Capítulo 42: ¿A qué costo?
POV: Izuku Midoriya
— Carajo, esto es difícil. No creí que escribir con la mano izquierda sería tan complicado. Lo peor es que me duele todavía, me cuesta moverla. -pensé mientras estaba en mi habitación tratando de practicar mi escritura con la zurda-.
(Cr: @ Inkalight en Twitter)
No podía hacer mucho en mi condición, aunque supongo que era de esperarse. Luego de una batalla tan difícil, mi cabeza sigue cuestionándose el porqué... Una pregunta tan simple que tendría una respuesta rápida, pero...
(Cr: @ Inkalight en Twitter)
— Izu-kun... -una voz femenina se escuchaba desde afuera-.
— ¿Podemos pasar? -otra voz secundaba a la primera que había escuchado-.
— Pasen... -correspondí en voz baja- Ochako-chan, Yui-chan...
Mis novias habían entrado, ya se habían acostumbrado a venir de vez en cuando ambas en las últimas semanas. Me contaron que después de la batalla contra Tomura Shigaraki, yo caí en una coma profundo, donde las probabilidades de no despertar eran superior al 80% y que si llegaba a abrir los ojos, no volvería a ser el mismo.
Supongo que tenían razón...
— ¿C-cómo te si-ientes? -me preguntó Ochako con la cabeza baja y desviando la mirada-.
— Me siento un poco mejor porque ustedes están aquí. -traté de sonreírles a ambas, pero era más difícil ahora-.
— Te trajimos esto. Espero lo disfrutes. -Yui puso en mi mesa un obento-.
Era una caja negra de dos pisos, tenía arroz, omurice, salchichas pulpo, ensalada con tomates cherry, rollo primavera, tiras de cerdo en salsa. Cuando lo destapé, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.
— Arigato, chicas. Itadakimasu. -agradecí la comida y como pude comencé a desgustarla-.
Ellas tal vez no se daban cuenta, pero yo trataba de esconder mis verdaderas emociones, así como yo noté que desde que había despertado, ellas tampoco eran las mismas conmigo. Las notaba con frías, aisladas y temerosas conmigo.
No puedo culparlas...
Pasó el tiempo para comer, ellas estuvieron viéndome en silencio. Cuando levantaba mi vista hacia ellas, me daban una sonrisa pero la expresión en sus ojos connotaba una emoción radicalmente opuesta. No eran buenas para disimular.
— Izu-kun, me tengo que ir. Tengo que cocinar en mi edificio y no quiero hacerlos esperar. -expresó Yui en voz baja y viendo hacia otro lado-.
— Hai, entiendo... -hice una pausa para ver que sus ojos estaban más apagados que nunca- Te acompañaré a tu e...
— D-descuida Izu-kun. Y-yo iré con ella, quédate aquí, por favor. -Uraraka había puesto la palma frente a mí para detener mis intenciones-.
No dije nada, solo asentí con la cabeza. Tal vez Ochako no se dio cuenta que fijé mis ojos en ella, sus ojos brillaban pero amenazaban con derramar algunas lágrimas. Lo vi porque había volteado hacia otro lado y cuando habló conmigo, tartamudeaba un poco.
Su voz estaba ahogada, no tenía el mismo entusiasmo que yo recordaba. Desde que esa batalla terminó, todos estaban bajo la misma atmósfera sombría. Me trae muchos recuerdos esa sensación, aunque no son los mejores.
Cuando ambas se despidieron, solo hicieron una reverencia y luego Ochako cerró la puerta. Mi curiosidad fue mi peor cualidad que salió a relucir en algo que no quiero volver a recordar, pero creo que no podré evitarlo.
Puse mi oreja cerca de la puerta, escuché un par de sollozos y respiraciones forzadas. Ellas estaban teniendo una conversación, sus susurros se escuchaban, aunque fueran muy bajos. Las paredes son delgadas y los muros hablan, esa lección la aprendí a la mala, muy a la mala...
— Ya, Yui-chan. Sé que es difícil pero...
— Admítelo Ochako-chan, no trates de cubrirlo. Izu-kun ya no podrá ser un héroe nunca más...
— Pero...
— Izu-kun se convirtió en un asesino. Se supone que los héroes no hacen eso, aunque fuera el peor de todos...
— Pero era algo inevita...
Escuché una cachetada muy fuerte, lo supe porque sonó prácticamente igual a cuando Ochako-chan me salvó de ese robot del examen de admisión. Pero al segundo escuché una voz quebrarse.
— Abre los ojos, Ochako-chan... aunque fuera lo último por hacer, ya no sé cómo verlo a él. No me atrevo a verlo de frente sin pensar que atacó a matar...
