Capítulo 1
Por más que lo hubo intentado era incapaz de revertir aquella sustancia viscosa de su cabello, al no tener más opción tuvo que cortar más de la mitad de su largo cabello, le habia dolido tango hacerlo porque si bien no tenía un hermoso cabello por lo rebelde que fuera, tantos años acostumbrandose a él, la había hecho tomarla un gran cariño.
Aunque hubiese cortado su pelo hasta la altura de los hombros aún la pintura verde viscoso no desaparecía, por ello utilizó un lindo gorrito color rosa ocultando en el todo lo demás de su cabello.
Observaba con tristeza desde la ventana, recordando como hace tan sólo un año compartía vagón junto a sus primos, con todo su esfuerzo habían logrado amplificar aquel pequeño compartimiento. Siempre todos los primos Unidos, todos felices. O eso era hasta que fue "exiliada" de la familia. No era bienvenida para ellos, sus actos sólo herian a la menor, a la princesa de la familia, sólo era capaz de lastimar a Lily.
Las lágrimas empañaban su vista mientras recordaba los sucesos de aquel ciclo. Cada lágrima derramada por su prima, como los demás Weasley, y otros alumnos iban en su busca para castigarla y las últimas palabras que había intercambiado con su prima.
Todo le daba vueltas en su cabeza, que incluso ya le dolía. Sintió como el tren se detenía y miro por cómo iban pasando que ya estaban en el andén 9 3/4. Con un movimiento de varita bajo su baúl, se sorprendió al percatarse que era la última en el tren.
Fue sólo cuestión de segundos para ver como su madre y los demás se tensaban al verla llegar a su lado, las risas y sonrisas frescas fueron sustituidos por semblantes serios llenos de enojo
— ROSE GRANGER WEASLEY. NO PUEDO CREER TU COMPORTAMIENTO— exclamó con evidente molestia Hermione Granger, tal vez no se dio cuenta de las miradas de los espectadores o quizás no le tomo importancia. Se cruzó de brazos pidiendo una explicación, al no recibir respuesta alguna por la joven se giró dandole la espalda, abrazo animadamente a Hugo y Lily. Esta última quien tenia una extraña expresión de dolor en el rostro.
Ron miro igual o más enojado a la chica, quizo evitar su mirada cambiando su vista hacia otro lado pero le era imposible, cuando la mayoría de sus tíos le miraba igual. El único que hacia la diferencia era Harry Potter quien ni siquiera podía mirarla, su tío Percy quizás en esos momentos se encontraba hablando con el conductor del tren o estaría en algún otro lado verificando la calidad del transporte en el mundo mágico. Podría sentir la furia y decepción de su padre hacia ella, cuando fue capaz de darle la cara vio como él negaba para después de la misma manera ignorarla. En ese momento todos los Weasley dieron la vuelta e ignoraron a Rose, excluyendola como si fuera un bicho raro o peor que el mismo Voldemort.
La pelirroja Granger, observaba como todos sus primos eran colmados con cariño y mimos, dándoles uno que otro obsequio anticipado de estas Navidades y próximo Año Nuevo. Cerro los ojos intentando convencerse que aún no despertaba de esa cruel pesadilla, que entre más fuerte cerrará y abriera los ojos, despertaria. Sin embargo, nada de eso paso, miro afligida, sabía que una vez más a ella no le tocaría nada. Sólo era una estorbo para su familia, alguien que solo merecía miradas y regaños severos.
En ocasiones como esa se preguntaba cuánto más podría aguantar esa situación, cada día se sentía más sola, con un gran dolor en el pecho el cual le indicaba que quizas ya no deberia estar ahí.
Excluida de su familia camino tristemente, sintiendo miradas encima de ella y oyendo cuchicheos que hablaban mal de su persona. Volteo y una vez más un puñal en su pecho fue clavado todos aplaudían a la escena donde Scorpius Malfoy besaba a su prima Lily Potter, el clan Weasley parecía eufórico pero felices de ver a la más pequeña tan ilusionada. Todos la miraban como el orgullo de la familia, la miraban tal y como a ella hace bastantes años. ¿Qué había hecho mal? Esa era la pregunta que constantemente se hacía, antes tal vez no hubiese podido responderla, sin en cambio ahora sí que sabía la respuesta, el único error que tenía era haber "dañado" a su prima, en otras palabras haberla opacado. ¿Ridículo? Tal vez. Pero ya le habían hecho tanto daño que no le sorprendía que pudiesen o quisieran ver verdad.
