Capítulo 23.

Arco 2. Capítulo 23.

En el capítulo anterior.

- Hemos traído a alguien para usted.

Me aparto y dejo que vea a la señorita Alanis. Ella se queda con la boca abierta y le abraza. Le dice que entre y que "hablarían" mejor dentro. En cuanto entra la otra chica dentro me abraza. Me dice:

- Gracias señor.

- De nada. Solo cumplía órdenes. Me voy.

Tras esta breve conversación me fui a descansar un rato y a esperar hasta el día siguiente. Nunca me había fijado desde que llegué aquí lo extraño que era el mundo por las tres lunas que aparecían en el cielo.

Al día siguiente...

Punto de vista de Draco.

Me desperté con Karla al lado. Esta vez fue ella quien me despertó con un beso en la boca. Estaba juguetona y estuvimos besándonos un largo rato. Pero nos tuvimos que separar ya que tenía que irme para crear la alianza con los elfos y contener la primera anomalía.

Le dije a Karla que se quedase con Venom, la hidra, porque estaba muy ocupado estos días. Ella me dijo que vale que no pasaba nada. Entonces nos vestimos, desayunamos y me fui al centro neurálgico de la base. Una vez llegué me fui directo a mi despacho y llamé al sargento Valdez para que preparara un pelican junto con las nuevas fuerzas especiales en el aeródromo para ir a territorio élfico. Pero que antes recogiesen a nuestras invitadas.

Tardaron aproximadamente diez minutos en recoger a las elfas y el resto de semihumanas y en llamar a un pelican. Saludé a las chicas tanto las elfas como las semihumanas y les dijimos que nos íbamos rápidamente. Entramos en el pelican y nos dirigimos hasta el territorio élfico.

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Nos dirigimos en pelican hasta el territorio élfico. El problema principal era que estaba compuesto completamente de bosque y hasta que no encontramos una especie de planicie donde aparcamos el pelican. Lentamente salimos todos del pelican. El ambiente olía a aire puro y limpio. Era un paisaje precioso e increíble.

Menos mal que no habíamos traído vehículos para evitar cualquier complicación al pasar a través de este sin tener que derribar ningún árbol por error. Entonces dije:

- Soldados preparen armas. No sabemos cuando tendremos que defendernos.

- Sí señor.

Estuvimos avanzando lentamente. Las armas de los soldados apuntaban a todos lados. Parecía que todo estaba tranquilo pero no paraban de escucharse sonidos y verse sombras por nuestros alrededores. Antes de seguir avanzando por el bosque Yellow Eye se me acercó por detrás y me dijo:

- Nos están esperando.

- ¿Quiénes?

- Parecen de la misma raza que nuestras dos principales acompañantes.

(Aquí pequeño inciso. Yellow Eye tiene una vista excepcional como francotirador y es capaz de detectar objetivos que están hasta 10 kilómetros de distancia. Fin del aviso)

- ¿Qué ves?

- Dos elfos armados con espadas de hierro y varios elfos armados con arcos saliendo de un hueco del bosque. Los únicos con casco son los armados con espadas.


- ¿Qué propones?

- Los francotiradores nos ponemos por detrás cubriendoos las espaldas y los de asalto pesado enfrente y los de rifles de asalto normales por detrás y al lado de ellos ya que no se lo esperarán.

- Buenas estrategia. Avisa a Valdez.

- Sí señor Ivanov.

De repente paramos y reorganizamos al equipo. Los soldados pesados armados con ametralladoras pesadas M247H se pusieron enfrente, los francotiradores ,contando a Yellow Eye, se alejaron un poco por detrás y los de asalto desaparecieron en la espesura del bosque.

(Ametralladora pesada M247H)

Nuestras acompañantes se estaban preguntando qué estaba pasando. Entonces la princesa elfa me pregunta que estaba pasando:

- Señor Ivanov ¿qué ocurre?

- Nada simplemente es una reorganización de las tropas. Para cubrir más terreno rápidamente. Pero como necesitamos protección, así que los soldados pesados se quedan enfrente nuestro y los francotiradores nos cubren la espalda.

- Ah... Vale...

Seguimos avanzando lentamente por el camino boscoso. Me sentía seguro con la decisión que había tomado con Yellow Eye sobre la posible emboscada que teníamos enfrente.

Tras un largo período andando aparecieron los que se suponen que nos iban a emboscar y con sonrisa arrogante dijo:

- Mira un asqueroso humano y sus inútiles dos soldados pretenden hacernos frente. Además de dos traidoras a los elfos. Os mataremos por este maldito crimen.

- Vaya. ¿Estás seguro? Mejor revisad vuestras espaldas. - digo sonriendo.

- ¿De qué hablas humano?

Se gira y mira detrás de él y sus soldados donde ven muchos soldados. Se queda con la cara a cuadros y yo solo digo una palabra:

- Fuego.

