—Oh, Luisa perdón, no me acordaba de ti—exclama Cassie. Luisa la rana todo este tiempo se mantuvo escondida en el bolsillo de Coraline.

Luisa sale saltando de las manos de Coraline para llegar a la cabeza de Cassie, ella chilla y con delicadeza Coraline se la quita de la cabeza.

—¿Podemos ir a los juegos?—nos pregunta Cassie y Coraline.

Ambos asentimos.

Alicia y yo nos sentamos en los columpios.

—Espero que esta vez si recuerde Coraline—comenta Alicia sería.

—Ojalá—le digo mientras me columpio.

Quedamos en silencio.

—Y ¿por qué Alicia?—cuestionó. No sé me ocurre ningún tema de conversación.

Ella suelta a reír un poco.

—Lo siento, es que suena como si no tuvieras ningún tema de conversación, o como no tuvieras nada más que decir—contesta ella.

—No es cierto—miento.

Ella sigue riendo.

—Bueno contestando tu pregunta—contesta—Alicia viene de "Alicia en el país de las maravillas". ¿si la conoces?

—Claro, es genial—admito. La historia es rara, lo sé, pero es increíble, todo ese mundo. Los personajes, los sucesos de la historia. Todo es arte.

—Bueno a mi mamá le encanta y pues desde pequeña dijo que si tenía una hija le iba a poner Alicia. Así que aquí estoy.—prosigue—Mi mamá me confesó que cuando nací tenía el cabello muy claro, que pensó había heredado su cabello rubio, y que enserio me iba a quedar muy bien el nombre, pero se equivocó—ríe—al tiempo mi cabello se hizo castaño, pero obviamente se me quedo el nombre.

Sonrío de lado.

—Mi mamá se decepcionó cuando se puso mi cabello cafe—admite.

—Y ¿a ti también te encanta Alicia en el país de las maravillas?—quise saber.

—¡Si!—contesta con una sonrisa—Es lo mejor. Me hace tan feliz solo de leer el libro o ver la película—confiesa.

Asiento varias veces con lentitud.

—Y tú, ¿Por qué Peter?—Cuestiona Alicia.

—Ahh, es parecida a tu historia—contesto.

—Oh, ¿enserio?—enarca una ceja.

—Si, a mis padres les encanta Spiderman y Peter pan, así que de ahí surgió la grandiosa idea de llamarme "Peter".

—Ouh—exclama—y si te queda, más Peter Parker, lo digo por tus ojos y cabello—admite.

—Si—suspiro.

Me empiezo a columpiar como cuando era niño.

Alicia me observa y sonríe, yo le regreso el gesto.

Luego ella empieza a columpiarse, ella esta más ligera que yo y tengo miedo que salga volando porque se está columpiando demasiado rápido.