Pasó rápidamente la mirada sobre cada uno de sus primos y tíos, todos parecían felices con la cercanía de Lily, sus sonrisas eran grandes y sinceras; en cambio con ella eran todo lo contrario.
Salió de aquel pensamiento cuando sintió una mano tocando su hombro, tembló un poco porque no sabía quien era, debía girar darle la cara pero sus pies no respondían, un par de lágrimas resbalaron por su rostro cuando vio la tierna mirada que Scorpius le obsequiaba a su prima, y fue cuando aquel tapó sus ojos con una mano llena de ampollas y callos— Tío Charlie— dijo con sorpresa, nunca hubiera imaginado que su tío estuviera ahí por lo regular sólo visitaba a la familia una vez al año ya fuera en navidades o en el cumpleaños de los abuelos y ese dia no era ninguna de las dos en específico.
—No los veas— susurro dándole despacio la vuelta, en ese momento otros dos cuerpos más rodearon sus espaldas cubriendo a ambos para que ningún Weasley notarán su precensia ya que nadie fuera de ellos le importaba como tal su precensia, la mayoría sólo veía a los lejos a la más famosa familia de Londres mágico.
—Vick, Teddy— estaba sorprendida de verlo ahí, creía que ellos estarían en Rumano. Vick por su carrera de diseñadora y Tedd que cuando no estaba en la Academia de Aurores se la pasaba con su tío y novia en Rumanía.
—Vamos.— la voz de su tío no sonaba nada contenta, es más ni siquiera había mirado hacia atrás. Y a decir verdad tampoco sus primos se veían felices.
Sin rechistar caminaron hacia la salida, para después subir al auto volador de su tío, el cual estaba escondido en el primer callejón. Salieron tan rápido que ni siquiera se percataron que una personita sí los había visto y seguido. Harry Potter contempló todo lo sucedido, a pesar de correr lo más rápido no llegó a tiempo, observó como invisibilizaban el auto y Charles Weasley se llevaba a su ahijada, quizás tenía la responsabilidad de detenerlos, sin embargo, él sabía que era lo mejor para Rose, ella estaría mejor con ellos de lo que estaba ahí.
—Perdóname Rosie— rogó al cielo, como si el viento pudieran llevar sus palabras al oído de su sobrina.
Charles manejaba mientras Teddy Luppin intentaba sintonizar alguna canción en el radio a un lado en el asiento del copiloto y Victoire Weasley abrazaba a la pelirroja Granger. Nadie había dicho ni una sola palabra desde que habían arrancado.
—Rosie, ¿no sientes calor con esa gorra?— pregunto Charlie en un intento de romper la tensión.
—Yo te ayudó— antes de que pudiese negarse, Vick ya había quitado la gorra. El rostro de los tres adultos se había descompuesto al ver la biscosa y verde pintura en su cabello junto con el mal corte— ¿Qué te paso, Rosie?— apenas y pudo pronunciar— ¿Quién te hizo eso?
—¿Fueron ellos?— cuestionó Ted entre dientes.
No sabía a quien se referían, bueno ellos no podrían saber lo que sucedía ¿verdad? Negó con las lágrimas que había contenido en el transcurso de los años, aquellas que no habían podido salir como las demás.
—Rosie, cariño confía en nosotros— pidió la rubia a punto de las lágrimas. Nunca había creído capaz de eso a su familia. Sin embargo ella seguía negando.
—¿No hablaras?— cuestionó esta vez Teddy quien había cambiado su castaño por uno negro del enojo y decepción que en esos momentos sentían.— ¿Fueron ello, verdad?— quería estar en una escoba para regresar y darle su merecido a los primos Weasley.
