Seis


Secretos y más secretos.

Era lunes de madrugada, Leyla y Ella estaban preparándose para salir.

Iban a ir a la ubicación donde estuvieron los Fontanier.

Ella estaba nerviosa.

Leyla estaba decidida.

—¿Estás segura de qué lo tenemos todo? —pregunta la rubia.

—Elle, sólo vamos inspeccionar, no a hacer un ataque terrorista —responde Leyla.

Eran las 1:23 horas, las chicas habían decidido ir tarde porque de esa manera nadie los podría ver, bueno específicamente los Fontanier no las podían ver.

—El sarcasmo y tú —menciona Ella volteando los ojos.

—Vámonos.

Ella y Leyla salen por la puerta silenciosamente. Ambas están vestidas con colores neutros.

—¿Estás segura de que no están allá? —pregunta Leyla.

—Sí, 99% segura —dijo Ella nada segura, sentía como las manos le sudaban y cada vez se ponía más nerviosa.

—Bueno, vamos, que de los cobardes no se ha escrito nada.

La rubia cierra la puerta, lo más suave posible, y ambas van caminando por los pasillos hacia el ascensor.

—Noche de paz... noche de amor —canta Leyla.

—¿Pero qué haces? —pregunta Ella con cara de desconcierto.

—¡Estoy nerviosa!, de alguna manera tendré que afrontar los nervios.

Ella la mira los ojos entrecerrados. La verdad es que Leyla no tenía remedio, era más rara que un perro verde.

Las dos chicas no dijeron otra palabra. Esperaron a que llegara el ascensor, cuando llegó se subieron en él y tocaron el botón para ir a la planta baja.

—¿Traes todo todo? —pregunta de nuevo Ella.

—¡Venga ya! —exclama la castaña, con frustración.

—Esta comprobado estadíst...

—¡Joder! No quiero saber sobre tus estadísticas —prorrumpió en un grito bajo, Leyla.

—Vale, vale.

Cuando por fin llegaron a la planta baja, fueron a paso apresurado pero silencioso hasta la salida del edificio. Estaba totalmente desolado, bueno es que la verdad no era que a esta hora hubieran muchos alumnos por aquí. En la capilla de información está la chica de siempre.

Las dos la saludan con una sonrisa, para hacer menos sospechoso que salgan tan tarde. Luego al caminar por el extenso parque que rodea toda la universidad llegan al estacionamiento y se suben ambas al auto de Ella.

—Mhmm... ¿arrancas ya? —pregunta con impaciencia, Leyla.

—Ya voy, ¿vale? —exclama Ella, arrancando el auto.

Al dar marcha atrás, conduce en silencio hasta la salida de la universidad. Al estar allí ven que esta el señor de seguridad dentro de su pequeña capilla, tomándose una cerveza mientras ve programas de deportes, al notar nuestra presencia lo apaga y esconde la cerveza.

—Buenas Noches, bueno, días. ¿Hacia donde van señoritas? Me pueden decir sus nombres, por favor.

—Mikaella Teronge.

—Leyla Quiroga.

El hombre busco en su ordenador lo que deberían ser sus nombres y luego las miro de vuelta.

—No sale como que tuvieran el permiso para salir.

—Sí, el problema es que...

—Su madre, está enferma, la llamaron ahora y... empeoró, está mal, necesita ir —explica Ella.

Leyla mira a Ella, y luego directo a los ojos del hombre de seguridad, asintiendo con la cabeza.

—Aún así deberían ir a y hab...

—Toma —dice Ella, ofreciéndole un billete de cien dólares. El tipo lo miro con los ojos abiertos para luego mirarla a ella.

—No acept...

—Tómalo, déjanos ir, y no le tendré que decir al director que estás tomando alcohol mientras trabajas. —le ordena, de nuevo ella.

Él toma el dinero y toca un botón para abrir la valla que te deja salir del lugar.

Ella arranca el auto y por fin pueden salir de Murgare.

En este instante Leyla mira a Ella, que está concentrada conduciendo, con cara de estupefacción.

