Capítulo 22.5: Parece que empieza a llover

*Créditos de la imagen: @ keigoseyeliner en Twitter*

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— Eri, por favor, ¿crees que puedes hacer esto por Midoriya? -preguntó Aizawa mientras se acurrucaba a la altura de la niña-.

Ella volteó a ver al peliverde que la miraba con ojos de esperanza y una sonrisa pequeña pero notable, en su mente pasó el momento en que él la abrazó y la rescató. A pesar de todo lo que ella vivió antes, esa sensación de seguridad que Deku le transmitió era lo que ella quería retribuirle.

— Hai, quiero que mi héroe pueda sonreír como él me enseñó. -aseguró Eri mientras asentía a Aizawa-.

— Muy bien, entonces en un par de minutos te llamarán para que entres. -indicó el azabache-.

Eri se acercó a Deku que estaba viendo a los cristales, pensando en sus padres, sin que él lo notara, sus ojos estaban cristalizándose para sacar más lágrimas. Una sonrisa se formó en su rostro mientras una traicionera lágrima recorría su mejilla.

— Sr. Deku... -llamó con timidez Eri mientras jalaba de su camisa-.

— Eri-chan, ¿pasa algo? -sonrío y se limpió la lágrima para concentrar su atención en ella-.

— Tengo miedo de fallarle. -se tomó el cuernito y agachar la cabeza mientras mira hacia el suelo deanimada-.

— Descuida, todo estará bien, confío en todo saldrá bien. -se agachó para acariciar el cabello de Eri-.

— Eri-chan, puedes pasar por favor. -indicó el doctor a cargo-.

La peliblanca le dedicó una última sonrisa a Deku antes de entrar al área de las camas donde estaban los señores Midoriya. Nezu se acercó a Izuku para poner una mano en su hombro, el peliverde volteó a ver al director que era cargado por Mirio.

— Midoriya-san, existe un 50/50 en esto. Contarás con el apoyo nuestro, la academia y de tus compañeros. -Sir le dedicó estas palabras a Deku, que estaba con una mirada decidida hacia los cristales-.

— Sir, ¿puede usar su kosei sobre Eri? -Deku seguía viendo a los vidrios, su mirada era seria pero por dentro quería ahorrarse la ansiedad-.

— ¿Estás seguro? -preguntó indeciso el héroe que puede ver el futuro-.

— Totalmente, así puedo estar preparado para el mejor o el peor escenario. -contestó con algunas lágrimas el noveno portador del OFA-.

Nighteye estaba indeciso de cumplir ese capricho, era de esos momentos en los que la ignorancia era una bendición. Pero, la ansiedad del momento le hizo activar su don y ver un flashforward. Su ojo derecho se convirtió en un pequeño reloj, lo que vio le hizo abrir sus globos oculares como platos.

— ¿Qué vio, Sir? Dígamelo por favor. -Izuku estaba nervioso y los impulsos de saber qué pasaría no ayudaban en nada-.

Adentro Eri estaba acompañada por Aizawa. Las camas estaban rodeadas por dos cortinas blancas, el doctor le indicó a la niña que lo que vería sería algo fuerte, y que ella era libre de irse si no podía soportarlo.

— No, lo haré por el Sr. Deku. -contestó ella con muchas agallas-.

El doctor asintió para hacer a un lado las cortinas y ver a Inko e Hisahi con respiradores artificiales, grandes cicatrices en sus cuerpos, piel entre grisácea y blanca, la cabellera de Hisashi era negra pero con ligero tono gris; mientras que Inko tenía un color verde oscuro pero muy descolorido.

Eri entre cerró los ojos por la molestia, para ella no era de miedo pero sí de incomodidad porque se imaginaba que Izuku hubiera sufrido verlos en ese estado. Ella estaba decidida a ser la heroína de Deku, volteó a ver a Shota y este solo le dio una sonrisa para darle un poco de confianza.

La peliblanca puso una mano en el brazo de cada cuerpo y cerró los ojos. Empezó a concentrarse en poner a trabajar su kosei, el cual comenzó a manifestar su activación con el crecimiento del cuerno y los rayos dorados que ella emanaba.

Con el paso de los minutos, la niña cambió su expresión de inseguridad y temor a una de seguridad y esperanza. Mantenía los ojos cerrados conservando su estado de concentración.

Los signos vitales de los señores Midoriya comenzaban a mejorar; sin embargo, la actividad cerebral se mantenía sin respuesta. Los minutos pasaban y la tensión crecía al otro lado de los cristales.

