Capitulo 22


28 de Mayo.

Varias personas de algunos países ya han a empezado a ayudar a cuidar el planeta. Buzos limpiar los mares, niños y adolescentes ayudan a plantan árboles y a rejuntar basura de parques y calles.—escucho decir en las noticias.

—Ahora el que se mire tirando basura en ríos o en las calles serán multados con una suma de dinero alto.

—Esperamos y no sea tarde para ayudar el planeta. Ponemos lograrlo si todos ayudamos, tan siquiera con una pequeña acción.

Al día siguiente Alicia fue por mí a mi casa a preguntarme si quería ayudar a limpiar las calles del pueblo.

Accedí ir.

Ahora estamos; Alex, Jeaden, Eva, Alicia y yo. Limpiando las calles del pueblo mientras Andy y Sol están limpiando los parques. También están ayudando algunos alumnos de la escuela que invitamos.

—A puesto $500 que Sol y Andy están jugando en los juegos del parque—dice Jeaden.

Alicia suelta una carcajada.

—¡Si!

—¿Qué harás en las vacaciones?—me pregunta Alex.

—No lo sé. ¿Y tu?

—Tampoco sé, creo trabajaré o saldré de vacaciones. Pero a ver si nos reunimos para hacer algo, ya sabes como siempre los cuatro; yo, Alicia, Eva—sonrío al notar sus mejillas sonrojadas cuando menciono a Eva—tu, tal vez Sol, Andy y Jeaden.

—Si—asiento con lentitud.

Alex frunce el ceño y sigo el trayecto de sus ojos. Alicia saca una lata de atún de su bolsa, la hecha en un plato que creo que también lo trajo ella, luego saca croquetas para perros y los hecha en otro plato.

—¿Traías atún y croquetas todo este tiempo?—dice Alex dirigiéndose a Alicia.

—Al parecer—murmura Jeaden.

Alicia voltea hacia nosotros mientras sirve agua en otro plato.

—¿Qué? ¿Ustedes no traen?—cuestiona Alicia como si fuera lo más normal del mundo.

—¡Oh! si, lo normal—dice Alex con sarcasmo, mientras yo me aguanta la risa—siempre llevo conmigo croquetas, ya sabes por mi perro Loki.

—Y yo traigo conmigo siempre semillas por si me encuentro un pájaro—digo con sarcasmo.

Alicia ríe con sarcasmo y nos mira con cara con los ojos entre cerrados.

A los minutos llegaron perros y gatos, algunos callejeros y otros que si tienen hogar pero sólo tenían hambre.

—Bueno, ya terminamos aquí, ¡Vamos a la siguiente calle!—avisa Alicia con emoción.

Ella se va con una sonrisa en la cara mientras nosotros gruñimos.

Al terminar todas las calles nos dirigimos al parque a ver que tal estaban Sol y Andy.

Y efectivamente al llegar al parque vemos a Sol y Andy en el sube y baja riendo y divirtiéndose como niños pequeños.

Alguien gano una apuesta.

🦋

11 de junio

El día 30 de mayo dieron las calificaciones de los exámenes finales y milagrosamente pase todas las clases ¡hasta matemáticas!. El 4 de junio salimos de vacaciones. Me alegra porque no me levantaré temprano todos los días y podré hacer más cosas durante la mañana. Pero me entristece no ver a Alicia todos los días.

Y es por eso que ahora mismo estoy en enfrente de la puerta principal de la casa de Alicia.

Toco el timbre y luego doy ligeros golpes a la puerta.

La puerta se abre y tengo que ver hacia abajo para ver quien abrió la puerta.

—Mande—habla Coraline con la gatita Moon a su lado.

—Hola, ¿está Alicia?.

Coraline niega.

Frunzo los labios.

—¿Sabes dónde se encuentra?—le pregunto.

—Esta trabajando en la panadería.—levanto ambas cejas sorprendido.

«¿Alicia trabaja?»

—Oh, está bien, gracias.

Coraline asiente y cierra la puerta.