Todos los elfos acaban acribillados tanto por los francotiradores como por los soldados pesados y rifles de asalto. Tras un corto período de tiempo todos los elfos estaban acribillados en el suelo. Entonces me giro y le pregunto a la princesa:

- Señorita Amarïe. ¿Me podría explicar esto?

- No, no es lo que parece. Son elfos renegados. Se dedican a atosigar a aquellos que no son elfos y aquellos que creen traidores. Más de la mitad se han transformado en mercenarios, ladrones y asesinos.

- Comprendo. Pero entiéndame señorita Amarïe. Que tengan tan poco control sobre su territorio pude llegar a ser peligroso para mis tropas y para la futura alianza.

- Sí, sí lo sé. Lo lamento mucho. Por eso necesitamos su ayuda.

- Mmmm ya. Mejor continuemos con el camino y hablaremos con su madre. Hay varios aspectos que arreglar por aquí.

- Gra... Gracias.

- No pasa nada señorita.

Seguimos avanzando a través del bosque hasta que llegamos a una zona con dos gigantescos árboles sobre una gigantesca cascada donde se veían cientos de casas sobre las raíces y las ramas de los árboles todas iluminadas con luces anaranjadas.

Era un paisaje precioso la verdad. Seguimos andando hasta que finalmente nos recibió un elfo con el pelo rubio bastante claro, piel blanquecina y ojos azules. Estaba armado con un arco que estaba enganchado a la espalda con su respectivo carcaj con flechas. Tenía la cara bastante seria y entonces habló:

- Buenos días. Soy Legolas, consejero y mano derecha de la reina Elentari. ¿Y ustedes son? ¿Y qué hacen con la princesa Amarïe?

- Encantado señor Legolas. Soy Draco Ivanov, líder de Terra Nova. Y respecto a que hace la princesa con nosotros es que nos pidió ayuda con la guerra y cierto lago que les causa bastantes dolores de cabeza. Y buscaba una audiencia con la reina Fronilde para poder formalizar una alianza.

- Comprendo. Pero va a ser difícil formalizar una alianza por el consejo del bosque. Ya que...

- No hace falta que continúe señor Legolas. La princesa Amarïe ya nos explicó su situación y por el camino nos atacaron unos renegados.

- Sí es verdad. Tenemos bastantes problemas tanto con los renegados. Acosan a viajeros y comerciantes. Además por su culpa la mayoría del consejo no quiere abrirse al mundo además de por la guerra.

- Comprendo su situación y por eso hemos venido a ayudarles.

- Bien acompáñenme. Y princesa Amarïe, usted y sus amigas vayan a sus aposentos.

- ¿Puedo acompañar al señor Ivanov? Es para explicarle a madre sobre su reino y sus hazañas.

- Me parece bien.

Tras esta conversación todos nos dirigimos hasta la zona del trono. La verdad era un camino bastante largo pero al menos no era tan tortuoso como el camino boscoso para llegar al reino. En cuanto llegamos pudimos ver un enorme árbol del que caían pequeñas cascadas de agua desde algunas de las ramas. El árbol se encontraba a la mitad justa de dos grandes valles de los que resonaban ríos y en mitad de ellos un largo puente muy bien decorado con unos arcos algo decorados (tipo de adorno arquitectónico no el arma) y bastante iluminado.

Fuimos avanzando lentamente admirando la arquitectura del sitio y toda la vegetación y animales que había alrededor. Los animales eran principalmente algunos pájaros pequeños volando.

En cuanto llegamos a la sala del trono vimos que solo habían dos soldados armados con lanzas al lado de la reina Elentari. Era una mujer rubia, con piel blanquecina también y ojos azules que parecían calarte el alma. Estaba sentada encima de un trono hecho de ramas de árboles que parecían moverse por sí solas.

Entonces la reina Elentari habla:

- Bienvenidos a mis aposentos y a mi reino humanos. ¿Quién es vuestro líder?

- Soy yo. Encantado de conocerle. Me llamo Draco Ivanov y soy el líder de Terra Nova. Vine por petición de su hija que al parecer requieren ayuda.

- Si bien es cierto que necesitamos ayuda primero debemos recibir el apoyo del consejo mayoritariamente.

- Pues presentenos al consejo y nosotros trataremos de convencerles.

Entonces la princesa habla:

- Madre ¿puedo hablar?

- Adelante hija.

- El señor Ivanov nos ha salvado de una emboscada de una panda de elfos renegados.

- ¿Es en serio señor Ivanov?

- Sí, reina Elentari. - Contesto.

- Y también tienen a su disposición increíbles armas y ¿máquinas de guerra? como él las ha llamado que nos podrían ayudar a defender el reino.

- Es muy interesante hija mía. Pero primero tiene que convencer al consejo élfico en su plenitud o al menos en su mayoría.

- Sí madre.

