Alicia en su pais de las maravillas
La pequeña Alicia de ocho años caminaba sola rumbo al bosque con una gran sonrisa en su rostro. Hace un par de noches su abuela le contó una historia antes de dormir, la historia trataba de un portal que estaba en el bosque y que te llevaba a un mundo mágico, donde habitaban hadas y animales mitológicos. Alicia quedó fascinada con la historia que a los días decidió ir al bosque. Quería comprobar si en ese bosque había un portal mágico, Alicia era muy creyente de las hadas o de cualquier animal/ criatura mágica.
Alicia al llegar al bosque, observo que se miraba un tanto aterrador, pero aun así Alicia agarro valor y camino hacia el bosque. Al entrarse al bosque, Alicia sonrió al ver que había muchas mariposas volando en el aire. Varias mariposas se pararon en el sombrero de rana que traía puesto Alicia.
Alicia siguió caminando en el bosque con las mariposas a su alrededor. En el camino Alicia se dedicó a observar el bosque, los árboles, los conejos y ardillas que pasaban, los hongos y flores. Alicia se dió cuenta que unas flores de color morado haba un camino, así que los empezó a seguir.
Las mariposas seguían a su alrededor mientras seguía las flores moradas, en un punto las flores se terminaron. Alicia frunció el ceño y levantó la vista para buscar más de esas flores. Camino y camino y en cuestión de segundos Alicia sintió un cosquilleo, apreciado al cuando te da frío de tan de repente. Y tropiezo cayendo al suelo, Alicia se vió desconcertada al ver el suelo donde calló, no era el suelo de bosque era un gran tronco de árbol. Alicia miro al tronco con extrañes y lentamente levanto la vista. Alicia abrió la boca sorprendida al ver que se encontraba en un gran árbol, sus ramas eran gruesas con grandes hojas y con hongos y puertas a su alrededor.
Alicia sonríe ampliamente al darse cuanta que si hay un mundo mágico.
Alicia se incorporó lentamente para no caer, burbujas pasan a su alrededor haciéndola reír. Camino cuesta abajo para bajar del árbol, entre brinquitos y los escalones de hongos logro bajar del árbol. En la última rama para llegar al suelo tuvo que brincar, por poco se cae de nalgas al suelo pero en ese precio momento apareció un hongo amortiguando su caída.
—Gracias—murmuró Alicia hacia el hongo.
En cuanto Alicia se bajo del hongo, ese mismo desaparecido. Alicia levantó ambas cejas sorprendida, levantó la vista encontrándose rodeada de árboles, hongos y pequeñas flores.
Alicia dio un par de pasos y luego se detuvo al ver que algunos hongos se estaban moviendo, se agacha para ver mejor a los hongos. Alicia sonríe al darse cuenta que los hongos tiene cara, brazos, manos y piernas.
Unos de los hongos sobresalta del susto al darse cuenta de la presencia de Alicia, llama a los demás hongos para que volteen.
—¡Qué lindos son!—dijo Alicia con ternura dirigiéndose a los hongos.
Los hongos se relajan al darse cuenta que Alicia es inofensiva.
—Me llamo Alicia—se presenta Alicia hacia los hongos.
Unos de los hongos se acercaron a Alicia lentamente, sonrió y extendió su pequeña mano hacia Alicia.
Alicia sonrió ampliamente y extendió su dedo indice hacia el honguito. Los demás hongos se acercaron a Alicia y también la saludaron.
Alicia ya de pie, los hongos le hicieron un pequeño recorrido por el bosque. Alicia observo detalladamente el bosque de ese mundo, los troncos de los árboles tenían tallado ojos, unos abiertos y otros cerrados, las flores. Alicia sonrió al ver unas flores al igual que los hongos tenían cara, brazos, manos y pies, caminaban en linea como soldados a lado opuesto que ella y los hongos, Alicia se limitó a sonreír y agitar la mano hacia las flores andantes. En cambio las flores miran a Alicia con el ceño fruncido y con los ojos abiertos.
Ya que en ese mundo los hongos son como las noticias, llevan en comunicado (chisme) de oreja en ojera.
Los hongos se detuvieron haciendo que Alicia levante la vista y vea un lago cristalino y brillante.
Alicia miro como se alejan los hongos de ella, caminan en linea recta como soldados, dejando a Alicia entre el bosque y el lago brillan.
Alicia regresa la vista hacia el lago y empieza a caminar hacia el lago dejando atrás el bosque. Esa parte del mundo mágico era más brillante y los colores eran colores pasteles. Los árboles eran de sauce llorón de distintos colores pasteles, junto con las pequeñas flores.
Hadas pasaron por encima de Alicia, las observo con la boca entre abierta y con los ojos brillosos. De repente las hadas le quitaron su sombrero y empezaron a desgreñar a Alicia, grito, corrió y agitó ambos brazos para que se les quitaran de encima.
Alicia cae al lago y las hadas se alejaron. Alicia salió del lago y toda empapada se sienta en el suelo, se exprime el cabello para que salga el agua. «¿Porqué me habrán atacado? No les hice nada». Se cuestiona Alicia. Mientras se seca ve su sombrero de rana flotando en el agua, lo recoge y mira su reflejo en el lago para ponerse el sombrero.
Alicia miró peces brillantes nadando en el lago, observo por unos minutos el lago, mirando los peces nadando y las flores de loto. Miro una que otra vez una rana salir del lago. Alicia sonríe ampliamente en el reflejo del lago y en ese precio momento mira a alguien a su lado, Alicia sobre salta del susto y voltea a ver a la persona que tiene a lado.
Es una mujer de baja estatura, ladea la cabeza mirando con atención a Alicia. Lo que le llama más la atención de ella son sus tres ojos, el tercer ojo se encuentra en la frente y los tres ojos son totalmente negros, orejas puntiagudas, tiene el cabello castaño y trenzado, una trenza en cada hombro, viste de vestido amarillo y usa collares con piedras brillantes.
—Hola—dijo Alicia con cierta timidez.
La chica abrió más sus ojos negros mirando a Alicia con interés. Alicia aparto la vista de ella ya que le estaba poniendo incómoda que la viera fijamente a los ojos.
—Puede que te guste mirar directamente a los ojos, pero a mi me incomoda—le dijo Alicia hacia la chica.
Al no escuchar nada por parte de la chica Alicia regreso la vista hacia ella.
La chica se sentó en el suelo, miro a Alicia por unos segundos y empiezo a mover sus manos.
«lenguaje de señas» dijo Alicia para si misma.
Alicia si sabía lenguaje de señas ya que su única amiga de la escuela era muda, tuvo que aprender para poder comunicarse con su amiga.
—Ayla—murmuró Alicia.
La chica asintió con lentitud confirmando que ese era su nombre.
Alicia movió sus mano diciendo «mucho gusto, yo me llamo Alicia»
Ayla sonrió y siguió moviendo las manos diciendo «¿Qué haces aquí?»
—«Explorando»—respondió Alicia.
Ayla ladeo la cabeza hacia Alicia.
—«No es un buen lugar para los de tu especie»—dijo Ayla.
Alicia frunció el ceño ante las palabras de Ayla.
