Concilio Betha
Buenos días, buenas tardes, buenas noches.
Resulta que ante la ausencia de inspiración retrocedí para ver que podía llegar a inspirarme y recordé que tenía esta historia. Usé la técnica de "imagina que pasa en el tiempo libre" y funcionó. Y Zaz! que la escribo terminándola a las 3:30 a.m. hora de Nuevo León.
Sin más, la siguiente parte de esto. Saludos!!!
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Glamurosa caminaba con sus botas negras de punta redonda, que combinaban perfectamente con su larga falda de piel, igual negra. Dicha falda le llegaba hasta los tobillos extendiéndose como una flor a medio abrir. Una blusa cuello de tortuga azul marino, con mangas que llegaba arriba de sus muñecas, encima, un chaleco del mismo material que la falda.
Luciendo una corta cabellera azul marino, Angela se dirigía con cierta parsimonia hacia la entrada de aquella casa que, en medio de aquel terreno de pasto, luces, mesas, voces y música; se dejaba ver.
En el portón de entrada se había quedado su guardia personal: Topacio 01, muy cerca de Topacio 02.
Los gemelos Topacio eran una curiosidad en el ámbito. Grandes, corpulentos, buenos para los golpes y leales, tenían el sueño de trabajar juntos, cosa que nunca podría darse.
Una regla no escrita es que debes de evitar tener guardias que sean familia, ya que la objetividad se pierde a la hora del horror y terminan salvándose entre sí en vez de proteger a su amo. Así que uno permaneció en la casa Luffedorf y el otro en la familia Loretto.
En medio de aquella vorágine de sonidos y luces, y mientras una delgada joven de piel clara y blusa azul caminaba hacía la puerta, algunos curiosos en estados alucinados, veían a los enormes gemelos acariciarse el rostro y sonreír sonrojados.
Se amaban mucho.
Demasiado.
Cuando Ángela cruzó la puerta ignoró a todos los que estaban desparramados en la sala, a las que se tocaban en la cocina, envueltas en el deseo potenciado por la marihuana y la coca.
Hizo una mueca; conocía de sobra estas fiestas.
-Asquerosos palurdos.- Pensó.
De pronto, del cuarto de Amatista salió Perla y le sonrió sosteniendo su cigarro entre los labios.
-Te estábamos esperando Lapis. Solo danos un segundo para iniciar el Concilio.-
Lapis se detuvo en la entrada y Perla junto con Garnet comenzaron a levantar y sacar a las personas que no debían estar en aquel cuarto con la enorme silla elevada.
-Pueden seguirla afuera, aquí se cierra.- Decía Perla mientras Garnet solo los agarraba por la camisa y los empujaba fuera de la habitación.
Al fondo, una joven rubia de grandes lentes redondos comenzó a teclear frente la pantalla de su PC y a mover con destreza los botones de una pequeña consola que tenía a la derecha.
Rápidamente la habitación fue quedando vacía, Lapis se adentró a la habitación. Y perla cerró la puerta.
Las cinco chicas estaban reunidas en aquel cuarto cuyas luces de neón comenzaron de pronto a mermar para dejar simplemente una luz blanca estable, las bocinas exclusivas de ese cuarto se fueron silenciando aunque afuera aún seguía el bullicio de una fiesta extasiada. La rubia terminó su labor controlando el ambiente.
-¿No vas a bajar de tu ego?- Pregunto secamente Lapis dirigiéndose a Amatista. Se escucharon risas mal aguantadas en el cuarto.
Amatista acciono la palanca y bajó la silla a la mitad. – ¿Tú me hablas de ego? Por lo menos yo no pongo la cara como si tuviera una bolita de mierda colgándome en la nariz.-
Otro escape de risas.
Lapis iba a responder con furia, pero notó al joven que miraba confundido de un lado a otro ante el súbito cambio de ambiente, se controló.
-Espero que él sea el hijo de Greg DeMayo.- Dijo Lapis.
-El mismo que viste y se desviste ja, ja, ja- Volvió a reír Amatista.
-Mi nombre es Steven señorita Loretto.- Habló interrumpiendo la carcajada, odiaba que hablaran por él.-Y sí, soy el hijo del detective Greg DeMayo.
