Capítulo 2
Aún estaba colgando sobre el pico de aquel pájaro, pero aun así… Mi cuerpo no respondía… Estaba… Tan cansado…
Tenía… tanto sueño… Todo se estaba poniendo negro… Me desmaye.
Y abrí los ojos.
Estaba en una pequeña habitación, acostado hacia un lado, en una pequeña cama de no más de una plaza. Tenía una manta sobre mi cuerpo, y parecía que estaba imitando a un pequeño cachorro acostado y ahora mis manos estaban vendadas. Mire hacia todos lados, buscando a alguien en la habitación, pero estaba solo. Como pude me levanté de ese lugar y comencé a dar mis primeros, suaves y delicados pasos con este cuerpo, aguantando el insoportable dolor que mis manos, o lo que sea que tena ahora, sentían.
Trate de bajarme de esta cama, pero como era de esperar, me termine cayendo de cara al suelo. Eso hizo un ruido que juro que se escuchó por todo el puto mundo. Apreté los dientes y trate de ponerme de pie, y escuche los pasos de una persona acercarse con rapidez. Levante la cabeza, para encontrarme con una figura humanoide; La mayor parte de su cuerpo estaba cubierto se ropa, una camiseta de mangas cortas de color crema y unos pantalones holgados, pero en sus brazos se podía ver un plumaje rojizo, más arriba había una melena amarilla que caía detrás de su cabeza. Tenía un cuerpo curvilineo, mostrando un aspecto femenino y fino. Su rostro parecía ser una máscara roja que terminaba en forma de pico de ave, pero aun mantenía rasgos faciales parecidos a los de una persona, casi femeninas. Al verla, corrió hacia mí y me recogió del suelo, para luego dejarme en la cama. Abrió su pico, y con una dulce voz femenina, me dijo:
— Aun no te levantes. Eres un recién nacido y todavía no tendrás la fuerza suficiente para mantenerte de pie. Mejor quédate en tu cama, ter traeré algo de comer—
Ahora realmente confundido, trate de procesar lo que acababa de pasar. Primero paso esta mierda de que me hizo sufrir un accidente de auto, luego esa rara sensación de muerto, las criaturas, y ahora ¿esto? ¿Tengo a una gallina antropomórfica como madre ?
— ¿Dónde estoy? — Termine preguntando en voz alta. Pensé que ella no iba a responder, pero lo siguiente que escuche fue:
— Estas en la vida después de la muerte —
Sentí un escalofrió recorrer toda mi espalda, mientras cada vello de mi cuerpo se erizaba… Eso explicaba muchas cosas, pero…
— Ósea…. ¿Estoy… Muerto? — Pregunte con algo de indecisión y nervios. Ya comenzaba a entrar en pánico, con ganas de vomitar o correr o algo más. Solo quería irme.
— Lamento darte las noticias, pero si, falleciste —Cuando termino la frase, regreso con un tazón lleno de una pasta azul y una cuchara de madera. Como yo aún seguía acostado en la posición en la que ella me dejo, se sentó a mi lado y coloco el tazón en su regazo.
— … Así que…. Existe otra vida… —
— Sé que es chocante de saber esto — Coloco una mano en mi cabeza. Ahora que me doy cuenta, ella era enorme. No podía decir con exactitud qué tan alta era, pero su mano cubría por completo mi cabeza, y podía sentir que sus dedos rodeaban por completo mi cráneo. Me aterrorizo la idea de que podría aplastar mi cabeza de solo un leve esfuerzo. —Te recomiendo relajarte y comer algo… Me llamo Plate, ¿Cómo te llamas tú? — Dijo antes de ofrecerme una cálida sonrisa, algo extraño por su pico… Tal vez solo tenga una parte dura
— Juan, Juan Esteban Bezurka…— Me asome para ver la pasta azulada que tenía el tazón, algo curioso de lo que era.
— ¿Quieres comer un poco? –Agarró la cuchara que tenía y recogió un poco de la pasta, para terminar, ofreciéndomelo—
Yo, por mi parte, olfatee un poco la pasta, obteniendo un ligero olor cítrico. No tenía mala pinta, pero la verdad, no me daba mucha confianza esa cosa. Acerque mi boca al cucharon y le doy una suave lamida. El sabor era curioso, como a la palta o aguacate, pero con azúcar y más acido, similar a una frutilla. Abrí mi boca y comí un poco.