— Yo tampoco puedo verlo de frente, cada vez que estoy cerca siento que me voy a derrumbar. Ya no puedo soportarlo, Yui-chan...
— Además Ochako-chan, aunque no lo hubiera matado, Izu-kun ya no podría ser un héroe porque...
— Por favor, no lo digas...
Después de ese último comentario, ya no escuché nada. La verdad es que, aunque haya ganado la guerra, en las batallas se perdió mucho.
Pero creo que el verdadero perdedor fui yo...
Mi mente no me ayudaba en nada, así que decidí salir de mi habitación. Moverse era difícil, especialmente por la silla de ruedas. Por fortuna, el elevador era mi salvación siempre, pero cada que entraba en él mis nervios crecían por lo que fuera detrás de las compuertas.
Aunque fueran segundos, eran los más eternos y eso solo hacía que mis nervios incrementaran. Cuando llegó el momento de enfrentarme a lo que había en la sala común, le pedía a los portadores del One For All que me dieran fuerzas para soportarlo.
Al salir, solo estaba Yaoyorozu junto a Mina y Toru. Las tres estaban tomando té, pero cuando notaron mi presencia, desviaron la mirada. Sé que ellas me guardan rencor y lástima, no las culpo.
Me acerqué a la puerta del edificio, pero desvié la silla para dirigirla a la pared donde estaba el altar. Incliné la cabeza y cerré los ojos.
— Kami-sama, por favor bendice a las almas que ya no están con nosotros. También quiero pedirles perdón porque por mí ya no están con nosotros Jirou-san, Tsuyu-chan, Todoroki-kun y Aizawa-sensei. Gomen.
(Cr: concepto tomado de @ Seryu14826633 en Twitter)
Cuando levanté la cabeza, noté que Mina estaba detrás de mí. Había juntado sus manos para orar un momento, ella no había tenido demasiados problemas en batalla pero lamentaba mucho las bajas, especialmente de dos de sus grandes amigas.
— Sumimasen, Mina-chan...
Fue lo único que pude decirle antes de abandonar el edificio, para mi buena suerte habían construido una rampa para mi silla de ruedas. Necesitaba un poco de aire fresco, por la situación de Japón no podíamos salir a menos que fuera con permiso expreso del director Nezu.
En una de las bancas cercanas vi una cabellera rubia que se movía ligeramente con la brisa. No tenía nada que perder, y la verdad necesitaba hablar con alguien, aunque solo fuera para sentirme escuchado.
— Kacchan... -me acerqué a Katsuki, quien estaba viendo a la nada con una mirada imperturbable-.
— ...
Él no me dirigía la palabra y no era para menos. Quedarse sin don fue un giro de 180˚ que realmente me sorprendía que, desde que desperté y volví a la academia, no me dijera absolutamente nada.
— Gomen... Por mi culpa... -las palabras no podían salir, ni siquiera estaba seguro de qué decirle-.
Se mantenía sin dirigirme la palabra, y creo que es lo que merezco luego de todo lo vivido. Perdimos seres queridos, héroes importantes y amigos irreemplazables por mi culpa. Ser un héroe que tenía como destino pelear contra el peor de los males tenía un costo muy grande.
— Sumimasen, Kacchan. Todos han tenido que aguantar el peso y las consecuencias de una pelea que era enteramente mía. Se esforzaron en pelear conmigo pero solo traje desgracia... -ya no pude seguir hablando porque sentí que un par de manos tocaron mis hombros-.
Cuando volteé a ver, estaban a mi lado Ochako y Yui. Las dos tenían un sonrojo adornado con lágrimas. Sus cachetes estaban húmedos y verlas a los ojos era complicado.
— Izu-kun, necesitamos decirte algo... -Ochako fue la primera en hablar-.
— Es difícil para ambas, pero ya no podemos seguir así... -Yui complementó-.
Las siguientes palabras en serio destruyeron mi espíritu.
— Ya no podemos estar contigo...
Ambas confesaron, con mucho pesar, lo que yo nunca quería oír. ¿Y la promesa que hicimos? Sé que las cosas se complicaron, pero no es justo.
— Izu-kun, creo que nosotras no estamos preparadas para seguir a tu lado... -Ochako puso su mano en su corazón mientras cerraba fuerte sus ojos para no seguir llorando-.
— No podemos aguantar todo esto, yo me siento mal al ver cómo terminó todo y que tú ya no... -no pude evitar interrumpir a Yui-.
— Lo sé, que Tomura muriera no estaba en mis planes... -mis ojos se estaban llenando de lágrimas también-.
— Gomen-ne, Izu-kun. Pero ya no puedo... -Yui salió corriendo-.
— Aún eres nuestro héroe, pero ya no es posible que sigamos juntos, gomenasai. -Ochako perseguía a Yui quien corría rápido-.
