13. ¿Qué le sucede a mi chico?
Cuando le propuse a Gun viajar conmigo a Madrid, él se negó. Yo debía viajar aquel día, así que le pedí pensarlo y grande fue mi sorpresa cuando días después, volví al país y recibí su llamada. Él dijo "Sí, me iré contigo" y no pude ser más feliz en aquel momento.
Si me preguntan ahora, después de todo este tiempo viviendo juntos si yo lo amo, la respuesta es un No rotundo. Nunca amé a Gun, creí hacerlo, pero, solo lo quería porque no podía tenerlo, porque vamos, Gun es hermoso, inteligente, carismático y muy encantador. Tenerlo como novio habría sido todo un placer. ¿Fue difícil convivir con él?, Sí, por supuesto, sobre todo las primeras semanas, cuando tomé la decisión de mudarme a vivir con él y dejé a Mild sola en el departamento que me había comprado mi padre como regalo de graduación.
Pensé que Gun y yo estaríamos solos, pero no fue así, Tay aceptó dejar todo y venir con su hermano, así que las cosas definitivamente se complicarían, porque joder, me gustaba Gun, quería darme la oportunidad de estar con él, pero Tay era adorable ante mis ojos, yo sentía muchas cosas por él, era extraño, entonces yo no sabía que lo quería y además tenía muy cerca, a Mild, porque debido a Gun, ella pasaba mucho tiempo en casa, con nosotros... Nunca había experimentado tal confusión como el día que por primera vez comimos juntos y los tuve a los tres, sentados frente a mí.
El tiempo fue pasando y me di cuenta de que lo que sentía por Gun, era —más que atracción física— deseo de protegerlo, porque, Gun causa eso en las personas, una inmensa ternura que te roba el corazón y solo piensas en que quieres sostenerlo todo el tiempo y cuidarlo como si fuera de cristal. Me sentía como su hermano mayor y ese sentimiento no ha cambiado. En cambio, sí que hubo un gran cambio en mi vida. A pesar de no compartir casa con Mild y debido a todo lo que vivimos con Gun, Mild y yo nos manteníamos más unidos que nunca. No puedo decir que nada ocurría entre nosotros pues incluso antes de mudarnos a este país, continuamos teniendo encuentros amorosos, pero mi convivencia con Tay desencadenó una retahíla de sentimientos confusos que no pude contener, mi cabeza estallaría si no hacía algo.
Olvidé la diferencia de edades, olvidé que era hermano de Gun, olvidé que me había jurado a mí mismo, no volver a estar con un chico y simplemente me dejé llevar, acepté que estaba ¿enamorado de él?
«Joss: ¿Has cenado?
Tay: Aun no, sigo en la universidad.
Joss: Paso por ti. Te invito a cenar.
Tay: Esta bien, dame veinte minutos.
—Estoy muerto. No creo aguantar un semestre más
—No te dejes llevar por el agotamiento, todo sacrificio tiene su recompensa, Tay.
—Está claro que no quiero eso, no quiero rendirme... pero carajo, que agotado me siento.
—Nada de eso, son tonterías
—No lo son, moriré antes de convertirme en doctor.
—Bueno, llevaré flores a tu tumba ¿está bien?
Una cálida sensación nos envolvió en aquel momento y su tímida sonrisa hizo que mi corazón se acelerara.
—Joss... ¿está todo bien?
—Claro que sí Tay, ¿por qué lo preguntas?
—Bueno, nunca me has invitado a cenar. Quiero decir y no es que me moleste, pero siempre que salimos lo hacemos con Mild y Gun.
—Lo sé, pero esta noche quise salir solo contigo, no pasamos mucho tiempo juntos a pesar de que vivimos bajo el mismo techo. Te he tenido abandonado mi pequeño pupilo.
—¿Y a dónde iremos?
—A donde tú quieras.
—¿De verdad?
—Claro.
Terminamos comiendo hamburguesas aquella noche y no precisamente en un restaurante, lo siguiente que hicimos, fue tomarnos unas bebidas en un bar cerca de un parque al que Tay me arrastró.
—¡Joss! ¡Te has ido! —Pasó la mano por mi cara, distrayéndome de mis pensamientos— ¿Qué te preocupa? ¿Qué está rondando por tu cabeza?
—Tay ¿Qué se supone que debo hacer cuando estoy muy indeciso?