Saboree suavemente este nuevo sabor en mi lengua, disfrutando cada segundo que pasaba. Y cierro los ojos antes de tragar, para prestar atención a la textura. Cuando abrí los ojos, veo a Plate aguantando una leve risa, para luego ofrecerme otra cucharada.
—Se ve que te gustó — Su tono era entre pícaro y animado. Yo sin más, asentí suavemente.
—Sí, estaba rico… Oye, estoy… confundido. ¿Se supone que estamos en el cielo? ¿Qué dios era el correcto? — Cuando terminé de hablar, comí de vuelta esa pasta, saboreándola.
Ella me miro con una sonrisa, como si hubiera dicho un chiste bueno, como para hacerla sonreír, pero no tan bueno como para hacerla reír. Yo arquee la ceja, ahora confundido. Si se supone que estoy muerto, y esto no es ni el cielo ni el infierno, ¿Qué lugar se supone que es?
—Ni una ni otra —Coloco su mano sobre mi cabeza y la acaricio con algo de rapidez, como si fuera un cachorro pequeño y su dueño feliz —Se llama reencarnación. Falleciste, pero volviste a vivir —
—¿Así que el budismo es la verdadera religión? ¿Con su sentido de reencarnación a causa del dolor y el sufrimiento?
Ante esto, recibí una carcajada de parte de Plate. La Blaziken solo tapo levemente su pico, tratando de que no suene tan fuerte su risa. Ante esto, arquee la ceja, confundido. —Y entonces, ¿Qué nos pasó? —.
—Es simple —Dijo como si fuera lo más obvio del mundo — Nadie sabe. Pero los budistas pensaban que reencarnabas en otro humano, no en esto— Dijo para luego apuntarse a todo su cuerpo. Ejem… Que voluptuoso cuerpo... Esos montículos de sus pechos si que me llamaron la atención.
—Así que… ¿Qué se supone que somos? —
—Somos pokémon—
Y ante esta respuesta, quede mudo. ¿Pokémon? ¿Es en serio? Espero que no sea una de esas malas historia de reencarnación de “¿Qué pasaría si yo muero y reencarno en “x” anime?” Ella, al ver posiblemente mi cara de rareza, acaricio mi cabeza con suavidad y ahora agarro mis costados y me levantó con lentitud. Me acobijo en su pecho, como si fuera un recién nacido, e inmediatamente se dirigió hacia la salida de la casa.
Que suertudo soy
Al abrir la puerta, pude ver un gran número de animales antropomórficos, o “pokémon”, caminando de aquí hacia haya, algunos cargando cosas y otros simplemente caminando. Plate empezó a caminar con una leve sonrisa. Mientras pasaba, saludaba al resto con una mano mientras me sostenía con la otra. Todos parecían buenas personas, y sus trabajos parecían honestos y honorables. Algunos barrían, algunos cargaban cosas, otros vendían.
A medida que ella siguió su camino, las casas se hacían cada vez más escasas.
— ¿Dónde vamos?— Dije con un curiosidad. Después de todo, no dirijo yo el camino.
— Vamos a la casa de un amigo. Es de tu misma especie, así que el sabrá cuidarte apropiadamente—
— Oh... Bueno....
Al menos una hora de caminata después las casas desaparecieron casi por completo. Cada una o dos calles, recién había una casa.
Nos detuvimos en una choza algo grande, con segundo piso y una pequeña torre de vigilancia a un costado. Plate se acercó y toco la puerta con suavidad. Al no pasar nada, tocó otra vez, y entonces recién salió.
Un zorro de melena roja y pelaje gris oscuro, con lo que parecía ser una pechera de pelo negro y con garras rojas en vez de dedos. Con cara de no haber dormido bien, se tapó el sol con una mano, con una expresión de molestia. Cuando se vista se enfocó en nosotros, sonrió levemente y se apoyó contra el marco de su puerta.
— ¿Qué tal, Plate? ¿Alguna novedad? —
—Pues la verdad, si— Me levanta, dejando a la vista mis patas rojas y vendadas —Es un chico nuevo. Y como sabes, las reglas, uno de su especie debe cuidarlo. Pensé que serias un buen ejemplo para él —.