No sabía qué hacer, qué pensar, qué decir al respecto. Kacchan se puso de pie y pasó a mi lado y me susurró...
— No fue tu culpa, Deku...
Y tras decirme eso se fue hacia otro lado, no sentí cuando mis mejillas sentían algo de humedad ni cuando mi vista se nublaba. No me quedaba mucho por hacer, así que preferí volver a mi habitación.
Subir la rampa era difícil pero se podía si activaba el don de flotar, aunque me dolían los músculos si lo usaban más de 30 segundos. Cuando abrí la puerta, ya no había nadie y volteé a ver al altar, habían tres varitas de incienso encendidas.
¿Y si me equivoqué al aceptar el One For All...?
Me detuve a pensar en eso durante el recorrido hasta mi cuarto. Conocí a Yui sin haber tenido el don, también conocí a Ochako y ella no sabía si tenía don siquiera. Por darme su poder, All Might perdió la vida, perdí a mis padres, perdí a mi maestro y ahora perdí a mis novias.
En estas circunstancias podría intentar morir otra vez. De todos modos ya no tengo nada ni a nadie. Aunque Tomura murió y el primer ministro me dijo que tenía inmunidad, pero no podré darme el único capricho que le pedí.
/Flashback/
30 de enero de 20XX en el Hospital General de Tokyo
POV: narrador omnisciente
Midoriya estaba en su cama de hospital tras su operación luego de la batalla en el estallido de Tokyo. Ya habían acordado que el pecoso fingiría su muerte y que Aizawa sería quien acompañe y entrene a Izuku. Pero el primer ministro del país se acercó.
— Shonen, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte? -preguntó el Sr. Kishida mientras se acurrucaba para ver directamente a los ojos del joven Izuku-.
— Se lo diré en privado. -decía Izuku, lo cual entendió el primer ministro-.
Él extendió las cortinas cercanas a la cama donde estaba Midoriya, se sentó al lado del paciente y se acercó para hablar bajo para tener privacidad.
— Kishida-dono, solo le preguntaré una cosa. ¿Es legal la poligamia en Japón?
— ¿A qué se debe esa pregunta...? No me diga que usted, Midoriya-shonen, quiere...
— H-hai, pero lo haré luego de que todos se gradúen y de vencer a Tomura y a All For One. No quiero involucrar a más gente, no quiero perder otra vez ni que nadie pierda a sus seres queridos. Si sobrevivo, quiero que me permita casarme con mis dos novias, Kishida-dono...
— Está bien, Midoriya-shonen. Si usted logra vencer a este gran villano, le aseguro tres cosas: primero, usted será un héroe graduado y con licencia como todos los demás; segundo, si en dado caso Tomura Shigaraki muere en batalla, no habrá represalias legales en su contra dadas las circunstancias; y tercero, me encargaré personalmente de casarlo a usted con esas personas especiales. Por cierto, felicidades. Confío, al igual que el pueblo de Japón, en que usted será capaz de salvar a todos.
— Arigato gosaimasu. Prometo que ganaré esto, protegeré a todos con una sonrisa. -concluyó el peliverde para terminar la charla-.
/Fin del flashback y POV/
Supongo que debí morir en batalla también...
Me acerqué al balcón de mi habitación, abrí la puerta y noté que había una brisa agradable, con sensaciones de lluvia. Vi al horizonte y en mi cabeza se formaban varias siluetas que fueron tomando forma.
— No te tuvimos para que hicieras algo por nosotros. Te tuvimos para hacer algo por ti.
— Aún eres un niño, pero eres el mejor hijo, héroe y persona que conocí en mi vida.
— Es fácil rendirse, Izu-kun. Pero eso no te queda a ti.
— Siempre tienes el valor para extender las manos otra vez.
La silueta de mi padre, mi madre, Yui y Ochako fueron apareciendo y diciendo cosas que yo recordaba con mucho cariño. Ahora sé que en realidad nunca fui un héroe ni merecía serlo, y ya no creo resistir más.
Oka-san, otou-san, si yo hubiera nacido con un don, aún estarían aquí conmigo. No habría aceptado el One For All y no los habría perdido a ustedes. Perdónenme por haber nacido, perdón por haberlos perdido... Pero ahora yo voy con ustedes...
Activé el OFA por última vez, solo para flotar afuera de la silla y tratar de acercarme a ellos. La silueta de ambos estaban desapareciendo y el dolor en mi cuerpo apareció, me hizo desactivar forzosamente el One For All y el viento se sentía más fuerte.
Sentí que finalmente tocaba el cielo al caer, mis ojos parecían tener un filtro carmesí que teñía todo el lugar, hasta que finalmente todo fue tremenda oscuridad.
Luego desperté...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top