Alcohol en vez de sangre


Nota: Tomioka aquí es una mujer, aclaro esto porque me doy  cuenta que nadie lee las etiquetas xD Female Giyuu es mi diosa 😍😍😍


Era otro día normal en la escuela preparatoria Kimetsu, o al menos lo era para los alumnos. Cada uno de los maestros había sido cordialmente invitado a celebrar el cumpleaños de su colega y hermanita menor de la maestra de biología, Shinobu Kochou.

- ¿Usted va a ir a la fiesta de mi hermana?

La maestra alzó su ceja con su silbato en la boca. Como siempre Kanao había sido de las primeras en terminar el entrenamiento, y en vez de tomar un balón y ponerse a jugar voleibol con el resto de sus compañeras, siempre se sentaba en las gradas a hacerle compañía.

- La invitación es solo para maestros, no creo que sea conveniente que tú estés ahí – respondió la azabache.

No era su intención sonar cortante pero las fiestas organizadas por el festivo maestro de arte eran, caóticas, por manejarlo de cierta manera. Incluso así, a Giyuu le gustaba que su amigo siempre la tomara en cuenta para cualquier fiesta que organizaba, desde que estaban en secundaria. El joven de cabello plata sabía cómo hacer una buena fiesta, cosa que no todos pueden hacer, así que le gustaba asistir aunque no hiciera mucho aparte de tomar un poco y ver como todos se divertían desde la comodidad de una silla o sofá.

- Yo no voy a estar en casa, Nezuko me invitó a dormir a su casa junto a Aoi.

¿Nezuko? ¿Aoi? Esos nombres le sonaban de algo.

"Claro, la hermana que le sigue al rebelde de los aretes y la mejor amiga de Kanao, la que siempre lleva su cabello en dos coletas con broches azules de mariposa."

Puede que su exterior fuera serio, frío, y amante de las reglas pero ella siempre recordaba los más pequeños detalles sobre las personas que le importaban y sobre todo de sus alumnos. Incluso si los hostigaba hasta que sus ganas de vivir se drenaban por el sudor y el cansancio.

- Oh ya veo.

La conversación pudo haber terminado ahí pero la voz de Tomioka contestó la pregunta que le hizo al comienzo:

- Sí, pero nunca hago nada interesante realmente.

La chica se le quedó viendo, e internamente satisfecha con su respuesta, devolvió la mirada al frente para ver a tiempo como Tanjiro chocaba con Zenitsu que se había detenido de golpe en el trote mientras Inosuke los esquivaba con una burla.

Una vez su clase terminó, llegó a la sala de maestros y ahí fue que Tengen pegó el grito en el cielo mientras almorzaban junto a los demás.

- ¿Bromeas? ¡No puedo dejarte ir a la fiesta vestida en harapos!

La maestra hizo una cara cómica indignada y recobró la compostura dos segundos después.

- Sabes que no tengo mucha ropa, además no importa, todo lo que hago es estar sentada.

- Hasta los adornos deben verse vistosos, Tomioka.

Una pequeña vena invisible se plasmó en la frente de la mujer pero no dijo nada y casi se muerde la lengua con la sacudida animada que le dio Tengen.

- Pero no te preocupes, te haré ver tan irresistible que te robarás el inicio de la fiesta. Digo, no puede ser tan difícil, tu cara podría estar en una revista fácilmente y tu cuerpo tiene las proporciones exactas en los lugares justos – explicó haciendo ademanes cada que hablaba.

El gesto referente a sus curvas la ruborizó un poco y se arrebujó en su sudadera deportiva.

- No soy tan impactante como lo haces parecer – murmuró apenas audible.

- Humildeee, si hubieras querido hasta modelo hubieras podido haber sido, y como todo buen amigo te hubiera seguido de camino a la fama para catapultarte lejos.

Alzó los hombros mientras la otra rodaba sus ojos ante sus formas raras de hablar.

- Pero bueno, elegiste el camino aburrido y como no tenía nada mejor que hacer te seguí. Así que técnicamente es tú culpa que sea maestro en esta escuela, además...

- Está bien, tú ganas, haz lo que quieras.

"Lo dices como si odiaras este trabajo." Pensó Giyuu con una mordida a su bocadillo.

