Capítulo LXII

—¿No piensas hacerme pasar osita? —dijo totalmente despreocupado, al parecer no había notado a los chicos.

—Cla... Claro... —dije tartamudeando, ahora tendría que presentárselo a los chicos y no es que quisiera esconderlo pero me hubiera gustado primero hablar con él.

—¿Y este idiota quién es? —Heechul le preguntó a Leeteuk que estaba a su lado.

—No tengo idea. —contestó mirando a Zoran de pies a cabeza.

—¡Hola! Me llamo Zoran, este idiota es el mejor amigo de Aysel. —Se presentó hablando perfectamente coreano y dejando a los chicos con la boca abierta.

—Chicos él es Zoran mi amigo de la infancia junto a Lena. —Se los presenté y automáticamente él me tomó de la cintura para acercarme a su lado.

—¿No sabía que por fin habías conseguido tener amigos coreanos? —Era obvio que no los reconocería—. Aunque no esperaba que fueran el grupo que tanto te gustaba.

—¿Qué... Los conoces? —pregunté sorprendida.

—¿Nos conoces? —Shindong preguntó comiendo, al parecer ya estaba muriendo de hambre.

—Se que su grupo se llama Super Junior y que son muy famosos en Corea y aquí en Sudamérica se los quiere mucho. —explicaba aún sin soltarme—. Eso si, no me pidan que los identifique porque no tengo idea de sus nombres ni de sus posiciones. —Los chicos solo mostraron una sonrisa que salió más como una mueca.

—¿Podemos comer? Muero de hambre y la comida se enfría. —Eunhyuk trató de evitarlo y esperaba con ese comentario que Zoran se fuera.

—¡Genial! Traje comida para nosotros dos pero si ustedes ya tienen la podemos sumar y comer todos juntos. —Zoran se movió hasta la cocina y dejó sobre la mesa el pollo que había comprado.

—¿Se va a quedar? —Yesung preguntó  susurrando cerca de mi oído para que él no pudiera escucharlo.

—Al parecer si. —contesté de la misma forma en la que él me había hablado para luego caminar hasta la mesa.

—¿Y bien... En qué hotel están parando? —Zoran preguntó mientras servía el pollo y Siwon ayudaba con el resto de la comida.

—Aquí. —contestó cortante Donghae a lo que Zoran casi se atraganta con una ala de pollo frito.

—¿Aquí? —preguntó dirigiendo su mirada seria hasta mi—. ¿Estas viviendo con los siete? —hablaba ahora en castellano para que ellos no entendieran.

—Si, era obvio que no les negaría el quedarse aquí si sabes cuánto me gustan. —respondí cómodamente ante la atenta mirada de los siete que no entendían ni una palabra.

—¿Entonces significa que puedo quedarme también? —Ahora preguntaba en coreano para que los demás comprendieran sus palabras.

—Las habitaciones están todas ocupadas. —Heechul se encargó de hacerle saber que no había espacio para él en la casa.

—No importa, dormiré contigo. —declaró mirándome y haciendo que la que se atragantara esta vez fuera yo.

—¿Estas loco? —hablé luego de beber un poco de jugo para poder recuperarme.

—Antes no te importaba dormir conmigo. —Su declaración hizo que los siete se ahogaran con sus comidas.

—Eso fue cuando teníamos siete años y Lena también dormía con nosotros. —Al escucharme decir eso los chicos respiraron aliviados.

—¿Qué me dices de aquella vez en la que teníamos diecisiete años? —Zoran seguía comiendo tranquilamente mientras los chicos contenían el aliento.

—Estuvimos acampando y los tres nuevamente dormimos juntos. —No entendía a dónde quería llegar con todo esto pero me estaba poniendo súmamente incómoda—. Lena me avisó que ya tiene tu cuarto listo en su casa así que ya está resuelto el tema del alojamiento. —Lo miré desafiante me estaba haciendo enojar y él lo sabía.

—¿A qué te dedicas? —Shindong buscaba cambiar el rumbo de la conversación.

—A conocer el mundo, nunca me ha gustado estar mucho tiempo en un solo lugar. —contestó con una sonrisa en su rostro—. Pero si Aysel me pidiera que no viajara más lo haría a ojos cerrados. —confesó dejándome muy sorprendida, los chicos le dedicaron una mirada que no logré comprender del todo.

—¿De qué hablas? Jamás te pidiría que dejaras de hacer algo que te gusta mucho. —Terminé de dar el último bocado para levantar los platos.

