Capítulo II

En medio del torbellino de personas que invadieron mi casa quedé completamente aturdida con la mano sosteniendo la puerta.

—No entren sin pedir permiso. —Los reprochó el más alto.

—Lo siento, lo siento. —Se disculpaba la persona que estaba en la entrada todavía.

—¿Se han quitado los zapatos? —preguntó otro.

—Tengo hambre ¿dónde estará la cocina? —El más regordete preguntaba.

—Un momento... —Uno de los que no había hablado antes tras mirar el muro de fotos mías se dio la vuelta lentamente hasta mirarme—. ¡Estamos en la casa de una chica! ¿Me veo bien? —Mi rostro seguía inexpresivo.

—¡Lo siento, lo siento! —El hombre de la entrada seguía pidiendo disculpas que supongo eran por la conducta inapropiada de los demás.

—¿Me puedes decir qué está pasando? —pregunté llegando al borde del enojo.

—¡Ohhh! Puedes hablar coreano. —El hombre más alto se acercó aún sin mostrar su rostro.

—¡Oigan, esa es nuestra canción! —Uno de los que no había hablado antes señaló el reproductor donde se dejaba escuchar la canción Mr. Simple.

—No me hagan reír ¿Su canción? —pregunté irónicamente, ahora si estaba enojada—. Podrán interrumpir en mi casa mientras espero una maldita explicación, pero decir que esa canción es de ustedes y faltar el respeto a mis amados SuJu, eso si que no. Así que si no les importa se pueden retirar antes de que llame a la policía. —Los amenacé mientras con una mano sostenía la puerta y con la otra les indicaba la salida.

—¡Oye Heechul ayúdame con la comida! —La mención de ese nombre me alarmó pero mayor fue mi sorpresa al ver de quien provenía la voz. Shindong caminaba lentamente batiendo algo en un bols.

—¡Un momento! —dije sentándome en el suelo, mis piernas fallaron y quizás estaba teniendo otro de esos extraños sueños, a lo mejor me quedé dormida después del trabajo.

—¿Te encuentras bien? —El más alto de todos se puso hasta mi altura y tras dejar ver su rostro no pude creer que Leeteuk fuera quién me estaba preguntando.

—¡Shindong la has asustado! —Siwon se acercaba hasta donde estaba y gentilmente me ofreció su mano para levantarme.

—Iré por un vaso de agua. —Eunhyuk se fue en la dirección por la que Shindong había aparecido.

Lentamente me fui poniendo de pie con la ayuda de Siwon y la atenta mirada de todos. Me senté sobre el sofá negro que estaba en el recibidor, nunca me había sentido tan agobiada en mi propia casa. Eunhyuk llegó con el agua, pero solo tomé un sorbo.

—¿De verdad estas bien? —Ahora era Yesung quién preguntaba.

—¡Todo esto es culpa de ustedes! —La persona que anteriormente se encontraba en la entrada les gritaba—. Les dije que no irrumpieran en una casa ajena... ¡Ahhh! Pero ustedes como siempre no hicieron caso, parecen niños de jardín que sacan a una excursión. ¿Qué haremos si llama a la policía? —El hombre caminaba de un lado a otro agarrándose la cabeza.

—No llamaré a la policía. —dije sin pensar en dirección a donde estaba el hombre, tras oír lo que dije todos se dejaron caer en el lugar en el que estaban mucho más relajados.

—Me lo he estado preguntando hace rato ¿Cómo es que puedes hablar tan bien nuestro idioma? —Leeteuk me miró con una sonrisa.

—Es algo vergonzoso de admitir ahora que ustedes están aquí. —dije agachando la mirada.

—No diremos nada. —Donghae hablaba por primera vez—. Estoy curioso. —Sonrió haciendo que mi corazón se derritiera.

—¡Ohhh! Nuestro pequeño tiene curiosidad. —Heechul lo tomó por detrás para molestarlo.

—De acuerdo les contaré. —Realmente me sentía muy avergonzada—. Hace varios años que me hice fan de ustedes y eso me entusiasmó para aprender coreano. Cuando comencé con las clases me propuse ser su traductora en el próximo concierto en el que estuvieran presentes, como así también tenía como meta irme a vivir a Corea. —Terminé mi relato sumamente avergonzada, y es obvio que omití la parte en la que quería conquistar a uno de ellos, jamás admitiría quién era.