—«¿Para los de mi especie?»—cuestiono Alicia.
—«los humanos»—contesto Ayla.
—«¿Por qué?»—pregunto Alicia.
—No tienen muy buena historia aquí—Alicia sobresalta del susto al escuchar un tercero en la platica.
Alicia voltea hacia el lago donde hay una mujer de cabello blanco, piel morena y ojos azules con sus brazos recargados en una roca mirando hacia ella y Ayla.
«Que hermoso»pensó Alicia mirando a la mujer de cabello blanco.
—Soy Iris—se preguntó la mujer—Mucho gusto Alicia.
Alicia levanto ambas cejas sorprendido al darse cuenta que ella ya sabía su nombre.
Iris movió un mechón de su cabello blanco atrás de su oreja, llamando la atención de Alicia, sus orejas aprecian aletas. También le llamo la atención su mano, donde ella tenía la separación de sus dedos, Iris tenía algo entre los dedos que hacía que estuvieran juntos.
—¿Por qué los humanos no tienen buena historia aquí?—preguntó Alicia curiosa hacia Iris.
Iris pone su cabeza entre sus brazos y suspira.
—Porque son una plaga única en su tipo, que se multiplica y envenena nuestro mundo.
Alicia levantó ambas cejas sorprendida antes las palabras de Iris.
—También porque hace años un hombre se ganó el corazón de una de nuestras hadas más poderosas y amada por todos. El hombre era muy amable con todos, él amaba mucho a la hada, todos aceptamos que vinieron a visitarla cuando quisiera, pero con la condición de que nadie se enterara del portal y de este mundo.
—Pero un día solo desapareció—continuó Iris—No volvió, la pobre hada lo esperaba en el gran árbol enfrente de su puerta. Le rompió el corazón. La hada pensó que no era suficiente para él, que había algo mal en ella que por eso se fue.
—Es por eso que tienes que aceptar a las personas como son—dice una cuarta persona.
Alicia voltea con la persona que habló. Es una mujer, está a un lado de Iris en otra roca, ella tiene la piel color naranja, orejas con forma de aleta y cabello largo color negro.
—Ella es Mizu—presentó Iris.
Mizu saluda agitando la mano hacia Alicia mostrando su mano con aletas y branquias. Alicia regresó el gesto.
—Como decía, tienes que aceptar a las personas tal y como son. Él no la acepto y por eso ya no regreso.
—Pero tal vez al hombre le pasó algo y por eso no regreso—explicó Alicia.
Ayla, Mizu y Iris ladearon la cabeza pensativas.
—Tal vez—murmuró Iris.
Ayla tocó el hombro de Alicia haciéndola voltear hacia ella. Ayla le dice que mire alrededor. El cielo se empieza a tornar negro, los árboles y animales/criaturas empiezan a brillar fosforescente. Los peces salen del lago y empiezan a nadar en el aire junto con las burbujas y las hadas.
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Alicia se despidió de Ayla, Iris y Mizu para seguir explorando. Ahora mismo se entraba de vuelta en el bosque con ojos dibujados en los troncos.
Se encuentro de nuevo a las flores andantes/ soldaditos, por diversión Alicia los empezó a seguir. Mientras Alicia marchaba atrás de ellas llegaron al punto donde estaba dividido el bosque con otro paisaje, era más colorido, tenia montañas, flores y hongos del tamaño de árboles, el suelo era como el tapiz del ajedrez con dos distintos tonos de verde, y las nubes rosadas.
Alicia camino hacia ese lugar a explorarlo. Observo con atención a todas partes mientras caminaba entre las flores y hongos gigantes.
De repente el cielo se nublo por unos segundos, Alicia levanto la vista y alcanzo a ver la gigante mariposa.
«Las nubes parecen algodón de azúcar» dijo Alicia para si, con una sonrisa.
Alicia se detiene de golpe al ver una manada de mini elefantes pasan enfrente de ella. Las miro con atención mientras las miraba sorprendida.
—Los que son pequeños en mi mundo, aquí son grandes, y los que son grandes aquí son pequeños—murmuro Alicia.
Los elefantes cruzaron al otro lado y Alicia continuó explorando.
Alicia estaba oliendo una de más pequeñas flores cuando escuchó música, Alicia frunció el ceño y empezó a caminar por donde escuchaba la música. Atravesó algunos flores y asiendo aun lado algunas hojas hasta llegar el lugar donde provenía la música.
Sonrío al ver osos de peluches tocando instrumentos mientras bailaban.
—Qué lindos—murmuro Alicia sonriendo.
La voz de Alicia hizo que los osos de peluches voltearan con ella. Alicia desvaneció su sonrisa al notar que los osos se pusieron serios. Lentamente los osos se empezaron a desconectarse y sus ojos se convirtieron en botones. A un oso de le callo el brazo y a otro la cabeza, Alicia se quedo helada del susto, no se espera ese cambio. El oso color azul empezó a caminar hacia Alicia, apenas podía caminar se le estaba descosiendo la parte donde se sujeta la pierna.
Alicia empezó a correr lejos de los osos. Cuando estuvo ya lejos tomó asiento en un hongo.
«Tal vez quería ayuda» se dice a si misma Alicia.
—Puede que si, pero dan miedo.
Mientras Alicia recuperaba el aliento observo a su alrededor y a lo lejos vió una pequeña casa que parecía de juguete.
La tripas de Alicia rugieron alabando comida.
Alicia ladeo la cabeza hacia la casa, «tal vez allí tengan comida», se puso de pie y camino hacia ella.
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Alicia dio ligeros golpes en la puerta y espero que la abrieran. La casa era casi del mismo tamaño de Alicia, el techo era como la parte de arriba de los hongos y era muy colorida.
Alicia asomo la cabeza por la ventana pero no vió a nadie, sólo plantas que cubrían la ventana.
Al pasar los segundos se escucharon pasos, Alicia sé puso derecha enfrente de la puerta a esperar que la abrieran.
Se escucharon como le quitaban los seguros al puerta.
«Pero cuantos seguros» dijo Alicia mientras escuchaba como quitaban el décimo candado.
La puerta al fin de abrió, Alicia tuvo que llevar su vista un poco mas abajo para ver el pequeño gnomo frente a ella.
—Hola—murmuró Alicia con cierta timidez.
El gnomo de barba blanca con overol y sombrero rojo puntiagudo miro a Alicia con los ojos entre cerrados. El gnomo gruñó hacia ella mostrando sus dientes puntiagudos, Alicia retrocedió un poco asustada y en ese le vuelve a gruñir la tripa. El gnomo dejó de gruñir y vio a Alicia con la cabeza ladeada con cierto interés.
—Tengo hambre—murmuró Alicia tocando su barriga.
El gnomo siguió mirándola con la misma expresión.
—¿Tienes comida?—cuestionó Alicia.
—¿Codida?—pronuncio el gnomo.
—Si, "codida"—dijo riendo Alicia.
El gnomo tomo de la mano de Alicia para adentrarse a la casita.
A Alicia casi se le cae la mandíbula al ver el interior de la "casita", era todo lo contrario como se miraba por fuera, nunca se imaginó que la pequeña casa fuera tan grande por dentro.