Uzui sonrió y casi le salen cuernitos por encima del gorro de su chamarra. La tarde era suya para usar a Tomioka Giyuu de maniquí y traería a sus chicas a tan memorable ocasión.


- ¡Vamos Tomioka, no seas tímida!

La cortina del probador se agitó en negativa y Makio suspiró antes de meterse al espacio y empujar a la profesora de deportes afuera para que les modelara el vestido. Llevaban alrededor de dos horas de tienda en tienda probando conjunto tras conjunto hasta que decidieron probar su suerte con la sección de vestidos.

- A ver da un giro preciosa – indicó pensativamente la mujer con flequillo amarillo.

No muy contenta con tener que presentar su figura de esa manera, la joven dio un giro sobre sí misma lentamente para no tener que repetirlo mientras se moría con las miradas atentas de su público.

La azabache llevaba puesto un vestido verde esmeralda, el largo le llegaba un poco más arriba de la rodilla y el escote era forma corazón. Los cuatro asintieron dándole el visto bueno a la prenda e ignorando lo apenada que se encontraba Tomioka por llevar puesto ese vestido, para cuando ella abrió la boca para decir algo, el maestro de artes ya había pagado y las tres chicas la llevaban amigablemente agarrada de sus brazos, platicando emocionadamente sobre cómo planeaban organizar la fiesta.

La noche del sábado llegó más rápido como siempre sucede cuando sabes que un evento importante es al día siguiente. Tengen supervisaba los últimos detalles mientras hablaba con su mejor amigo dentro de los educadores con los que trabajaba.


Pasaron un par de minutos en los que no obtuvo respuesta y el joven peliplata se estaba riendo por lo bajo, un mensaje le llegó y sonrió mientras le respondía.


"Bien hecho Uzui, ¿Qué haría esta ciudad sin ti?" Se felicitó antes de dar las instrucciones para los últimos detalles.


Sabito bufaba impaciente en la sala de la casa de su mejor amiga. Él era el maestro de geografía de la academia y uno de los primeros que se apuntaba a cualquier fiesta que el gran Uzui armaba, razón de porque estaba tan ansioso por irse. Su vestimenta era sencilla pero elegante, una camisa morado oscuro con los primeros dos botones sueltos y unos pantalones de mezclilla junto a unos zapatos negros.

"¿Por qué se está tardando tanto?" Pensó irritado. Escuchó el sonido de un par de tacones a su espalda y se volteó para reclamarle su tardanza.

- La próxima vez si te vas a probar el guardarropa comple.........– Comenzó a decir pero dejó de hablar unos momentos por lo que veía - Te ves... hermosa.

Aquel vestido abrazaba su figura perfectamente, un pequeño y delgado cinto oscuro marcaba el inicio de su cadera y decoraciones florales de encaje negro comenzaban del escote para terminar casi a la mitad de la falda. Hinatsuru le había prestado un precioso collar con una esmeralda tallada en forma de una sencilla gota y los aretes eran discretos pero de un intenso matiz del mismo color que lo demás. Sus tacones eran negros y de poca altura lo cual era perfecto por su estatura y en los talones llevaban una rosa negra mediana con pequeños brillos en los pétalos.

- En fin... vámonos o llegaremos tarde – optó por decir el joven para ocultar su sonrojo.

Después de casi diez minutos llegaron a la casa del extravagante artístico, el joven de cabello melocotón salió del vehículo y le abrió caballerosamente la puerta a su acompañante, ambos entraron y el ambiente alivió cualquier tensión de sus cuerpos. La música era animada pero mantenía cierta tranquilidad para ir despertando el espíritu fiestero, las personas que los rodeaban eran los mismos que veían a diario en su mayoría y no pasó mucho antes de que Sabito se uniera a la bolita de conversación que ya estaba calentando para tomar con todas las de la ley.

Giyuu estaba acostumbrada a eso y no le decepcionaba, al contrario, se dirigió a un asiento cómodo del pequeño bar que tenía la casa y pidió un vaso de agua antes de cualquier otra cosa.

- Te ves jodidamente linda.

La voz gruesa le dio un pequeño susto y volteó a ver al maestro de matemáticas que estaba tomando una botella de cerveza para pasar el rato. Su camisa era azul marino y de manga corta, como siempre llevaba parte del pecho descubierto y sus pantalones negros eran cómodos pero ajustados.

