✿ Capítulo 38: Ya no te amo

HoSeok

Al despertar, me encontré con la más maravillosa escena que alguna vez pude haber visto. TaeHyung estaba a mi lado, con los ojos cerrados y la boca media abierta, sin decir que su cabello estaba desordenado y mi camisa que habia utilizado la noche anterior, para cubrirse después de haber completado nuestra faena, dejaba ver un poco de su piel y su hinchado vientre. Realmente era hermoso.


Sonreí y rodeé su cintura con mis brazos. Él se removió y entre abrió los ojos. Me acerqué a su rostro y besé la punta de su nariz, se estremeció un poco y esta vez sí abrió sus ojos completamente.

— Mnh... — ronroneó y frotó parte de su cuerpo desnudo con el mío. Me estaba provocando.

Sujeté su cintura con un poco más de fuerza, a lo que recibí un leve empujon de su parte.

— HoSeok, debes ir a trabajar.— murmuró. Solté una risa y me le acerqué más, pero él solo retrocedía, haciendo que la cama rechinara un poco. Cuando pensé que lo tenia acorralado, él salió casi corriendo de la cama y se colocó en una esquina de la habitacion.

Mi camisa le sentaba muy bien, en especial porque me permitía verle los muslos y parte del trasero. En ese momento agradecía mucho la gran barriga de TaeHyung, pues esta le impedía que la camisa bajara un poco más.

— HoSeok, tienes que ir a trabajar... — medio gritó, mientras se movilizaba hacia el armario.

— Hoy puedo faltar. — grité al ver que estaba dentro de aquella habitacion que contenía todos mis trajes. — JungKook me reemplazará. Además los moretones siguen en mi rostro. — Dije recordando que anoche TaeHyung no me había curado las heridas, en cambio me había dado algo mejor.

—¡NO!... Tú prometiste que solucionarías aquel problema.

Salió del armario con un traje gris en sus manos.

Agarré una de las almohadas que estaba a mi lado y me cubri todo el rostro, logrando así golpearme levemente las heridas. Me dolió una mierda.

Sentí un peso encima de mí, así que me retiré la almohada del rostro y me encontré con TaeHyung sentado encima de mí.

— Si te levantas ahora mismo te prometo que al regresar del trabajo te tendré una sorpresa.— movió sus caderas, provocando así que mi miembro despertara.

— Y... ¿Por qué no mejor me quedó contigo y me das aquella sorpresa por adelantado?

Sonreí, pensando que tendría la victoria, pero lo único que hizo TaeHyung fue darme un beso corto y levantarse para dirigirse rápidamente al baño.

Maldije en voz baja y de mala gana, me levanté. También me dirigí al baño, necesitaba tomar una ducha, pero tuve que esperar diez minutos antes de que TaeHyung saliera. Me sonrió y luego salió de la habitación.

Después de casi media hora, logré estar listo para ir a "arreglar aquel asunto". Aunque las marcas de aquella golpiza se notaban, tenía que cumplir mi palabra. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, donde vi a TaeHyung sentado solo en la mesa comiendo cereal con leche.

Me quedé un buen rato de pie en el umbral de la puerta observando cada movimiento suyo. Era realmente tierno. Pero lo que más me asombraba era que no lograba descubrir mi presencia.

Ya rendido, me dirigí a su lado y tomé uno de los chocolates que había sacado, minutos antes, de la repisa.

— ¡Eso es mío! — gritó, apenas vio que le di una mordida al dulce. — ¡HoSeok!

Negué con la cabeza y le entregué su chocolate.

— Aquí tienes pequeño bebé. — me burle y como respuesta me sacó la lengua.

Al estar cerca suyo, lo abracé por atrás y recargue mi mentón en su hombro, parecíamos aquellas parejas de los dramas, y comencé a dar besos en su cuello. Su piel me encantaba, era tan suave.

— Nos veremos en la tarde bebé — corrí mis manos a su vientre y lo masajee lentamente.

— Te quiero — giro su rostro y me dio un beso en la mejilla.

— Yo también — le susurré y me alejé de su lado para emprender camino fuera de la casa.

No esperé ni un minuto más y al estar fuera de la casa, me dirigí rapidamente a mi auto.

Durante todo el camino no dejé de echar una que otra mirada a las antiguas llaves de mi antigua casa, que por cierto ahora le pertenecía a YoonGi.

Al estar frente al edificio, no quería bajarme del auto, ni mucho menos subir en aquel ascensor, no es que tuviera miedo, solo que no sabría qué hacer si YoonGi me comprobara su embarazo.

Me mantuve dentro del auto unos veinte minutos antes de armarme de valor y bajar del auto. Estruje las llaves que estaban en mi diestra.

Me estaba debatiendo en si entrar o no, pero aquel debate no duró mucho, pues la puerta se abrió, dejando ver a un nuevo YoonGi de cabello negro.

— Ho-HoSeok... — tartamudeó. — T-tu Rostro ¿Qué sucedió contigo? 

Ignoré totalmente su pregunta y en cambio lo miré de pies a cabeza, y me di cuenta que entre sus manos llevaba un documento. Me quedé observando aquellos papeles y al parecer él lo noto.

— HoSeok necesitamos hablar. — se puso serio. Suspire y asentí. Él volvio a entrar al departamento y lo seguí.

