Capítulo 8
Han pasado un buen par de horas, todos estábamos acostados alrededor de la fogata. Yo era el único despierto, con mi mirada fija en la roca que me habían dado. Mi curiosidad sobre ella es, sinceramente , enorme. ¿cómo hará para inducir la evolución? ¿qué tan raras son? ¿cómo se forman? ¿Por qué tienen esa forma? ¿De qué estarán hechas? Esa son algunas de las preguntas que se me vienen a la mente.
Sinceramente, estuve tentado a darle una mordida o raspararla, para tragarme el polvo y ver si hacia efecto. O tal ves tragarla entera… Luego recordé los posibles efectos que tendrá en mi culo y la verdad, no quiero sangrar por ahí atrás por ser un idiota importante.
-¿Que haces viendo esa piedra?- Pregunto Carlos, que recién despertaba– ¿es la primera ves que vez una? -.
Con tono algo animado, le digo- Si, es mi primera ves viendo una de estas cosas… -Entonces miro a él Glaceon, con una sonrisa - ¿No mencioné que soy el nuevo del lugar?-.
Ante mi comentario Carlos alzó una ceja, sin cambiar mucho su expresión. Diablos, frío y inexpresivo hasta la médula ¿eh?. Tan sólo falta que sea Tsundere de verdad.
Se me ocurre un chiste y aguanto la risa, pero cuando estaba apunto de contarlo él desvío la cabeza hacia el bosque. Confundido, pregunté.
-¿Qué sucede?-
-Se acerca un grupo- Se levantó de inmediato y soltó una ráfaga de viendo helado hacia la fogata. La misma ráfaga llamo la atención de Zuku. Se acercaron mutuamente y Carlos dijo un par de palabras- Son un grupo, bastante grande. Alrededor de 20 o más. No creo poder contra ellos-
Zuku respondió, preocupado- ¿Bloquean el camino a casa?-
-Si. Tendremos que desviarnos-
Sin esperar más, me levanté del suelo y guardo mi piedra en mi copete. Sorprendentemente, mi pelaje era bastante rasposo y cuando puse la piedra ahí quedó fija en su lugar, como si fueran alambres. Que loco, ¿no?
-¿Estas listo?- Me pregunto el Riolu. Inmediatamente me puse mi mochila en mi espalda, y asentí.
Todos comenzamos a correr en dirección opuesta a nuestro hogar. Sinceramente estaba fastidiado, pero no tengo un buen dominio de mi fuerza, y tardó 10 segundos en generar un mísero ataque. Lo más sabio es correr lejos.
No paso mucho tiempo antes de que Carlos mirara a Zuku y dijera:- Me di cuenta muy tarde. Nos están siguiendo-
Él sólo respondió mirando hacia atrás. Estaba apretando los labios, preocupado. Cuando enderezo su mirada soltó un suspiro profundo, antes de decir -¿Logras identificar la especie?-
Huno un par de segundos de silencio, antes de negar con la cabeza- No del todo. Escucho siseos de serpiente, pero no logró distinguir que pokemon con forma de serpiente es. Tal ves sea una manada de Arbok o Serperior, no se.-
Luego de eso, hubo silencio entre ellos dos. No sabían decirse entre si y yo no sabía cómo entrar en la conversación. Los segundos incómodos se volvieron minutos, los minutos horas. Cuando me di cuenta, ya estaba amaneciendo y mis patas gritaban por descansó. Mi garganta seca ardía.
-¿No podemos parar? Llevamos horas corriendo- Exclame con molestia.
Carlos me miro frío, pero luego de darle una mirada a Zuku, fue disminuyendo la velocidad y cuando estuvo a mi lado, me agarro del pescuezo. Sentí todo mi cuerpo paralizarse cuando me levanto del suelo y aumento la velocidad.
-No podemos parar. Mientras corremos hace más de 3 horas, ellos están siguiendo nuestro aroma por esa misma cantidad de tiempo… Aunque es extraño- Movió su cabeza hacia un costado, mirando hacia atrás- Usualmente dejan de cazar luego de 30 minutos, o una hora. Estos no se han detenido en todo este tiempo-.
-¿Serán de algunos entrenadores?- Dije tratando de aportar algo a la conversación.
-Un entrenador entrena a varias especies y varios tipos. Es poco probable que sea uno- Dijo Carlos. Se le notaba serio.. Bueno, más de lo normal.
El perro azul entonces se detuvo contra un árbol, jadeando. Nosotros nos estuvimos unos metros después, no en mejor estado. Habíamos corrido más que un humano normal y la verdad, nos estaba pasando factura.
-¿Por qué…. No usamos sus ilusiones para… Alejarnos?- Me miro con una sonrisa mientras recuperaba el aire.
-…. Mis ilusiones tardan en hacerse, pero… Puedo hacer otra cosa… - Miro a mi costado y vemos como aparecen en el aire 3 esferas de colores. Una celeste pálido, otra azul con negro y la última negra con rojo- Podría esparcir nuestro aroma un par de metros. Eso nos daría algo de tiempo, ¿no?-
Ante el plan, Zuku y Carlos se miraron entre si. El mayor asintió y luego de pensarlo un poco, Zuku también dio su pulgar arriba.
Rápidamente genere 3 pares de esas esferas de colores, y empezaron a dispersarse por el lugar. Mi cabeza dolía mientras sentía mi energía ser drenada de forma agresiva.
-¿Pueden llevarme?... Si me muevo… Mi ilusión caerá… Debemos irnos- Dije tratando de no perturbar mi concentración. Cierro los ojos, ayudando a mantenerme centrado.