-Llámame Lapis.- Respondió con rudeza. Luego se dirigió a todas con suspicacia en la mirada. –Y díganme, ¿Quién lo trajo?-
-En realidad.- Habló Perla soltando el humo de su cigarro.- El vino solo. Me buscó en el parque hace unas horas y me dijo que quería "unirse" a las Gemas de Cristal.
Lapis abrió los ojos y un poco la boca, volteó a ver a Amatista y luego a Garnet.
-¿El vino solo?- Preguntó incrédula.
-Así es.- Contestó Amatista sonriendo.
Lapis lanzó una risa estridentemente nasuda y se llevó una mano al vientre mientras se doblaba.
-¡Pues!...ja, ja, ja, ¡Pues que locura!- Exclamó rompiendo su seriedad dejando a Steven totalmente frío sobre todo porque las otras sonreían levemente.
- ¡Y a que esperamos! Ja, ja, ja ¡Llamemos a los gemelos Topacio y acabemos con esto!- Luego le clavó una mirada maligna al chico y le dijo mientras se acercaba.
-Nunca sabrás...cuanto aprecias tus uñas...hasta que te faltan los dedos...-
***
Bitacora 3, Sección 1.- Las Gemas de Cristal
Archivo # 02
L A P I S L Á L U Z I
Angela Loretto Picardo, alias Lapizlázuli. La menor de tres hijos de la poderosa familia Loretto, familia que se encarga entre otras cosas, del tráfico vía marítima de diversos artículos prohibidos ocultándolos como mercancía legal, en acorde con autoridades locales.
Los Loretto, procedente de una vieja dinastía de mafiosos italianos, conservaron algunas tradiciones poco ortodoxas que han arrastrado a la locura a la muchacha.
Desde pequeña, alguien le metió en la cabeza a Angela //se sospecha de su abuelo o su madre//que, por ser la menor de 3 hijos a ella no le iba a tocar nada del imperio y que debía cuidarse las espaldas de sus propios hermanos por que tratarían de matarla. Al parecer, alguien se divertía atemorizando a la pequeña con estas ideas, al grado que fue llevada a varios siquiatras por manifestar un temor enfermo de quedarse a solas con ellos.
Bajo una investigación intensa, nunca se ha comprobado que los hermanos la hubieran tocado, de hecho, evidencias recientes dirigen que Gabriel y Uriel Loretto, sus hermanos, la trataban con cordialidad.
Sea como fuere, alguien debió seguir atormentándola hasta que a la edad de 10 años, en un viaje a Aspen, Uriel falleció al resbalarse en una ladera y caer desde una altura de más de 30 metros.
Hay evidencia que señala abiertamente que Angela lo empujó. //Evidencia 038 DCA// y que sufrió un ataque de risa histérica mientras su hermano se despedazaba en las piedras del fondo. El evento fue catalogado como un accidente.
A partir de este suceso Angela desarrollo una psicopatía con tendencia sádica. De un día para otro las mascotas de los Loretto comenzaron a morir, todas envenenadas; cuando descubrieron que era ella declaró que esos animales solo hacían ruido y se lo merecían. //evidencia 041-DCP//
El caso más sonado es la muerte de un perro dálmata de un conocido de la familia quien no dejó a un lado el escándalo porque amaba al animal.
Todo lo anterior, fue simplemente olvidado después de algunos sobornos y/o amenazas de parte de la familia.
Actualmente se sabe que la joven Loretto es causante de, por lo menos, un par de muertes de jóvenes que, según ella, se lo merecían. Las muertes se lucen por su crueldad. (Falta de dedos, diente y uñas)
Se sospecha que tiene nexos con Pitreka Luffendorf con las que conforman el grupo de las Gemas de Cristal, dedicándose a la venta de droga, enganche de jóvenes y el evento denominado "Punto de Quiebre".
Es adicta a la heroína.
Como marca particular lleva un tatuaje de un ala de ángel del lado derecho de la espalda.
Pruebas y datos, anexos al presente oficio.
Fecha de Nacimiento: 04 de Mayo de 2002
***
-¡Un momento!- Dijo una voz que provenía del fondo.
Todos voltearon a ver a la pequeña rubia que, acomodándose los lentes, caminó hasta cerrar el círculo.