«Parece un castillo» dijo Alicia mientras miraba la casa y los gnomos vestidos iguales que estaban ahí.
Los gnomos dejaron de hacer lo que estaban haciendo llevando su atención a Alicia. Algunas gnomos fruncieron el ceño, otros arquearon las cejas confundidos y otros estaban sorprendidos.
El gnomo de barba blanca hablo hacia los demás gnomos. Alicia no entiendo gran parte de lo que decía, sólo llamo la atención la palabra "codida". Cuando termino de hablar el gnomo a su lado los demás gnomos rápidamente se fueron a una habitación. El gnomo de barba blanca volvió a tomar la mano de Alicia haciéndola caminar, llegaron a un gran comedor, un gnomo trae un cojín y lo pone en el suelo para que Alicia se sentara. Alicia le sonríe al gnomo en forma de agradecimiento, toma asiento y pone sus manos sobre la mesa. A lo lejos se escuchaba ruido, Alicia se preguntaba que estaban haciendo en aquella habitación.
Pasaron los minutos y los gnomos aparecieron de nuevo y está vez con comida en sus manos. Los gnomos dejaron diferentes platillos sobre la mesa. Alicia vio cada uno de los platillos con cierto interés y hambre.
Le pusieron un plato enfrente de ella y le dieron una cuchara, la tomo y volteó hacia el plato que tenía enfrente, era sopa, cuadritos de zanahoria flotan en el caldo. Alicia toma con la cuchara un poco de sopa y se lo lleva a la boca. Los gnomos la ven con atención.
—Esta muy rica—dijo Alicia con una sonrisa.
Los gnomos sonrieron mostrando sus puntiagudos dientes.
Mientras Alicia seguía comiendo la sopa observo que la mesa gnomos al rededor y sobre ella estaba llena de diferentes platillos, panes y pasteles.
Poco a poco le servían diferentes platillos y pasteles. Alicia se sentía llena pero cuando le arrimaron un pastel de fresas se incorporo y siguió comiendo.
«Ojalá que es esto no sea como el cuento que me contaron hace mucho, donde una bruja les da de comer a unos niños para engordarlo y comérselos» pensó Alicia.
Alicia estaba comiendo el pastel de fresas cuando vio un plato que le llamo la atención, entre cerro los ojos y levanto mas la cabeza. Abrió los ojos aterrorizada al ver que un plato contenía dos orejas humanas flotando en una sopa.
Por un minuto se hizo un silencio de muerte. Un enorme pastel se atravesó en su campo de visión, Alicia miro hacia un lado, rodeando el pastel. Al parecer Alicia vió mal, porque la sopa de "orejas" es sopa de champiñones.
«¿Qué habré comido que me hizo ilusionar?»
A los minutos los gnomos sé unieron a comer junto con Alicia, ella ya estaba muy llena así que sólo empezó a platicar con ellos.
—Y me dijeron que los humanos no son bien venidos aquí porque en el pasado un hombre le quebró el corazón a una de sus hadas mas apreciada—cuenta Alicia hacia los gnomos.
Los gnomos las escuchan con atención mientras comen.
Los gnomos sabían que Alicia no era como ese hombre, en el poco tiempo que a estado con ellos se dieron cuenta que es muy amable y su compañía les agradaba.
🍄🍄🍄
Los minutos pasaron entre comida, platicas y juegos. Jugaron a la "pelota" la cual no era una pelota, sino una burbuja muy resistente. También ranas cantaron para Alicia y los gnomos.
Alicia se despidió de los gnomos y agradeció por la deliciosa comida.
Ahora Alicia con el estómago lleno camino por las flores y hongos. Mientras caminaba escuchaba grandes pasos, mientras mas se acercaban hacia que temblara el suelo. Escucho un gran graznido y Alicia frunció el ceño.
Alicia volteó para todas partes y cuando menos lo pensó tenia un gran ganso sobre ella. Alicia retrocedió para salir debajo del ganso.
—Lo lamento—se disculpó el ganso—¿has visto a mis hijos?—preguntó preocupada.
Alicia negó con la cabeza. La preocupación de la gansa aumenta.
—¿Dónde fue la última vez que los vió?—cuestiono Alicia hacia la gansa.
—No lo sé, estaban atrás de mi y cuando menos lo pensé voltee para verlos y ya no estaban.—la gansa rompió en llanto.
—Tranquila—Alicia se acerco a la gansa y acaricio sus plumas blancas—Te ayudare a encontrar a tu hijos.
—¿Enserio?—dijo la gansa limpiando sus lágrimas.
—Si—sonrió.
—Sube, así los encontramos más rápido—dijo la gansa refiriéndose que subiera a su espalda/ lomo.
Alicia con cuidado se subió y se agarro de unas cuantas plumas. La gansa empezó a caminar entre las flores y hongos.
Alicia volteó para todas partes buscando pequeños gansos, aunque ni tan pequeños han de estar. Alicia se los imaginaba un poco más altos/ grandes más que ella.
—¿Aquí no hay princesas o reyes?—cuestionó Alicia ya que normalmente las historias que les lean o leía de fantasía tenían reyes o/y princesas.
—No—contesto la gansa.
—¿Entonces aquí no hay nadie que los gobierne, que no les de ordenes?—pregunta Alicia.
—No, somos libres de hacer lo que queramos—dijo la gansa.
—Genial—murmuró Alicia sonriente.
«Me quiero quedar aquí, quiero hacer lo que yo quiero, ser libre y que no me den ordenes». Dijo pasa si misma Alicia.
—La primera vez que un rey piso estas tierras fue la última—Alicia escucho con interés a la gansa.
—Era un pequeña cuando ese rey avaricioso y malo llego a estas tierras—prosiguió la gansa.—El rey llego pidiendo que lo alabaran ya que era su nuevo rey. Nosotros nos pusimos en desacuerdo, porque somos felices sin gobernantes, podemos hacer lo que queramos y tenemos paz. El rey al ver que no lo desobedecimos empezó a destrozar nuestras tierras, perdiendo plantas y criaturas—lo último lo dice en un murmuro—Pero las hadas, los centauros y Mizu, Iris y Ayla nos defendieron. La lamentable muerte de nuestra hada mas apreciada, amada por todos sacrificio por nosotros. Hizo polvo al rey y ella aunque ya no este con nosotros aun nos protege.
La gansa termina de contar su pequeña historia. Alicia queda fascinada, se pregunta si abran más historias que pasaron en ese lugar.
—Oh, reconozco este lugar—dijo la gansa con emoción.
—Entonces han de estar cerca—animo Alicia.
La gansa y Alicia pasaron por un par de flores, las hicieron a un lado y allí se encontraban cinco pequeños gansos.
La gansa corrió hacia ellos a abrazarlos. Alicia se tuvo que sujetar bien de las plumas de la gansa para no caer cuando la gansa corrió.
Alicia bajo de la gansa llegando al suelo.
—Muchas gracias...
—Alicia—terminó por ella.
—¡Muchas gracias Alicia!—agradeció la gansa feliz mientras abrazaba sus bebés.
🦋
Alicia regresó al gran árbol pero antes de llegar a el se detuvo de golpe al ver un pequeño Grifo.
