Capítulo LXVIII

En agradecimiento por llegar a los 2.5k leídos les traigo un capítulo de regalo. Espero lo disfruten.

—¿Qué haces aquí? —pregunté con un humor de perros.

—Trabajando ¿qué más puedo hacer? —Elian se acercaba lentamente hacia mi mientras hablaba—. No pensé que tendría tanta suerte el día de hoy al verte. —Ahora mi espalda se hallaba apoyada contra la pared de la salida del baño.

—Deja ya de joderme que estoy trabajando. —dije con voz firme, y es que no le tenía miedo y ya me tenía cansada.

—¿Trabajar? —Se acercó más aprisionando mi cuerpo colocando su brazo contra la pared para que no pudiera escaparme—. Eres demasiado buena para estar con ellos. —Comenzó a mover su cabeza alrededor de mi cuello oliendo mi perfume, era repulsivo—. Tienes que estar con un hombre como yo. —Su boca quedó muy cerca de la mía.

—No me hagas reír por favor. —Con mi mano derecha tomándolo del pecho puse distancia entre nosotros, y es que si seguía así de cerca iba a vomitar en su cara—. No quiero saber nada contigo, así que la próxima vez que nos encontremos si no quieres perder tu pequeño pene —Con mis ojos señalé la dirección en donde se escondía su miembro— te recomiendo que hagas como si no me conocieras.

—Tu serás mía, lo nuestro es algo verdadero... —En el momento en que se iba a acercar a mi Donghae apareció frente a mi vista.

—¿Es necesario que te golpeé en público? —preguntó serio acercándose hasta nosotros—. Mira no he tenido un buen día y no estoy de ánimo para tratar con tipos como tú. —Hae tomó mi mano entrelazando nuestros dedos—. Si no quieres estar en el hospital te recomiendo que no sigas merodeando a Aysel. —Y con un empujón clavó su codo en las costillas de Elian—. ¡Ups! No me di cuenta, lo siento —Se paró frente a Elian por un momento y mientras lo miraba retorcerse del dolor Donghae sonrió—, en verdad no lo siento. —Después de decir eso se dio media vuelta y comenzó a caminar conmigo a rastras.

—Me puedes decir ¿qué fue eso de hace un rato? —exigí una explicación deteniendo mi andar y mirando a Hae bastante confundida y extrañada por su comportamiento, él siempre había sido el tipo de hombre pacífico.

—Me estoy volviendo loco. —De repente soltó sin más—. No soporto la idea de que ese tal Zoran te toque tan libremente, no soporto que Elian aparezca si quiera a tu alrededor respirando el mismo aire que tú. —Sus ojos se habían oscurecido ligeramente—. Lo siento, pero el hecho de que no seas completamente mía me esta volviendo loco y siento que si sigo así voy a perder la cabeza. —Sus palabras me dejaron muda y estática.

—Yo... La cuestión es que... Mira la verdad es que yo... —Estaba hablando como si fuera una completa retrasada y lo peor de todo es que no sabía qué quería decir exactamente.

—¡Aysel! —Ryeowook apareció para salvarme del pozo en el que me estaba metiendo—. ¡Oh genial! También está Donghae hyung junto a ti. —expresó con alegría, al parecer no se había dado cuenta del ambiente entre nosotros—. Los estaba buscando, está por empezar la segunda entrevista y tienes que cambiarte de ropa. —dijo señalando el traje de Hae.

—Iré a cambiarme. —declaró serio y recién en ese instante me soltó la mano para dirigirse al vestuario donde supongo que estaban los demás.

Mi mano se sintió extraña ante su contacto, su declaración había dejado mis pensamientos confundidos y a mi corazón con una angustia que nunca antes había experimentado.

—¿Todo bien? —Wookie preguntó dudoso al verme estática en mi lugar.

—¡No! —admití aferrándome a su cuello en un abrazo. Con los tacos que llevaba puesta pasaba a Wook pero aún así sus abrazos eran muy contenedores.

—¿Qué sucedió? —Ryeowook aferraba sus brazos a mi cintura, el calor que emanaba de su cuerpo era reconfortante.

—Esto me va a matar. —Me derrumbé sobre mis piernas pero Wook fue más rápido y me sostuvo entre sus brazos—. Apareció Elian de nuevo. —Comencé a hablar luego de movernos a unos asientos libres que estaban cerca de nosotros.

—¿Quién? —preguntó confundido sosteniendo mis manos sobre sus piernas para que me tranquilizara.

