Corte de pelo y perdón

Corte de pelo y perdón

Lucí ya se había puesto de pie, caminaba sigilosa en la penumbra para no despertar a nadie. Esa noche había más aire que de costumbre, silvaba con fuerza.

Mía dormía en uno de los sillones y aunque no lo parecía era muy cómoda. Las cobijas se enrrollaban en todo su cuerpo apricionandola.

Lucí entro al cuarto de Kevin y camino directo a él, acarició su pelo, luego su mejilla. Descubrio un rostro afligido pidiendo perdón entre susurros.

Salían algunas lágrimas de los ojos cerrados del joven sin poder evitarlo. Lucí pudo ver ese sueño como si fueran proyecciones entonces ya no hubo dudas solo había sido un accidente de niños, un descuido accidental.

Dos niños pequeños jugando en la calle, él mayor tomaba de las manos a su hermana pequeña y por un descuido la solto en el momento en que un auto amarillo del año pasaba a toda velocidad, la niña cruzaba la calle dando saltos y con una sonrisa que desapareció y sus ojos se apagaron dejando un grito del pequeño.

Cómo en aquella vez con el doctor Anderson, Lucí lamio las lágrimas de Kevin y corrió a fuera tomando unas tijeras que se encontraba arriba de la estantería. Sin pensarlo tomo un mechón de su cabello y corto de el hasta dejarlo corto y disparejo.

Nunca había llorado por nada, ni por nadie pero esa noche Lucí lloro por primera vez, conociendo una parte de ella que no pensaba que existía.

Dejándose llevar por sus sentimientos se hinco de rodillas en el suelo, aún tenía las tijeras en las manos. Mía se desperto con susto.

—¿Pero Lucí, que estas haciendo? —. Preguntó con gran sorpresa al verla así.

—Kevin... Kevin esta llorando, sufre mucho —. Dijo casi en un grito.

—¡Lucia! —. Grito Kevin desde la puerta preguntándose porque lo había echo.

Lucí se giró para verlo a los ojos luego hacia abajo sintiendo vergüenza, sus lágrimas no dejaban de caer deseo parar pero no podía.

—Te perdono hermanito —. Mencionó Lucí mostrando una voz diferente, esta era parecida a la de una niña, a la hermana de Kevin.

Kevin se acercó lentamente llorando, la jaló del brazo hacia su cuerpo y la abrazo fuerte como si ahora estuviera con su hermana menor, solo con ella; sintió una paz pues ella lo había perdonado.

—¿Porqué? —, Preguntó recordando que en realidad era Lucí con quien estaba.  —Ella te vio culparte por la muerte de tu hermana, se corto el cabello y hablo como ella solo para que tú mismo te perdones. No fue tú culpa —, Respondió Mía entiendo ahora todo.

—Gracias Lucí no sabes cuanto te quiero, ya no estaras sola, ahora me tienes a mí para siempre. Siempre amigos —. Dejo de abrazarla y la cargo entre sus brazos para llevarla a la cama como una niña pequeña, no le pesaba mucho parecía cargar una pluma.

En el camino casi se tropieza con algo que no pudo distinguir por la falta de luz.

No paraba de latir rápido su corazón, se sentía protegida en los brazos del joven pero también miedo por qué no sabia cómo acabaría todo, pero junto a él no importaba lo descubriría tarde o temprano.

La noche pasó rápido llevándose algunos dolores, y trayendo otros sentimientos más profundos, Kevin y Lucia habían dormido juntos abrazados.


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Bueno que opinan, espero que les guste el capítulo.  Que disfruten de la lectura.

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