—Hola—murmuró Alicia hacia el pequeño grifo.
El grifo miro a Alicia con la cabeza ladeada y luego retrocedió un poco.
—No te haré nada—dijo Alicia.
Alicia caminó con lentitud y extendió la mano hacia el pequeño grifo.
El grifo se quedo quieto mirando a Alicia.
Alicia toco la cabeza del grifo con la palma de su mano. Lo empezó a acariciar, ella sonrió al ver que al pequeño grifo le agradaba sus carias.
Alicia levantó la vista al sentir otra presencia allí mismo. Un grifo más grande estaba viendo la escena entre ella y el pequeño grifo.
Alicia lo deja de acariciar y el pequeño grifo volteó a ver a Alicia buscando respuesta porque lo dejó de acariciar, sigue el trayecto de sus ojos y ve al grifo grande, rápidamente el pequeño grifo corre hacia él.
Alicia agita su mano saludando al grifo, luego lentamente empieza a subirse al gran árbol con ayuda de unos hongos que forman escalones.
Se estira y brinca todo lo que puede para poder subir. Se detiene y se sienta en un hongo.
—¿Cuál será la puerta correcta para que me lleve a casa?—murmuró Alicia mientras miraba para todos lados viendo todas las puertas que estaban en las ramas que la rodeaban.
Alicia suspiró y se puso de pie.
Al seguir caminando quedando un poco más lejos del suelo ve a lo lejos una bola peluda color blanca, Alicia se acerca lentamente hacia ella curiosa. La bola de pelos se mueve y se da la vuelta mostrando que tiene cuarto patas, orejas largas y grandes ojos verdes.
Alicia ladeo la cabeza descifrando de que animal se trataba el que tenía enfrente.
—¿Será un perro?, No, ya sé ¡un gato!. No, tal vez un conejo—dijo Alicia.
La criatura flexiono las patas y salió rodando de su vista.
Alicia subió ambas cejas sorprendido.
Volvió a suspirar y abrió la primera puerta que se le atravesó el camino.
Al entrar a la puerta Alicia se encontraba en un laberinto. Camino un poco asustada al no encontrar la salida.
De repente se escucharon trompetas.
—¡El juego esta apunto de empezar!—gritaron.
Alicia caminó por donde provenía la voz, exitosamente encontró la salida. Quedó asombrada al ver el gran tablero de ajedrez junto con sus piezas; los reyes, reinas, alfiles, caballos, torres y los peones. Blancas y negras.
Camino acercándose al tablero y en un segundo a otro apareció sentada sobre el caballo negro. Alicia frunció el ceño confundido, vio a su alrededor alarmada, habían otras criaturas que estaban sobre las demás piezas.
—¿Primera vez jugando?—le preguntaron. Alicia volteó y a su lado estaba un Dodo en la torre.
Alicia asintió.
—¿Cómo bajo de aquí?—pregunto Alicia alarmada.
—Hasta que el juego termine—contesta el pato que estaba a su izquierda—Pero no hay de que preocuparse.
—Claro que hay de que preocuparse, ¡No se jugar ajedrez!—Alicia lo dijo tan alto que las demás criaturas alrededor empezaron a murmurar.
El Dodo y el pato levantaron ambas cejas sorprendidos.
—Bueno...—empezó el Dodo—te podemos ayudar.
—¡Si! Por favor—dijo Alicia con rapidez.
—Bueno tu caballo se pude mover tres veces en forma de ele (L), volteada o como sea pero que sea una ele.—le explica el pato.
—Y si hay una pieza de color blanco en tu paso para formar la ele, lo puedes comer—dijo el Dodo.
Alicia asiente con lentitud en forma que a quedado claro.
—¿Jugadores listos?—preguntan.
Todos contestan que si mientras Alicia niega a sus adentros.
El juego empieza y los peones empiezan a moverse, algunos se los lleva el jugador contrario y otros se los llevan el equipo de Alicia. Las demás piezas empiezan a moverse y a cuidar a su rey y reina.
—¡Por allá!—le dijo el Dodo a Alicia apuntado hacia enfrente.
Alicia siguió el trayecto y vio un peón blanco cerca y frente a ella.
Alicia observo el caballo donde estaba ella sentada buscando la manera de como moverse.
—¡Con la cuerda!—le indica el Pato.
Alicia asiente, luego toma la cuerda y jala de ella. El caballo se mueve hacia enfrente dos veces, Alicia vuelve a tirar de la cuerda y la mueve hacia la izquierda para poner derrumbar el peón.
—¡Eso es!—festejan el pato y el Dodo.
El juego pasa un poco lento pero divertido y un poco aburrido para Alicia. Ella observo atentamente el juego, como se movían las demás piezas y como se iban las demás piezas al otro equipo. Y miraba como poco a poco miraba cuales eran los movimientos de las piezas.
En cuestión de minutos gritaron ¡Jaque mate!. El Dodo había hecho el último movimiento, desde su posesión se mira que mueve sus alas celebrando victorioso. Todos aplauden y dicen "buen juego".
Mágicamente aparecen escaleras aun lado del caballo donde esta sentada Alicia, baja llegando al suelo.
Alicia levanto el brazo y agito la mano despidiese de todos.
—Buen juego—le dijo el Dodo con emoción mientras la toma de la mano y la agita hacia arriba y abajo con gran rapidez.
—Buen juego—murmuró Alicia sonriente.
«No entendí nada del juego, pero ¡ganamos!»
El Dodo se alejó y Alicia observó a su alrededor, frunció el ceño al darse cuenta que los demás jugadores que estaban en las piezas que se habían comido no estaban por ningún lado.
—Buen juego—la vuelven a tomar de la mano y la agitando hacia arriba y bajo.
Alicia camino de vuelta al laberinto y busco la salida.
Una puerta sin nada atrás se encontraba enfrente de ella. Levanto la vista y vio un gran árbol tallado en la puerta. Tomo la perilla y la giro.
Alicia se encontraba devuelta en el gran árbol. Volteó hacia la puerta la cual había salido, piezas de ajedrez se encontraba talladas en la puerta.
—No es un peor lugar para estar pero el ajedrez no es lo mío.—murmuró Alicia.
Alicia siguió buscando la puerta correcta para volver al reino humano. Termino cansada de buscar y entro a la primera puerta que se le atravesó.
Alicia ahora se encontraba rodeada de árboles, por un minuto pensó que era el bosque, que había regresado al reinó humano pero no. Alicia se dió cuanta que no era el reino humano porque enfrente de ella se encontraban libros en el suelo formando escalones, ella los sube y empieza a caminar por el camino de hecho de libros. El lugar estaba semi oscuro, la única luz que había era de algunas lamparas que estaban por el camino.
Alicia sintió que la observaban así que volteó para todas partes. Búhos la observaban de todos los ángulos desde los árboles. Los búhos giraban sus cuellos todo lo que podían sin perder de vista a Alicia.
Alicia trago saliva con dificultad, por un minuto pensó regresarse al gran árbol pero la curiosidad le ganó. Así que Alicia siguió caminando por el camino de libros, cuyos libros ella quería tomar, leerlos y llevárselos a casa para qué nadie más los pisaran.