- No te vi ahí, Shinazugawa. ¿Mhhh, no deberías estar con Iguro?

Le tuvo paciencia en lo que se tomaba de un trago toda la bebida restante y la botella golpeó la superficie cuando la dejó.

- Estaba con él pero ya sabes lo que pasa cuando ve a Kanroji, es un buen sujeto pero me abandonó como perro afuera del mercado.

Un suave jadeo divertido salió de la azabache y Sanemi no pudo evitar sonreír, puede que fueran ex novios desde hace más de tres años pero aun podía hacerla reír como aquellos tiempos.

- Sí, eso suena mucho a Iguro.

- ¿Te la vas a pasar como de costumbre aquí sentada?

Le dio una señal afirmativa mientras el chico que estaba apoyando en el bar le entregaba el vaso con agua.

- Tsk, deberías animarte a divertirte como una persona normal. Quien sabe, tal vez intente sacarte a bailar cuando se me suba la bebida.

La mujer negó antes de beberse el agua de dos tragos, estuvieron platicando un rato hasta que llegó la cumpleañera y el maestro de artes tomó la palabra.

- ¡La banda está reunida para celebrar la vejez de nuestra querida Shinobu Kochou! Enfermera de la escuela y suprema corte de justicia de todas nuestras idioteces.

Las miradas se desviaron en medio de las risas a la pequeña joven que ya tenía una expresión alegre de "Te asesinaré".

- ¡Pero no estamos aquí para contar las arrugas de su angelical rostro! Los veintidós años sólo se viven una vez ¡Y debe ser memorable! ¡Vamos a darle a esto que la noche es joven pero no eterna!

La música cambió para ambientar y pronto todos estaban divirtiéndose entre los que cantaban, bailaban, e incluso las escandalosas risas de los que por el momento solo tomaban mientras platicaban, estaba poniendo de excelente humor a todos.

- ¿Está ocupado?

Recién había encargado un bloody mary y algo se encendió en el pecho de Giyuu cuando escuchó esa voz, la azabache volteó a saludar al maestro de historia que venía a hacerle compañía, cosa que ella OBVIAMENTE no suponía. Le hizo un gesto para que tomara asiento y Kyojuro se apresuró a pedir algo ligero para él también.

- ¿Cómo te la estás pasando? Por cierto te ves preciosa – comentó para abrir la conversación.

- Gracias, pero creo que están exagerando... solo llevo puesto un vestido y tampoco es muy elegante.

Creía que el profesor se veía mucho mejor que ella, iba más formal que la mayoría pero aun así mantenía un estilo jovial. Llevaba puesta por fuera una camisa blanca sin corbata, un saco color gris y unos pantalones gris oscuro acompañados de unos tenis blancos.

- ¡Siempre te vemos con tu ropa deportiva así que este es un buen look en ti!

- Podría decir lo mismo, ¿Qué le pasó a la camisa fajada y corbata roja?

- ¿Me va a castigar, señorita Tomioka? – respondió el rubio alzando una ceja retadoramente.

Recibió el mojito que había pedido y le dio un trago, aprovechando para pensar en lo que debería hablar con la mujer a su lado ahora que había conseguido entrar en su periferia de atención.

Mientras ellos disfrutaban la fiesta a su manera, las cosas se alborotaban más con los demás, en especial después de que uno de los invitados sacaba unas botellas de alcohol importadas. La curiosidad surgió a montones junto con las risas y retos a probar la bebida, Tengen no necesitaba más, se tomó un shot y se relamió los labios sorprendido.

- Hombre, esto está muy bueno, ¿Dónde lo conseguiste?

- Mis padres regresaron de Europa y trajeron varias cosas para nosotros, pensé en probar esto con ustedes.

- ¿Seguro que esto tiene el porcentaje de alcohol que dice? – preguntó escéptico Obanai con la botella en sus manos al ver lo risueños que se habían puesto los que habían probado aquello en tan poco tiempo.

- Tranquilo Iguro ¿Qué somos, adolescentes de preparatoria? – Sanemi puso su mano sobre el hombro del maestro de química - Todo estará bien. Si te tranquiliza no dejaremos que Kanroji tome ni una gota.

- ¡Shinazugawaaa! ¡Eso es injusto! – se quejó la recién graduada maestra de danza y artes.

