✿ Especial: Namjin
SeokJin
Había pasado ya varios años desde que llegue a París, el lugar era muy hermoso y tenía un buen trabajo que sustentaba todos mis gastos.
— ¡Jin es tu turno! — gritó Sara, mi asistenta.
— Está bien, en un momento voy. — me pasé el lápiz labial nuevamente, mientras observaba mi hermoso reflejo.
— Jin ¡Ya es tiempo! — gritó nuevamente Sara.
— ¡Ahg! está bien.
Salí de mi camerino con el atuendo que me tocaba desfilar, hasta que llegué a las pasarelas.
Mi vida era el de todo una diva, por así decirlo, tenia la agenda más recargada que el de todas esas modelos antipáticas que estaban en aquel lugar, el simple hecho de estar en la portada de alguna revista me hacía ganar millones y con mi figura, pues era el más deseado de todo Francia.
Sonreí ante las cámaras que no tardaron en tomar fotos apenas comencé a desfilar. Amaba a todos esos fotógrafos de famosas revistas que se peleaban por una buena toma, eso solo alimentaba más mi ego. Observé a muchos hombres y mujeres que me miraban con deseo y otras con envidia y claro, cómo no envidiarme, si soy PERFECTO.
Terminé de desfilar todas las prendas que me otorgaron y me dispuse a descansar en mi camerino, hasta que...
— ¡Jinnie, estuviste genial! — gritó el diseñador apenas entró a mi camerino.
— Gracias — me forcé a sonreírle a ese inepto que decía llamarse diseñador.
— Espero que estés presente para nuestro siguiente desfile que es dentro de tres meses.— dijo muy campante el viejo ese.
— Podría ser que sí o podría ser que no...— Sonreí irónicamente.— todo depende del dinero que gane.
Claro que para sobrevivir en estos lugares tienes que aprender a negociar y por supuesto, hacerte el difícil.
— ¡Oh! Jinnie, creo que eso ya lo discutimos.— Contestó de la misma manera.
— En primer lugar, mi nombre es Jin y en segundo lugar, no hemos negociado, ni discutido nada, así que más vale que sepas mover tus cartas.— dije muy confiado de mí y claro que lo estaba, pues este viejo me quería en todos sus desfiles.
— ¿Cuánto quieres? — dijo muy serio
— El triple de lo que me están pagando ahora mismo.
La cara del viejo se deformo totalmente y me miró con mucho odio.
— Jin, si te pagáramos el triple de lo que estás ganando, me quedaría sin un solo centavo...— masajeó su sien.— ni Pamela gana lo mismo que tú y eso que ella es la...
— Entonces llámala.— lo interrumpí.
— ¿Qué? ¿Perdón?
— Te perdono. — Comencé a reír. — Dudo que Pamela te haga ganar los millones que yo gano en un día, así que si me permites, ya me retiro.
Me levanté con la intención de irme, pero la asquerosa mano de ese viejo me detuvo.
— Está bien, ganarás el triple, pero con una condición. — sonrió malicioso. Este viejo traía algo entre manos.
— ¿Qué quiere, Señor Rousell?
— Hay alguien que quiere conocerte y se podría decir que yo le hice un gran favor al prometerle que tu saldrías con él.
Maldito viejo.
— ¿Qué le sucede eh? — grité más que enojado.— ¿Acaso me cree un puto?
— Escucha primero, mi Jinnie, este joven es heredero de las empresas de modas más grande de todo el continente y creo que te haría muy bien conocerlo... claro, si también quieres seguir en el puesto en el que estás.
Aunque el viejo esté un poco loco tenía razón, pues mi corona no iba a durar por mucho y tenía que asegurar mi puesto en aquel país.
— Está bien ¿Quién es el maldito y repugnante hombre al que tengo que coquetear? — estaba más que seguro que tendría que hacer lo imposible por mantener mi imagen y así lo haría.
— ¿Maldito y repugnante? No creo, pero lo de coquetear sí me gustó. — dijo una voz algo roca a mis espaldas.
— S-Señor NamJoon.— dijo algo asustado el diseñador .
Me devolví sobre mis talones para ver a ese tal señor. Me quedé sorprendido al ver a un hombre tan... tan sexy como él.