El zorro cansado solo levanto las manos y las sacudió hacia adelante, tratando de sonar despreocupado. —Está bien, está bien. Yo me encargo —.
—¡Qué bien! —E inmediatamente Plate se acercó y le planto un beso en su mejilla a aquel zorro— Prometo que te pagare —.
—En efectivo esta vez —Respondió con un tono chistoso, para luego acariciar mi cabeza y sonreír— Bien muchacho, me llamo Zack, un gusto conocerte —Luego agarro mi espalda con suavidad y me cargo en sus brazos, y acaricio mi hocico con su dedo. Luego, miro a Plate y cerró los ojos —Espero verte pronto –
—Lo mismo digo— Luego de eso se dio vuelta y se dirigió hacia el interior de su cabaña.
Este hogar estaba bastante más ordenado que su apariencia, empezando con las paredes pintadas de un hermoso color blanco crema. Tenía un par de muebles por aquí y por allá, pero nada importante, lo que si resalto fue un cómodo sofá nuevo. Se acercó a ese delicioso asiento y se dejó caer en él, recostando su cabeza y su larga melena.
—Y dime, ¿Cómo te llamas? —Dijo mientras acariciaba mi cabeza con una sonrisa leve. Yo cerré los ojos ante el contacto, disfrutando suavemente la sensación.
—Juan… Juan Esteban Bezurka— Palmeo mi cabeza con cariño y estiro mis orejas con ambas manos.
—Juan Esteban, ¿eh? Lindo nombre. ¿Cuantos años tenías? —.
—Dieciséis años, señor Zack… ¿Puede dejar de acariciarme? — Sacudí mi cabeza, tratando de que no me tocara más.
El, en respuesta, alejo sus manos—Vale, vale. ¿Estudiabas? —
—Sí, estudiaba, tanto en la escuela como en casa…—Antes de que pudiera responderme, yo golpee su pecho con mi cabeza—… ¿Que especies somos? —.
—Soy un zoroark, que es la evolución de tu estado actual, de Zorua—
—… ¿Trabajas? Porque te veo muy dormido —.
—Sí, trabajo de guardia de seguridad del turno nocturno. —
Yo asiento, confiando en su información, para luego colocar mis manos en su pecho — ¿Sabes si podremos regresar?
El hombre me miro a los ojos y niega con la cabeza, para luego solo cerrar los ojos y suspirar. Se rasco la nuca, mientras sus orejas picudas bajan suavemente— … No, no podrás regresar—
Ante esto, apreté los dientes y suspire, sabiendo que si hubiera forma, lo habría logrado. Yo baje la cabeza y frote mi cabeza contra tu brazo, para tratar de limpiarme el rostro con su pelaje, cosa que no le disgusto. —Le llevare a mi habitación, no te preocupes —
Luego, pasó a la cocina. Tenía una pequeña chimenea con la que podía poner un trozo de hierro arriba para poder cocinarse un rico pedazo de carne, casi improvisando una parrilla. Y tenía una cocina con horno incluido que la verdad no era muy nueva, pero tampoco era vieja. Estaba “meh”.
Pasando esa zona, llegamos a su habitación: Una pequeña habitación de 20x10 metros cuadrados, maso menos, con una cama de una plaza y un pequeño escritorio con algunos trozos de papel arrugados.
—Aquí es donde descanso… — Dijo antes de acercarse a la cama y acostarse boca arriba, y colocarme en su melena. Algo extrañado, trato de salir, pero ese lugar era extrañamente cómodo.
—¿Porque me pones aquí?... No es que me queje… —
—Eres un recién llegado, así que tu cuerpo no debe de tener más de 24 horas de vida. Plate de seguro te habrá alimentado, así que lo primero que debes hacer es descansar. Y normalmente, las crías de nuestra especie duermen en la melena de sus madres, padres o cuidadores. — Seguido de eso, bostezo ampliamente, y movió un poco su cuerpo tratando de ponerse a gusto.
Seguido de eso, tuve que admitir, me sentía cansado y mis manos estaban adoloridas. Tal vez tenga razón y deba descansar un poco más. Frote mi cabeza contra su melena y trate de ponerme lo más cómodo posible.
—Oye… ¿Cuál es nuestra especie? —.
—Somos… Zoroarks, ahora. —.
Zoroark… No suena tal mal.
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