—Elian es el chico que trabaja en una de las emisoras, es el tipo con el que Lena me arregló una cita y por la cual terminamos peleadas ¿Te acuerdas? —pregunté apelando a su memoria para evitar tener que contar de cero la historia, a lo que él respondió afirmativamente con un movimiento de cabeza—. Bueno resulta que me lo acabo de cruzar y dijo que era de él, Donghae nos vio y le dio un codazo en las costillas luego de amenazarlo para que no volviera a molestarme. —Trataba de resumir lo mejor que podía sabiendo que pronto tendría que ir a la segunda entrevista.

—¿Él hizo eso en verdad? —preguntó asombrado.

—Si y no fue todo. —Tomé todo el aire que podían contener mis pulmones—. Me confesó que el hecho de que no fuera completamente suya lo estaba enloqueciendo, sin contar lo celoso que está de Elian y de Zoran. —Terminé por soltar.

—Así que se animó a decir cómo se sentía sin llorar. —A pesar de que tenía puesta su máscara sabía que detrás de esa tela había una sonrisa muy amplia.

—¿De verdad te parece gracioso? —No si es que yo iba a matarlo aquí mismo pero lo salvó la campana.

—¡Pequeña! —Shin apareció frente a nosotros con un atuendo más relajado  y con colores llamativos—. Está todo listo para empezar la segunda entrevista. —dijo alegremente una vez que estuvo de pie a nuestro lado.

Con Wookie nos pusimos de pie y los tres volvimos al sitio en donde había sido la primera entrevista. Al llegar con los chicos noté que estaban todos muy tensos y no sabía el motivo hasta que Yesung habló.

—¿Qué hace ese tipo aquí? —No dejaba de mirarlo con esos ojos asesinos que ponía cada vez que estaba de mal humor.

—Trabaja aquí por lo que lo mejor que podemos hacer es ignorarlo. —Los miré con una sonrisa en mi cara, aunque por dentro estaba más que asqueada de tener que verlo, y a pesar de que me arriesgaba a que hablaran de nosotros me acerqué y les di un suave beso en la mejilla a cada uno, haciendo que todos sonrieran.

—Ahora si puedo concentrarme más, aunque hubiera preferido que fuera sobre mis labios. —Siwon comenzó a bromear.

—Vamos. —Teuk lo miró como si quisiera matarlo causando que Masi estallara en carcajadas.

Gracias a todos los santos la entrevista transcurrió sin ningún inconveniente.

Luego de que finalizara la entrevista los chicos me acercaron hasta el Café para estar con las chicas ya que ellos tenían que ir a retomar los retoques para el concierto.

—¡Wow! ¿Eres tu Aysel? —Lena exclamó asombrada al verme entrar toda producida, ya que era su primera vez viéndome así vestida y maquillada.

—No te burles. —La amenacé pasando al otro lado del mostrador.

—¡Amiga luces increíble! —Mila también me elogiaba luego de llegar a nuestro lado con la bandeja vacía, por lo que supuse que venía de dejar algún pedido.

—Gracias, hoy tuve dos entrevistas con los chicos. —comenté tomando asiento en el lugar de Lena junto a la caja registradora.

—Estas hermosa. —Al escuchar su voz recordé que le había dicho que trabajara ayudando a las chicas, pero no estaba preparada todavía para hablar con él, y menos después de su declaración de esta mañana.

—Lo siento, me voy a casa. Estoy muy cansada, a la noche pasó para arreglar todo. —Me puse de pie y pasé al lado de Zoran sin mirarlo, el ambiente entre nosotros se había vuelto incómodo, sentía que había perdido a un gran amigo.

Caminé hasta la esquina de la vereda y tras hacerle señas un taxi se detuvo, grande fue mi sorpresa al ver que era el mismo taxista amable de la vez anterior.

El hombre se puso muy contento al recordarme y entre charlas animadas me llevó hasta mi casa.

Tras llegar lo primero que hice fue deshacerme de la ropa para darme un baño para calmar mis nervios y mis pensamientos.

No tardé tanto como pensaba hacerlo y es que estaba muriendo de hambre. Envuelta en la toalla con el pelo aún chorreando agua conecté el celular al parlante y coloqué mi lista de k-r&b sexy para escuchar.

Me puse a bailar cuando la voz de Twlv sonó en el parlante a todo volumen, y es que ese hombre tenía una voz muy sexy a pesar de que no lo aparentaba en lo absoluto.

Mi puerta se abrió de golpe y pegué un saltó sobre mi lugar sin contar de que solté un rosario de groserías.

—¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con los demás. —pregunté mientras trataba de calmarme.