Aizawa observaba los monitores y le preguntó en voz baja al doctor.

Oiga, seame sincero. ¿Es posible que esto funcione? -preguntó el azabache en susurros-

Pues, según los registros históricos y estudios a lo largo del tiempo, indican que las células cerebrales sí pueden regenerarse pero solo parte de los tejidos. Aunque no significa que serán funcionales. En los monitores se nota que los músculos cerebrales están volviendo a su estado original, pero el miedo es que cuando la niña deje de hacer contacto con ellos, el monitor indique AESP. -explicó el médico-.

¿AESP?

— Actividad Eléctrica Sin Pulso. -completó el profesional de la salud-.

Pasaron alrededor de 45 minutos para que Eri se cansara y dejara de usar su don. La niña cayó sentada en el suelo. Ella respiraba con dificultad y sentía una presión en el pecho más un dolor de cabeza un poco fuerte por el uso prolongado de su quirk.

Los señores Midoriya siguieron conectados a los respiradores y la prueba definitiva sería si les retiraban los tubos para mantenerlos solamente conectados al monitor de ritmo cardíaco.

— Bueno, supongo que es el momento de probar. Pero necesito que llamen al joven Izuku Midoriya. -explicó el médico, Aizawa fue a la puerta a llamarlo-.

El peliverde entró con miedo y con los ojos rojos, el doctor pidió que Eri y Shota se mantuvieran a un lado y solo se acercara Izuku. El chico estaba con el pulso a tope por el miedo de ver la condición de sus progenitores. Sir ya le había respondido qué pasaría, así que la tensión estaba al borde del colapso.

Sus ojos empezaron a gotear al ver los cambios físicos de ellos, la notable delgadez de ambos y el pulso débil. Los respiradores estaban funcionando para darles vida asistida a ambos y entonces vino la pregunta más difícil, Nezu se encargó de hacerla.

— Midoriya-san, sus padres al ser sometidos al don de la señorita Eri, es necesario determinar si sus padres pueden estar con vida. Sin embargo, debo mencionarle que es posible que tal vez no haya habido mayor cambio que no sea físico; me refiero a que se regeneraran los tejidos cerebrales, mas no las células que permiten el funcionamiento del cuerpo, como la circulación de la sangre y el funcionamiento del corazón. Así que le pregunto a usted, ¿desea desconectar a sus padres para determinar si funcionó el procedimiento?

Izuku estaba entre la espada y la pared, por un lado no quería hacerlo porque eso implicaba que si morían sus padres se quedaría totalmente solo; pero por el otro guardaba la esperanza de que la respuesta del cuerpo de ellos sería positiva y seguirían vivos. Pero tras discernirlo, su decisión fue la siguiente.

— Doctor, por favor hagamos la prueba. Ya se me dijo qué futuro es lo que viene, pero yo creo que a veces ese futuro puede cambiarse. De todas maneras, si eso no pasa prefiero una verdad que tal vez duela a un final feliz que tal vez nunca llegue. ¿Pero me permite un par de minutos con ellos por favor? -pidió Izuku-.

— Desde luego, joven. -el doctor aceptó y le pidió a Eri y a Aizawa salir del lugar-.

Oka-san, otou-san. Sé que hace tiempo que no los veía. Lamento que todo esto haya ocurrido, ustedes siempre fueron lindos conmigo a pesar que nunca fui especial. -Izuku comenzaba a sentir que se empañaban sus ojos- Mi sueño provocó todo esto, perdónenme por haberlos llevado a este escenario. Si hubiera estado más atento, si hubiera sido más fuerte y más precavido, ustedes estarían en este momento... -Deku ya le costaba seguir hablando- Después que entré a UA, oka-san trataste de apoyarme y yo solo te generé muchas preocupaciones. Otou-san, estuviste fuera parte de mi infancia, pero volviste y por mucho tiempo fui feliz al sentir que estábamos completos, pero por mi culpa ahora solo seré yo. Los amo demasiado, perdónenme por todo. -terminó de hablar con sus padres y le indicó al doctor que entrara-.

— Doctor, por favor... -pidió Izuku mientras veía al suelo con miedo y tristeza-.

El médico procedió a apagar los respiradores, los monitores de ritmo cardíaco comenzaron a mostrar alteraciones en sus lecturas hasta que llegó la asistolia.

Un beep era lo único que se escuchaba en la habitación. El maldito sonido terminó de romper el espíritu de Izuku y su llanto fue la constante. Eri, desde el otro lado de los cristales, escuchaba los sollozos de un joven que dio todo para protegerla. Ella se sentía impotente porque a pesar de todo, sentía que lo que hizo no fue suficiente.