—Fue agradable conocerte. —No se porqué sonó falso la afirmación de Hee.

—¿Qué ya me voy? —Zoran preguntó sorprendido.

—Si. —respondí rápidamente—. Tenemos muchas cosas que hacer con los chicos pero antes vamos a descansar un rato. —afirmé a los que los siete movían afirmativamente la cabeza de manera muy graciosa.

—Esperamos volver a verte. —Teuk lo despedía con una sonrisa que escondía algo más que simple simpatía.

—Tenlo por seguro. —Sabía que Zoran estaba bromeando con los chicos o al menos eso quería creer.

—Vamos te acompañaré hasta afuera. —dije mientras lo empujaba de su enorme espalda, se sentía bien, nunca tuvo tantos músculos por lo que me resultaba llamativo tocarlos ahora—. ¿Qué fue todo eso? —pregunté enojada en cuanto salimos de la casa y de la vista de los chicos.

—No se a lo que te refieres. —Se estaba haciendo el inocente, pero ya no caería en esos juegos, ya no era la Aysel tonta de hace tres años atrás que caía en cada una de sus bromas.

—Creo que fui muy clara al decirte que nos veríamos mañana en el desayuno. No soy la misma Aysel que conocías cuando te fuiste. —Le reclamaba su accionar—. En verdad me gusta que respeten lo que digo y sino pregúntale esta tarde a Lena cuando vayas a trabajar al Café, porque ni sueñes que vas a vivir gratis, si quieres comer y pagar el alojamiento lo harás con horas de servicio ayudando a las chicas. —Me crucé de brazos esperando que entendiera la situación en la que estaba, pero lo único que obtuve de él era una amplia y sincera sonrisa.

—Para mi sigues siendo la misma niña de siempre solo que en el cuerpo de una mujer adulta en muy buen estado. —bromeó a lo que a cambio recibió un golpe de mi puño en su brazo, debo decir que no le dolió en lo absoluto—. Hay mucho de lo que tenemos que hablar osita. —Sonrió y me envolvió en un abrazo protector y cariñoso—. Yo tampoco soy el mismo de hace tres años, he cambiado y he vuelto decidido. —Susurró en mi oído traviesamente para luego dejar un beso en mi mejilla y subirse a su auto para marcharse.

Sus palabras resonaban en mi cabeza pero lo que más me llamó la atención fue que dijo mi apodo en coreano, al voltearme para entrar a la casa todo cobró sentido, los siete estaban de pie frente a la puerta de casa con los brazos cruzados y miradas sombrías.

—No me gusta nada tu amigo. —Hae volvía a pronunciar palabras, nunca era tan callado en casa.

—Es bueno, es solo que es algo inmaduro y travieso. —dije restando importancia mientras entraba a la casa bajo sus atentas miradas.

—Pues no lo creo, esconde algo más. —Yesung hablaba muy serio como siempre.

—Creo que están exagerando, pero no importa. —Me detuve en la puerta de mi cuarto y busqué con la mirada a Heechul—. ¡Tú! —dije señalándolo.

—¿Qué hice ahora? —Se atajó de antemano.

—Prepárate por en dos horas iremos al centro por algo de ropa que cumpla las reglas impuestas por ustedes para las entrevistas. —No tenía ropa y eso me recordó que la ropa con olor a huevo seguía en la bolsa que estaba dentro del baño, eso ya no tenía arreglo por lo que iba a tirarla.

—¿Por qué yo? Odio caminar y ver ropa de mujeres. —Hee estaba intentando hacer un drama para safarse de la situación pero no le sería tan fácil.

—Yo puedo acompañarte en lugar de Heechul. —Eunhyuk se ofreció—. A mi de verdad me gusta comprar ropa—. Y era cierto, era consciente de que le gustaba comprar.

—No —dije seria sin apartar mi vista de Hee—, iré con Heechul ya que él fue el que me provocó para que aceptara trabajar de nuevo.

—Yo que tu iría a descansar ahora. —Shindong bromeó con él dándole suave golpecitos sobre su hombro izquierdo.

—Es mejor no contradecirla. —Siwon palmeó su hombro derecho mientras los demás volvían a sus actividades sonriendo.

—Te veo en dos horas. —afirmé divertida y cerré la puerta de mi habitación.

Después de colocar la alarma del celular caí profundamente dormida, más tarde me vengaría de Hee.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top