9-Viaje
Por fin Jenna pudo terminar todo el trabajo que tenía y ahora podía relajarse. El viaje salió bastante barato pero lo teníamos todo preparado. Teníamos todo listo, desde las maletas hasta el pasaporte. Tomamos el vuelo y aunque algunas personas reconocieron a Jenna, ella miraba por la ventana relajada. Estaba sonriente y feliz.
—Te noto muy feliz hoy—comenté.
—Por fin tengo unas merecidas vacaciones—dijo mirándome—necesitaba este viaje.
—Aún no hemos llegado je,je—la rodeé con el brazo y le di un beso en la frente—ahora a pasarlo muy bien.
El viaje fue tranquilo y pudimos llegar sin sobresaltos. Jenna se colocó unas gafas de sol y un pañuelo encima de la cabeza para que nadie en el aeropuerto la reconociera. Yo hice lo mismo con unas gafas y una gorra.
Pero daba igual, nos reconocieron y tuve que quedarme a un lado para que ella respondiera las preguntas mientras salíamos a por un taxi. Aunque pude fijarme que ese día Jenna iba mucho más relajada y tranquila, contestando a las preguntas con una enorme sonrisa.
—Muchas gracias—dijo ella mientras entrábamos en el vehículo.
Ya dentro, le dijimos la dirección del hotel.
Por primera vez con el tema de paparazzi, Jenna se echó a reír, se notaba que aquellos días estaba feliz y relajada. Eso me alegraba. Me guiñó un ojo y miramos el paisaje hasta llegar a nuestro destino.
—Ya hemos llegado—esta vez pague yo el taxi.
—Disculpe, ¿podría firmarme un autógrafo para mi hija?, es muy fan—preguntó amablemente el hombre.
—Claro—ella le hizo una dedicatoria y todo.
—Muchas gracias—dijo antes de salir e ir a por las maletas.
La habitación que había reservado Jenna era espectacular, yo miraba lo grande que era y todo el lujo que le rodeaba. Yo había reservado los vuelos mientras ella hizo lo propio con la habitación.
—Pero...¿esto no habrá sido demasiado caro?—pregunté sorprendido—no quiero ni mirar el precio.
—Oh vamos, estamos de viaje juntos, no te preocupes por eso ahora—dijo ella rodeándome con sus brazos por la espalda.
Dejamos las cosas en su sitio y nos dimos una ducha para despejarnos un poco del vuelo.
—Bien, ¿empezamos?—preguntó ella ya cambiada.
Teníamos preparado una ruta guiada y nos unimos a otras personas. Poco a poco fuimos conociendo la ciudad y un poco de su historia. Jenna sacaba fotos como una niña pequeña a cosas que realmente no eran relevantes, pero que a ella le llamaba la atención.
Luego tomamos algo en un bar y parecía que nadie nos reconoció. Jenna jugueteaba con su bebida mientras miraba algunos vídeos en el teléfono.
—Se hace raro—dijo de pronto.
—¿El qué?
—Estar así...haciendo cosas normales, ya sabes.
Yo le coloqué la cabeza en mi hombro.
—Sí, un poco, así que aprovechemos.
Nos recorrimos todas las calles, vimos la torre, subimos arriba del todo. Comimos de picoteo para aprovechar el tiempo al máximo.
Cuando se hizo de noche, estuvimos en un restaurante en el cual teníamos reserva. La cena fue espectacular aunque tuvimos que ducharnos antes de nuevo en el hotel porque olíamos a sudor después de tanto caminar.
—Ah, tengo algo para ti—dije sacando una cajita.
—¿Qué es?—al abrirlo, vio una pequeña pulsera con nuestros nombres.
—Pues yo también tengo algo para ti—sacó del bolso una pequeña bolsa con una caja dentro.
Tras abrirlo, me encontré con un teléfono.
—El tuyo está ya en las últimas—dijo sonriente.