—Rose, mirame —pidió Charles observando a la chica desde el espejo, cuando ambas miradas azules se encontraron con un tono calmado y comprensivo dijo
—Draco nos ha informado, él te vio diferente y decidió investigar lo que te pasaba, cuando se enteró me lo contó a mi. Vine a ayudarte, te voy a llevar lejos de Londres. Pero necesito que me digas que fue lo que paso, necesito que confirmes lo que él me dijo.
—Yo no quería.....Nunca fue mi intención lastimarla, por favor creanme— fueron sus únicas palabras antes de que se derrumbara completamente en un desconsolado llanto; no podía dejar de llorar, no quería hacerse la víctima pero no podía parar; gimoteaba siendo incapaz de decir algo más.
Victoire lloraba al sentir la infelicidad de su prima, Teddy apretaba los puños y dientes; Charlie intentaba mantenerse sereno pero cada vez le costaba más, quería ser el quien abrazara a su sobrina, sin embargo no podía descuidar el volante, tal vez viajar desde un transportador hubiese sido más rápido pero quería tiempo para que le explicara todo—¿Podemos usar la legeremancia?— pregunto a lo que ella asintió.
Se hecho para atrás como si fuera golpeada por una pelota, tener a los tres dentro de su cabeza no le era tan cómodo pero prefería eso a tener que contarlo por ella misma.
Una vez adentro comprendieron todo lo que a Rose Weasley le había ocurrido: viendo cada broma y represalias por parte de los menores, los regaño recibidos constantemente por los adultos, las veces en que la joven había tenido que reparar su aspecto, sus lágrimas ignoradas, las quizás unicas palabras de apoyo obsequiadas por Arthur, Molly y sorpresivamente Percy. Y muchas cosas más que era preferible no contar. Lo cuál solo los sorprendió e indigno. Dejando a Charlie con ganas de querer darle una paliza a sus hermanos, y más al estúpido de Ron.
Quizo buscar a esa pelirroja entre la multitud y al no verla sonrió. Eso significaba que Rose Granger se había ido y esperaba que fuera por un muy largo tiempo ya que creí que aquella chica había ya sufrido demasiado por su familia. Miro adelante con neutralidad, caminando como todo un Malfoy hasta la numerosa familia.
—Scorp— hizo sonar su voz, el rubio menor se separó de su novia u miro a su padre. Se veía más serio de lo que nunca antes lo hubiese visto nunca.— es hora de irnos. Potters, Weasleys, Granger— saludo a cada familia, siendo la única en recibir un saludo individual la Ministra de Magia.
—Debo irme— avisó Scorpius dando el último beso a su novia, Que con una sonrisa asintió no sin antes prometerle todo lo que lo extrañaría.
Fue hasta que salieron del Andén para la red flu quf el menor se atrevió a hablar
—¿Se fue?— pregunto, aunque quisiera evitar hacerle notar lo ansioso que en esos momentos estaba, nunca había sido bueno en ello. Y es que por mucho que Scorpius fuera un Malfoy de pies a cabeza por dentro era completamente igual a su madre Astoria.
—Si— más que una respuesta había sonado como un gruñido del cual no se sorprendió ni un poco— Charlie me dijo de la carta que le escribiste.
Suspiró— no podía hacer nada más.
—Podías— interrumpió— pero no quisiste. Soy un Malfoy, mayor que tú y más astuto. Sé de lo que podíamos y de lo que no. Nos equivocamos, aprendimos y aquí estamos.
—Lo estamos— afirmó.
—Creí que eras mejor que cualquiera de nosotros— dijo mirando a su hijo a los ojos. Quiso hablar pero aquel nudo en la garganta se lo prohibió, había decepción en los ojos de su padre y una muy grande.
Sabía que había echo mal, todo este tiempo no hizo algo provechoso para cuidar a la chica que cuido de él en un principio, pero ¿qué podía hacer ahora? Ella ya estaba a miles de kilómetro, era lo mejor. Para ella, para él y para Lily.
Porque todo había sido por ella, para que así Rose no pudiera lastimarla más de lo que ya lo había echo. ¿No? Sin embargo, algo muy en el fondo estaba al tanto que esa era una completa mentira, no lo había echo por Lily, sino por Rose. Porque aunque no lo quisiera admitir siempre había sido Rose Granger Weasley.
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