
- ¿Zenitsu? ¿Qué rayos te pasa por la cabeza? – exclamó furiosa Kanzaki - ¡Casi nos aplastas!
- Pregúntenle a la señorita Tomioka – farfulló todavía contra la pared.
Ambas chicas voltearon mientras su profesora se acercaba como si no hubiera pasado nada con una manzana en la boca mientras leía un artículo sobre actividades que podían hacer las embarazadas.
- ¿Qué estabas haciendo? – preguntó Nezuko mientras Aoi lo ayudaba.
- Inosuke quería que me saltara con él la clase del profesor Iguro pero el profesor Shinazugawa lo persiguió para quitarle su máscara de cerdo y la maestra Tomioka me golpeó por quererme saltar las clases según ella.
Zenitsu estaba feliz de que las chicas se preocuparan por él, pero no solo debía gozar ese momento. El escándalo que hacía distraía a los demás y después de sacar al profesor de matemáticas con Inosuke, fingir que Genya tenía una duda de la clase de Sabito y entretener al de historia con Tanjiro, solo necesitaban que el maestro de artes le diera acceso a Kanao a la sala de maestros y con Mitsuri distrayendo a Kanae el plan no podía fallar.
- ¡Ouch! ¡Ouch! Creo que me está dando algo horrible en la cabeza, acompáñenme a la enfermería ¿Sí? ¿Sí?
Aoi estaba irritada y Nezuko lo revisó con cuidado antes de acompañarlo con la enfermera de la escuela.
Tomioka por fin llegó a su escritorio y una deliciosa ensalada de fresas estaba ahí.
- Deja de picar lo que me regaló Sanemi – amenazó la azabache cuando el profesor de arte le robó otra fresa.
- No te enojes mamá Tomioka, recuerda que el bebé saldrá enojón si haces eso.
La maestra tomó aire para calmarse y cayó en el juego de su amigo cuando le pregunto por los nombres que había pensado.
- No sé, hay muchos y los tres tienen muchas ideas... algunos de otros países y otros demasiado comunes.
- Ni como ayudarte con tus tres galanes, a lo mejor te puedo ayudar con el nombre.
Giyuu pensaba que lo decía enserio y espero pacientemente en que pensara algunos nombres para su pequeño.
- Ponle... - la maestra de gimnasia lo escuchaba con buena voluntad pero lo que dijo volvió su mirada oscura – Ponle el mole, porque va a estar hecho de varios chiles.
Las risas de Uzui se escuchaban hasta en el pasillo y Tomioka sentía el tic en su ojo de la ira en ella.
- ¡Jajajajaja! ¡No, espera, espera ya sé! ¡JAJAJAJAJAJA! ¡Como anillo al dedo! Ponle.... ¡JAJAJAJA! Ponle...
El profesor de arte se moría de risa y la azabache estaba apretando la espada de kendo en su puño. Uzui iba a morir pero no se arrepentiría nunca del motivo.
- Ponle el pastel de tres leches ¡JAJAJAJAJA!
Esperaba una muerte sanguinaria por parte de su amiga pero no esperó verla explotar en un agresivo rojo, algunos recuerdos de la vergonzosa situación desbloqueados sin querer.
"No puede ser... ¡No puede ser!" Chilló por dentro al recordar que aunque no sabía quién tuvo el papel del lechero en la historia, porque los tres no habían sido, ¡Recordaba ahora gracias a Tengen el tamaño de cada uno!
Un cambio de humor mezclado con el enojo, humillación y vergüenza extrema la llevó a sacar volando al maestro de un solo golpe quien chocó con Iguro que recién llegaba a la sala de maestros.
- ¡ERES UN MALDITO IDIOTA! ¡TE ODIO!
Tomioka salió corriendo a dar su clase para tranquilizarse y olvidar esos recuerdos calenturientos que habían salido en un mal momento mientras las alumnas se reunían alrededor del profesor de ojos granate para ayudarlo con el horrible golpe y de paso sacar a un desmayado maestro de química debajo de él.
- ¡Agh! V-Valió l-la pena – alcanzó a decir antes de desmayarse también por el ataque.
Sabito, Kyojuro y Sanemi veían aterrorizados lo que había sucedido. Platicaban entre ellos en una rara calma cuando vieron la muerte temporal del inocente Iguro y la ira de la mujer que amaban en su compañero extravagante.
- ¿Cuánto duran los cambios de humor? – preguntó horrorizado el rubio al ver que Tengen cayó en knock-out técnico con un solo golpe de la mujer de ojos azules.
- Sólo no la hagas enojar mucho – murmuró con los ojos cuadrados Sanemi.
- Esto es parecido a la movida del pasillo 97 – recordó Sabito con cara de haber visto al mismísimo Slender Man.
- ¿Planeas darnos contexto antes de que su hermana o ella nos mate? – le dijo Shinazugawa.
- Acompáñenme a escuchar esta triste historia – dramatizó Sabito.
- ¡Pasen a la casa de los sustos! – gritaban los niños de sexto de primaria para animar a sus compañeros a entrar.