- Lamento interrumpir pero ¿cuando podré reunirme con el consejo? - pregunto.

- No se preocupe señor Ivanov. En menos de 5 minutos nos teníamos que reunir para resolver cierto problemas del reino.

- Perfecto. Pues voy dirigiéndome hasta la sala de reuniones. ¿Por dónde se encuentra?

- Ahora le enseñará el camino mi mano derecha. ¿Verdad Legolas?

- Sí mi reina.

Tras la larga conversación con la reina y la intervención de la princesa nos dirigimos a la sala del consejo élfico dirigidos por Legolas para poder hablar del asunto de la alianza. Lo malo será tratar de convencerles de una alianza según me han dicho. A saber que tendría que hacer para poder firmar la alianza.

Llegamos enseguida a la sala del consejo élfico. Estaban todos reunidos en torno a una mesa de madera bastante grande la cual presidía la reina misma.

Entonces la reina habló:

- Por favor señores del consejo denle la bienvenida a nuestros invitados.

- Bienvenidos humanos. - dijeron varios mientras el resto se mantenían callados. Eran 10 en el consejo y más de la mitad eran ancianos ya.

- Buenos días. Me llamo Draco Ivanov y soy el líder de Terra Nova. Vine por petición de la princesa dado que he comprobado de primera mano sus problemas y les vengo a ofrecer una alianza para que puedan sobrevivir.

- ¿Y por qué nos vamos a fiar de un humano? Solo buscáis la destrucción de nuestros bosques y buscas aprovecharte de nuestros recursos naturales. - dice un elfo bastante anciano

- Discúlpeme caballero. ¿Cómo se llama usted?

- Soy Caranthir.

- Bien señor Caranthir. En el momento en que usted me compara con los otros humanos, me ofende. Nunca he estado de acuerdo con ese tipo de cosas ni mucho menos y más yo que vengo de otro reino.

- Bah, los humanos siempre son iguales. Por mucha labia que tengas sigues siendo un asqueroso humano.

- Caballero por favor le pido que no le falte el respeto a mi raza. Yo en ningún momento le he faltado el respeto y si lo hago en algún momento de esta reunión, lo lamento.

Todos los elfos reunidos en la sala del consejo estaban murmurando. Qué rápido había hecho callar al señor Caranthir, el elfo con más antigüedad y sabiduría del consejo élfico y del reino.

Entonces hablé yo:

- Tras este breve silencio y lamento interrumpirlo me gustaría preguntar: ¿qué puedo hacer para que confíen en mí y en mi país?

- Deberás demostrar que no eres como los otros humanos. - dice un elfo de apariencia más joven.

- Bien. ¿Cuál sería esa prueba para probar que soy distinto de los otros humanos?

- Tenemos un problema con una especie de lago con un líquido color rojo sangre. Toda criatura muerta ya sea animales, elfos incluso plantas reviven como no muertos que atacan y propagan su "enfermedad". Está en pleno bosque sagrado y todos nuestros intentos de eliminarlo o contenerlo han sido infructuosos.

- Si he entendido bien. No han sido capaces de contener una anomalía geográfica y biológica de su propio territorio y como prueba quieren que yo y mis soldados le ayudemos a contenerla. ¿He entendido bien?

- Básicamente sí señor Ivanov.

- Está bien. Si demuestro ser capaz de contener esta anomalía ¿haremos alianza?

- Sí señor Ivanov.

- Me parece justo. Solo necesitamos que nos muestren el camino a su bosque sagrado y nosotros nos encargaremos.

- Bien. ¿Estamos todos de acuerdo en que si el señor Ivanov y sus soldados logran contener la anomalía haremos alianza con su reino?

Todos dicen que sí, algunos a regañadientes pero otros con la cara normal. Legolas que se encontraba al lado de la reina Elentari nos acompañó hasta fuera y nos acompañó hasta donde se encontraba la anomalía. Tardamos un largo tiempo que sería más o menos unos diez o quince minutos.

En cuanto llegamos pudimos observar que era un bosque precioso. Árboles bastante altos que tenían hojas de color rosa que rezumaban paz y tranquilidad.


Pero entonces llegamos a la zona donde estaba el extraño lago lleno de ese líquido de color rojo y estaba custodiado por distintas criaturas que nada más vernos nos atacaron. Entre las criaturas que encontramos habían:

perros zombie que incluso se abrían por la mitad mostrando hileras de dientes,


jabalíes zombies,

c

iervos zombies,

dos árboles que parecían muertos pero moviéndose,

(Es un ejemplo no os lo toméis completamente así)

una especie de tres carneros/ciervos humanoides con sangre en la boca,



y lo que parecían elfos zombie



Solo dije una cosa:

- Chicos es hora de contener y cazar.

- Sí señor Ivanov. Esto va a ser entretenido.

- Eso espero.

Aquí nuevo capítulo gente. Espero que os guste y hasta pronto guapos/as.

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