—¡Vaya! Tienes una resolución fuerte. —Yesung me alabó y eso se sintió bien.

—Debe haber sido duro, prácticamente pareces una nativa. —Eunhyuk me miró con algo de compasión.

—No crean, fue realmente divertido. Y para motivarme cuando estoy en casa hablo sola en coreano y veo los dramas sin los subtítulos, como así las canciones las canto en el idioma original. —Sonreí mirándolos a todos, nunca imaginé que uno de mis más grandes sueños se podía cumplir.

—Muy lindo todo, muy emocionante la historia pero muero de hambre... Y lo único que pude hacer es batir huevos porque no tienes nada en la nevera. —Shindong dirigió la mirada hasta la cocina.

—No se preocupen, voy a pedir algo de comida. Como vivo sola y trabajo todo el día, solo ceno lo justo. —Me levanté para buscar mi celular y pedir algo de comida.

Caminé hasta la heladera para marcar uno de los números que tenía allí mientras pensaba en qué podría gustarles. Lo primero que me vino a la cabeza fue carne y como para ellos es poco común comerla debido a que es muy cara encargué una barbacoa con vegetales y además pizzas, por si alguno no se acostumbraba al sabor.

—Mientras esperamos la comida ¿Me pueden contar qué hacen aquí tan alejados de la ciudad? —Traté de no sonar entrometida y segura.

—No queríamos estar en la ciudad y decidimos dar algunas vueltas y finalmente nuestro mánager se cansó y sin darnos cuenta terminamos aquí. —Heechul explicó al pasar.

—Si no te molesta ¿Podríamos quedarnos aquí? —La pregunta de Eunhyuk me sacó de mis sentidos. ¿Super Junior en mi casa? ¿estaba segura de que no se trataba de una cámara oculta?

—Claro, ¿por cuánto tiempo ? —Hice la pregunta más lógica pero, sin duda alguna, la respuesta fue totalmente descabellada.

—Para empezar un mes. —Siwon tiró la bomba con esa cara sin preocupaciones que tanto lo caracterizaba.

—¿Para empezar? —Mi rostro tiene que haber sido todo un poema ya que al terminar de hablar comenzaron a reír.

—Algunos de nosotros necesitamos vacaciones, pero tenemos que empezar a preparar nuestro próximo álbum y queríamos hacerlo alejados de la ciudad. —Leeteuk explicó.

—Además a nuestro compositor le gusta la naturaleza. —Yesung señaló a Donghae que se disculpó agachando levemente la cabeza.

—¿Qué dice su mánager respecto de sus caprichos? Por cierto, ¿a dónde fue? —Lo busqué con la mirada.

—No te preocupes por él, irá y vendrá cuando lo llamemos. —Shindong habló mientras miraba el reloj de pared que colgaba sobre una repisa—. ¿Tardará mucho la comida? Muero de hambre. —Se frotaba la barriga.

—Deberían estar por llegar, siempre pido en los mismos lugares por lo que los repartidores habituales no se pierden. —Al terminar de hablar el timbre de mi casa comenzó a sonar.

Todos se miraron preocupados, supongo que les preocupaba ser descubiertos y eso es porque se les dio por escaparse. Me dirigí a la puerta con la billetera en mano porque era más que obvio que era el delivery y estaba en lo correcto.

Tras pagarle al repartidor les hice señas a todos para que se ubicaran en la mesa. Tuve que traer algunas sillas que estaban guardadas para cuando organizaba alguna fiesta, o sea estaban nuevas, en realidad mis padres me regalaron otro juego de sillas cuando terminé por mudarme.

Gracias a Dios que había comprado cubiertos de más, sino esto sería un problema. Al abrir las cajas pude ver como Shindong se babeaba con la comida al igual que los demás.

—Pueden comer libremente, yo ya he cenado. —Extendí mis manos indicándoles que se sirvieran sin preocuparse, solo esperaba que no se quedaran con hambre o que Shindong se acabara la comida.

—¿Cómo fue que terminaste viviendo aquí sola? —Leeteuk preguntó antes de que un trozo de carne entrara a su preciosa boca.

—Simple, no me gustan las aglomeraciones urbanas, prefiero la naturaleza. —expliqué tomando mi vaso con un poco de agua.