— Mejor los dejo solos. — dijo el viejo verde.
— Nos vemos señor Rousell. — se despidió del viejo de mi "jefe".
— Así que tú eres el famoso señor de las empresas de modelaje ¿cierto? — me senté nuevamente en el sofá que tenía mi gran camerino.
— Estás en lo cierto, princesa.— me sonrió mostrando unos lindos hoyuelos.
— No soy ninguna princesa.— fruncí mi ceño.
— Entonces ¿Cuál es tu nombre? — Se acercó hasta quedar al frente de mí.
— Eso no te incumbe.— tomé una botella de agua de la pequeña mesa del centro.
— Mi nombre es NamJoon, Kim NamJoon, mucho gusto.
Iba a ignorarlo totalmente, hasta que se acercó y tomó mi rostro en sus manos para darme un beso.
— ¿¡Qué te sucede!? — grité apenas logré empujarlo y propinarle una bofetada.
— Eso sí dolió, precioso...— sonrió nuevamente mientras se acariciaba la mejilla.— pero me encanta cuando alguien se hace el difícil.
— ¡ALÉJATE! — Grité. — No te vuelvas a acercar o ten por seguro que no podrás tener hijos.
Tenía miedo, miedo de que ese chico me hiciera algo peor de lo que había hecho.
— Está bien, lo siento. — Sonrió nuevamente, mostrando sus preciosos hoyuelos.— Tal vez con una cena me disculpes.
Lo pensé un momento, pero este chico no se veía malo, además me podría traer mucha fama.
— Está bien, pero te aseguró que mis gustos son muy costosos.
Y claro que lo eran, pues yo estaba acostumbrado a tener todo tipo de lujos.
— Los míos también. — Susurró.— ahora si me puedes decir cuál es tu nombre.
— SeokJin, Kim SeokJin.
Trate de sonreír lo más posible, ya que estaba más que seguro de que este hombre sería perfecto.
[🐯]
Ya había transcurrido dos meses y medio desde que salía con NamJoon, pero claro estaba que más que por otra cosa yo lo hacía por llamar la atención de las cámaras.
— Así que... nuestra relación está en boca de todos.
— Sí, así es, Namie.— Sonreí al ver las portadas de las revistas que estaban esparcidas en la mesa de mi novio, porque sí, ya éramos novios.
— Haré que todos esos putos reporteros sean despedidos.— dijo muy serio y decidido.
— Namie, no puedes hacer eso. — Tomé su rostro entre mis manos y lo besé rápidamente.
A NamJoon no le gustaban las cámaras y mucho menos ser el centro de atención de esa revistas, en cambio a mí, sí.
— Jinnie, esto está mal, sabes que eso puede arruinar a mi empresa y podría hacer daño a tu imagen. — dijo apenas se separó de mis labios.
— Al diablo mi imagen, NamJoon, yo solo quiero que nadie se te acerque, porque tú eres mío.— lo besé nuevamente, profundizando el beso.
En realidad solo quería que todo el mundo se entere de la pequeña relación que tenía con el empresario más famoso de todo el continente.
Sus besos se hacían más intensos y deliciosos, me gustaba tanto tocarlo, podía sentir su cuerpo muy tonificado. En fin, podría decir que me encantaba NamJoon, en especial cuando estábamos en la cama. Ese hombre sabía moverse muy bien.
— Si... sigue Na-namie ¡Ah! — sus fuertes embestidas me traían loco; amaba los movimientos de este hombre.
Incruste mis uñas al sentir un toque en aquel punto dulce.
— ¡Ahí!... ¡Ah! ¡Si-sigue!
Aquel día lo hicimos en su escritorio tres veces más, hasta que logré convencer a NamJoon de que no demandara a ninguna revista por aquellas fotos que demostraban nuestro noviazgo.
[🐯]
Nuevamente me encontraba corriendo hacia el baño, era la quinta vez que vomitaba en todo el día, eso no me gustaba.
Ya solo faltaban semanas para que llegara el "desfile" en el que tenía que estar presente y con estos vómitos no creo poder ir.
— Jinnie, tienes que ir al doctor.
— Estoy perfectamente bien, NamJoon, así que nada de doctores, nada de clínicas, ni nada de nada.