- Antes de que pasemos a la fase "Pajarillo", No les interesa saber ¿Por qué vino a nosotras?-
Steven miró a Peridot. En toda la fiesta había escuchado que había alguien allí atrás a la que Amatista le daba indicaciones, había notado que controlaba la música, las luces y las comunicaciones. Pero no la había visto, hasta ahora; y en perfecto momento porque estaba a un tris de caer en un ataque de pánico.
Pertidot lucía un pantalón relavado de mezclilla, una camiseta blanca con borde de cuello rojo con el signo de "The Wall" de Pink Floyd y encima una camisa desabotonada de franela roja con rayas negras que formaban cuadros. Uno par de tenis Vans. Su cabello rubio estaba agarrado en un pequeño chongo justo detrás de su cabeza y a los lados solo caían largos flecos. Así como unas enormes gafas.
-Es verdad- Dijo pensativa Garnet.-Él sabía que le podemos hacer daño.-
-Claro que lo sabía.- Intervino Steven- Mi padre nunca me hubiera permitido acercarme a ustedes. Me advirtió de lo que hacen aquí. ¿Te lo dije o no Perla?- La señaló.
-Sí, es verdad, me lo comentó mientras veniamos.- Dijo la interpelada mientras jugaba a encender y apagar su zippo.
–Entonces- Dijo Lapis - ¿Por qué viniste como cordero a la boca del monstruo?-
-Del Lobo, Lapis, es boca del Lobo.- comentó Peridot.
-¡Le digo como yo quiera, palurda!-
-Me sorprende que sepas lo que significa "Palurda", ignorante.-
-¡Basta!- gritó Garnet estremeciendo a todas.- Quiero saber por qué vino el solo, así que ¡Tú!- dijo señalando a Steven.- Termina con esto para que tomemos una decisión.-Sacó una pastilla de un bolsillo de su pantalón, y la puso en su boca con prisa con la mano ligeramente temblorosa.
El chico suspiro un poco, las miró a todas y dijo con seguridad: por protección.
Hubo un silencio por unos segundos, luego, las chicas se comenzaron a ver entre sí mientras lentamente una sonrisa se dibujaba en sus rostros hasta estallar de súbito en abiertas carcajadas.
-Por...ja, ja, ja...por qué crees?? Ja, ja, ja-parloteaba Perla.-
-Eres tan tierno big boy- dijo Amatista jalándole una mejilla mientras volvía a reír.
Garnet guardaba su compostura pero reía doblándose un poco.
Solo Peridot estaba impávida. Miraba al chico intensamente hasta que harta, gritó-¡Dejen de reír como Hienas! ¡Es obvio que él sabía que si venia le íbamos a hacer daño!-
-Ja, ja, ja, eso, eso ya no importa Peridot. Le sacaremos la información, por "partes" je, je.- Dijo Lapis.
Steven, harto de todo ese circo se levantó de la silla y cayó la distancia que hacía falta quedando en medio de aquel enfermizo círculo.
-¡A callar partida de idiotas!- Gritó enojado. Y las risas cesaron de súbito. Todas se pusieron tensas y fruncieron el ceño.
-¡¿NI siquiera su estúpida cerebrito puede deducir algo tan simple?!- Dijo señalando a Peridot.
-¡Oye! ¡Más respeto guijarro!-
-¡Es obvio que no tengo la información de mi padre!-
-Eso me lo dirás cuando te retire la primera uña.- Dijo Lapis.
-Yo quiero uno de sus bellos ojos.- Dijo como saboreándolo Garnet.
Steven apretó los dientes.
-Sí que las tiene apendejadas las drogas.- Les dijo con desprecio.
-¡Ya basta mierdecilla!- Se bajó enfurecida Amatista y tomó al chico del cuello con fuerza. Steven no se detuvo.
-¡Entiendan que si yo tuviera esa información con sus evidencias, ya la hubiera divulgado y en este momento se estarían tambaleando las mafias de sus familias con investigaciones de la Interpol e intervenciones extranjeras! ¡Sé que la información de mi padre es capaz de destruir El Reino de los Portales pero nunca me la dio!-
Y se hizo el silencio mientras Amatista aflojaba su agarre. Se compartió la incertidumbre.
Steven respiraba agitado; tanto por la droga como por el momento.