—Te llevarás bien con nuestro Donghae. —Eunhyuk dio una palmada en su espalda que lo hizo toser, aunque no estaba segura de si fue por el comentario o porque lo sorprendió mientras se metía un bocado a la boca.

—Dijiste que eras nuestra fan ¿Verdad? —Yesung preguntó mirando con complicidad a los demás que adivinaron hacia dónde quería dirigir la conversación.

—Si, dentro de los grupos que hay en el K-pop son los que más me gustan, quizás se deba a que mi edad está más cerca a las de ustedes. —Me sentía rara al hablar con ellos con tanta normalidad.

—¿Qué edad tienes? —Donghae preguntó tímidamente.

—Este año cumplí 28 años.

—Eres joven, nosotros somos más grande. —Siwon comentó repentinamente—. Pero es sorprendente que ya estés viviendo sola.

—Gracias. —Sentí mis mejillas arder de la vergüenza.

—Volviendo al tema —Yesung retomó la conversación—, ¿quién de nosotros te gusta más? —Una vez que lo preguntó todos dejaron de comer para mirarme atentamente.

—No lo diré. —dije firmemente.

—Puedes al menos decir los tres qué más te gustan sin decir el orden en el que están. —Leeteuk era astuto, se ve que lo que reflejaba en los programas era auténtico.

—¡Qué lo diga, qué lo diga! —Comenzaron a gritar en coro.

—De acuerdo, de acuerdo lo diré, pero solo son los tres que más me gustan pero no quiere decir que el orden en que lo diga es el orden en el que me gustan. —aclaré, si no les decía no me dejarían en paz durante toda la noche.

—Esta bien, solo dilo. —Heechul me apresuró.

—Hay cuatro de ustedes que me gustan más si tengo que hablar de acuerdo a mis preferencias físicas y en cuanto a personalidad. Tengan en cuenta de que es a través de lo que emiten en las redes sociales. —Trataba de alargar la situación pero era en vano, todos miraban con expectativas—. Leeteuk, Donghae y Siwon. —Tapé con mis manos mi rostro que ardía de calor.

—¡Ohh! Como se esperaba. —Eunhyuk habló.

—Pero también tengo un ranking en cuanto a personalidad. —hablé rápidamente.

—Eso es nuevo. —Shindong señaló.

—Los que más me gustan en cuanto a personalidad son en primer lugar Shindong, en segundo lugar Heechul y en tercer lugar Eunhyuk. —Nuevamente cubría mi rostro—. Si se trata de voz en primer lugar está Yesung, en segundo lugar Donghae y en tercer lugar Shindong.

—¿Yo en voz? —preguntó extrañado mirando a todos que me observaban expectantes.

—Si, tienes un timbre de voz muy único que hace que te distingas fácilmente en cualquier canción. —afirmaba moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo.

—Eres mi persona favorita en el mundo. —exageró.

—¡Bueno! —dije poniéndome de pie al tiempo que golpeaba mis manos—. Es hora de ir a dormir ya que mañana tengo que trabajar. Les daré un recorrido rápido por la casa, ya que han decidido quedarse por un mes.

Sus rostros alegres era un recuerdo preciado que guardaría en mi corazón, algo que no compartiría con nadie.

—La cocina y el recibidor ya lo conocen. —dije señalando ambos lugares—. Muy bien los cuartos están por aquí. —Los encaminé por un pasillo que separaba los dos ambientes anteriores—. Aquí dormirán Shindong, Yesung y Siwon, y aquí —dije ahora abriendo la puerta de al lado—, Eunhyuk, Leeteuk, Heechul y Donghae.

—¿Cómo es que tienes tantas camas? —Heechul preguntó sorprendido.

—¡Ah! Eso se debe a que esta casa antes era una cabaña que se alquilaba. Cuando la compré decidí dejar las camas, obvio que compré los colchones y las sábanas por lo que no deben preocuparse. —Vi la expresión de alivio en sus rostros—. El baño está al final detrás de aquella puerta. Y al lado está mi habitación, a la que está altamente prohibido que entren. —Los miré como si quisiera amenazarlos—. Ahora los dejo. Que descansen. —Y me dirigí a mi cuarto.

Me acosté sobre la cama e inmediatamente quedé dormida, había sido un día agotador y repleto de sorpresas.

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