El camino de libros acabo y empezó un camino de botones gigantes que daban a la puerta de una casa de tetera. 🫖
Alicia ladeó la cabeza al ver la casa de tetera tan familiar.
Empezó a caminar por el camino de botones, al pisar el primer botón sintió un cosquilleo por el cuerpo.
Al estar enfrente de la puerta de la casa de tetera, tocó la puerta con ligeros golpes.
Se escucharon pequeños pasos, luego cosas moverse del otro lado de la puerta.
La puerta rechinó al abrirse.
Una ratonsita vestida con un vestido rosado con detalles morados, casi mismo tamaño de Alicia se encontraba en el umbral de la puerta.
—Hola—dijo con amabilidad la ratonsita.
—Hola—contestó Alicia.
—¿Qué pasa? ¿no sabes donde esta tu mami conejita?—le preguntó la ratonsita a Alicia.
«¿conejita?»se preguntó Alicia a si misma.
—Ven pasa—le dijo la ratonsita—¿Tienes sed?
Alicia se adentró a la casa un poco desconcertada.
Mientras caminaba Alicia detrás de la ratonsita se encontró con un pedazo de espejo.
Alicia asombrada se vió en el espejo mirando su pelaje blanco, sus orejas largas, sus ojos grandes, su nariz rosada y sus bigotes. Alicia tomó el hermoso vestido turquesa que vestía, con sus esponjas patas aliso el vestido que cubrían mayor parte de sus patas peludas.
Alicia se movió de lado y suelta una ligera risa al ver su pequeña y esponjada cola.
A travez del espejo vió que la ratonsita sostenía un vaso mientras la miraba con el ceño fruncido.
—Es que el vestido es nuevo—dijo Alicia.
La ratonsita sonrió y le extendió el vaso a Alicia.
Alicia al terminarse de tomar todo el agua, vió y analizo a su alrededor. Abrió los ojos y levantó ambas cejas al darse cuanta que estaba en su historia favorita.
¿Cómo era posible eso? Pues ¿recuerdan los búhos que miraban a Alicia mientras ella caminaba en el suelo de libros?
Los búhos analizan tu mente y buscan cual es tu cuento, historia y/o personajes favoritos literarios para hacerlos realidad y tu puedas estar en la historia (temporalmente, hasta que la historia se acabe).
Alicia ya sabe lo que va a suceder en la historia así que tiene que seguir al pide de la letra la historia, no puede decir como así lo que va a pasar y tampoco editarla, sólo tiene que disfrutar estar en su historia favorita.
🐞
Una sensación rara en las patas de Alicia hizo que la alejaran de sus pensamientos. Alicia bajo la vista hacia sus patas, una mariquita del tamaño de un perro.
«Catrina»
—Ella es Catrina—comentó la ratonsita mientras toma a la mariquita en sus brazos.
La ratonsita llevo de paseo por el valle, en ese valle viven distintos animales como; conejos, ratones, topos, ranas, sapos y erizos.
Se escucharon trompetas llamando la atención de todos los animales que estaban en el alrededor.
El alcalde es un topo vestido con un traje y corbata se preparo para hablar.
—¡Hola a todos!—empezó alegre, el alcalde topo es de buen corazón, es buena persona con todos—es un gusto verlos—ríe—En esté día...—voltea para todos lados descifrando si era soleado o nublado.
—En estos últimos días—prosigue—ha habido raptaciones de ciudadanos de parte de un águila—se hace un silencioso de muerte.
—Eso nos pone nerviosos a todos, así que estamos buscando la manera de protegerlos. No salgan de noche, manténganse en casa y cuídense entre ustedes. ¡Gracias por su atención!—suelta el micrófono de hojas.
Los días pasaron y sigue normal para todos, van a sus trabajos y conviven en familia, excepto que la águila se lleva una que otra criatura durante la noche.
La ratonsita y Alicia se llevan muy bien, van trabajar en el campo de maíz por las tardes.
La rotonsita hecha el maíz en una gran bola, se sienta sobre una paloma junto con Alicia y la bolsa de maíz. La paloma empieza a volar por los aires con Alicia y la ransita.
—Es lamentable la noticia de la familia raptada—comenta la ratonsita a Alicia.
Durante la noche anterior la águila se llevo a una bota junto con la familia de grillos que habitaban ahí.
El alcalde da un avisa que la águila se lleva casas enteras y que por su bien tiene que resguardarse en troncos de árboles y/o madrigueras.
Pasaron los días y había cada vez menos habitantes. Todos estaban asustados pensando quién sería el siguiente. Los gusanos y los topos se empezaron a esconder en la tierra, los conejos se empezaron a esconder en madrigueras cerca de los árboles, las ranas y sapos en los lagos, las lacartigas se en los árboles. Poco a poco los habitantes que no se pudieron esconder fueron capturados por la águila.
La ratonsita y Alicia era de las últimas habitantes, ellas no se preocupaban tanto ya que la casa de la ratonsita era una tetera muy grande y pesada, ubicada aun lado de una planta de espina.
Durante la madrugada al despertarse la ratonsita y Alicia se preparaban para ir al trabajo, fueron a buscar a su paloma y vieron que no estaba. En cuestión de segundos el águila se lleva la ratonsita. Alicia se quedó en shock enfrente de la casa de la ratonsita.
Mientras tanto la ratonsita lucho por salir de las garras del águila.
La ratonsita empezó a morderlo mientras gritaba que la soltara.
—¡Suéltame!—volvió a gritar la ratonsita.
—No hay nada de carne aquí.—Siguió mordiendo con sus dientes y en eso el águila contestó—¿Enserio quieres que te suelte aquí?—la ratonsita bajo la vista y ve que estan a metros del suelo.
—Además no te voy a comer—prosiguió el águila.
—¿A no? ¿Porqué no?—cuestiono la ratonsita.
Al llegar a un nido en lo alto de un árbol, la ratonsita ve a todos sus amigos y Alicia sanos y salvos. Los abraza preocupada y confundida.
—¿Pero cómo siguen vivos?—preguntó la ratonsita.
—Él nos está protegiendo—dijó un pequeño pichon.
—¿Quién?—cuestiono la ratonsita.
—¡El águila!—un eco de voces se escucho.
—Pero...¿porqué?—dijó la ratonsita.
—Nos protege de la futura enundacion del valle—contesto un camaleón.
Una pequeña voz le dijó—Y si lo notas otras aves están haciendo lo mismo—en los árboles del alrededor había nidos repletos de animales de pequeñas especies.
—¿Y porqué no nos dijiste eso desde el principio? Nos ahorraríamos el susto que todos nos llevamos—le reclamó la ratonsita al águila.
—Me hubieran creído si llegara a su valle y les dijera: Vengan suban a mi lomo porque va a ver una anundacion en un par de días—contesto el águila serio.
La ratonsita parpadeo con rapidez.
—Tal vez—murmuró la ratonsita.
—Todavía faltan animales por recojer y parece que ya va a empezar a llover—le dijo un cuervo a la águila.
—Vamos por ellos entonces—contestó la águila.
—Voy con ustedes—dijó la ratonsita.