—Los chicos me enviaron a casa culpa de mi mal humor. ¿Qué haces tú aquí? —Donghae se hallaba con el torso descubierto y el pelo húmedo, con unos pantalones cortos justo abajo de sus caderas dejando ver el elástico de su bóxer.

—Me vine porque no quería hablar con Zoran. —En ese momento sonaba Playboy de Exo.

Donghae se quedó por un instante en silencio hasta que notó que solo estaba envuelta en una toalla y automáticamente sus ojos recorrieron mi cuerpo de arriba a bajo sin pudor alguno.

Lentamente se acercaba a mi, yo no podía mover, era como si su cuerpo tan seductor me hubiera hipnotizado.

—Aysel... —susurró tirando la toalla que tenía en su mano hacia un lado para tomarme de la cintura.

—Ha... Hae... No creo que esto esté bien. —Trataba de mantener la compostura pero él me lo estaba haciendo demasiado difícil.

—¿Qué no está bien? —preguntaba al tiempo de que su respiración chocaba en el hueco que había entre mi cuello y mi hombro izquierdo haciendo que cerrara los ojos dejándome llevar por la sensación de placer que me estaba generando.

—Es... Est... Esto... —Tartamudeaba ya que no me podía concentrar.

—¿Qué... Esto? —preguntó en voz baja besando mi cuello—, ¿quizás esto? —Ahora bajaba hasta el inicio de mi hombro para dejar otro beso—, ¿o esto otro? —Volvió a besar mi hombro logrando que un calor indescriptible recorriera cada rincón de mi cuerpo.

—Hae... Por favor... —Luchaba por mantener el poco control que me quedaba.

—Solo déjate llevar. —Y luego de decir eso recorrió el camino de regreso a mi cuello pero en lugar de besos su lengua se movía con lentitud torturándome hasta que llegó al lóbulo de mi oreja y lo mordió haciendo que soltara un gemido, y eso señores, fue mi perdición.

Donghae sostuvo mi cara y me besó, primero pasó su lengua por cada rincón de mis labios, luego comenzó a morderlos logrando que el calor aumentara, y cuando ya no pude soportarlo lo tomé de la nunca y lo besé.

En un segundo Hae me había envuelto en sus brazos y sin cuidado alguno sacó lo único que cubría mi cuerpo. Me tomó del trasero para subirme a horcajadas sobre su cintura haciendo que mis piernas se aferraran a él.

En ningún momento perdimos el contacto entre nuestros ojos cuando buscábamos aire. Sin pudor tomó uno de mis pechos y comenzó a jugar con sus manos. Yo me entretuve con su cuello torturándolo de la misma manera que él lo había hecho, jugando con mi lengua, y el bulto que rozaba mi intimidad me hacía saber que lo estaba disfrutando.

—No pidas que paré porque no lo haré. —La voz de Hae se había vuelto ronca debido a la excitación.

—No hables, en momentos como éste es mejor actuar. —dije y mordí sus labios haciendo que también soltara un gemido.

Hae me colocó sobre la cama y en un movimiento ágil quedó completamente desnudo. Me permití saborear su cuerpo por un segundo mientras me relamía los labios, y es que ¡Dios mío! Este hombre era un monumento.

La sonrisa de satisfacción en su rostro me hizo saber que le gustaba lo que veía por lo que sin vergüenza abrí mis piernas de par en par, era una invitación para que hiciera lo quisiera.

Con una de sus manos se aferró a mis pechos al tiempo de que su lengua se entretenía con mi intimidad. Gemido tras gemido salían y se camuflaban con el sonido de la música de fondo, fundiéndose en una nueva melodía: nuestra melodía.

Cuando alcancé el primer orgasmo invertí las posiciones, era mi turno de jugar con él, y hasta que no estuvo a punto de acabar no me detuve. Sentir mi nombre salir de entre sus labios se había vuelto excitante al punto de que quería más.

Así como estábamos me acomodé sobre él y en un movimiento de sus manos acomodó su miembro en la puerta de mi vagina y sin más me penetró.

Ambos estábamos enloqueciendo debido al placer que nuestros cuerpos juntos generaban.

Con el aceleramiento de sus embestidas sabía que estaba por acabar, y yo lo haría con él.

Con la última embestida mi grito fue el más fuerte de todos. Nuestros cuerpo estaban fusionados y bañados en sudor.

Hae me acomodó sobre su pecho mientras me cubría con la sábana.

—Te amo. —Fue lo único que dijo al mirarme fijo a los ojos y besar mi frente.

En ese momento la canción de Ven: "On Your Body" sonaba haciendo todo mucho más sexy.

"Estoy en tu cuerpo" resonaba no solo en la habitación sino también en mi mente y en mi corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top