Camino por el jardín y tomo mi bicicleta camino a la panadería.

Al llegar a la panadería bajo de mi bicicleta, miro por las amplias ventanas y sonrío al ver Alicia, esta sentada de piernas cruzadas leyendo un libro.

Una mini campana suena cuando abro la puerta de la panadería.

—Buenas tardes—habla Alicia sin despegar la vista del libro.

—Buenas tardes—digo con los brazos atras de la espalda.

Alicia lenvanta la vista del libro hacia mi y sonríe. Se pone de pie y se acerca a mi a darme un gran abrazo.

De inmediato acepto el abrazo, una amplia sonrisa se forma en mi rostro.

—¿Quién te dijo que trabajo aquí?—separa el abrazo.

Also la comisura de mis labios sonriendo de lado.

—Nadie—miento—Es pura casualidad, sólo estaba en mi habitación y dije; tengo antojo de un pan. Y aquí estoy.

Alicia suelta una carcajada mientras niega.

—Es Enserio—digo entre risas.

Alicia se pone atras del mostrador.

—Bueno, ¿Cuál queries?—me indica en la vitrina. Miro los diferentes panes que hay.

—Esté—señalo el pan de elote.

—Buena opción—dice Alicia sonriendo.

Alicia toma unas pinzas luego toma el pan, después lo pone en una bolsa de papel y me lo entrega.

—$25–me dice.

—¿No hay descuento de amigos?

Niega.

Frunzo los labios y le entrego el dinero.

—Gracias, vuelva pronto.

«Vendré todos los días» bueno depende qué días trabaje.

—Muchas gracias—le agradezco mientras saco un pedazo de pan de la bolsa.

—¿Qué días trabajas?—no me resisto preguntar.

Alicia se recarga en la barra y me mira fijamente.

—Los sábados y domingos en la tarde. Y de vez en cuando leo para los niños en la biblioteca.

Asiento con lentitud.

—¿Sabes donde pueda conseguir un empleo?.—Cuestiono. Alicia se pone un mechón de cabello atrás de la oreja mientras piensa.

—Tal vez....

Espero su respuesta mientras devoro el pan.

—Tal vez te contraten en la pizzería, o en la cafetería.

—¡Taran!—dice Alex levantando una bandeja con panes en las manos.

Alex se da cuenta de mi presciencia y pone la bandeja sobre la barra.

—¡Hola!—me saluda Alex con emoción.

—¡Hola!—chocamos los puchos.

—¿Ambos trabajan aquí?—«¡Que pregunta tan tonta Peter!»

Ambos asienten.

—Yo tengo que trabajar aquí si quiero heredar todo este palacio—extiende los brazos y señalando toda la panadería.

Sonrío.

—Me hace feliz hacer panes y pasteles para hacer felices a las personas—dice Alex sonriendo.

—Alex el panadero—dice Alicia abrazando de lado a Alex.

🍄🍄🍄

Acompaño a Alicia a su casa, ambos caminamos con tranquilidad mientras miramos el atardecer.

—Mi padre va apoyarme en mi sueño de ser artista—dice de la nada.

—¿Qué?¿Enserio? ¡Que bueno!—sonrío, volteándola a ver.

—Si—murmura, tiene una sonrisa amplia en el rostro.

—¿Y cómo es que cambió de opinión sobre ello?—cuestiono.

—Sólo surgió el tema de la nada. Él lo empezó, dijo que iba a escribir libros e iba tener una librería y que iba a ser reconocida por mis libros y arte.

—Me alegro por ti—confieso, poniendo mi mano en su mano.

—Tu estudia lo que quieras, de todas maneras los puertos de comida van a tener más dinero que todos nosotros—agrego.

Alicia suelta una carcajada.

Seguimos caminando, disfrutando la tranquilidad y el hermoso atardecer, las calles están solas, las aves cantan y el ruido que genera el aire contra las hojas de los árboles es relajante.

🦋

13 de Junio.

Me despierto de golpe al escuchar un gran ruido que proviene de afuera de la casa.

Me doy vuelta en la cama y reviso que hora es.

