~Septimo Mes~

Acarició la cabeza de su pareja mientras este murmuraba incoherencias y se quedaba acostado en un sofá favorito.

Hace tan solo unos momentos, las náuseas habían atacado al Omega y este regresó cada pequeña porción de comida que había obtenido para su nutrición personal.

Lo cual, a Jin le parecía una falta de respeto según las propias palabras de este. Pero NamJoon no se metía demasiado en los pensamientos ajenos, no le convenía y menos ahora te tenía unos cambios de humor de mil demonios.

Aveces estaba bien y otras veces lo mandaba a dormir en la alfombra del baño. ¿Porqué? Porque no lo querías cerca pero tampoco lo quería lejos, así que la solución que encontraba el mayor, era mandar al pobre morocho a dormir en aquel lugar incómodo y frío.

Dicen que las personas hacen locuras por amor, NamJoon cree que el embarazo sustenta aún más aquella reflexión. Porque claro, si es por su princesa y si príncipe haría cualquier cosa.

Incluso si eso es arruinarse la espalda y amanecer como si tuviese dos veces su peso original sobre la espalda. Claro que sí, cada sacrificio valdría la pena.

-Joonie, llama a JiMin para que venga, Kookie y a Tae para que vengan. Prometí que los dejaría ver a la bebé, no pudieron apreciarla bien el día de la fiesta.

Dejaba suaves caricias en su vientre s pesar de estar pálido por haber regresado el desayuno. Pero no, eso no era pedimento para el grandioso Kim SeokJin, quien a pesar de regresar cada cosa que tragaba, seguía buscando uno que otro bocadillo y comiendo de igual manera. bueno, al menos era perseverante.

-No creo que sea buena idea... A penas y puedes levantarte. Además tienes los pies hinchados y no has parado de vomitar. -reprende el menor apretando los labios- Pueden venir luego, por ahora, quedate a dormir.

Una sonrisa cálida y calmada se dibujó en los labios de ambos, mientras el Omega cerraba los ojos.

-¿Joonie? -un sonido de afirmación salió de la garganta del morocho y el mayor solamente se acomodó- Si no los llamás, te quedarás a dormir con ChanYeol y BaekHyun.

-... Entendido, príncipe.

Cómo decía, el amor lo puede todo en la vida.

Desde que conoció a aquel terco Omega sabía que su vida no iba a ser la más sencilla. Porque SeokJin era una persona espléndida y cariñosa, pero también era un perfeccionista de primera y bastante orgulloso.

Eso también lo descubría en su día a día.

O en ese momento, donde estaba un a animado TaeHyung hablando con la bebé que aún no nacía y que por cierto, le respondía con movimientos a su "tío".

Siempre se supo que aquel alfa amaba a los niños. No era sorpresa luego de ver lo mimado que era el pequeño DaeHyun. A decir verdad, se podría decir que era Jungkook quién ponía el orden a los dos revoltosos que tenía en su casa.

-¡Kim NamJoon! ¡Te estoy hablando hace media hora!

Aquel grito lo sacó de sus pensamientos y lo dejó medio aturdido y sordo. Bien ¿Qué había sucedido?

-Yo... Solamente estaba pensando.

Hace una pequeña mueca y se gana un golpe con Quien-sabe-que-cosa. Solo sintió que algo impactaba contra uno de sus ojos. Aunque luego de escuchar una risa del pequeño bebé, supo que habían sido los pastelillos de crema de frutos rojos que le había traído la pareja más joven.

-Pues deja de pensar y mejor ven a abrazarme. ¿No sabes que los embarazados somos sensibles? Debí hacerle caso a mí madre. Bien me decía que los negros solamente traen suerte de su color.... Negra.

Lloriquea el mayor y TaeHyung observa al morocho con una expresión de compactación. ¿Es cosa de Nam o al parecer el Kim menor también había pasado por algo similar?

-¿Y sabes qué me molesta más? ¡Que aún no vienes! ¡¿Estás pensando en Wang, verdad?! -Gruñe ahora lanzando todos los cojines que tenía a su alcance hacia el cuerpo de su esposo- ¡Maldito infiel! ¡Pues ve con el maldito chino si te gusta más!

Lloró desconsolado siendo abrazado por un preocupado JungKook quien no entendía demasiado pero también compadeció al morocho por los cambios de humor de Jin.

-Seguro es porque estoy gordo... ¿Crees que estoy gordo, JungKookie? Dime la verdad.

El menor niega dejando que su bebé juegue en la alfombra mientras él abraza más al Omega mayor y le acaricia la espalda.

-No es eso, Jinnie... Estas hermoso como siempre. Recuerda que llevas una bebé ahí dentro. -Razona tratando de transmitir paz- Yo también tenía mis dudas, debes tratar de despejar tu mente.

Para este punto, el alfa de cabello castaño no sabía si debería ir a consolar a su esposo o si quizás debía ir escribiendo su testamento.

-Jin... No entiendo porqué piensas que me gusta Jackson, en primer lugar, solamente somos amigos, segundo, él tiene a su pareja y tercero, es un alfa, Jin.

Aquello solamente ganó una mala mirada del mayor. Sí, debería ir recibiendo su testamento. Lo comprobó cuando la caja de pastelillos golpeó su rostro de lleno dejándolo todo embarrado de aquella dulce crema que ahora comenzaba a odiar.

-¿Ahora me dices paranoico? -Aquello salió más como una afirmación que como una pregunta- ¿Sabes algo? Vete a la reverenda mierda. Me voy con mis padres.

No supo exactamente qué había pasado después de eso. Para cuando se vino a quitar todo el dulce de su cuerpo. Su gestante esposo estaba riendo de sus mismos chistes mientras el pequeño DaeHyun aplaudía y también reía.

-Aquí va otro. ¿Cuál es la diferencia entre un terremoto y un volcán?-Esperó la respuesta del bebé que nunca llegó y Jin solamente se carcajeo para contar la otra parte del chiste- ¡Que el terremoto ensucia y el volcán lava! ¿Entiendes? ¡Lava!

Y así es como el pequeño abrió su boquita sin haber entendido pero terminó riendo tanto como su tío Jin de aquellos chistes sin sentido.

Y NamJoon pensó que realmente no eran tan malos los cambios de humor de su pareja.

Claro, lo pensó.

Porque segundos después estaba un SeokJin Llorando mientras abrazaba al pequeño de un año y le decía lo bello que era y que deseaba que su princesa fuese igual.














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