—¿Qué?—preguntó el águila.
—Voy con ustedes—repite la ratonsita.
—De ninguna manera, si empieza a llover sería peligroso—dijó el águila.
—Pero con mi ayuda sería más rápido que los animales vengan con nosotros sin que intenten huir por sus vidas—aclara la ratonsita.
—Buen punto—dijó el cuervo.
—Está bien, ven—dijó el águila.
—¡Espera!—exclamo la ratonsita, camina directo hacia Alicia y le toma la mano—Ella también vendrá con nosotros.
La ratonsita y Alicia subieron al lomo del águila y se sujetó de sus plumas cuando empiezan a volar.
Al llegar al pequeño pueblo todas las criaturas que estaba al rededor corrieron esconderse al ver a la águila y el cuervo. La ratónsita bajo rápidamente del lomo de la águila.
—Tranquilos—dijo la ratonsita—La águila solamente nos quiere poner a salvo.
—¡En su estomago!—Gritaron.
—¡No!—examo la ratonsita—Nos está protegiendo de una inundación, que será provocada por una tormenta.
Varias pequeñas cabezas se asomaron de su escondite mirando extrañada a la ratonsita.
—Las criaturas que se a estado llevando por las noches, están a salvo en un gran nido en lo alto de un árbol—explico Alicia.
En ese precio instante llego un erizo con una bata blanca, un científico. Todos clavan la vista hacia el erizo.
—¡Es cierto lo que dice!—exclamó el erizo, lleva su vista a la hoja de papel que tiene entre sus manos—Nos acaba de llegar un comunicado que pronto abra una tormenta.
El erizo levanta su vista hacia el cielo.
—No creo que sea hoy, no hay ninguna nube en el cielo.
Todas las criaturas imitando su acción y miran el cielo despejado color azul, sin una nube en ella.
Alicia ve con atención al erizo científico y sus púas de como sobre salen algunas de la bata blanca que viste.
—Por si acaso, tendremos que buscar refugio—dijo el erizo.
—Si, ¡Vamos suban!—dijo la ratonsita ya arriba del lomo de la águila.
La ratonsita y Alicia fruncieron el ceño ligeramente al ver que las criaturas no se movían y salían de sus escondites, solo se miraban entre sí.
En ese precio momento un fuerte viento llego al pueblo, moviendo las hojas de los árboles y haciendo reaccionar a las criaturas. Nubes grises empezaron a llenar el cielo.
Los animales voltearon a ver el cielo, después voltearon a ver al águila, luego a la ratonsita y Alicia.
—¿Vienen?—Se limito a preguntar la ratonsita.
Algunas criaturas salieron de sus escondites, otras salieron corriendo y en un parpadeo regresaron con una maleta en mano.
La ratonsita, Alicia y el águila sonrieron.
El cuervo y el águila se llevo un par de criaturas a los nidos, mientras la ratonsita y Alicia ayudaban a los habitantes/ a las demás animales a desalojar sus casas para ponerlos a salvo.
Cuando ya no quedaba ningún habitante del pueblo/ valle, solo quedaron Alicia, la ratonsita y el alcalde.
—¿Ya son todos?—preguntó el águila.
Alicia asintió.
—Bueno, hora de irnos—el alcalde fue el primero en subir al lomo del águila, después Alicia y al final la ratonsita.
La primera gota de lluvia calló y aterrizó en la cabeza de Alicia, ella voltio al cielo mientras se tocaba la cabeza. Más gotas empezaron a caer sucesivamente.
—Sujétense—dijo el águila antes de empezar a volar.
La lluvia empezó más fuerte provocando que la águila volara con dificultad.
Desde lo alto del cielo Alicia escucho un pequeño chillido.
—Escucho a alguien gritar—dijo Alicia.
La ratonsita y el alcalde voltearon para todos lados y no vieron nada.
—¡Por allá!—exclamo Alicia apuntando hacia abajo donde un pequeño erizo lo arrastraba la corriente de agua.
El águila voló hacia bajo y se las arregló como pudo para agarrar al erizo entre sus garras.
—No temas—lo tranquilizó Alicia—Vamos a un lugar seguro.
El pequeño erizo asintió mientras templaba de frío y miedo.
El alcalde, Alicia y la ratonsita tuvieron que sujetarse de las plumas del águila para no caer, ya el aire y la lluvia empezó más fuerte.
Al llegar al gran nido, Alicia y la ratonsita suspiraron de alivio al llegar sanos y a salvos.
Alicia tomo de la mano del pequeño erizo para que no se sintiera solo.
Alicia agracia tener buenos oídos, si no fuera así, no hubieran rescatado al pequeño erizo.
El alcalde corrió a abrazar a su familia. La ratonsita fue a la orilla del nido y desde lo alto del árbol miró el agua correr a gran velocidad y altura.
—Gracias—pronunció la ratonsita en un murmuro cuando el águila llega a su lado.
El exterior de personas y cosas contribuye a hacerse una opinión por lo general equivocada, por lo que no se debe juzgar a las personas sólo por su apariencia. Algunos actos tienen bondad.
🍄🍄🍄
Alicia sale de la puerta y la cierra por detrás de ella, una sonrisa de satisfacción invade su rostro.
Algunos niños de su clase piensan que esa historia es un tanto aburrida y no hay una acción y drama, pero Alicia no opinaba lo mismo, a ella si le gustaba. En general le gustaba la moraleja de la historia.
Alicia prosiguió en abrir otra puerta, buscando la correcta para ir a casa.
Agua y más agua rodeaba a Alicia, era un lago, ella estaba sobre una roca en forma de espirar y con la puerta por detrás de ella.
—¿Y de aquí cómo salgo?—dijo Alicia viendo el agua que la rodeaba.
De repente piedras salieron del lago haciendo un camino hacia el final del lago.
Alicia dio pequeños saltos hacia cada una de las rocas. Al llegar al suelo, observó a su alrededor; árboles y jardines con gran variedad de flores.
Empezó a caminar por el jardín observando con detalle cada flor.
—¡Ten cuidado!—gritaron.
Alicia levantó la vista y siguió caminando buscando quien había gritado.
—¡Hay un charco de...—era demasiado tarde Alicia ya había resbalado y caído en un gran charco de lodo.
Alicia se intentó poner de pie pero volvió a caer en el charco de lodo.
—¿Estás bien?—le pregunto un pequeño conejo que estaba de pie en dos patas y que vestía de chaleco y sombrero.
Alicia al ver el conejo quedó sorprendida y encantada.
—Si—murmuró Alicia—No es la primera vez que caigo en un charco de lodo.
Su mejor amigo, Peter, les encantan jugar en el lodo. Eran unos "cerditos" así les decían sus padres y abuelos. Era muy raro si no hacían pasteles de lodo y/o terminaban llenos de lodo al final del día.
El pequeño conejo ayudo a Alicia a ponerse de pie y de salir del charco.
Al ponerse de pie Alicia se dió cuanta que ella y el conejo eran casi de la misma estatura, ella era un poco más alta que él.
—Hace unos minutos yo era un conejo—dijo Alicia de la nada.
—¿Qué?—pregunto el conejo confundido.
