Capítulo XIV

Los labios de Leeteuk sabían dulces y su textura era suave, la sensación de haberlo besado había recreado en mi cuerpo una calidez que nunca había sentido. Cuando me separé de él, tratando de no demostrar lo exaltada que estaba, al verlo a los ojos me di cuenta de que había en ellos un brillo especial, uno sincero y romántico, algo que sabía que él tenía pero que nunca había esperado ver por mi misma.

Nos quedamos por unos segundos en silencio, las palabras sobraban entre nosotros, no había necesidad de nada más, quizás ambos queríamos volver a juntar nuestros labios pero fuimos interrumpidos.

—¿Qué tanto cuchichean entre ustedes dos ahí solos? —Quizás porque Heechul tenía la misma edad que él, era quien más le hablaba casualmente sin miedo a una represalia por su parte.

—La estaba ayudando con un calambre. —expresó tranquilamente sin romper el contacto conmigo, esa seguridad que estaba demostrando no dejaba de sorprenderme.

—¿Estás bien? ¿Quieres qué te ayude? —Eunhyuk se ofreció a ayudarme bastante preocupado.

—No te preocupes, ya me encuentro mejor. —dije nadando hasta la orilla, salí de allí tratando de aparentar qué nada había pasado, tomé una toalla y me envolví en ella—. Sigan disfrutando, yo iré a trabajar un poco, tengo que planear un nuevo proyecto. —Me senté para colocarme las zapatillas y el short para luego dirigirme a la casa.

Me encontraba caminando sola, con la mente en blanco, sin poder procesar lo que había sucedido.

Llegué hasta mi cuarto, me cambié por ropa interior seca y me recosté, había vivido demasiadas emociones para un solo día por lo que decidí dormir un rato.

Corrí las cortinas del ventanal para que la luz del sol no entrara y el cuarto quedara a oscuras, encendí el aire debido al calor y como era costumbre el equipo de música dejándome escuchar algunas melodías de baladas, si no escuchaba música me era imposible dormir.

Me acomodé sobre la suavidad de las sábanas y tomando la almohada entre mis manos mis ojos se fueron haciendo cada vez más pesados, tanto que caí rendida en menos de dos minutos.

Me desperté debido a la sensación de los labios de Leeteuk recorriendo no solo mi boca sino cada rincón de mi cuerpo. Al despertarme me hallaba bañada en sudor, mis piernas temblaban debido a la excitación y mi corazón no dejaba de palpitar.

Tomé el celular entre mis manos y al ver la pantalla iluminándose caí en la cuenta de que solo había conciliado el sueño durante unas dos horas. No quería pensar en nada y como pude me levanté para ir a ducharme y despejar mi mente pervertida de ese extraño sueño, que si tengo que admitirlo no estuvo nada mal.

Salí envuelta con la toalla y me dirigí al ventanal para correr las cortinas y abrir para que circulara un poco el aire, claro estaba luego de apagar el aire acondicionado. Cuando abrí el vidrio me encontré ante la atenta mirada de Shindong, que al darse cuenta de cómo estaba vestida su cara se tornó en una muy roja, y sin decir nada se dio media vuelta y se alejó en silencio.

Yo solo solté una carcajada, me había dado cuenta que de todos resultó ser el más tímido con las mujeres. Giré sobre mis pasos y busqué algo de ropa para cambiarme y salir del cuarto.

No sentí ruidos fuera de mi cuarto por lo que tomé la laptop, una pequeña libreta y un bolígrafo, y me acomodé en el sillón de la sala de estar. Caminé hasta la heladera para buscar un vaso con agua.

Una vez que tenía todo lo que necesitaba, conecté los auriculares colocando música que me permitiera concentrarme, en realidad tenía toda una lista de canciones de k-pop de varios artistas dependiendo el género,  acomodé mis gafas, porque si, era corta de vista y si iba a usar la computadora es cuando más necesitaba usarlos, y me sumí en mis pensamientos.

Les dije a las chicas que trabajaba en un nuevo proyecto, después que iba a abrir una nueva sucursal, y lo más importante de todo es que no tenía ni puta idea de lo que en verdad quería hacer. Busqué en internet algo que llamara mi atención pero nada lo hacía, las construcciones arquitectónicas eran más de lo mismo, y el interior no era muy diferente. Estaba comenzando a frustrarme.

Extendí mi espalda contra el respaldo del sillón en donde tenía las piernas cruzadas, tomé aire y cerrando los ojos dejé que mi cabeza siguiera sola el camino hacia atrás. El cuerpo me pesaba, tenía los brazos a un costado reposando sobre mis muslos, pero lo importante era que el cerebro lo tenía completamente seco, ninguna idea aparecía ni por asomo.