3:17 a.m

Me vuelvo a acomodar entre las almohadas, cierro los ojos....y vuelo escuchar ruido. Abro los ojos y me levanto de la cama, me dirijo a la ventana y levanto una parte de la cortina para poder ver afuera.

Frunzo el ceño al ver que no hay nadie en la calle, «Puede que haya sido un gato o un perro».

Abro los ojos como naranjas al ver tres gnomos están levantando un bote de basura y hechando la basura devuelta al bote. Uno de ellos trae una libreta en sus pequeñas manos.

Los gnomos empiezan a caminar. Los sigo con la mirada hasta que los pierdo de vista.

«Ojalá no causen problemas»

Vuelvo a la cama preocupado de que no los vean.

🦋

15 de Junio.

Entro a la biblioteca que está unas cuantas cuadras de la panadería.

Me gusta que la biblioteca sea mitad librería. Pueden pedir prestado el libro que necesites y/o puedes comprar un libro.

No tardo en encontrar a Alicia, está parada acomodando libros en los libreros.

—¿Qué libro me recomiendas?—pregunto cuando llego a su lado.

Nuestros ojos se encuentran cuando ella voltea hacia mi.

—Depende que género te guste—contesta ella mientras sigue acomodando los libros en el estante.

—Terror.—contesto.

—Bueno...—me muestra un libro que tiene una figura de plastilina color azul.—Puede que te guste esté. Tiene cierto terror y misterio. Trata de una chica, Marceline, que se muda a la casa de su tío de su parte materna, junto con su madre (hermana del tío), su padrastro y sus tres hermanastros.—continúa—El tío de Marceline trabajaba en una empresa donde hacían muñecos de plastilina o de arcilla para hacer películas o caricaturas.

—Pero lo que nadie sabia era como hacían las películas y caricaturas tan rápido, si ese proceso dura meses o hasta veces años en hacerse—prosigue—Marceline junto con sus hermanastros lo descubren.

Espero que prosiga.

—¡¿Qué descubrieron?!—pregunto intrigado.

—¿Quieres que te diga? O ¿Quieres averiguarlo?—me extiende el libro.

Tomo el libro enseguida.

—Por allá hay sillones y mesas—me indica—Ya que me desocupe voy contigo.

—¿No quieres que te ayude?—le pregunto.

—No, gracias—se va.

Me dirijo hacia los sofás y tomo asiento en uno, abro el libro en la primera página y empiezo a leer.

De vez en cuando despego la vista del libro para ver a Alicia que pasa de un lado a otro cargando y acomodando libros.

Sonrío al verla en el área infantil sentada enfrente de los niños que la ven y escuchan con atención el cuento que les está leyendo.

Bajo la vista hacia el libro y continuo leyendo.

Cuando empieza la historia Marceline cuenta la mudanza hacia la casa de su tío, y de que no soporta a su hermanastro mayor. Mientras va pasando la historia cuenta que su tío trabajaba en la compañía de películas donde los personajes son de arcilla, y su tío era quien los hacía los movimientos. Ven una película. Después el hermanastro menor (el cual a Marceline le agrada más que los otros dos) descubren una habitación secreta, al entrar a la habitación encuentran arcilla, dando entender que en esa habitación su tío trabajaba, se encuentran al personaje principal de las películas en una vitrina muy reforzada. El hermanastro mayor saca al muñeco de arcilla para verlo mejor y luego se van de la habitación y no lo vuelven a poner donde estaba. Al pasar los días pasan omisidios y todas las personas fallecidas eran los que trabajaban en la misma empresa que el tío de Marceline.

Marceline encuentra en cuaderno de su tío donde dice como hacer las figuras y ejemplos de movimientos. Y allí mismo se entera que usaban magia negra en los muñecos de arcilla para que se movieran solos. El tío de Marceline escribió que las figuras de arcilla se descontrolaron y revelaron cuando se enteraron que todo lo que hacían era para películas y eran solamente figuras de arcilla. Algunas figuras de arcilla si las aniquilaron, pero solo una quedo viva en una vitrina muy reforzada. Marceline se entera que su hermanastro mayor no dejaron el muñeco de arcilla en su lugar y que él a provocado los asesinatos.

