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-ya te dije Kayla, yo puedo con eso...

-ni creas que te dejaré cargar esto, son demasiado pesados para ti -le muestra el par de bolsas de ropa.

Kayla y Penny habían ido a comprar un poco de ropa para el o la bebé, tan solo había comprado en dos tiendas un par de mamelucos amarillos y violetas, pero Kayla algunas ocasiones era algo persistente.

-de verdad, Kayla, muchas gracias por los conjuntitos, pero yo los podía pagar... - se encontraban dentro de la camioneta de la morena, dirigiéndose hacia la casa de la rubia.

-no es nada, sé que si yo estuviera en el mismo estado tu harás lo mismo... Además siendo esposa del científico mas guapo y mejor pagado del CG, no es problema, cariño -le guiña el ojo

Penny recordó eso, extrañamente el amor surgió entre esos dos, haciéndolos casi inseparables.

El semaforo se pone el rojo y la voltea a ver para sonreírle de manera tierna...

-Kayla, eres la mejor amiga del mundo ¿lo sabías?

-solo después de ti, cielo -vuelve a guiñar el ojo, para que después ambas comiencen a reír.

Habían estacionado frente a la casa de Penny, la cual era una linda y gran residencia digna de los mejores agentes que ahora poseía el CG.

Colocaron la gran cantidad de bolsas con ropa y cosas de bebé en los sofas de la sala para poder encaminarse a la cocina, pero en pleno trayecto hacia allá, nuestra hermosa morena sintió una gran punzada en su abdomen bajo.

La morena soltó un gemido de dolor y se encorvó hacía enfrente, colocando sus brazos alrededor de su estómago.

Penny escuchó el quejido y volteó la mirada encontrando a la morena en la posición anterior -¡Kay! ¿Qué ocurre? ¿Qué tienes? -dijo mientras se acercaba a su amiga.

-tranquila Penn, estos dolores los he estado teniendo hace unos días, también tengo un ligero sangrado, me debe de estar bajando de manera extraña...

-no Kay, esto puede ser algo grave, mañana iremos con el doctor...

-no creo que sea para tanto, Penn...

-nada, nada, mañana iremos al doctor y no pararé hasta estar segura de que lo que tienes no es grave.

La de cabello chino la miró con una sonrisa tierna -eres la mejor amiga que jamás pensé llegar a tener, Penny... -la rubia le sonrió devuelva- Oye ¡qué te parece unas malteadas de fresa!

Penny se encontraba sacando unas fresas congeladas del congelador- ¡Me has leído la mente!

Ambas chicas comenzaron a preparar aquellas bebidas entre risas...

Ninguna de las dos se imaginaba lo que les esperaba...

.💙💙💙.

Me da cosita que mi hermosa morenagza sea la que sufra al no concebir un bebé, pero a veces la vida no es como la queremos :"(

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