—¿QUÉ FUE ESO? —pregunta.

—¿Estuvo muy mal, no? Jolín, se van a enterar en Murgare. Me van a echar, me quedaré sin car...

—Espera ahí. ¡Estuvo genial!

—¿Qué? Digo... ¿lo dices en serio? ¿No es sarcasmo? —inquiere Ella.

—¡No! Es cierto, la verdad fue íncreíble. ¡Nunca te había visto sobornar a alguien!

—Porque es ilegítimo y una acción escasa de escrúpulos.

—¡Pues por eso! Hiciste algo malo, no lo puedo creer. Que rápido aprenden —suelta con una sonrisa plagada de orgullo.

—¿Cómo qué "que rápido aprenden"? Sabes que tengo tu misma edad, ¿no?

—¡Eso no es lo importante ahora!

—Tampoco lo es que haya sobornado al vigilante de seguridad. Ahora lo importante es que nos centremos en ir al lugar donde estaban los Fontanier, para ver si ellos son los que nos amenazan.

—Vale, me centro.

—¿Qué haremos si son ellos?

—Pues... ya veremos.

Leyla levanta la espalda del asiento y enciende la radio. Se escucha la canción "Photograph" de Ed Sheeran.

¡No lo creo! —chilla Leyla—. ¡Mi favorita!

—Ay, no. Ahí va a cantar —masculla Ella por lo bajo.

Loving can hurt, can hurt sometimes —canta a pulmón—. But it's the only thing that I know.

Ella aprieta los labios y cierra los ojos un momento, implorando paciencia.

¿Por qué Leyla se tenía que poner a cantar en un momento así? ¿Acaso no piensa en lo que estamos haciendo?

—Elle, vamos. ¡Canta conmigo! We keep this love in a photograph, We made the...

—¡Te puedes callar! —grita Ella—. Por favor. Sólo te pido silencio mientras hacemos esto. No es momento para cantar. Por favor —suplica lo último por lo bajo.

Leyla apaga la radio lentamente y la mira mientras conduce.

—¿Estás bien?

—Lo estuviera más si hicieras silencio.

—Vale, vale. Me callo —avisa cerrando una cremallera imaginaria en su boca. Sintió que la mirada se le iba, sin saber porque, hacia el espejo retrovisor y vio un coche gris, o más bien una camioneta, tenía los cristales blindados, así que no se podía ver hacia adentro.

—Elle, mira disimuladamente y dime si ese auto gris no nos está siguiendo.

Ella con rapidez mira donde le dijo Leyla y ve... nada, no hay ningún auto.

—Leyla, ¿estás bien? Yo ahí no veo ningún auto —dice, volviendo a prestarle atención en la carretera.

Leyla miró con rapidez hacia atrás y vio que en efecto, no había nada.

Leyla no se lo podía creer, había llegado, el día que tanto había temido. El día en que... se volvió completamente loca. Pero, ¿en serio no había ningún coche? ¿O fue real?

Decidió quitarse esas ideas de la cabeza y centrarse.

—¿Estamos llegando?

—Sí, gracias a dios y falta poco.

Después de una media hora, las chicas por fin van entrando en el vecindario monstruoso y desolado en el qué había estado Ella. Y los hermanos.

—¿Este es? Si es muy caótico, no dudo que graben aquí la próxima temporada de "The Walking Dead" —dijo Leyla mirando todo con espanto.

—¡Ves! Te lo dije.

—¿Frente a que casa se bajaron?

—Esa de ahí —señala una casa de dos pisos, con tejado de madera y esencia hogareña sino fuera porque tiene la pintura corrida y moho por doquier.

—Bueno pues vamos hacía allá.

Cuando llegaron, ambas se bajaron del auto y cerraron las puertas.

—Toma tu linterna e inspeccionemos la zona.

—Dámela —dice Ella, esperando a que Leyla saque las linternas de su mochila.

Cuando ambas tienen la linterna en sus manos, empiezan el recorrido.

—¿Deberíamos ver en la casa? —pregunta Leyla.