Odiaba los hospitales, no me gustaba ir a ninguno, en especial por mi miedo a las agujas.
— Jin, mientras vivas bajo el mismo techo que yo, me obedecerás, ¿Entendido?
Ya llevaba algunas semanas viviendo en la mansión de NamJoon, así que se podría decir que compartíamos todo.
— Ahora resulta que me manipulas, esto no puede ser cierto, NamJoon.— me enojé demasiado y me dirigí hacia la habitación.— ¡No iré a ninguna clínica!
— Jin... — sentí su mano en mi muñeca.— me preocupo por ti y creo que lo mejor sería ir al doctor... Por favor
NamJoon siempre se preocupó por mí y esta vez no haría excepción, y claro, sabía que si no le hacía caso, me dejaría sin las tarjetas de crédito.
— Está bien, pero te costará muy caro.- dije de mala gana.
Ese día todo cambió, mi vida dio un giro de 360°, si hubiera sabido lo que me iba a decir el doctor, jamás hubiera pisado la clínica.
— Jinnie, deja de llorar.— trató de consolarme NamJoon.
— ¡Ya cállate, NamJoon! Todo esto es tu culpa, si tan solo hubieras usado protección yo no estaría de esta manera, ¡Te odio!
— Jin, yo nunca pensé que pudiera ocurrir esto, pero no te dejaré solo, te cuidaré, los cuidaré a ambos.
— ¡No! ¡Toda mi carrera de arruinó por ustedes!
Esa misma noche decidí regresar a Corea, ya no valía la pena seguir en Francia si toda mi carrera se había arruinado por culpa de un bebé, lo menos que yo quería en esos momentos era un hijo.
Llegue a Seúl y lo primero que hice fue irme a desahogar con TaeHyung, uno de mis mejores amigos. Aunque no fue una gran idea, pues no todo acabó como lo planee.
— Así que saliste con tu mejor amigo a una fiesta sabiendo que estás embarazado. — La expresión de NamJoon era muy seria.
— ¿Estás enojado? — pregunté tímidamente.
— ¡Jin, claro que estoy enojado! Cómo no estarlo, si yo confíe en ti y tú solo me traicionaste, yo te di el permiso de regresar a Corea, pero siempre que CUIDES a nuestro hijo y por lo que veo lo primero que hiciste fue desahogar tus penas. No sabes cómo me sentí al momento que tu mejor amigo me llamó para decirme tu estado .
NamJoon estuvo en Corea a los dos días que TaeHyung lo llamó.
— Namie, yo... lo siento.— Las lágrimas comenzaron a caer.
— Jin, no te pongas así.
Sentí sus cálidos brazos rodeándome.
— Jin yo te amo, los amo mucho a ambos.— su mano se paseó por mi vientre aun plano.— el bebé no tiene la culpa de nuestros errores y tampoco quiero que pienses que tener un hijo es la peor cosa del mundo porque no lo es, si tienes miedo de que te deje de amar, pues estás equivocado, porque no habrá tanto amor como el que yo te daré. Lo único que quiero es hacerte entender que podemos formar una gran familia los dos juntos; tú y yo.
Las palabras de NamJoon me habían hecho tan feliz, jamás lo había escuchado hablar de esa manera, pero en ese mismo momento me di cuenta que él me amaba de verdad y estaba dispuesto a hacer lo que sea por mí y por nuestro hijo.
— Te amo Namie.— fue la única respuesta que di antes de sellar nuestros labios en un tierno beso.
[🐯]
En estos momentos estoy casi en los tres meses de embarazo y puedo decir que Nam es y será el mejor padre del mundo, me ha tratado muy bien y me ha dado el mejor regalo del mundo; un anillo que tenía un gran diamante con el cual me pidió matrimonio.
Agradezco mucho el haber viajado a Francia, sino fuera por ese viaje que hice para tratar de seguir mi sueño jamás hubiera conocido al gran amor de mi vida: Namjoon, y no estaría tan feliz de formar una familia con él.
¡Regresé, bebés!
Ha pasado casi un mes desde la última actualización, pero pienso compensarlas con cuatro capítulos, así que esperen un poquito más. ♥
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