-No me la dio para protegerme. Se supone que me la daría en caso de emergencia pero le pusieron un cuatro, lo culparon de asesinato y se lo llevaron súbitamente. No lo matarán en la cárcel ni le harán daño porque tiene contactos fuertes, tiene al director de la cárcel agarrado de las pelotas. Pero no me dio la información.-
-De habérmela dado, su negocito estuviera cerrado y todas ustedes tras las rejas.-
Y de pronto, aquel chico que era de menor estatura que ellas (a la par de Peridot), se vio enorme.
Todas estaban consternadas.
Pero no se iban a dejar amedrentar.
-Bien big boy- Dijo Amatista mientras le miraba con un tic en el ojo.- Digamos que te creemos. ¿Qué ganamos nosotras con ayudarte?-
Todas las miradas estaban fijas en Steven. Serias, expectantes, como fieras a punto de devorar.
Garnet pasaba por su lengua el diazepam. Perla calo su cigarro con profundidad. Lapis jugaba con sus dedos ansiosa. Peridot revisaba los mensajes de su celular.
Steven las miró a todas sin mostrar temor, fue entonces que aventuró: A mí, es el único que mi padre dirá donde esta esa información. Pero no puedo ir y presentarme en el cereso así como así. Tengo que esperar a que se calmen las aguas, desaparecer un tiempo. Y por eso vine aquí. Déjenme trabajar con ustedes, ser parte de su grupo, les ayudare sin que me importe si venden y consumen drogas, si enganchan gente o matan. Eso me importa un comino. Yo quiero salvar a mi padre a costa de lo que sea, y ahora...
...-¿Qué ganan ustedes? Fácil. Si me ayudan a encontrarme con mi padre, les daré la información para que usen la que les convenga y destruyan a quien quieran y cumplan el máximo sueño de las Gemas de Cristal: adueñarse del Reino de los Portales y vengarse de quien se las deba.-
Y el silencio lo fue todo de nuevo.
-Dime, eerr, Steven. ¿Cómo podemos confiar en que nos darás la información?- preguntó Perla.
Steven la miró con fastidio. –Mira Perla, sin ustedes.- dijo señalándolas a todas. –Ni aunque pasaran mil años podría acercarme yo solo a visitarlo. Pero si dejamos que las defensas bajen y se relajen, en compañía de alguien de la familia Loretto y/o Luffendorf, podría llegar hasta él. Al salir, huiría con ustedes. Y juntos iríamos por la información.
Ustedes destruirían a sus padres y yo liberaría al mío. Ustedes obtienen Nueva Beach City y yo la tranquilidad de mi familia.-
Nuevamente, solo se escuchaba la música afuera. Las chicas en sus propios demonios, sopesaban la situación. Era exactamente lo que querían y lo tenían tan fácil, que era difícil de creer.
-Steven.- Dijo por fin Garnet.-Podrías salir un momento por favor mientras debatimos nuestra decisión.-
El chico asintió, pero en vez de la puerta se dirigió a Perla.
-Perla, ¿Me regalas un cigarro, por favor?-
La chica sacó su cajetilla de Marlboro blanco y le entregó uno al chico, luego encendió su zippo y le ofreció el fuego. Steven caló una vez y al notar que estaba encendido, procedió a salir de la habitación.
Abrió la puerta y el golpe de la música le pego de frente, salió y cerró.
Una vez afuera respiro profundo, aun le temblaban un poco las piernas. Sabía que se había arriesgado mucho pero era lo único que le quedaba por hacer.
Caminó hasta la cocina donde pasó a dos chicas que seguían en el juego de darse placer. Abrió el refrigerador y se sorprendió de la enorme cantidad de latas de cerveza que había. Tomó una, la abrió y la empinó de golpe hasta acabarla. Era la ansiedad que lo mataba.
Dejo la lata y tomó otra. Cerró el refrigerador.
De golpe le llegó el calor del alcohol. Necesitaba calmarse. Caló el cigarro mientras salía de la cocina viendo a los de la sala jugar a pasarse una lata con agujeros mientras le prendían fuego.
-Piedra o cristal.- Se dijo dejándolos atrás. Se paró en la entrada y vio en el portón a los dos enormes topacios dándose arrumacos. Imaginó que eran dos toneles apareándose. Sonrió por un instante pero de golpe la realidad le regresó.
-Si ellas deciden no creerme, esos tipos me harán pedazos.- Pensó y dio un gran sorbo a su cerveza.