—Nada—contestó Alicia con rapidez.
El conejo volteó para otro lado y sacudió la cabeza.
—¿Sabes dónde puedo conseguir ropa limpia?—le pregunto Alicia al conejo.
El conejo asintió.
—Ven conmigo—dijo el conejo antes de empezar a caminar. Alicia lo siguió por detrás.
Mientras el conejo saltaba, Alicia caminaba lentamente observando los paisajes de ese mundo. Árboles, montañas, huertos, campos de trigo, mucha variedad de flores, y pequeñas casas de diferentes formas y colores.
—Por cierto soy Alicia—se presentó Alicia mientras miraba el cielo azul.
—Un gusto—dijo el conejo—Yo soy Victor.
Alicia se limitó a asentir con la cabeza agregando una sonrisa.
Con más caminaban pasaron por casas donde cada casa que pasaban conejos, ratones y ardillas que estaban afuera de sus casa tomando té o café miraban con extrañes a Alicia.
—Hemos llegado—avisó Victor.
La casa era pequeña de color rosa y amarillo, decorada con plantas trepadoras con flores.
—Vamos—le dijo el conejo a Alicia, ella lo siguió hasta la puerta principal.
Victor abrió la puerta y se adentraron a la casa. Alicia se encontraba confundida al ver que la casa se encontraba vacía, sin muebles, solo había unos cuantos cuadros colgados en las paredes llenas de grietas con plantas sobresalientes de ellas.
—¡Por acá!—Gritó Victor.
Alicia volteó para todos lados hasta qué vio a Victor a lo lejos, corrió hacia él esta estar a su lado.
Victor abrió una puerta que se encontraba en el suelo, un agujero oscuro se encontraba enfrente de ellos.
—Primero las damas—dijo Victor señalando el agujero.
Alicia sonrió y camino hacia el agujero. Bajo la vista y observo el agujero oscuro.
Alicia se dejo caer al agujero y empezó la diversión, el agujero era un tobogán que tenia en el techo hongos brillantes como linternas. Alicia reía mientras bajaba por el tobogán, pasaba de un lado y otro, hasta caer en algo alcochonado.
Alicia vio a su alrededor, ahora se encontraba en un lugar ilusionado, un pasillo se encontraba enfrente de ella con cuadros en las paredes.
En un instante llego Victor a su lado y ella le sonrió.
—Eso fue divertido—confiesa Alicia entre risas.
Victor asiente con una sonrisa. Se pone de pie y Alicia hace el mismo acto siguiéndolo por detrás.
Mientras caminaban por el pasillo iluminado con hongos luminosos (como lámparas) se empezaron a escuchar diferentes voces femeninas. Las voces se callaron de golpe al ver Alicia. Cinco conejitas con vestidos de diferentes colores tenían la vista clavada en Alicia.
—Hola—murmuró Alicia, cortando el silencio incómodo.
Una de las conejitas agito su mano, saludando a Alicia con emoción.
—Ella es Alicia—presento Victor a Alicia.
Un eco de voces diciendo "Hola Alicia" se escucho en la madriguera.
—Alicia, ellas son mis hermanas—dijo Victor hacia Alicia.
—Ella es Violeta—empezó Victor presentando a la conejita las grande que vestía con un vestido de color violeta.
—Ella es Rosita—una conejita más pequeña que todas, vestida con un vestido del mismo color de su nombre.
—Azul—continuó, ella vestía un vestido azul cielo.
—Celeste—ella sonrió hacia Alicia.
—Esmeralda—terminó de presentar a sus hermanas.
«Se llaman como los colores» pensó Alicia maravillada.
Alicia sólo se limitó a sonreír.
Victor dio unos pasos enfrente quedando enfrente de una conejita casi del mismo tamaño que él.
—Violeta, préstame uno de tus vestidos—le dijo Victor la conejita.
—No creo que te queden—contesto ella con ironía.
—No es para mi—protesto Victor—es para Alicia.
—¡Ay! Pero a esta niña ¿que le pasó?—Apareció una coneja más grande, la madre de Victor y sus hermanas.
—Necesito un vestido limpio para Alicia—dice Victor hacia su madre.
—Soy Alicia—se presentó Alicia hacia ella con una sonrisa.
La madre de Victor se acerco a Alicia, tomo su rostro con sus suaves patas y empezó a quitar algunas manchas de lodo de su rostro.
—Azul—la llamó su madre—¿le puedes prestar unos de tus vestidos a Alicia?.
—Si—se limitó a decir, luego desapareció de sus vistas.
La madre de Victor llevo a Alicia a asearse y cambiarse. Alicia se alisó el vestido azul con delicadeza luego ató el cabello ondulado alborotado con un listón del mismo color del vestido.
—Listo—anunció Alicia dando una vuelta completa.
—Que linda—dijo la pequeña conejita, rosita hacia Alicia.
—Alicia—la llamo Victor—Vamos a ir de paseo, ¿quieres acompañarnos?
—Claro—acepta Alicia la propuesta.
Alicia sigue a las conejitas y a Victor por detrás con una gran sonrisa.
Cuando abren una puerta, todos salen y Alicia queda impactada al ver que están afuera, en la superficie, Alicia observa a su alrededor y la puerta por donde salieron. Un gran árbol con una pequeña puerta en el medio.
—Vamos—Victor guió a Alicia hacia donde están su madre y sus hermanas, las cuales se habían adelantado.
Mientras caminaban por el campo Alicia observaba con atención y asombro cada planta, árbol, casa y cada campo de flores, de trigo y de maíz.
—Es hermoso todo esto, ¿cierto?—cuestiono la coneja madre hacia Alicia.
—Si—susurro Alicia contemplando el cielo.
—Que suerte que existe este mundo, y que bueno que encontré este sitio. Si no estuviéramos sufriendo—comentó la coneja madre.
—¿Sufriendo?—preguntó Alicia con extrañes.
—Si—contestó—Hace años me encontraba en un laboratorio, experimentaban conmigo,...sufría—pronunció con voz quebradiza—Logre escapar de allí y encontré este grandioso mundo, aquí conocí a conejos que pasaron el mismo infierno que yo.
—Si no hubiera encontrado este lugar, no estuviera así de feliz—miró con felicidad a sus hijos que están jugando entre ellos.
...
—Que emocionante aventura—exclama Rosita al escuchar la historia de Alicia sobre el mundo que hay afuera con solo atravesar una puerta.
—Si, pero algunos tienen que estar con candado. Algunos son peligrosos—comentó Esmeralda.
—Si—confirmó Celeste—Tienes que pedirlo en el centro de comando, en la biblioteca.
—¿Y tu como sabes eso?—le cuestiono su madre.
—Por papá, es él que sale de aquí—contesto Celeste.
Alicia asintió con lentitud.
—No te preocupes Alicia—le dijo la coneja madre—le pediré a mi esposo que la solicite y cuando tenga las llaves tú tendrás una para que nos puedas visitar.
—Y para que nadie más nos venga a molestar—dijo Violeta, su madre le puso mala cara, como si la estuviera regañando telepáticamente.
—Y tampoco a los habitantes de las demás puertas—añadió Violeta.