- ¡Miren eso, hay que entrar! – exclamó Sabito emocionado.
Era finales de octubre y su escuela tenía muchas actividades pensadas para divertirse con los niños. Habían terminado de pescar manzanas, Giyuu sin suerte, Tengen dos y Sabito cinco, cuando vieron como los gritos salían de la casa embrujada que hicieron los más grandes.
- ¿Entrar? – la azabache preguntó escondiéndose detrás de él.
- ¡Yo voy contigo, se ve extravagante!
- Yuu tiene miedo, mejor ve tú y te alcanzamos después.
Tomioka tenía pequeñas lágrimas felices en sus ojos pero todo se fue al carajo cuando uno de los niños de quinto volteó a ver a Sabito y se burló de él.
- Siempre estás diciendo que un hombre aquello, que un hombre lo otro, ¿pero no pueden entrar ustedes tres hombres a una casa de los sustos? Pobres bebecitos.
"Estoy muerta." Pensó la niña cuando se dio cuenta que la habían confundido de nuevo con un niño y su amigo había ido a pelearse con el otro.
- ¡Te demostraré que puedo hacer todo mejor que ustedes! Les daré el susto de su vida el próximo año.
- Eso quiero verlo.
El siguiente año llegó rápido y Murata, Tengen y Giyuu fueron llamados un día antes por Sabito para probar la casa de sustos que había hecho con ayuda de otros compañeros.
Murata y Giyuu no querían entrar al lugar que ya se veía horrible en términos de terror. Uzui los empujó y los tres entraron, con los dos primeros temblando de miedo. Esta vez el ambiente era más espeluznante porque no era parte del evento escolar. El niño con cabello de color logró convencer al chico y sus amigos de ir a ese lugar para probar que era mejor que ellos.
Ellos eran los conejillos de indias.
La casa que consiguieron estaba totalmente a oscuras, les habían dejado una lámpara a la entrada y cada lugar que iluminaban era casi como una escena del crimen. Pasaron por muchos sustos pequeños, cuadros que los seguían, sombras que no eran de ellos, lamentos y gritos espeluznantes, pero por ahora Uzui todavía no estaba aterrado. Murata se ocultaba detrás de la de ojos azules y ella se mordía el labio guiándose de su amigo cabello plateado para saber si corrían peligro o no.
De pronto todos se quedaron quietos y el terror por fin lo sintieron los tres cuando por toda la casa se escuchó una suave voz cantando lentamente.
( Canción Hide and seek {Lyrics} en velocidad 0.5, 0.65, 0.6, cualquiera de esas. El comentario aquí es el link)
...Ding dong... sé que me escuchas...
- ¿Uzui? ¿Q-que es eso?
- Tranquilo, debe ser...
La puerta abre ya... solo quiero jugar un poco...
Voltearon lentamente a su derecha y vieron una de las puertas moviendo el cerrojo lentamente.
Ding dong... no quiero esperarte... ya muy tarde es...
- ¿Uzui? – repitió ahora Giyuu.
Si quieres ocultarte o correr...
El nivel de terror fue horrible cuando vieron la cara asustada de su amigo y la voz siguió cantando.
Te veo por la ventana...
Giraron rápidamente y una niña con ojos negros y una sonrisa los veía desde afuera. Comenzaron a temblar y no se podían mover pero tampoco ver a otro lado.
Nuestros ojos se encontraron...
...Puedo ver tu miedo...
...Aunque quiero verlo cerca...
Muchos otros sonidos comenzaron y gritaron aterrados cuando varias cajas de música comenzaron a tocarse solas. Cayeron en el error de separarse y los gritos de los otros en diferentes pasillos no los ayudaban.
Ding dong ya voy a encontrarte... vamos corre ya... juguemos y riamos juntos
Ding dong, ¿Dónde te metiste?
¿Crees que ganaste?
Giyuu corría como alma que se lleva el diablo y lloraba mucho por el pánico que tenía. Se había encontrado con varios sustos que de no ser por haberse separado no le hubieran asustado tanto.
Las escondidas ya empezaron...puedo oír tus pasos en el pasillo de al lado...
Corrió a esconderse debajo de una mesa y se le fue el aliento cuando vio a alguien caminando donde ella se ocultaba.
Respiras demasiado, no eres bueno para ocultarte
Vio una patineta cerca de donde estaba, tragó pesado y sus pupilas temblaban pensando que tan rápido podía correr antes de que la atraparan.
Un segundo y te hallaré... ya vengo.
Tenía que decidir ya, los pies se detuvieron frente a la mesa.
Un segundo y te tendré ... Te veo.
Apretó sus dientes y reunió todo su valor para esperar el momento adecuado.
Creo que ya sé dónde estás... Te encontré
No te puedes escapar...
En cuanto dijo eso y la horrible cara se agachó para encontrarla, ella tomó la patineta y aprendió a usarla mientras esa cosa la seguía corriendo.