Cerré la puerta detrás de mí y para cuando me di la vuelta los labios de YoonGi se estamparon a los míos. Mis ojos se mantuvieron abiertos, mientras los de YoonGi se mantenían cerrados, incluso parecía disfrutarlo, por otro lado yo quería apartarlo de mi vista, pero no podía. Estaba en shock.

YoonGi se separó al ver que yo no respondía y no podía estar más agradecido.

— ¿HoSeok? ¿Estás bien?  — tocó mi frente y yo solo me aparté.

— ¡Estás loco!... No vuelvas a hacer eso — grité mientras alzaba los brazos.

— Ho-HoSeok, yo te amo... ¿Cómo pudiste dejarme por ese imbécil?

— No hables así de la persona que lleva a mi hijo en su vientre.

— Querrás decir, a tu bastardo. — contra atacó.

— Ese niño no es ningún bastardo... Es mi hi...

— No puedes llamarlo hijo hasta que tú y el asqueroso ese estén casados.

— Te prohibo que hables asi de MI TaeHyung.

Una sonrisa se extendió en el rostro de YoonGi.

— ¿Tu TaeHyung?... Si solo hace unos dias me la metías hasta el fondo y gritabas mi nombre.

— ¡Eso es!  Solo te la metía. No eras más que un simple hueco en donde enterrar mi polla.

— Já... ¿Qué diferencia hay? TaeHyung es y será otro hueco en donde enterrarás tu asquerosa polla. Jamás habra diferencia entre los dos. Somos iguales.

— ¡Claro que no son iguales! — lo tomé de ambos hombros. — a TaeHyung le hago el amor, a él le digo lo mucho que lo amo, mientras se la entierro hasta el fondo. Con él me casaré, para que no solo tú, sino también otras personas no llamen a mi hijo bastardo. Solo con TaeHyung formaré una familia.

El rostro de YoonGi estaba rojo de la ira y podia jurar que en cualquier momento explotaría.

— ¡No puedes hacerme eso!... NO puedes hacernos esto — se miró el vientre plano y comenzó a llorar.

¡Mierda! Sí estaba embarazado.

Lo solté y me alejé un tanto de él. Sus sollozos aumentaron y se arrodilló en el suelo. Solo en ese instante me compadecí de él y me arrodillé a su lado.

— HoSeok no me dejes... Estoy esperando un hijo tuyo. No sé que haría sin ti, no sé educar a un niño y moriría sin ti.

Sus sollozos aumentaron al igual que mi culpa. Sin pensarlo mucho, lo rodeé con mis brazos.

— ¡No me dejes! — sollozaba y gritaba.

En ese momento estaba pensando en qué haría o cómo le diría a TaeHyung sobre esto.

— Ho-HoSeok... Tú... Pro-prometes no... Dejarnos

Desvíe la mirada, observando cada rincón de mi antiguo hogar. Todo estaba igual que antes.

Tomó mi mano y junto a la suya las dirigió a su vientre plano.

— ¿Lo sientes?  — iba a negar, pero él prosiguió. — es nuestro bebé... Los dos te necesitamos... Este bebé necesita de sus dos papás. HoSeok, quédate por favor, prometo cambiar.

Lo dudé un momento, pero ya tenía pensado algo.

— Me quedaré con ustedes. — Una sonrisa volvió a aparecer en el rostro de YoonGi. — Pero...

— ¿Pero?  — ahora parecía preocupado.

— Pero no dejaré a TaeHyung.

— ¿Qué? Pero yo soy el embarazado y mi hijo necesita de tus atenciones.

— y TaeHyung también esta embarazado, y mi otro hijo también necesita de mi atención.

— Me estás diciendo que TaeHyung será el otro.

— No... — él pareció entender todo — es la única forma de estar presente en la vida de mis dos hijos.

— Está bien — me sonrió y se acercó más a mi rostro. — Te amo

Dijo a medida que se acercaba, pero antes de tocar mis labios, me alejé.

— Yo... Ya no te amo — dije muy firme.

— Haré todo lo posible para que me vuelvas a amar.

— No, YoonGi, yo amo a TaeHyung.

— ¡Qué mierda te da esa puta para que lo ames tanto!  — gritó, logrando asustarme un poco. — ¡Dime!  ¿Qué mierda es?

— Él me ha demostrado muchas cosas que nadie logró hacerme sentir desde la muerte de mis padres.

— Aún así tengo a tu hijo y tienes que pasar la misma cantidad de tiempo conmigo que la que pasas con él, que está esperando a tu bastardo.

— ¡No vuelvas a llamar así a TaeHyung o a mi hijo! ¿Me oyes?

Él solo asintió y se levantó del suelo.

— Aún asi te tendré HoSeok... aunque solo sea una parte de ti, pero la tendré y nadie, ni siquiera TaeHyung permitirá que me aleje de ti.

Me levanté al igual que él y sin decir nada salí del lugar que algún día llamé hogar.

Cuando recién estuve en mi auto logré sacar todo lo que estaba conteniendo. Grité, patee, lloré y me maldije a mí mismo por ser un idiota que no supo aprovechar su oportunidad y que ahora estaba pagando las consecuencias de sus actos.

Ahora solo me quedaba esconder bien a YoonGi para no alejar a TaeHyung de mi lado, porque sin él no sería nadie ni nada. Sin TaeHyung solo sería la misma basura que antes de conocerlo.

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