—Sí, pero luego. Ahora vamos a donde fueron los Fontanier, dentro del bosque —explica y las dos se adentran en el camino hacia el bosque.

Esta repleto de árboles, de arbustos, casí todos muertos.

—Aún no entiendo que hacían aquí los Fontanier. ¿No se supone que son gente de mucho prestigio?

—Te maravillaría lo que hace la "gente de prestigio" cuando esta fuera del ojo público —le responde Elle.

Leyla ilumina con su linterna el suelo.

—Mira, veo sus pisadas. —susurra, mientras señala el suelo.

—Vamos a seguirlas —responde susurrando también.

—¿Por qué susurras?

—Porque tu susurras.

—¿Y desde cuándo haces todo lo que haga yo?

—Leyla, silencio —pide Ella.

Siguen las huellas hasta que llegan a un árbol y terminan.

—Si aquí termina... ¿en algún lugar debe continuar? —pregunta Leyla, más para sí misma.

—Elemental, mi querido Watson.

—Ja ja ja. —se ríe la morena sin gracia.

Las dos se quedan iluminando por su alrededor, a ver si conseguían alguna indicio que pudiera llevarles a una pista.

—Elle.

—¿Sí? —responde Ella iluminándola con la linterna hasta que Leyla hace un ademán para que se la quite del rostro.

—Tengo hambre —dice haciendo puchero.

—Céntrate, Leyla, céntrate.

La morena bufa y sigue iluminando los alrededores con la linterna.

Ella camina hasta un rincón donde se ve que la tierra está ligeramente más levantada que la demás.

—Leyla.

—¿Qué?

—Mira —le dice y escucha cómo sus pasos se acercan.

—Está más levantado. Cómo si...

—...hubieran enterrado algo.

—O alguien.

Las dos se miran con caras de preocupación. Leyla mueve la linterna hacia adelante y ambas ven un tipo de cartel, o lápida.

—¿Qué idioma es ese? ¿Francés?

—¿Es en serio, Elle? Se supone que la cerebrito eres tú. Claro que es francés.

—¿Margaret Fontanier? ¿Te suena? A mí de nada.

Se escucha el crujir de unas hojas y las chicas reaccionan al momento. Ella rápido se va a esconder detrás de un árbol hasta que se dio cuenta de que Leyla no la seguía.

—¡Leyla! —la llama Ella, susurra-gritando.

Leyla la mira y corre sin hacer mucho ruido hasta su dirección. Las dos se esconden detrás de un arból.

—¿No se suponía que no estaban?

—¡No están! —dice Ella.

—¿Y quién mierda es el que está por ahí caminando?

—No soy una lechuza, veo lo mismo que tú.

Leyla suspira y mira con atención.

Ven como un hombre de edad media aparece con una linterna y empieza a inspeccionar el lugar.

—¿Quién es? —pregunta la rubia.

—Por lo visto no sabemos mucho de esta familia.

Cuando Leyla dice eso, se inclina para verlo un poco más, y le ve la cara. Es de piel oscura y tiene el pelo canoso, también una expresión de intriga en el rostro, pero la vida es impredecible, y el tobillo de Leyla también.

Por culpa de un fallo que tuvo su este cayó en la tierra haciendo crujir varias ramas.

Rápido se levantó y mirar a su amiga.

—Mañana no existe. —dice Ella al mismo tiempo que ambas empiezan a correr a toda velocidad sin mirar atrás.

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Aquí yo: Hello, chicos ¿como les va?

X: Mal, ese final me dejo intriga.

Yo: ¡Perdona! En serio lo lamento.

X: DIsculpa no aceptada.

Yo: Serás... ¡quieres ver como te dejo sin historia!

X: Atrévete, escoria.

Yo: Eres un... No discutiré contigo.

X: Claro que no, sí soy tú.

Buenooo, chicos. ¿Qué les parecío el cap?

¿Qué teoría tienen?

Mhmm... raro todo.

Espero les este gustando esta story y diganme que les parece en los coments.

Perdonadme, es que soy bilingüe, jaja.

Apuchurrobesoss:

Camille Mugs.

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