—Mmm... Dejarte llevar por tu corazón.
Su respuesta a mi pregunta fue tan simple, salió tan rápido de sus labios que segundos después ya me encontraba robándole un primer beso. Hablamos de muchas cosas, de sus sentimientos por mí, de mis dudas e inseguridades. De lo tonto que me sentía, a mi edad y sin terminar de aceptarme a mí mismo.
—No me atrevía a decírtelo... lo que estaba sintiendo, no sé cómo voy a decírselo a mi familia y terminar de aceptarlo yo mismo. Si por años pretendí que nada era cierto, que nunca podría estar enamorado de un chico.
—Eso sí que va a ser complicado y duro.
—Pero tampoco puedo seguir luchando contra mis sentimientos y mi naturaleza. Soy bisexual y aunque tengo preferencia por las mujeres. No he podido evitar enamorarme de un hombre.
—Oye —me miró con la duda impregnada en sus ojos— ¿Qué te parece si lo intentamos? Quiero... quiero decir, si tú y yo podemos intentar hacer que esto —nos señaló con su dedo a él y a mí— funcione.»
Que él lo dijera, me tranquilizó yo quería intentarlo, me gustaba y sinceramente estaba cansado de mantenerme alejado, de huir todo el tiempo, de salir de casa y evitar cruzarme con él, para no sentir el desorden en mi cabeza y mi corazón, ese que solo Tay ocasionaba.
Esa noche, le confesé mis sentimientos, le dije que me gustaba y lo más grandioso de todo fue que estaba convencido de que también Tay me quería.
Nos entregamos sin pensar en nada más que nuestros sentimientos y las ganas de nuestros cuerpos de encontrarse y rendirse al placer.
Fue una experiencia única. De camino a casa, nos detuvimos en dos oportunidades, porque no podía mantener mis manos alejadas de él, quería abrazarlo y besarlo con necesidad, no me cansaba de mirarlo, realmente estaba besándolo, a ese muchachito de sonrisa hermosa que conocí tantos años atrás, realmente él estaba devolviendo mis besos y correspondiendo a mis caricias, en verdad le había dicho que me gustaba y él había respondido que siempre le gusté y además me dijo claramente que me amaba. Joder, por primera vez en mi vida sentí que estaba haciendo lo correcto...
Aunque a la mañana siguiente, mis ojos se abrieron de golpe, cuando la alarma sonó indicándome que era tiempo de ir al hospital y lo vi acurrucado entre mis brazos. En ese momento no pude evitar sonreír, la sensación de despertar con él junto a mí, desnudos, después de habernos entregado uno al otro con tanta pasión e inmenso amor, era maravillosa. No pude evitar recordar su cara roja, mientras lo embestía, su boca entre abierta, jadeando y pidiendo más, su pelo negro sudoroso y pegándose a su frente y su cuello luciendo pequeñas marcas hechas por mí. Tay lucía hermoso después del sexo. Pero por más ganas que tuviera de quedarme contemplándolo dormir, debía dejarlo e ir a trabajar, ya tendríamos más noches y albas juntos.
Han pasado casi nueve meses desde aquel día y no voy a mentir pretendiendo que todo ha sido fácil, no lo ha sido, me ha costado mucho, pero he tenido junto a mí a Mild, ella siempre ha sido mi consejera y mi guía. Quiero a Tay y cada día junto a él ha sido maravilloso, hasta hace un par de semanas cuando noté que algo le preocupaba, algo estaba rondando su cabeza y sé que ha querido decirme, pero no lo ha hecho, eso definitivamente me ha tenido inquieto.
Mild me aconsejó darle su espacio, dejar que él mismo fuera quién decidiera el momento adecuado, para hablar y siento que eso ocurrirá hoy mismo, apenas entre a casa.
«Tay: Hola Joss. ¿Vuelves hoy?
Joss: Estoy llegando precioso.
Tay: Esta bien, te espero en casa.»
Y así, sin un te extrañé, un te quiero o un llega pronto, por parte de él, es que me doy cuenta de que nuestra conversación no será muy prometedora ¿Qué le sucede a mi precioso chico? No tengo idea y temo que nada bueno me espera al cruzar esta reja, donde he permanecido durante los últimos quince minutos, observando la sonrisa inmensa que Tay le dedica a la persona frente a él y cuya espalda puedo ver a través de la ventana.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top