Es una historia corta y entretenida, va al punto al empezar la historia.

Mientras voy leyendo es como ver una película en mi mente. Más descriptivo son, mejor imaginación hay.

Se me cansa la vista y cierro el libro, me pongo de pie y camino a la zona infantil donde esta Alicia leyendo para ellos.

Los niños de ponen a tensión a Alicia mientras lee.

—"Si eres bueno y a los demás ayudas, tendrás siempre amistades seguras"—termina de leer Alicia.

Alicia voltea a ver a los niños que sonríen y aplauden.

Ella levanta la vista, nuestros ojos se encuentran y se pone de pie.

—¿Quieres que te cuente un cuento?—pregunta cuando llega a mi lado.

—Si, por favor—sonrío con ternura.

—¡Alicia! Ya se leer—le dice un niño de unos 7 años.

Alicia voltea hacia el niño.

—Mira—el niño empieza a leer un párrafo del libro que tiene en las mano.

—¡Muy bien!—exclama Alicia con emoción.

El niño sonríe y se va con los demás niños alegre.

—A hecho un gran progreso.—me comenta Alicia.

—¿También les enseñas a leer?.

Asiente.

«Que amable»

—Creo que también seré maestra de primaria, me gusta enseñarles a leer.

Asiento con lentitud.

—Alicia—llamo su atención—La otra noche vi tres gnomos enfrente de mi casa.

No se mira sorprendida.

—Si—suspira—Fueron a mi casa a entregarme un cuaderno. La cual tenía una tarea de hace meses.

Frunzo el ceño.

—Les agradecí por el gesto, pero también los regañe por exponerse así.

—Lo bueno es que se podían camuflar con los gnomos de jardín—comento.

Alicia ríe ligeramente.

—Si—murmura—Lo bueno, pero no era la primera vez que salen del portal.

Alicia baja la vista al libro que tengo a mano.

—¿Ya lo terminaste?—me pregunta.

—No, no aún.

—¿Quieres sentarte o vamos para otra parte? Ya acabo mi turno.—propone.

—A otra parte—respondo.

Alicia se despide de los niños y salimos de la área infantil.

—¿A dónde quieres ir?—cuestiona.

—Pues quiero un helado—murmuro.

—Pues un helado tendrás—me dice.

Antes de salir de la biblioteca dejamos el libro con la bibliotecaria y apunto el nombre del libro y en que página me quede.

***

Llegamos al parque y Alicia busca como loca el señor de los helados.

Cuando al fin lo encontramos pedimos nuestros helados.

Alicia pidió de vainilla con trozos de nuez por encima. Y yo de capuchino con mermelada de fresa encima.

Antes de tomar asiento en una banca debajo de un árbol, Alicia abrazo al árbol con cariño. El acto me dió ternura y a la vez me preguntaba el por que hizo eso.

Alicia mueve sus pies mientras come su helado. Miro sus tenis que tienen piedras de colores en sus agujetas.

—Me gustan tus tenis—le comento.

Alicia voltea a verme y luego lleva su vista hacia sus tenis.

—Están bonitos—le sonrío.

—Gracias. Tenía muchas piedras y no quería hacer más pulseras, así que se las puse a las agujetas—explica mientras mueve sus pies.

Alicia parece que no a probado su helado y yo ya me lo voy a terminar.

—A mi también me gustan tus tenis—comenta Alicia.

Enarco una ceja hacia ella y volteo a mis pies.

Frunzo los labios y cierro los ojos con frustración al ver que tengo un teni de uno y un teni de otro.

«¡No, otra vez!»

—Acaso no sabes diferenciar color y marca—se burla Alicia.

No digo nada sólo sigo comiendo mi helado mientras ella se ríe. Luego a ella se le mancha la falda con helado.

—¡No! mi falda—me río de su desgracia.

