15. Entendimiento
La cena transcurrió como siempre, muy amena, cada uno contando las cosas que hizo durante la semana. Joss habló sobre su viaje y la propuesta de una de sus colegas, de abrir una clínica fuera de la ciudad. New dijo que no regresaría a casa, si no era con Off. Off sorprendió a todos al decir que abriría un estudio de arquitectos en Madrid, porque no pensaba volver a separarse de su familia. Mild anunció que saldría de la ciudad por tres días, pues tenía que asistir a un congreso, e invitó a New para que fuera con ella, por supuesto él aceptó encantado, claro como no lo haría, desde siempre andaba pegado como garrapata de Mild. Tessa, nos contó sobre la mudanza y que ya todo estaba listo en la mansión, solo faltaba que nos instaláramos el fin de semana. Y yo, no hacía más que repetirme si estaba haciendo las cosas bien. Supongo que —por primera vez— sería muy buena idea, pensar en mí y solo en mí.
Joss y yo nos disculpamos y abandonamos el comedor, después de la cena y vamos a nuestra habitación.
» Estoy distraído, pensando, no sé por qué, en que no me agrada mucho la idea de que Mild se quede a pasar la noche, pero me doy cuenta de que no soy el único que se siente incómodo, por algo. Desde antes de la cena, cuando nos encontramos en el jardín, Joss ha estado muy distraído y creo saber el motivo. También debió haber escuchado la conversación de nuestros amigos.
Me acurruco a su lado en la cama y tomo una profunda respiración antes de preguntar:
—¿Escuchaste todo no es así? —suelto un suspiro resignado.
—Sí, lo hice Tay. —me dice mirándome apenas.
—¿Y qué piensas?
—Quiero que seas tú quien responda eso. —Me abraza contra su pecho y deja un beso en mi cabeza.
—Que puedo decir Joss, me besó, lo besé de vuelta, sentí cosas que no había sentido nunca. Me descolocó por un instante, pero es a ti a quien quiero.
—¿Me quieres?
—Lo hago, tu sabes eso.
—Lo sé, sé que me quieres, pero ¿algún día podrás decir que me amas?
—¿Qué dices?
—Tay, tú nunca me has amado...
—¿Por qué dices e-
—Tay, cuando éramos más jóvenes, no era necesario que tuvieras un tutor porque siempre has sido muy inteligente y aplicado. Yo siempre supe que tenías un enamoramiento hacia mí, y sé que siendo más grande que tú, no debí aceptar, pero, aun así, acepté ser tu tutor, porque te veía como un niño muy adorable y porque eras hermano de Gun. En ese tiempo yo tenía casi diecinueve años y sabes que me gustaba Gun, pero él ni siquiera sabía de mi existencia.
—Lo sabía Joss...
—Lo sé, claro. Y te daba clases, pensando en que podía verlo seguido, cosa que no fue posible debido a que se mudó con Off. Y, en fin, gracias a ello, tu y yo pudimos pasar mucho tiempo juntos.
—Me gustabas.
—Y a mí me encantaba tu manera de ser, tu forma de tratarme y comportarte conmigo. Siempre estabas interesado en cualquier cosa que yo decidiera enseñarte, así que poco a poco te fui viendo como un verdadero amigo, a pesar de nuestra diferencia de edad.
—Hablar contigo del futuro, me ayudó a decidir que quería hacer con mi vida. Me enseñaste y aprendí muchas cosas de ti. Siempre estaba feliz de poder compartir mis pensamientos contigo.
—Y la enorme sonrisa, que siempre tenías para mí, fue logrando que te hicieras de un espacio muy importante en mi corazón. Ya vez, con los años nuestra relación se volvió muy estrecha y a pesar de todas las cosas que sucedieron con el paso del tiempo, no se rompió.
—Pues, no, aunque casi, cuando volviste con Mild y luego de su graduación cuando decidiste viajar con ella, para hacer una especialización. Cada viaje que hacían, visitando universidades, me inquietaba, y más aun saber que vivirían juntos.
—Bueno. Nuestra amistad como bien sabes, es desde la cuna, y nuestros padres soñaban con vernos casados, todo gracias a que nos descubrieron dándonos nuestro primer beso a los doce años. Pero, aunque ella y yo pasábamos juntos todo el tiempo que nos era posible, de un primer amor dulce, tierno y sobre todo sincero no pasamos. Desde los quince años, yo sabía que también me gustaban los chicos y después de mi primer acercamiento sexual con un miembro del equipo de baloncesto de la escuela, mi relación con Mild, terminó. Luego pasó lo de Lynn durante casi tres años, tiempo durante el cual traté con todas mis fuerzas de reprimir mis sentimientos y deseos, claro, me gustaba Gun, pero eso era distinto... Y Mild siempre me apoyó, me dio consuelo cuando estuve mal, me sostuvo cuando sentía que iba a desfallecer y me aconsejaba, aunque no pidiera consejo.
—Por eso volvieron a ser novios ya estando en la universidad y también se volvieron a separar...
—Sí, así fue, porque decidí no luchar más contra mis instintos y mis sentimientos. Tuve mi primer novio y le rompí el corazón a la única persona que siempre estuvo para mí.
—Tu primer amor, tu mejor amiga, tu compañera y cómplice, la que más te conocía y te conoce. La única mujer capaz de hacer latir tu corazón tan rápido y lento a la vez... ¿Cierto?
—A pesar de todo ella se mantuvo junto a mí, apoyándome... Cuando recibí aquella llamada de Gun y me habló de su embarazo, no pensé como la vida iba a cambiarnos a todos. Nunca te negué que vi en su ruptura con Off, una oportunidad, para estar junto a él. Pero Mild y tu vinieron con nosotros y yo no contaba con que las cosas iban a dar tremendo giro. Y ella siempre estuvo allí.
—Está. Ella aún sigue junto a ti.
—Como New, de ti, en tu corazón, a pesar del tiempo y la distancia.
Dicen que tu alma gemela se cruzará en tu camino para –en primer lugar– alejarte de la soledad, para ayudarte a conocerte más y mejor a ti mismo y empujarte a crecer como ser humano, en todos los sentidos. Esa persona es tu espejo y tú eres el suyo; lo que amas en el otro es lo que admiras en ti y lo que no soportas del mismo es lo que odias de ti. Por ello, la relación con tu alma gemela tiene una fecha de caducidad; nadie soporta tanta verdad, nadie se siente cómodo al mirar todos sus defectos en un espejo.
Escucho la voz de Joss como un susurro y me quedo muy quieto. Tras sus últimas palabras, permanezco perdido en mis más profundos pensamientos, hasta que vuelvo a oírlo hablar.
—Dime que estas bien. No te has movido por un rato.
—Solo, estaba pensando Joss.
—¿En qué pensabas?
—¿Realmente haremos esto?
—Lo haremos, sí, porque te quiero Tay, porque me quieres, porque ambos merecemos lo que tanto hemos anhelado.
—Te quiero Joss, realmente te quiero.
—Lo sé, también te quiero precioso.
Mi pecho se oprime y siento, por primera vez, que las cosas están saliendo inesperadamente bien. Retenido por el cálido abrazo de Joss, cierro los ojos, por fin, y me entrego al sueño, sabiendo que él, está sosteniéndome entero.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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