FlashBack


14 de mayo del 2019, Lextenson.
8 meses atrás.

Narra Leyla.

Había pasado toda la noche con Smith, ¡había sido genial!

Pero... aún no sabía donde demonios estaba Elle ni donde estaba Kelly.

—¿En qué piensas? —me pregunta con la voz un poco raspada Smith.

¿Está mal decírselo? No creo.

¿Por qué fingir?

—En mis amigas, no sé donde se metieron.

—Ya se encontrarán. ¿Sabes? Me recuerda a una vez que estaba en una fiesta con mis amigos...

Deje de escuchar porque mi celular vibro en mi bolsillo.

Elle: Ven por mí. Estoy en el sótano. Por cierto, ven sola.

¿Pero que hacía en el sótano?

Pffff.

Suelto un bufido y me levanto del sofá donde estaba con un poco de dificultad.

—¿A dónde vas? —cuestiona el chico con el que había pasado toda la fiesta.

—Nos veremos otro día, querido Scott.

—Smith. —me corrije.

¡Ups!

—Jaja, son efectos del alcohol, perdona.

—¿Y cómo con...?

—Toma, este es mi número. —digo ofreciéndole una pequeña pequeña tarjetita con mi nombre que llevaba a todas las fiestas para darle mi número a los chicos.

—Te llamaré. —menciona.

—Eso espero. —suelto giñando un ojo y perdiéndome por el pasillo de la casa.

¿Dónde demonios estaba el sótano?

Camine por los pasillos de la enorme mansión en busca de una puerta que pudiera considerarse del sótano.

Hasta que al lado de una de las incontables escaleras vi una puerta un poco desgastada, exactamente como en las películas de terror.

¿Una señal?

No lo creo.

Me dirijo hacia la puerta y la abro, pues sí, daba escaleras abajo, ¿que más que el sótano?

Un paso tras otro hace que termine el recorrido por las escaleras.

El lugar esta repleto de tratos sin utilidad, como la mayoría de los sótanos.

—¡Elle! ¿Dónde estás? —exclamo su nombre pero no recibo respuesta alguna.

Sigo andando por el lugar hasta que paso por una habitación.

Y lo que veo...

—¡Ella! —grito su nombre en sorpresa por lo que veo.

¡¿Qué?¡ ¿Có-cómo?

Sangre.

Eso es lo único que veo.

O al menos lo único que mis ojos quieren ver.

La escena se resumía en esto:

Elle ida por completo.

Su teléfono a un lado.

El cuerpo sin vida de alguien que conocíamos bien al frente.

Kelly...

¡No! No era posible, ella... ella era nuestra amiga.

¿Elle había...?

—¡¿Qué hiciste?! ¡¿Qué fue lo quisiste?! —pregunto desquiciada pero al parecer Ella no tenía ánimos de hacerme caso.

Ella parecía en otra dimensión.

Fui hacia ella y comencé a sacudir sus  hombros de adelante hacia atrás mientras repetía una y otra vez:

—¿Qué hiciste?

Después de lo que parecieron unos minutos interminables Ella reacciona y mira el cuerpo con estupefacción.

Claro, no era algo normal.

Que yo perdiera el control no era tan esporádico como parecía.

—¿Q-qué es esto? —cuestiona con los ojos abiertos con exageración.

No se veía nada bien, la sangre estaba por todo el suelo y tenía un color fuerte cual puré de tomate.

—No lo sé, yo llegué y tu estabas aquí, ¿qué hiciste, Elle? ¿Eh?

No me responde, no quita su cara de desconcierto.

—N-no sé, yo... no me acuerdo. Solo te envié el mensaje, y... ya.

—Tenemos que sacarla de aquí, tenemos que esconder el cuerpo, desaparecerlo. —parloteo caminando de un lado a otro.

—P-pero...

—Ningún pero, Mikaella. Eso es lo que debemos hacer.

Ella se levanta del lugar. La escena es caótica, tiene las manos manchadas de sangre, al igual que la parte inferior del vestido.

—Primero que todo desaste de ese vestido —le ordeno.

Debo buscar algo por aquí, algo en donde llevarla.

—¿Como sabes que está... ya sabes? —pregunta.

Me acerco al cadáver.

Cádaver... que horrible se siente decir eso a quien fue tu amiga por tanto tiempo.

Coloco dos dedos al costado de su cuello, no tiene pulso.

Sí, definitivamente está muerta.

Ella la había matado, no sé porque razón, pero lo hizo.

Y este momento nos perseguirá por el resto de nuestras vidas.

—Está muerta —aviso.

Después de eso conseguimos una bolsa lo bastante grande como para esconder en ella el cuerpo.

Ya no sangraba, lo que era realmente espeluznante porque eso significaba que había muerto por una hemorragia.

Un momento... ¿el arma del crimen?

Doy una mirada rápida por todo el lugar.

No hay nada, ¿donde está?

—¿Donde está el arma homicida?

Elle confundida mira a su alrededor y de uno de los bolsillos de su suéter saca unas llaves bañadas en sangre, la sangre de Kelly.

Al ver eso los ojos de Ella se comienzan a cristalizar, al igual que los míos.

Una lágrima traicionera sale por mi mejilla mientras que mi amiga comienza a deshidratarse en llanto.

No, no era tiempo de llorar. Me llamaran insensible pero no iba a perder a la única amiga que me quedaba.

Levanto el bolso con ambas manos con un poco de esfuerzo. Elle corre hacia mí para ayudarme a cargarla.

Salimos del sótano con ella colgando de ambos brazos.

No nos veíamos nada sospechosas. Elle en ropa interior y ambas cargando una bolsa de dudosa procedencia y contenido.

Pero igual nadie nos hace caso.

Así andamos hacia las afueras de la casa que da una costa.

Miro los alrededores. Está despejado.

Abro la bolsa y en ella comienzo a meter rocas de gran tamaño para hacerla más pesada.

Cuando termino sin pensarlo un segundo de más tiro la bolsa al mar.

Veo como las olas del mar lo azotan hasta que se pierde de mi vista.

Ella esta a mi lado, mirando todo con dolor.

Dolía, dolía tanto.

Me estaba deshaciendo del cuerpo de mi mejor amiga.

El cuerpo que había quedado sin vida en manos de mi otra mejor amiga.

Nada volvería a ser igual.

Sería nuestro secreto.

Nuestro castigo.

Nuestra agonía.

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