- ¡Sabito! ¡Ya no quiero estar aquí! – lloró aterrada al ver que apenas le sacaba ventaja a la cosa que corría de una manera grotesca como pollo de hule.
Hubiera sido gracioso pero con el ambiente era todo menos eso. Tomioka vio un pequeño pasillo y se bajó rápidamente para meterse ahí en la puerta del final y esperar lo peor.
Knock Knock a tu puerta estoy ya, y ya voy a entrar, no voy a pedirte permiso...
Knock Knock ya estoy muy cerca, ¿Dónde estarás? Las escondidas van a terminar...
De pronto vio con esperanza la patineta con la que había escapado... ¿Podría servir?
Ya estoy cerca...
Busco bien entre las sombras, pero no estás ahí... pero ya vi una parte.
Su corazón se detuvo y se mordió el labio mientras se aferraba a la tabla.
Ding Dong listo te encontré
Ding Dong estabas aquí
Te toca.
Si iba a morir, iba a morir como la mujer que era, ¡Luchando!
Ding Dong, mala suerte es
Te toca
Ding Dong creo que te gané
Te toca
Ding dong paga el precio ya
La manija comenzó a girar y Giyuu sintió las lágrimas en sus ojos. La canción cambio a susurros pero...
Ding dong parece que gane *susurro*
Te toca *Susurro*
Ding dong paga el precio ya *Susurro*
Eso último ya ni se entendió porque apenas entró la horrible figura que la había perseguido le cayó la tormenta del huracán en forma de dolorosos golpes de patineta.
- ¡AHHHHHHHHHHH! ¡SABITO! ¡UZUI! ¡MURATA! ¡AHHHHHHHHHHHH!
Con cada grito atacaba sin piedad a la aparición que se estaba quejando y tratando de proteger de cada golpe hasta que la niña identificó la voz.
- ¡Giyuu! ¡Espera! ¡Soy yo!
Detuvo los golpes y con un par de parpadeos se quitó el miedo.
- ...¿Sabito?...
- ¡Sí! ¿Qué te pareció? ¡Fue genial! ¡Los tres se asustaron tanto que no hay duda de que ganaré a ese estúpido! – exclamó Sabito con orgullo.
Si no hubiera estado ocupado presumiendo lo bien que los asustó se hubiera dado cuenta de que la furia salida directamente del infierno por parte de su amiga estaba creciendo.
(Canción Aggretsuko Theme por si quieren darle más dramatismo a la escena xD. En los comentarios está el link, recuerden regresar la velocidad a normal)
La azabache tomó la patineta y Sabito escuchó un crujido que le puso los pelos de punta.
- ¿Yuu?
- Corre...
- ¿Qué te pasa?
Recibió un golpe en la cara con las ruedas y supo que debía arrepentirse de sus pecados pues Tomioka tenía lágrimas de enojo en sus ojos y podía ver llamas en sus ojos mientras que la madera de la tabla tenía una que otra grieta
- ¡DIJE QUE CORRAS HIJO DE PUTA!
Uzui y Murata se asustaron como nunca pero sus compañeros ya les habían mostrado que todo estaba bien y ahora esperaban a Urokodaki y Tomioka. Un grito poco masculino se escuchó por la casa y se voltearon a ver al no reconocer la voz de una niña en él.
- ¿Ese es...Sabito? – preguntó sin creerlo Murata.
Escucharon mil maldiciones saliendo agresivamente de la boca de alguien y ahora sí la voz de Sabito pidiendo perdón y clemencia.
- Demonios ¿Eso no suena como la voz de Giyuu? – susurró Makomo, la vecina del chico de ojos lavanda que les había ayudado cantando la tétrica canción por bocinas de la casa.
- Pero Giyuu nunca dice groserías – dijo otro chico.
- Creo que despertó a una bestia – murmuró Uzui temiendo por la vida de su amigo.
Fue bueno que Sabito pudiera ganar la apuesta con los chicos disfrazado, los chichones y moretones que le dejó la niña a puro madrazo de patineta no se le quitaron en una semana.
- Y por eso tengo un trauma con Yuu y las patinetas – terminó de explicar Sabito.
Los otros dos tenían expresiones pensativas, sobretodo calculando como evitar que la muerte viniera por ellos si hacían enojar a la futura mujer de uno de ellos.
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Notas:
¡Hola! ♡ \( ❛ ▿ ❛ )/ ♡ Espero no tardar mucho para el siguiente capítulo que el drama viene fuerte :0
Lo que tiene un solo asterisco * normalmente lo pongo para decir que no es canon o es inventado por mí :3
Lo del mole y el pastel de tres leches es de un vídeo que compartieron en nuestro grupo RenGiyuu y fue lo que inspiró todo este fanfic xD.
Me gustaría agradecerle a Ingrid Vasquez en el grupo por compartir el vídeo que sigue siendo de mis favoritos y muero de risa JAJAJA
Amo sus comentarios y gracias por todos los que leen esta historia y han votado ♡♡♡ tienen un lugar especial en mi corazón de pan.
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