- ¡El que no lo pruebe bailará la pelusa solo! – soltó Sabito sirviéndose rápidamente antes de que los demás se dejaran llevar por el juego, animando a la cumpleañera con vítores a ser de las primeras en probar de las novedosas botellas.

El ruido llamó la atención de los dos que estaban platicando cómodamente y se acercaron irremediablemente a ver que estaba pasando, entrando rápidamente en la acción.

... Si bueno... parece ser que no etiquetaron bien la bebida pues la actitud de todos decía que tenía más porcentaje de alcohol que el que presuntamente mostraba la marca. Todo parecía ir bien, pero lentamente las cosas cambiaron de intensidad cuando las dosis de alcohol alcanzaron los torrentes sanguíneos.

- ¿No creen que esto se está saliendo de control? – preguntó Gyomei algo preocupado al escuchar los gritos de los demás en medio de la música y luces multicolor.

- ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!

El maestro de ética no había consumido nada más que una limonada con algo de licor, Shinobu pese a su tamaño era la que mayor tolerancia al alcohol tenía, de las tres esposas del joven fiestero, Hinatsuru era la más medida en su consumo y Mitsuri tenía un puchero en su rostro pues no le habían permitido beber más que mojitos y limonada con poco alcohol. Los demás habían caído ante el golpe de la bebida, incluso el mismo anfitrión lo cual era algo inusual por lo acostumbrado que estaba a tomar.

- Tal vez un poco, pero sería bueno comprobarlo – dijo la cumpleañera.

Se aproximó al maestro con cicatrices que estaba terminándose otro vaso y parecía estar bien.

- Sanemi, ¿estás borracho?

- ¿De qué mierda... estás hablando Kanae? Estoy perfectamente.

- ... Soy Shinobu, Sanemi.

El joven la miró de pies a cabeza y soltó una risa burlona.

- ...Tch, Ya decía yo que no se pudo haber encogido...

- Serás... – masculló la mujer apretando su puño amenazantemente.

Mitsuri fue con el profesor de química y llamó su atención de inmediato.

- A ver ¿Cuántos dedos tengo aquí, Iguro?

- Depende, depende *hic* ¿Los dedos que tienes levantados o los que tienes en total?

- Si, Obanai está ebrio... – dijo con una risita cuando su compañero se recargó en su hombro farfullando.

Sabito estaba balbuceando incoherencias recargado a un perchero y hablándole mientras pensaba que era su vecina y amiga Makomo. Solitario y sin sentido, Kyojuro estaba dormido de cara en la superficie del pequeño bar, no planeaba pasarse de copas pero sin querer tomó un vaso que no era suyo muy cargado y antes de perder la consciencia terminó confesándole sus secretos a un completo extraño dentro de los invitados en peor estado que él.

Gyomei, Hinatsuru, Mitsuri y Shinobu eran los únicos que no estaban ahogados en idiotez. Tenían esperanza de que Tomioka, al ser como era, siguiera sobria y les ayudara con los demás pero oh sorpresa cuando la vieron riendo mientras hacía un intento de guiar a Shinazugawa en un intento de baile, ambos más entorpecidos que un bebé aprendiendo a andar.

La chica sacó su celular con funda de mariposa y tomó un vídeo mientras se burlaba internamente.

- Bueno, ya tengo el bono extra de la quincena asegurado - murmuró a su amiga quien se unió a las risas.

Chantaje por un momento de humillación era algo común entre este grupo de maestros ¿Aburridos? Ja, los alumnos que los llamaran así podían tragarse sus palabras, sin embargo no estaban resultando un buen ejemplo a seguir, pensaron los cuatro cuando el maestro de geografía llamó a un abrazo grupal y todos acudieron al llamado entre lágrimas, risas y balbuceos.

Uzui estaba rechazando los coqueteos de Makio con la justificación de que estaba casado,  mientras Suma estaba dormida al lado del maestro de historia. Tomioka por su parte estaba permitiendo que Shinazugawa acortara el espacio personal entre ambos, sus alientos casi rozándose y sus rostros calientes dando testimonio de lo borrachos que se encontraban.

- ¿Recuerdas la primera vez que te besé? – susurró el joven de cabello blanco tratando de mantener el sentido de sus palabras.

- ¿Cuándo me pesaste? – preguntó risueñamente y erróneamente la azabache.

- No lo sé, pero justo ahora quiero besarte.

