16. Desde ahora y para siempre

Sus mejillas están sonrojadas. Mordisqueo su barbilla y voy descendiendo por su cuello, me centro en su pecho, sus pezones erguidos, son visibles sobre la camisa blanca que está usando. Mis labios quieren envolverse en ellos, empiezo a desabotonar la camisa y él no me detiene. Susurra dulces gemidos, se remueve, mientras lamo sus pezones y los succiono suavemente antes de liberarlos y ver lo sonrojado que está debido a mis caricias, a mi tacto. Cuán excitante me resulta verlo así.

Beso por su costado y luego por el centro, lamo la lechosa piel de su abdomen. Muerdo por encima de la pretina de su pantalón y me incorporo. La posición en la que nos encontramos no es muy cómoda, pero no puedo detenerme, él gime y eso basta para que yo no me detenga, quiero hacerlo mío.

La espera ha sido muy larga, ya no puedo soportar un solo instante sin él.

«Me tomó el tiempo exacto que lleva preparar una maleta y hacer una reservación, el darme cuenta de que sin él mi vida no tenía sentido, así que, con dos horas de diferencia, abordé un avión y vine tras mi amor.

Apenas llegué a Phanadul, fui a casa de sus padres, cuando bajaba del taxi, lo vi salir en su auto y no pude decirle que estaba allí, por él, porque salió sin percatarse de mi presencia.

A toda prisa volví a subir al taxi y pedí al conductor que lo siguiera.

Me sentí nostálgico, miles de recuerdos inundaron mi cabeza cuando llegamos al lugar. Bajé del taxi y continué a pie cuando su auto ingresó al estacionamiento subterráneo del edificio.

Aceleré el paso, para poder alcanzarlo y lo hice. New me miró sorprendido, no dando crédito a lo que sus ojos estaban viendo. Apenas unas horas antes nos habíamos despedido y ahora estaba parado frente a él, con un maletín en el hombro, el cabello alborotado, el corazón agitado y con todas las ganas del mundo de saltar sobre él. No dejé que bajara del auto, yo subí junto a él.

Ninguno dijo nada, simplemente dejé que mis labios hablaran con los suyos.

Comenzamos a besarnos con pasión, con desespero y quien sabe cómo y en qué momento, pero ambos terminamos en el asiento trasero.»

New me besa lentamente con mucha entrega y pasión mientras mis manos trabajan intentando quitarle la ropa. Cuando por fin lo consigo, me acomodo en el asiento y lo subo a horcajadas sobre mí, que también me he despojado del pantalón.

Mis manos recorren su espalda de arriba abajo y él echa la cabeza hacia atrás, dejándome libre acceso para besar su cuello. Su piel caliente entra en contacto con mis labios y no puedo resistir la tentación de chupar suavemente y al final dejar pequeñas mordidas. New gime y se contornea, rosando mi polla adolorida, aprieta mis pectorales y empieza a bajar una de sus manos suavemente por mi abdomen. Se levanta un poco y toma, en su mano, mi duro miembro y lo ubica entre sus nalgas. Suelto un fuerte gruñido y sus labios se separan para decirme:

—Por favor... —suena a súplica— por favor —vuelve a decir.

—Osito, no necesitas pedirlo, lo deseo —le digo apoyando mi frente contra la suya, cayendo en cuenta de que esta será la primera vez para New y no es el mejor lugar para hacerlo—. Pero... ¿estás seguro? Podemos esperar a subir...

—No, Tay. Quiero que me hagas el amor, ahora, aquí mismo. Te prometo que todo estará bi-

No lo dejo terminar, lo tumbo sobre el asiento y separo sus piernas, de manera que me permito inclinarme y capturar su polla en mi boca.

Con cada movimiento de mi lengua, siento como New se estremece y empieza a ponerse más ansioso. Mi erección duele, pero a pesar de las condiciones en que nos encontramos debo tomar tiempo para prepararlo. Dejo que mi lengua recorra todo el largo de su polla y humedezca su entrada. Una y otra vez paso la punta, logrando que el esfínter ceda, cuando la empujo con fuerza. New sigue gimiendo mientras que yo reemplazo mi lengua con un dedo, y luego dos, simulando pequeñas embestidas. Mi osito no se queja en ningún momento, al contrario, parece disfrutar cada toque.

—Solo dolerá un poco. Seré cuidadoso Osito.