🦋

Al pasar los días conseguí empleo en la librería de la biblioteca como cajero.

Seguí leyendo el libro que me recomendó Alicia, el cual ya casi lo termino. Voy en la parte donde Marceline y sus hermanastros están escapando del muñeco de arcilla, ya que el muñeco tiene un cuchillo en mano. El muñeco de arcilla puede escabullirse/ pasar por donde sea; por debajo de la puerta, hacerse más pequeño, dividirse.

Es fascinante.

Lo bueno de trabajar a lado donde trabaja Alicias es que la puedo visitar y hacernos compañía.

26 de Junio.

Alicia no lleva ni la mitad del helado, a comparación de mi que ya estoy masticando el cono.

Alicia siente mi mirada.

—¿Qué?—enarca una ceja.

—Comes lento.

—Al menos yo si saboreo y disfruto el helado.

Ruedos los ojos agregando una sonrisa.

Ella continúa comiendo su helado mientras yo me pongo a ver el parque. Hay varios perros jugando con sus dueños, niños en los juegos y varias parejas caminando de la mano por el parque.

Veo de reojo a Alicia que sigue en lo suyo.

Llevo días o quizá semanas pensado si ella y yo somos más que amigos. Ya que nos hemos besado dos veces. Pero no lo sé. Quizá ella no quiera estar en una relación. Y mucho menos arruinar nuestra amistad de años.

—Siento que me quieres decir algo—cometa Alicia de la nada.

Frunzo el ceño ligeramente.

—¿Qué?

—Que siento que me quieres decir algo, pero no sabes como decirlo—replica.

«¿Pero cómo sabe eso?»

—¿Me equivocó?—me pregunta.

Niego.

—Entonces dilo—me pide.

Asiento y suspiro mientras volteo hacia arriba pensando como se lo dire.

—Amm...—digo con nerviosismo.

Me acomodo mejor en la banca y regreso mi vista hacia ella que sigue comiendo el helado mientras me ve con atención.

Repaso las palabras en mi mente, tallo las palmas de mis manos en mi pantalón con nerviosismo. Aclaro mi garganta para empezar a hablar:

—Te iba a dedicar un poema, pero la mayoría habla de eternidades y morirse de amor, y yo...yo lo único que quiero es decirte: Ven, querámonos, cuidémonos, bailemos, cantemos, y que dure lo que tenga que durar. 

Alicia tiene los ojos abiertos fijados en mi con la boca entre abierta y sus mejillas ligeramente sonrojadas. Abre la boca, pero no sale ninguna palabra de ella.

Bajo la vista y quedamos en silencio.
Creo que no debí declararme. No quiero perder su amistad.

—Entonces...—habla Alicia, vuelvo a levantar la vista hacia ella—¿Es una declaración de amor?.

Asiento con lentitud viéndola fijamente a los ojos.

Lentamente en el rostro de Alicia se empieza a formar una sonrisa, la cual me hace sonreír.

No necesitamos una etiqueta para lo nuestro, pero no resisto preguntarle:

—¿Puedo ser tu novio?—digo con cierta timidez.

Alicia se acerca más a mi lado, quedando a centímetros de mi rostro, luego toma mi mano izquierda y entrelaza nuestros dedos. Levanta la vista y ve me fijamente a los ojos.

—Si, si puedes.

Me duelen los cachetes con la amplia sonrisa que se dibuja en mi rostro al escuchar el "si".

Alicia me mira con ternura y es ella quien se acerca a besarme. El beso provoca que cierre los ojos y sienta un cosquilleo en el estómago. La tomo de la nuca atrayéndola más a mi y haciendo el beso duradero. Cuando ella me toma de la nuca siento algo frío en mi hombro.

Nos separamos del beso. Alicia me sonríe, luego mira mi hombro y ríe.

—Hay de mi helado en tu hombro—dice riendo.

Miro mi hombro e intento quitar el helado de mi hombro con la mano.

Pero el helado en mi hombro es lo de menos, ¡Alicia me dijo que sí!.

Estoy tan feliz que me da miedo que esto no sea real.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top