Bajó los escalones y se giró para dar una vuelta por el patio de la casa. Caminó entre la gente que bailaba frenética y las luces de neón que revolvían el ambiente. Aún sentía un poco de taquicardia pero no sabía si era por la droga o por la presión. Podría morir esa noche.
Al llegar al patio lo encontró vacío, en una mesa se encontraban 3 chicos que se veían bastante alterados, gritaban, vociferaban, se empujaban.
-Supongo que acá vienen los muy "pasados"- Pensó.
De pronto uno lo vio y Steven se estremeció.
El joven que lo vio codeo a otro para que volteara a verlo y ambos sonrieron, se pusieron de pie.
Steven entendió que algo andaba mal así que se giró para devolverse a la casa, sin embargo desde atrás alguien lo detuvo.
Una muchacha de pelo lacio lo miraba sonriendo como maniática. Al frente los otros dos chicos se acercaban.
-¡Vaaaaayaaa!- Gritó uno de ellos.- Parece que la fiesta la volvió a organizar Peridot, y esta vez no hubo cover.- Dijo mientras entre los tres, levantaban al chico para llevarlo a lo más profundo del patio.
-¡Sueltenme!- Exclamaba Steven inútilmente.
En la parte de atrás, todo era penumbra, las luces iban y venían y la música callaba cualquier voz. Los tres jóvenes estaban conscientes de esa intimidad que da el ruido y la ceguera parcial y jugaban a tocar al chico por todas partes.
-Bájale el pantalón Mónica.- Dijo uno de ellos.
-Tranquilo Jerry, no seas desesperado.-
-Ya quiero ver si le entra mi verga.- Dijo uno con voz jadeante.
-¡Déjenme! Suéltenme perros!- Gritaba y forcejeaba Steven sin mucho éxito.
Sintió que le halaban la camisa. Sintió que le desbrochaban el pantalón.
Manos intrusas se adentraron en sus genitales y trasero por encima de la ropa, otras manos le apretaban las muñecas.
Y la música, y las luces.
-Al carajo.- Dijo uno de ellos y con desesperación metió su mano desde su espalda por debajo de su trusa.
Steven pensó lo peor.
Entonces al que metió la mano sintió que lo levantaban como si fuera una muñeca de trapo para ser arrojado de golpe hacía atrás.
Otro de ellos recibió una poderosa patada en el estómago y la chica hizo a correr pero alguien la tomó del pelo y la azotó.
La música cesó de golpe junto con las luces.
Steven se abrocho el pantalón y se acomodó la ropa para ponerse de pie totalmente desconcertado ante los hechos.
Alrededor de él estaban Garnet, Perla y Lapis. Peridot un poco más atrás controlaba la música y luces desde un iPad pegado a su antebrazo.
Amatista llego de último a la escena mientras los demás llegaban con la curiosidad nata que produce el escándalo.
La peliblanca suspiro al llegar y vio a los tres jóvenes atemorizados.
-Garnet, dilo tú que tienes una voz más potente, suela a la fiera nena.-
La morena, levanto su mano enguantada en rojo, y se giró para ver a todos los presentes por encima de sus redondos lentes.
-¡Atención todos!- Exclamó.
-¡Este joven de aquí no es un joven cualquiera! ¡No se confundan! ¡Él pertenece a nuestra corporación de las Gemas de Cristal y está bajo nuestra protección! ¡Aquel que ose tocarlo o siquiera mal mirarlo se la vera con nosotras!-
-Él es ¡Steven Cuarzo!- Gritó profundo la morena empuñando la mano.
Steven las vio por un momento, lo había logrado. Pero luego recordó las manos que lo estaban tocando hacia menos de 3 minutos y una rabia se le vino encima.
-¡Que este escarmiento sirva de ejemplo!- Dijo Perla.
-¡A partir de este momento!- intervino Amatista.- La cerveza es gratis. Y disfruten el espectáculo.
Y un vitoreo y rechiflidos se apoderó de todo el lugar. Como un festejo de año nuevo en pleno marzo.
Perla saco una navaja de su chamarra y cigarro en boca se fue sobre la chica que ya hacía en el suelo.
-Tienes un bonito rostro princesa.- Dijo inmovilizándola con las rodillas.
-Yo...yo...no sabia que...que..-
-Ese es el problema, nunca saben nada.- Y el afilado objeto comenzó un recorrido desde el lado izquierdo de la frente de la chica.