Nezu le indicó a Mirio que saliera con Eri y lo esperaran en la salida del hospital. Cuando estuvo solo con Nighteye, Aizawa y el peliverde, los tres adultos le dieron un abrazo que necesitaba más que nunca el joven. Incluso Eraserhead alcanzó a derramar unas discretas lágrimas, comprendía lo que significaba perder a alguien importante.

El director se mantenía estoico y le dio a Izuku una botella con agua para hidratarse y tranquilizarse. Sasaki solo se mantenía sin expresiones en su rostro, pero por dentro era otra cosa. Los minutos pasaron y Midoriya se mantenía cabizbajo, las lágrimas aún bajaban de sus mejillas y dejaban un pequeño rastro en los azulejos del lugar.

Cuando llegaron a la puerta del hospital, Eri notó que Izuku llegaba y volvió a sentirse desconsolada. Esto lo notó Deku y se acercó a abrazarla, ella apretó el agarre y entre los dos descargaban un poco más su tristeza.

— Gomen-ne, Sr. Deku, gomen-ne. No soy una heroína, no pude cumplir mi palabra. -Eri lloraba y con dificultad pudo hablar-.

— Eri-chan. Sí eres una heroína, nunca te rendiste e hiciste lo mejor que pudiste. -el ojiverde le limpió las lágrimas a la niña mientras le ponía los índices en los dos extremos de la boca- Los que sonríen son los más fuertes.

La peliblanca hizo el mismo gesto de limpiarle las lágrimas al noveno portador del OFA y formarle una sonrisa con los índices sobre los labios de él.

— Arigato, Eri-chan, Sir gracias por cumplir con su promesa. También a ustedes, Nezu-sensei, Aizawa-sensei -dijo Izuku mientras sus ojos volvían a llorar, pero con una sonrisa-.

Así fue como finalmente terminaron de abandonar el hospital. Aizawa se encargó de llevar a Eri y Mirio a la UA por su cuenta, mientras que Midnight llegó en su vehículo para llevar a Nezu y a Izuku. La heroína +18 había recibido una llamada del director explicándole la situación y ella le dio un abrazo de condolencias al peliverde.

El camino fue callado y triste, Midnight le ofreció a Izuku ir a comer algo para que tuviera un poco de energías. Él aceptó, pero con la condición que fuera en un lugar determinado.

Entonces así fue como ambos, después de dejar a Nezu en UA, salieron en el carro de Midnight a comprar un poco de katsudon y mapo doufu. Después fueron a un pequeño parque cercano a la antigua residencia Midoriya. Ese lugar le traía varios recuerdos al peliverde.

— Midoriya-san, supongo que te lo dijo Shota-kun pero sabes que puedes contar con el apoyo de nosotros tus profesores y de tus compañeros. -ella comenzó a comer su mapo doufu-.

— Arigato, Midnight-sensei. -dijo el chico mientras recordaba con nostalgia a sus padre-.

— Dime Nemuri. -contestó ella con un tono casi maternal-.

— Nemuri-san, disculpe que la trajera a este lugar. Solo que para mí es especial porque muchas veces mi madre venía conmigo a jugar, ella me contaba que varias veces cuando era más pequeño me acompañaba a jugar a que yo la rescataba de un villano. Yo un héroe con pijama de All Might y yo con una sonrisa la podía salvar. -el joven comía su katsudon mientras sonreía y caían nuevamente las lágrimas-.

Él parece que tuvo una infancia muy unida a sus padres y tan temprano tuvo que afrontar el dolor de perder a sus seres queridos. -ella pensaba con tristeza mientras lo veía a él hablar de sus padres-.

— Midoriya-san, ¿tú por qué querías ser un héroe? -preguntó Midnight-.

— Porque quería salvar a todos con una sonrisa, porque no quería nadie volviera a preocuparse, porque quería ser el mejor héroe. Pero fallé, ni siquiera pude protegerlos. -el peliverde volvió a esconder su rostro entre sus manos y volver a llorar-.

Nemuri se acercó a abrazarlo fuerte. Ella podía ser algo melosa con los demás, pero sabía que Izuku estaba destrozado por dentro (sin mencionar que cargaba con más cosas encima).

— Arigato gosaimasu, Nemuri-san. Parece que está empezando a llover bastante fuerte. -dijo Izuku mientras seguía siendo abrazado-.

— Descuida, Midoriya-san. -ella respondió mientras una lágrima salía de sus ojos azules-.

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