No preste atención a nada más. Ni cuando Carlos me levantaba, ni sus pasos, ni su sacudida mientras saltaba. Luego de lo que parecían unos 10 minutos mi energía se agotó y deje caer mi cuerpo.
Me sentía pesado, con nauseas. Mi respiración no era desigual, pero me sentía agotado. Apenas tenía fuerzas para mantenerme despierto. Cerré los ojos por un segundo y antes de darme cuenta…
Nos habíamos detenido. Carlos y Zuku estaban sentados, comiendo unas bayas. Cuando levanto la cabeza me agarra una jaqueca enorme haciendo que me lleve ambas patas a los sienes.
-¡Aaaahh mi cabeza!- Me queje en voz alta mientras apoyaba mi mentón en el suelo. Mis orejas bajaron instintivamente.
Luego de lo que pareció una eternidad el dolor se había mitigado y alzó la mirada. Ambos pokemon se habían quedado viéndome, sin decir nada. Extrañado, paso mi mirada entre los dos.
-¿Sucede algo?- Dije yo, claramente confundido por el silencio.
-… Que verte así me recuerda a un adorable cachorro durmiendo- El Glaceon dijo eso mientras colocaba una mano en mi cabeza y empezaba a acariciarme. Ahora me daba cuenta que su piel era bastante fría. No como tocar hielo, pero si como una manta en invierno - Debe dolerte la cabeza por la ilusión que hiciste. Duerme un poco, tal ves mejore-
Siguiendo el Consejo, cerré los ojos, pero antes tenía que hacer una pregunta- ¿Mi ilusión funcionó?-
Ante mi pregunta, recibí otra caricia en mi cabeza y la voz de Carlos dijo -Funcionó de maravilla…. No nos siguen ahora-
Sonrió satisfecho por haber sido de utilidad, para luego sólo relajarme, dejandome caer en un profundo sueño.
Unas horas después.
Un sentimiento me termino despertando. La cabeza ya no me dolía pero había algo que me estaba alterando, tal ves un sexto sentido, tal ves sólo un presentimiento, pero algo me decía que no me lo vieras por nada del mundo.
Mantuve mis orejas atentas y luego, ¡buff! Algo se nos fue rociado al cuerpo. Sin importar que, escuché a Carlos despertarse y ponerse de pie.
-¡Levantense chi..!
Luego un golpe mudo terminó callandolo. Abro los ojos listo para tratar de ayudar, pero lo que vi me asusto.
A mi izquierda, podía ver a una serpiente verde, con la punta den su cola iluminada en un color verde pálido y a Carlos en el aire, antes de impactar contra un árbol. Zuku estaba de pie, por alguna razón estaba temblando y se movía muy lentamente.
Cuando trato de dar un paso me doy cuenta que mi cuerpo no reacciona. Trato de mirar hacia abajo, pero mi cuello estaba duró. Sólo movía mis ojos, desesperadamente hacia Zuku.
Una sensación de alivio me recorrió por la espalda cuando un muro de hielo apareció frente nuestra, empujando a la serpiente contra un árbol.
Carlos apareció a mi vista desde la derecha, envuelto en una aura blanca y en un instante había aparecido frente a la serpiente asestando un potente golpe en su mejilla, enterrando su cabeza en el tronco del árbol. Logre ver como sangre salía de la nariz de su oponente y sin piedad siguió golpeando su rostro.
Con cada golpe, la Copa del árbol se sacudida y el olor a sangre inundaba el ambiente. En menos de 5 minutos, Carlos había transformado el rostro de la serpiente en una masa sangrienta y huesos sobresaliendo.
Se alejo se cadáver aún tibio y suspiro, sacudió su mano con una expresión molesta y con dolor, antes de dirigirse hacia Zuku y decir- ¿Aún tienen el efecto de paralizadoras? – Esperó unos segundos por una respuesta, para luego acercarse a Zuku- Me queda a cuidarlos hasta que el efecto se vaya. Aún puedo oír más cerca-
Si pudiera sonreir, sin duda lo haría. Es lo más cercano a lo que tuve a mi primera experiencia de batalla. No me sorprendió que fuera tan… Sanguinario. En este mundo, matas o te matan, o al menos así tengo entendido que son las cosas. Iba a cerrar los ojo pero el sonido de un estallido hizo que pusiera alerta.
No note nada al principio, pero luego de ver atentamente a Carlos me di cuenta de lo que sucedió.
Una mancha roja empezó a emanar de su pecho y su espalda, manchando sus ropas. Se inclino hacia el frente, cayó al suelo y en su pecho vi como empezó a formar una capa de hielo delgada a forma de venda para evitar que se desangre.
Desesperadamente trate de moverme, reaccionar, ¡algo! No quería dejar que muriera frente mía. Luego de unos 5 minutos mis intentos fueron interrumpidos cuando vi a un hombre mayor aparecer. Tenia la barba blanca y el pelo canoso, con un traje camuflado de colores oscuros y verdes. Se encontraba sosteniendo un rifle francotirador, como los que vi en diversos juegos. Junto a él apareció un Serperior, quedándose cerca de su amo.
Al ver a Carlos, el hombre mostró decepción y pateo el hombro, tratando de ver su herida. Mi compañero le dirigió una mirada de odio, que sólo fue recibida por indiferencia.
-Un Glaceon humanoide… Es una lastima que haya apuntado al corazón. Serias mercancía de gran valor- Miro su a lo lado, para ver al cadáver de serpiente. Su mirada se volvió una de enojo y nos miró- Pero eres el único que daño a mi Serperior, así que… Ya sabes el dicho- Apunto su rifle al rostro de mi compañero- Ojo por ojo-.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top