Ubico mi polla en su entrada, él me sujeta por los hombros y me mira directo a los ojos. Cuando nuestras miradas se encuentran, no puedo pensar en otra cosa que no sea en el inmenso amor que siento por él, no me equivoqué al corresponder a su beso, cuando llegó a Madrid, y mucho menos me arrepiento de estar aquí, a punto de hacerle el amor.

New es el único chico al que verdaderamente amo con todo el corazón, y más allá de mi propio entendimiento.

—Ahhh —jadea con placer ante el primer empuje suave.

Beso sus labios, para distraerlo, mientras intento ingresar en él, y New empieza a dar pequeños mordiscos en mis labios, con cada empuje mío, la intensidad de sus mordidas aumenta, pero no me duele, me excita... y entonces intento ir un poco más profundo y él reacciona mordiéndome más fuerte.

Sin poder frenarme, me empujo de golpe dentro de él.

New grita y veo como una lágrima rueda por su mejilla, la capturo en un beso y me empiezo a mover suave y onduladamente. New responde bien, empieza a morderse el labio, cierra los ojos, sus dedos dejan de apretar contra mis hombros y entonces empezamos a hacer el amor.

Mi pelvis impacta contra sus nalgas, su polla se mueve sobre su abdomen, mojando su piel, con líquido pre seminal.

Él jadea, yo suspiro.

—Más... —pide, y yo quiero darle todo lo que me pida— Tay... —Su polla esta dura, desesperadamente, él, quiere tomarla en su mano, pero lo hago antes, la masajeo y tiro de ella al ritmo de las embestidas que estoy impartiendo en su apretado culito.

—Osito, no te contengas. Déjate ir... —digo apenas, porque la sensación que invade mis entrañas quema tanto que siento que me falta la respiración. Estoy al borde.

El semen de New empapa mi mano y su abdomen, entonces, a mí me importa poco si todo el edificio se entera de lo que estamos haciendo y empiezo a penetrarlo fuertemente, mientras él, gime, grita y gruñe desesperadamente.

Empujo... una, dos, tres... pierdo la cuenta, pero no dejo de moverme. Siento que el auto se mueve y estoy seguro de que cualquiera que pase por aquí sabrá inmediatamente lo que está sucediendo adentro.

—Ahhh... Tay... Siii —La polla de New, vuelve a crecer y yo estoy a punto de terminar...— Un poco más.

Por última vez lo penetro profundamente y apenas puedo reunir la lucidez suficiente, para retirarme a tiempo de su interior, uniendo mi polla y la suya, que terminan descargándose al mismo tiempo. 

Nos besamos mientras aun siento los espasmos del orgasmo, y New continúa corriéndose.

—Eso fue...

—Grandioso —completa él— Te amo Tay.

—Te amo osito.

New me acerca a su pecho, quiere sostenerme, y me dejo caer sobre él. Nos quedamos en la misma posición un par de minutos, sin hablar, simplemente recuperándonos de la mezcla de sensaciones que estoy seguro, no solo han embargado mi corazón, sino también el de él y finalmente comenzamos a besarnos.

Cada beso va despertando algo dentro de ambos y la temperatura de nuestros cuerpos vuelve a estar en ebullición. Mis manos no pierden el tiempo y abarcan cada parte del cuerpo de mi osito.

—Deseo esto... —New habla entre besos— Tay —me aleja y mira a los ojos— pero creo que debemos subir. Y no es que no me guste que me tomes en el auto, créeme que este se ha convertido en un recuerdo interesante para contar... —se ríe— pero, la posición me está matando.

—Tienes razón, lo siento osito. Deja que te ayude a vestir.

Cuando lo incorporo sobre el asiento, noto la molestia en él.

—Creo que no me podré sentar bien, por un rato —dice sonriendo. Sonrío con él, arreglamos nuestra ropa y finalmente estamos listos para abandonar el auto—. Y puedes llamarme loco si quieres, pero deseo volver a hacerlo. —me dice antes de bajarse.

Y yo no puedo evitar pensar que solo deseo poseerlo, disfrutarlo, quererlo. Pasar mucho tiempo a solas con él, haciendo el amor, o simplemente viendo las estrellas —a través de la ventana de la habitación que cuando chicos compartimos— cuando anochezca.

Solo quiero amarlo, desde ahora y para siempre.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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