🍄🍄🍄
—Aquí está tu ropa limpia.
—Muchas gracias—Alicia recibe una bolsa tejida y de inmediato sacó su gorro de rana para luego ponérselo.—Gracias por todo, por la ropa limpia, el recorrido y por ser tan amables conmigo.
—No hay de que—habla la coneja madre—Victor de va acompañar, que tengas buen viaje.
Alicia se despide de todas las conejitas de colores y la madre.
Victor y Alicia empezaron a tomar camino.
—¡Oh!—exclamo Alicia detenido el paso—Victor, no le devolví su vestido a Azul.
Dijo Alicia preocupada mientras miraba el vestido azul que traía puesto.
—No te preocupes, Azul tiene cientos de vestidos no creo que le haga daño que le haga falta uno—contestó Victor despreocupado.
Como siempre mientras caminan Alicia está observando a su alrededor viendo todo menos el suelo, en un punto casi se vuelve a caber en un charco pero lo bueno que Victor se encontraba porque sino ese hermoso vestido azul en cuestión de segundos hubiera quedado café.
—Me recuerdas a mi amigo Peter—comento Alicia hacia Victor.
Victor volteó y vio a Alicia con interés.
—Al igual que tu casi no habla, es de copas palabras. Habla cuando es necesario y es muy amable conmigo.
—Él tiene unos ojos color verde ¡hermosos!—exclamo Alicia con cierta emoción—espero verlo pronto, lo extraño.
—¿Tú tienes un mejor amigo o amiga?
—Si—contestó Victor—una mejor amiga, se llama Emy.
—¿Y cómo es ella?—dijo con interés Alicia.
—Mandona—respondió Victor serio—pero también es muy dulce, tiene un lindo pelaje café. Y le encanta hablar de libros, me encanta cuando me busca para contarme sobre como va el libro que está leyendo.
—Aww—chillo Alicia de ternura.
Victor sonrió ligeramente.
—Y...¿A dónde vamos?—cuestiono Victor hacia Alicia.
—A una puerta que está en medio de un lago—contestó Alicia con la vista hacia enfrente.
Victor la miró con extrañes.
—Es por aquí—avisó Alicia al ver el gran jardín.—Desde aquí me puedo ir sola.
—Esta bien, ten cuidado.—se despidió Victor.
—¡Bye!—se despidió Alicia, agitando la mano.
Alicia empezó a caminar por el jardín, observando con interés las flores, árboles y escuchando los cantos de los pájaros.
Se detiene de golpe al ver que el lago se encontraba enfrente de ella. Asomó la vista al agua esperando que las rocas aparecieran.
—Rocas aparezcan—murmuró Alicia.
Siguió observando el lago esperando que las rocas aparezcan, pero no sucedió nada.
—¡Abracadabra! Aparezcan ya—gritó a todo pulmón extendiendo los brazos.
Una pequeña burbuja apareció y exploto en el lago.
—¡Rocas! ¡Rocas! Aparezcan ya por favor—gritó mientras saltaba.
—¡Agh!—bufo.
Como última alternativa Alicia se sentó de piernas cruzadas enfrente del lago, observándolo con la vista perdida.
Alicia bufo antes de ponerse de pie. Miro por unos segundos el lago, mirando su propio reflejo. Da un paso hacia enfrente quedando de pie sobre el agua.
—¡Aah!—chilló Alicia de asombro.
Aun con la boca entre abierta, Alicia dio otro paso y aun seguía sobre el agua. Camino sobre el agua llegando hasta la puerta.
Al tocar la roca donde se encontraba la puerta, Alicia empezó a dar pequeños brincos de alegría. Después de observar desde su punto de vista, las flores, los árboles y el cielo se dio la vuelta, afirmo la bolsa tejida en su hombro y después abrió la puerta.
🍄🍄🍄
Al salir de la puerta abrió una puerta que tenía enfrente de ella. Al abrirla la cerro de golpe al ver una criatura alta, delgada, totalmente negra, sin rostro sólo con una gran sonrisa de oreja a oreja.
—Si, necesitamos una llave para cerrar las puertas urgentemente.
Después de abrir unas cuantas puertas y encontrar criaturas extrañas, aterradoras. Alicia se encontraba exhausta. Con las ultimas fuerzas que tenía tomo la perilla de una puerta que tenía tallado árboles y un aro, abrió la puerta con los ojos cerrados y al escuchar pájaros cantando, Alicia abrió los ojos y suspiró de alivio al ver que enfrente de ella se encontraba el bosque.
Afirmo la correa de la bolsa tejida a su hombro y se adentro a en la puerta.
Alicia al llegar a casa su madre la regaño y castigo por que se entero que ella no se encontraba en la casa de tal amiga. Alicia le confesó a su madre que había ido al bosque y su gran aventura—la cual ella no creyó—Unas vacaciones de invierno fue su mejor amigo, Peter, a pasar navidad. Alicia le contó su aventura a Peter, y lamentó no poder llevarlo porque no podía volver otra vez al bosque.
Aun que sabemos que ella si vuelve al bosque después de todo.
🦋
—¡Yo te salvaré mi dulce princesa!—grita el pequeño Peter de ocho años hacia Alicia que se encuentra en una gran "torre". La torre son cajas de cartón y cojines.
—¡Oh! Mi caballero sálvame antes de que el dragón me coma o me haga cenizas—dramatiza Alicia.
La pequeña Coraline gatea alrededor de la torre.
—¡Me tiene rodeada!—Grita Alicia viendo como su hermana, el dragón, sigue gateando a su alrededor.
—Ya estoy aquí para...—Peter se calla de golpe al ver que algo le pasó enfrente a sus ojos.
Algo vuela por la habitación.
—¡!Cucaracha!!—Peter grita con horror. Corre por la habitación buscando un escondite.
—¡Dejaste a tu princesa con la cucaracha!—le grita Alicia a Peter—Y el dragón.
Alicia suspira y niega con la cabeza, derriba el montón de cajas y cojines de una sola patada. Carga al tierno dragón y la deja en la cuna. Luego rejunta la espada de juguete de Peter y con ella derriba a la cuchara voladora. El insecto cae al suelo y Alicia la pisa con el pie.
—¿Ya la mataste?—cuestiona Peter con la cabeza asomada por la puerta.
—Si.
Peter corre a abrazar a Alicia.
—Mi princesa—murmura Peter.
—Tu princesa que te salvo—reclama Alicia.
Peter asiente.
—Gracias por salvarme.
Alicia le sonríe mostrando los huecos donde había dientes de leche.
—Ten te la regalo—Alicia extiende su mano hacia él, la cual sostiene la cucaracha muerta.
—Gracias.
————————————————————
¡Holii!
Alicia salvando a su caballero de una cucaracha. Jsjsjs.
Bueno la historia donde Alicia entra a la puerta donde vives la historia favorita es hecha por mi hermana y por mi. Así que creditos a mi hermana👏🏻.
Y ¿Cuál es la historia que les gustaría vivir?
Bueno espero que les haya gustado esta historia, a los pocos que lo están leyendo y gracias por el apoyo. Espero que algún día esta historia sea reconocida y que otras personas hablen de el (positivamente). 😁💋🫧
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