- Gracias pero no gracias – soltó Sabito abrazando a los dos para sostenerse.

- Tienes cara de rata pero feo no estás – respondió Sanemi cambiando de actitud en un parpadeo.

- Tú pareces un mafioso ¿Matemáticas, enserio?

- Al menos soy más listo que tú.

- Yo soy muuucho más atractivo que tú, pero tienes bonitos ojos sin cejas compadre.

Ambos se empezaron a reír y siguieron molestándose entre sí, olvidándose de la maestra que se mareó y fue a sentarse a dónde estaba antes. Después de una media hora el efecto del alcohol en su cuerpo se comenzó a agotar, pero seguía en la completa nube de alegría y despreocupación.

El estornudo que despertó al rubio le pareció tierno y se recostó a su lado, jugando con sus mechones de curioso color mixto.

- ¿Giyuu?

- Mhhh – entonó ella.

- Oh, pensé que era un ángel que me estaba seduciendo – susurró clavando con descoordinación su mirada en los bonitos ojos azules.

El pulso de ambos se aceleró. Mitsuri se acercó cargando con Iguro y sonrió al ver a Rengoku despierto.

- ¡Me alegro que hayas despertado! Tomioka, ¿podrías acompañar a los chicos a sus casas?

Apenas iba a preguntar cómo los llevaría sin manejar cuando la azabache recordó que la casa de su hermana Tsutako estaba a unas cuadras de ahí, conveniente y sin riesgo de provocar un accidente automovilístico. Habían salido en un viaje de negocios y se habían llevado a su hijo con ellos por lo que había suficiente espacio para todos.

"Estoy de suerte, tengo la copia de las llaves que me dio para alimentar a su gato."

Reunió a los tres y después de desearle un feliz cumpleaños a Shinobu, y que Sabito recibiera un coscorrón por desgreñarla a modo de despedida, los llevó a la casa desocupada de su familia. En cuanto entraron se dirigieron a la cocina dónde Tomioka les dio algo de agua para que pudieran dormir mejor, les enseñó la que sería la habitación de los tres por aquella noche y se disponía a entrar a la suya pero una mano la pescó en la salida.

- Giyuu... quédate – susurró seductoramente su mejor amigo, recargando su cabeza en su hombro descubierto.

La azabache se estremeció por la sensación tentadora de una piel cálida junto a la fresca suya, pero no podía hacerlo, no era ni el lugar ni el momento, además era el deseo de su cuerpo ¿Por qué no mejor esperar a estar sobria y poder asimilar con sus cinco sentidos la propuesta?

"El chico que te gustaba desde niña te está diciendo que pases la noche con él ¿Qué estás esperando para decirle que sí?" Exclamó la lujuria frotándose las manos con emoción.

"No, no, no, no, Sanemi está ahí adentro. Yo en verdad estaba enamorada de él, no estoy segura si ya pasé completamente sobre ello o si tengo lo necesario para iniciar una nueva relación." Respondió su cerebro con la lógica que estaba despertando del letargo de la borrachera y recordando lo que le había confesado mientras pasaban tiempo juntos.

"¡Vamos! ¿Vas a fingir demencia por lo que sientes cada que Kyojuro te sonríe con esa hermosa sonrisa? ¡Estás lista para empezar algo nuevo, deja el pasado niña!" Se sumó su corazón.

Las voces de su interior comenzaron a discutir y sus nervios se hicieron presentes pero al ver los ojos brillantes color lavanda se relajó y se dejó llevar por el deseo que estaba comenzando a resultar molesto y excitante en todos los sentidos. Quería que alguien la besara hasta dejarla más atontada que el licor que tomaron previamente y moría por sentir calidez en su piel en cualquiera de los sentidos entre inocentes o eróticos.

Un pensamiento del cual se avergonzaría eternamente en el futuro, pero eso sería problema de la Giyuu del futuro.

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Nota: Voy a tratar de que esto sea entretenido pero ténganme paciencia, la comedia no es lo mío al 100% xD (La estoy mejorando pero se hace lo que se puede)

Tuve que poner la advertencia de contenido adulto pero todavía no confirmo que habrá escenas +18, sea como sea yo les aviso

Por cierto, para su vestido me basé en este vestido de SHERRI HILL, se los anexo aquí. Sólo le cambié el escote :3 

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