—Te dolerá el cuello si te quedas de esa forma por mucho tiempo. —Alguien habló quitándome los auriculares de las orejas, el sentir el contacto de su piel con la mía me puso en alerta y abrí desmedidamente los ojos y me incorporé chocando con la frente de Yesung.

—¡Lo siento, de verdad lo siento! —Me disculpaba con él mientras lo ayudaba a sentarse en tanto él sostenía con su mano su frente haciendo muecas de dolor—. De verdad lo siento mucho, soy muy torpe, es solo que me asusté, entonces yo... —Él me detuvo en mi discurso verborrágico sosteniendo dulcemente mi mano.

—Tranquila, no duele tanto. —Bromeó dejándome ver una sonrisa muy dulce, era una persona muy tranquila en comparación con el resto de los miembros.

—¿Seguro? —dije corriendo su mano para corroborar que no tuviera un chichón o algo por el estilo, iba a matarme si le dejaba alguna marca en su bello rostro.

—¿Aysel? —preguntó carraspeando un poco la garganta, pero estaba demasiado concentrada en corroborar que no tuviera ninguna herida, aunque no lo pareciera tenía una cabeza dura y Lena siempre me lo decía—. ¿Aysel? —Volvió a preguntar.

—¿Qué? —dije cediendo ante su insistencia.

Yesung no respondió esta vez por lo que debido a su silencio me obligué a mirarlo a los ojos y noté que estaba sumamente colorado y con un brillo intenso en sus ojos.

Me separé lentamente pero él me tomó de la cintura atrayéndome a su cuerpo para depositar un suave beso en la comisura de mis labios, yo literalmente no supe qué hacer.

—Vo... Vo... Voy por una compresa para tu frente. —Pude decir después de tartamudear varias veces—. Ten, espero no duela. —Puse el objeto frío sobre sus manos y llevé sus manos a la frente.

—Gracias. —Volvió a sonreírme tiernamente, yo me derretía por dentro—. ¿En qué estabas pensando tan duro?

—Les dije a las chicas que iba a abrir otra sucursal y estaba buscando algunas ideas, pero nada destaca para mi. —Me dejé caer a su lado.

—¡Ah... Ya veo! —exclamó tranquilo, parecía interesado en lo que estaba haciendo—. Lo primero que debes hacer es pensar qué tipo de aspecto quieres mostrar.

—¡Ohh! —La verdad tenía razón, no lo había pensado.

—No solo qué aspectos quieres mostrar, sino también qué tipo de servicios quieres ofrecer, cuál es el público al que te quieres referir. —Se había puesto en modo serio y no dejaba de hablar.

—¡Espera, espera! Un poco más despacio. —dije tomando notas mientras hablaba.

—Lo siento, suelo emocionarme cuando algo me interesa. —Se disculpó cruzándose de brazos.

—Esta noche los llevaré a conocer el café a profundidad, ahora que no van a estar las chicas puedo darles una visita guiada más calmada. —Recordé que solo habían conocido la terraza y a una Lena demasiado fría.

—Es genial, como yo también administro un café me encantaría ver nuevas cosas. Te tomo la palabra. —Extendió su mano a la espera de que le diera la mía para cerrar el trato y eso fue lo que hice, estar a su lado me tranquilizaba.

—¡Yesung! —Heechul entró acarreando algunas de las cosas que habíamos utilizado para el almuerzo—. Tienes que ayudar a guardar las cosas.

—Me calzo y voy a ayudar. —Me puse de pie para dirigirme a mi cuarto pero me detuve al sentir el ruido del obturador lo que provocó que lentamente me girara en la dirección de Yesung.

—A mi no me mires. —Se defendió al ver que lo miraba con desconfianza y señaló en dirección de Heechul.

—Lo siento, pero es que te ves demasiado sexy usando lentes. —Puso su típica sonrisa inocente y se marchó a pasos apresurados dejando la puerta abierta y a un Leeteuk confundido detrás de él.

—¿Qué fue lo que...? —preguntaba mientras entraba hasta que se enfocó en mi—. ¡Ohhh! Ya veo. —dijo moviendo su cabeza afirmativamente de arriba hacia abajo—. Te ves muy linda con lentes. —Después de decir eso siguió su camino.

El solo hecho de ver a Leeteuk a los ojos me recordó el beso de esta tarde y el sueño de hace un rato, tanto que me dio calor y sin decir nada fui por mis zapatillas al cuarto para ayudar. Necesitaba respirar aire fresco, urgente.

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