Por su parte, el otro muchacho no podía con el poderoso físico de Garnet que lo había inmovilizado con un certero rodillazo en los genitales. Acercó su mano enguantada donde surgían de sus dedos unas agudas uñas.
-Tienes muy bonito color de ojos.- Le dijo mientras sus dedos exploraban la cuenca ocular.
Uno de los Topacios había inmovilizado al tercero de los chicos. Con toda su potencia lo tenía vencido bajo su peso mientras extendía la mano de la presa a una Lazuli que mantenía unos ojos al acecho mientras sacaba de su chaleco un aparato de cortar puros.
-¿Cuantos dedos necesitas para vivir, palurdo?- Dijo mientras metía el aparato en la primera falange del dedo índice.
-Respuesta: Ninguno. Y cerró con fuerza el aparato mientras una risa comenzaba a surgir.-
Cuando los gritos comenzaron inmediatamente Peridot llevo sus dedos a su Tablet y la música volvió junto con las luces y la intimidad del ruido ahora tenía una nueva presa.
Steven sonreía.
-Se divierten las gemas.- Dijo Amatista.
-Tus amigas sí que están enfermas.- Comentó Peridot que estaba a su lado. Amatista la volteó a ver con cara de duda.
-Pero si tú eres la peor, Peridot.-
-Noooo, yo soy pura y blanca Amy, Pura y blanca. Shi, shi, shi.- Finalizó riendo entre dientes, la joven rubia.
***
Bitacora 3, Sección 1.- Las Gemas de Cristal
Archivo # 04
P E R I D O T
Cristina Olivery Thompson Laclos alias "Peridot" Hija de Norberto Thompson Y Alicia Laclos. Divorciados desde que ella tenía 4 años la dejaban bajo el cuidado de una nana ya que ambos padres rehicieron sus vidas con nuevas familias.
Sin atención, Cristina creció frente al monitor de una laptop instruyéndose como autodidacta y aprendiendo el hackeo de sistemas (mucho después se supo que tiene un IQ arriba de los 180). Desgraciadamente también se dedicó a consumir todo tipo de material pornográfico ya que no contaba con supervisión alguna.
A la edad de 11 años Cristina violó a su hermanastra de 6 años con una zanahoria, justo como lo había visto en un video. Los padres horrorizados no quisieron tenerla cerca de sus nuevos hijos por lo cual la dieron a rehabilitación de menores. Por su edad y debido a las circunstancias no se abrió un caso y se declaró sesiones de terapia ya que la niña solo había repetido lo que había visto en la pantalla de su laptop.
Cristina a sus 11 años engaño al sistema fingiendo una inocencia que no tenía y fue dirigida a un orfanato cerca de Nueva Beach City.
Nunca se hizo público que durante 4 años pervirtió a más de 30 niños y niñas de diversas edades haciéndoles jugar desnudos entre ellos y realizar actos no aptos para su edad mientras los filmaba con un celular.
Para cuando se descubrió el horrendo hecho, la ahora joven ya había escapado del orfanato. Se descubrió que vendía los videos en la Deep web, donde se hizo de una cantidad desconocida de dinero. Esta boletinada a nivel nacional como una pederasta peligrosa a pesar de la edad que tiene. Se sospecha que sigue en esas actividades delictivas pero se ignora su paradero.
Mis investigaciones la ubican bajo la tutela de Pitreka Luffendorf, para quien trabaja como hacker, logística y comunicaciones. No he logrado comprobar, si han realizado fiestas con menores de 13 años.
Consume altas dosis de bebidas energizantes con fluoxetina, cocaína y baja consumidora de marihuana.
Es la única que me ha hecho pensar en denunciarla, pero eso será después de finalizar el proyecto.
Pruebas y datos, anexos al oficio.
Fecha de nacimiento: 29 de julio de 2002
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Y que les ha parecido. No es como que pensara en continuarla pero se dio. Esta historia debe narrar como el stevo se va involucrando en la banda y como las chicas, con todos sus traumas y vicios, lo van conociendo a él.
Si, tendra su lime, en este tipo de historias es imposible que no haya. ¿Quien será la primera? Eso no lo sé. Ya veremos.
Saludos a todos.
Gendou -El sin Musa- Uribe
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