—Vaya...espera...¡es el nuevo iphone!—dije sorprendido—es...
—¿Demasiado caro?
—¡Si!—repliqué.
Ella le quitó importancia y me dijo que lo aceptase o se enfadaría.
Después de la estupenda cena, llegamos exhaustos a la habitación. Nos quitamos los zapatos y nos dejamos caer sobre la cómoda cama. Jenna se estiraba mientras daba algún que otro bostezo.
—Ha sido un día genial, poder pasear tranquila y sin paparazzi—dijo—aunque alguna foto nos habrán sacado.
—Espero que el resto de nuestras estancia sea así.
Aún no queríamos ir a dormir así que abrimos el mueble bar para servirnos un poco de alcohol y brindar por nosotros. Encendimos la televisión y vi que estaban haciendo Scream 5 donde Jenna salía y al verlo, quiso cambiar rápidamente de canal pero lo impedí cogiendo el mando.
—¡Oye Tn, cambia de canal, ahora mismo!—dijo echándose encima mía.
—Ah, no, quiero ver a mi chica actuando
—De verdad, que me da vergüenza que lo veas estando yo aquí.
Rodamos por la cama unas cuantas veces y quede encima suya. Nos miramos a los ojos durante unos instantes. Ella aprovechó y me quitó el mando, apagó la televisión y dejó el mando sobre la mesa antes de sujetarme la cara antes de besarnos.
Poco a poco fui aumentando las caricias y la fuerza de mis besos en sus labios. Ella correspondió y apagamos un poco la luz mientras nos desvestíamos. Ella colocó mis manos en sus muslos mientras me daba besos en el cuello haciendo que soltase pequeños gemidos. Sentía mi corazón latir muy rápido. Jenna me mordió la oreja suavemente, mientras con su mano acariciaba todo mi pecho hasta llegar entre las piernas.
—Jenna...
—Shhh, no digas nada.
Luego de un rato en el cual tuve que reprimirme, me puse sobre ella y separé levemente sus piernas para ponerme mejor. La vi a pesar de la poca luz, morderse la mano para reprimir sus gemidos. Y nos dejamos llevar ambos mientras me rodeaba con sus brazos.
A la mañana siguiente madrugamos, nos dimos una ducha rápida y desayunamos antes de seguir viendo la ciudad. Jenna y yo parecíamos otra pareja más; tomados de las manos mientras veíamos edificios, rincones y demás. También compramos algunos souvenirs para Emma y compañía. Nos tomamos fotos juntos poniendo caras.
El viaje se pasó volando y tocó regresar a casa. Pero traíamos muchos buenos recuerdos de la ciudad, prometiendo volver de nuevo.
Jenna vino un día de trabajo muy feliz y entusiasmada. Había logrado obtener un papel para una de las nuevas películas de Marvel. E incluso me dijo la cantidad que iba a ganar y por poco me desmayo cuando me vi los 0 en el contrato.
—Deberías meterte a actor—me dijo—seguro que lo haces bien.
—No—dije—yo para eso no valgo, además, me gusta mi trabajo.
—Bueno, lo intenté—me dio un beso en la mejilla y se fue a la ducha.
Me senté a descansar sobre el borde de la cama. La cabeza ya no me daba problemas y la presión por ser famoso y novio de Jenna lo llevaba mucho mejor. Emma me ayudó mucho ya que había pasado por algo similar.
Cuando salió de la ducha me preguntó con quien hablaba.
—Es Emma, hablamos de todo un poco—contesté.
Ella se sentó y me abrazó.
—Lo sé todo...—yo abrí los ojos—no estoy molesta, aunque debería estarlo. Pero por favor, no me ocultes cosas. Y menos algo tan importante como tu salud mental.
—Lo siento—tenía razón ella.
—Quiero apoyarte en todo.
Yo sonreí.
—Ya lo haces Jenna...ya lo haces.
Continuará...
El siguiente será el final :)
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