La noche anterior había sido intensa. Los eventos se habían desencadenado rápidamente, y Perú había quedado completamente exhausto. Sus pensamientos flotaban en su mente, aún confundido por lo que había sucedido, pero al despertar, una sensación extraña lo invadió. Miró su cuello al sentir algo peculiar. Varias marcas se habían formado, marcas que no había notado durante el sueño.

"¿Qué...?" se preguntó, tocándose suavemente. "Esto... ¿Qué ha pasado?" Las marcas, evidentes y profundas, solo podían ser producto de lo que había ocurrido esa noche, pero no entendía por qué tan pronto.

Perú se levantó de la cama, aún confundido, sin comprender del todo el significado de esas marcas. Sabía lo que representaban, pero no quería aceptar que aquello había sido real. Se tocó el cuello nuevamente, más consciente de la situación. No pudo evitar pensar en lo que habían compartido esa noche, lo que había implicado todo.

Al entrar al baño, lo primero que hizo fue intentar ocultar las marcas con su cabello, pero sabía que no podía esconder la verdad por mucho tiempo. Finalmente, se miró en el espejo, tomando una respiración profunda.

"Esto... esto es real." Murmuró para sí mismo, sintiendo una mezcla de emociones que no podía entender del todo.

A medida que la mañana pasaba, Perú intentó centrarse en sus tareas diarias, pero no podía dejar de pensar en la noche anterior. Sabía que algo había cambiado, no solo en él, sino también en todos los demás. Era como si las dinámicas entre todos se hubieran alterado, pero nadie se atrevía a hablar de ello abiertamente. La tensión en el aire era palpable, especialmente cuando los demás países empezaron a hacer sus propios comentarios. Todos parecían más conscientes de la situación, pero nadie decía nada directamente.

Cuando llegó a la sala de reuniones, vio a las organizaciones observando desde un rincón. Onu y el FBI intercambiaron miradas, pero ambos evitaron el contacto visual con Perú. Sabían que él también lo sentía. Al final, solo había una cosa que los unía a todos: las marcas. Cada uno de ellos, en su propio modo, había quedado marcado por la conexión que habían establecido esa noche.

Perú se sentó, sintiendo sus manos sudorosas mientras esperaba. Al final, Onu no pudo evitar ser el primero en romper el silencio.

Onu: "Perú, sabemos que lo sientes, pero..."

Perú levantó la vista, encontrando la mirada de Onu llena de una mezcla de emociones. "Lo sé," dijo, su voz tranquila, pero su cuerpo temblando ligeramente. "Pero... ¿qué significa todo esto?"

FBI también intervino, su tono grave. "Es más de lo que crees, Perú. Lo que sucedió anoche no es algo que podamos ignorar. Ya no somos los mismo.

El ambiente se tensó aún más mientras los demás países observaban la conversación. Algunos mostraban señales de incomodidad, otros intentaban no mostrar demasiado, pero todos sabían que había algo grande que estaba cambiando en sus relaciones. Al final, fue Rusia quien rompió el silencio, con su tono usualmente tranquilo pero ahora cargado de algo más.

Rusia: "Es tarde para ocultarlo, Perú. Todos hemos cambiado."

Perú miró a todos los presentes. Era como si el aire estuviera lleno de una presión invisible, algo que solo ellos podían sentir.

Perú: "Entonces, ¿qué hacemos ahora?"

ONU y FBI se miraron, compartiendo un momento en silencio. Finalmente, Onu habló.

Onu: "Lo que sucedió anoche no fue solo una simple coincidencia, Perú. Ya estamos más conectados de lo que pensábamos. Y ahora... tenemos que ser sinceros unos con otros."

FBI: "Es hora de que nos digamos lo que realmente sentimos."

Y así, con el corazón latiendo fuerte, Perú comprendió que este momento no era solo el inicio de una nueva etapa para él, sino también para todos los demás. Las marcas que llevaba en su cuello eran solo el primer paso hacia lo que estaba por venir.