Oikawa

Nezuko se estaba arreglando, finalmente el fin de semana había llegado, toda la semana había sido horrible pero no había nadie más a quien culpar que ella. Kenma no le dirigía palabra alguna al igual que Kuro y Taketora, el único que había intentado hablar con ella había sido Lev, ya que, quería comprender las acciones que había llevado a cabo su amiga.
Y es que todo era más complicado de lo que todos pensaban.
Tooru y Nezuko se conocían desde muy pequeños y desde entonces sus padres los habían comprometido. Ella nunca había tenido problema con aquello, cuando eran niños decía con mucho orgullo que se casaría con él y siempre iba de la mano de Tooru a dónde quiera que fueran.
Conforme pasó el tiempo comenzaron a verse menos pero aún se visitaban y ella estaba completamente enamorada de él, hasta que llegó el punto en el que no se volvieron a ver.
Nezuko buscó a Oikawa después de mucho tiempo sin verlo y lo encontró con otra chica, fue entonces que a ella se le derrumbó el mundo y la percepción que tenía sobre él se desvaneció.
Fue entonces que Nezuko había corrido con su padre con lágrimas en los ojos rogándole que deshiciera el compromiso de ambos pero solo obtuvo una respuesta de su parte:
— Deja que el chico se divierta antes de que se case –
Ella siguió espiando a Oikawa, lo vio con diferentes chicas unas tras otras y cualquier rastro de amor hacia él se había ido.
Antes de que ella entrara a la preparatoria Oikawa había regresado y no entendía muy bien el porqué había querido formalizar finalmente su compromiso.
Le había dado su anillo de compromiso mientras ella seguía enojada con él.
— ¿Por qué tu última relación no funcionó – preguntó tajante
— Al parecer hablo mucho de voleibol y de mi equipo – contestó él sonriendo, aquello se le había hecho muy sínico ¿Cómo podía sonreírle después de haber estado con más chicas?
Sin embargo, fue entonces que Nezuko se había interesado en el voleibol.
A regañadientes había ido a varios de los partidos de Oikawa, debía admitir que era entretenido y Seijo era un muy buen equipo.
Pero aquellos no fueron los únicos partidos a los que iba, comenzó a observar también a otros equipos.
Fue ahí que conoció a Kenma. En ese entonces no conocía su nombre pero aquel chico rubio era muy bueno para ser de primer año.
"Puede vencer fácilmente a Oikawa" pensó ella.
Un día al regresar a casa sus padres hablaron con ella para saber a qué preparatoria iría, se negó rotundamente a ir a Seijo y decidió ir a Nekoma.
Antes de entrar había ido con los entrenadores para proponer ser la mánager del equipo de voleibol, éstos al verla tan emocionada y por el hecho de que no tenían mánager aceptaron de inmediato y le dijeron que no podían esperar trabajar con ella.
Al entrar a Nekoma había visto a aquel chico ahora semi rubio sentado jugando, se acercó a pedir indicaciones, pero nunca había esperado enamorarse de él.
Nunca había pensado en salir con alguien más que no fuera Tooru y se había dado cuenta de algo: le gustaba un chico tranquilo, muy talentoso pero humilde y odiaba lo presumido y soberbio que era Oikawa.
Simplemente no lo veía como su futuro esposo. Para ese puesto solo pensaba en Kenma.
Hoy hablaría con Tooru para deshacer su compromiso, aunque aquello no iba a ser fácil. No era que no lo quisiera, pero simplemente el amor que sentía por él ya no estaba más.
Su celular sonó, era un mensaje suyo, ya estaba esperándola.
Bajó las escaleras, se despidió de sus padres y salió a encontrarse con él.
— Nezuko-chan, es bueno verte – la saludó y después la abrazó fuertemente.
Ella le regresó el abrazo sin mucho ánimo.
Comenzaron a caminar, no irían lejos, ya que ambos sabían que debían hablar sobre lo ocurrido.
Ninguno de los dos había dicho palabra alguna hasta que llegaron a un pequeño parque.
Oikawa suspiró.
— Sé perfectamente lo que me dirás, quieres estar con Kozume ¿no es así? – soltó después de aquel suspiro.
— Así es, Tooru... Te quiero, pero el cómo me sentía por tí cambió hace mucho – explicó Nezuko
— Entiendo... – dijo asintiendo, ella se sorprendió aquello no podía ser tan fácil. — Pero no se la puedo poner tan fácil a ese gato. No sería yo sí no le diera un poco de batalla –
Nezuko maldijo lo más bajo que pudo y él solo rió un poco.
— No me mal entiendas, la decisión final es tuya Nezuko-chan. Solo te pido una cosa, dame dos semanas. Te demostraré la mejor versión de mí y si decides quedarte conmigo, eso es lo que te daré. Solo la mejor versión de mí –
Nezuko asintió. Sabía que era la única forma en la que Oikawa la dejaría en paz y podría entonces demostrar que sus sentimientos por Kenma eran auténticos.
Ya no tenía ningún sentimiento por Tooru, ¿cierto?

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