16
Habiendo acabado con Maia, Magnus la había acostado en la habitación de Luke, así que tumbaron al licántropo en el sofá donde ella había estado y dejaron que Magnus se pusiera a trabajar con él.
Jane se dejó caer en un sofá junto a Clary, mientras que Jace y Alec conversaban frente a la ventana, tal vez mientras el rubio explicaba lo que había sucedido a orillas del río. Simon se encontraba recostado a la puerta de la cocina, con expresión incómoda. Jane no pudo dejar de mirarlo. Había cambiado mucho, incluso se veía más guapo, pero algo en sus ojos, ahora un poco más oscuros, le traía el familiar recuerdo de sus gafas, y de esa brillante mirada siempre cargada de felicidad. Le quería, le quería muchísimo, pero estaba demasiado confundida.
- ¡ Está bien ! - exclamó Clary mirando a Luke.
Todos se acercaron para contemplarlo. Los ojos de Luke continuaban cerrados, pero el feo color gris de su piel había desaparecido.
De repente, Jane sintió que le agarraban la mano, y al bajar la mirada pudo ver que Simon había entrelazado sus dedos en busca de apoyo. El corazón le latió con fuerza, y tuvo que controlarse, sabiendo que él podría oírlo.
- ¿ Vivirá ? - preguntó Jane mientras Magnus asentía - ¿ Estás seguro ?
- Sí, estoy seguro - respondió Magnus - Soy el Gran Brujo de Brooklyn; se lo que hago - se dejó caer sobre el sofá donde habían estado sentadas las chicas - Lo que me recuerda, que no estoy exactamente seguro de qué creen que están haciendo, recurriendo a mí cada vez que uno de ustedes tiene aunque sea sólo un uñero para arreglar. Hay muchos brujos mejores que no tendrían inconveniente en trabajar para ustedes por una tarifa mucho más reducida.
- ¿ Nos vas a cobrar ? - preguntó Clary sorprendida - ¡ Pero Luke es un amigo!
- No es amigo mío - repuso - Le he visto sólo en pocas ocasiones en que acompañaba a tu madre cuando había que refrescar los hechizos de memoria ¿ Han pensado que los ayudaba porque soy generoso ? ¿ O simplemente soy el único brujo que conocen ?
- No eres el único, - dijo Jane cargada de ira - pero pensaba que eras un poco más sensible.
- Guarda esas cosas para tu novio, rubita - dijo con desdén.
- ¿ Qué novio ? - preguntó nerviosa al tiempo que soltaba la mano de Simon.
- Ya sabes, alto, chaqueta de cuero, mata demonios - rió con malicia.
- ¿ Por qué dices eso ? - preguntó Alec.
- ¿ El qué ? - dijo Magnus
- Que estoy saliendo...que estamos saliendo..., No es cierto - negó alzando la voz.
- No he dicho que saliera contigo, - replicó - pero es curioso que tú sepas exactamente a lo que me refería, ¿ no es cierto ?
- No estamos saliendo - insistió Alec.
- ¿ Ah, no ? - repuso Jane - Así que simplemente te muestras amistosos con todo el mundo en la intimidad ¿ es eso ?
- Jane... - dijo Alec con ojos suplicantes.
La rubia le dio la espalda con los brazos cruzados y se dirigió a la ventana, clavando la vista en la nada.
- Lo que no entiendo es que te tomes tantas molestias por ocultarnos tú relación con Jane - dijo Jace - Como si nos fuera a molestar algo así.
Un gemido de dolor los hizo a todos clavar la vista en el sofá, donde pudieron ver a Luke intentando incorporarse. Clary corrió junto a él.
- ¿ Recuerdas los sucedido ? - preguntó.
- En realidad no - respondió pasándose la mano por la cara - Lo último que recuerdo fue ir a la camioneta. Algo me golpeó en el hombro y tiró de mí hacia un lado. Sea como sea, debo haberme desmayado después.
Poco a poco todos se fueron dispersando. Jane fue rumbo a la cocina, decidida a prepararse una buena taza de café. La cabeza le daba vueltas y sentía rabia y vergüenza ante lo ocurrido. No podía creer que Alec fuese tan cínico como para negar su relación de aquella manera tan humillante.
- ¿ Te encuentras bien ? - le preguntó Simon colocándose junto a ella.
- Lo estaré - dijo con una sonrisa apagada.
- No sabía que Alec y tú estaban saliendo - confesó.
- Ya lo has oído, - se encogió de hombros - no lo hacemos.
- ¿ Quieres contarme lo qué sucedió ?
- Ya hemos tenido suficiente drama por una noche, Simon - le acarició el hombro de forma cariñosa - Mejor te cuento otro día.
- Vale - sonrió él - Tengo algo que contarte.
- No me digas ¿ te has convertido en vampiro ? - bromeó la rubia.
- Entre otras cosas - rió él - Estoy saliendo con Clary.
Jane se quedó muy tiesa, no podía respirar. Era como si le hubiesen lanzado un ladrillo en medio del pecho. Intentó hablar, pero el sonido no se proyectaba.
- ¿ No dirás nada ? - preguntó Simon con impaciencia.
- Felicidades - dijo con un hilo de voz.
- ¿ Acaso no te alegras por mi ?
- ¡Jane ! - la llamó Jace desde el pasillo - Ya nos vamos.
Jane miró a Simon con alivio y bendijo a Jace en silencio.
- Me tengo que ir - anunció - Hablamos en otro momento.
Simon asintió y la chica salió como una exhalación de la cocina.
Cuando salió de la casa, se sorprendió al encontrarse a solas con Alec. Ya Magnus se había ido.
- ¿ Dónde está Jace ? - preguntó cortante.
- Fue a despedirse de Clary - respondió él sin mirarla.
El silencio mas profundo se instaló al rededor de ellos. A pesar de que Jane quería ir hasta donde estaba él y golpearlo hasta verlo sangrar, no lo hizo. Tenía muchas más cosas en mente, muchas más cosas que la atormentaban.
- Lo siento, - dijo Alec de momento - realmente lo siento. No se que me sucedió. Últimamente no sé lo que hago.
- No te preocupes, no importa - respondió sin ganas.
- Sí, Jane, claro que importa - dijo acercándose un poco más a ella - No quiero que me odies.
- No te odio, Alec - confesó - Ojalá pudiera hacerlo.
- Perdóname, por favor - suplicó - Necesito estar contigo. Te necesito.
- Sin embargo yo no puedo seguir así - dijo con los azules ojos cargados de lágrimas - No sé cómo puedo estar contigo, no sé cómo poder soportar no confiar en la persona a la que amo más que a nada en el mundo.
- Pensaba que amabas a Simon - dijo Alec bajando la mirada.
- Lo hice, - reconoció ella - lo hice por mucho tiempo. Pero a pesar de que aún lo quiero con locura, a pesar de que daría mi vida por él, no te logro sacar de mi cabeza, Alexander Lightwood.
- Entonces, perdóname.
- No puedo, no ahora, no aún - le miró directamente a los ojos - Te amo, pero estoy herida, necesito tiempo para sanar.
- Puedes tener todo el tiempo que quieras, - sonrió débilmente - no me iré a ninguna parte sin tí, Jane Hall.
En ese momento, la puerta de la casa se abrió y un Jace muy serio salió al encuentro de sus amigos.
- Váyanse ustedes - dijo - Me quedaré esta noche.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top