✿ Capítulo 31: Mentiras y reencuentros

[Segunda parte]

HoSeok

— Tenemos que hablar, HoSeok.

Escuchar aquellas palabras me enfriaron la felicidad. El día que pensé que sería el mejor se estaba convirtiendo en el peor.

— ¿Cómo está JiMin? — volvió a hablar Tae, dirigiéndose obviamente a mi amigo.

JungKook me miró como pidiendo permiso. Lo miré unos minutos y luego desvié la mirada.

— Él está muy bien, hace algunos días atras quería verte. — dijo algo tímido.

— Ohh...

Miré a JungKook y me disculpé con la mirada, pues sabía que lo que haría no le gustaría nada.

Tomé el brazo de Tae y me adentré en el ascensor, apretando rápidamente el botón que indicaba el piso de mi oficina, dejando con la boca abierta a mi mejor amigo.

El ascensor comenzó a moverse y mi mano seguía unida a la de TaeHyung. No quería separarme de él pero...

— ¿Puedes devolverme mi mano? — preguntó, dándole una mirada algo incómoda nuestras manos unidas.

Le sonreí y entrelace nuestros dedos.

— Ho-HoSeok, p-por favor — dijo algo sonrojado. Era tan hermoso y tierno.

Seguí haciendo caso omiso a sus quejas y mantuve mi mirada en la puerta del ascensor.
Al parecer entendió que "no le devolvería su mano" por lo que se quedó callado y al igual que yo, miró hacia al frente.

— ¿P-por qué lo hiciste? — susurró. Me giré y pude observar un poco de dolor en su mirada y en aquellas palabras. — Y-yo quiero saber... ¿Por qué lo hiciste? — se giro al igual que yo, quedando esta vez frente a frente.

— De... ¿De qué hablas?

— Sabes de que hablo, HoSeok —

Tragué grueso.

— N-No pensaba que hablaríamos de eso.

— No hablaremos de eso — desvió su mirada, rompiendo así con nuestra conexión. — solo quiero saber por qué razón lo hiciste.

— Tae... Yo... yo enserio...

En ese preciso momento quería decirle lo mucho que lo extrañaba y que lo necesitaba, pero la puerta del ascensor se abrió dejando ver la recepción de mi oficina y a la secretaria, de quien nunca logro acordarme su nombre.

Suspiré y delicadamente hale de la mano de Tae para salir del ascensor, al parecer lo entendió, pues salió detrás de mí, siguiendome el paso.

Pasé de largo, a pesar de haber escuchado un "Buenos días señor Jung" por parte de mi secretaria.

Al estar dentro de mi oficina, pude ver que Tae se mantenía de pie y con los brazos cruzados.

— P-puedes tomar asiento — dije tímidamente mientras señalaba los sofás que se encontraban apartados de mi escritorio.

— No es necesario, solo me quedaré por unos segundos.

— Pero Taehy-

— ¿Que días lo podrás ver? — me interrumpió. Enarque una ceja algo confundido. Al parecer me entendió, pues comenzó a hablar de nuevo.— ¿Cuáles son los días que podrás ver a nuestro hijo?

Mi ojos se abrieron en par, no solo por la sorpresa,  sino también por la forma en que lo dijo.

— E-estás intentando alejar a nuestro hijo de... ¡¡Eso es injusto!! — medio grité.

— ¡No! Lo injusto sería que le diera un padre como tú a mi hijo — gritó.

— Es nuestro hijo. — alcé la voz, al igual que él.

— Dejó de serlo cuando decidiste enredarte con la puta barata de tu amante...— los ojos de TaeHyung mostraban furia y su rostro estaba más que rojo.

En ese momento me preocupé, no era algo bueno que esté así de alterado estando en su estado.

Me traté de acercar, pero lo único que hacia él era alejarse más, por cada paso que avanzaba él retrocedía dos, hasta que chocó con la puerta de mi oficina.

Sonreí y lo acorrale colocando mis manos en su vientre, el cual ya estaba alcanzando una forma redonda. Se estremeció ante mi tacto y pude notar una pizca de desesperación en sus ojos.

Bajé mi mirada hacia donde estaban mis manos y podía sentir la calidez que emanaba su vientre. Lo acaricié con mucha delicadeza y lentitud, pensando que con aquella acción recuperaría el mes que me perdí en la vida de mi hijo o hija, pero no era así...

— Y-ya su-suél-suéltame — tartamudeo algo inseguro. Lo miré. — N-no qui-quiero que lo toques — dijo firmemente.

Ignoré sus palabras, pues su boca podría decir aquello, pero su mirada pedía a gritos que lo acariciara. Con mucha lentitud me acerqué a su rostro, manteniendo mis manos en el mismo lugar. Estaba a solo unos centímetros de poder saborear sus labios y así lo haría. Me acerqué y toque sus labios suavemente, pero antes de iniciar algún movimiento él me empujo quedando a unos metros de su espacio personal.

— No vuelvas a hacer eso o... — algunas lágrimas salieron de sus lindos ojitos. — O te juro que jamas me volverás a ver en toda tu vida.

En ese momento me sentí culpable, yo no quería hacerlo llorar.

Quedamos en un largo silencio después de aquellas palabras, a excepción de sus sollozos que continuaban.

— No vuelvas a besarme... — sollozó aún más fuerte —  si no piensas quedarte a mi lado. — Aquello me conmovió y destrozó al mismo tiempo. — Y-yo...y-ya no... Puedo estar...aquí — dio media vuelta y colocó sus manos en el picaporte de la puerta.

Quería decir que no quería perderlo, que adoraba su compañía y que podía hacerlo muy feliz, pero las palabras no salían y lo único que pude decir fue...

— Aún no hemos terminado de hablar. — él se devolvió y me miró con aquellos ojos avellana que estaban hinchados en estos momentos.

— Ya no hay nada de que hablar. Tú lo verás los fines de semana y yo lo tendré el resto de los días.

— Yo no me refiero a eso TaeHyung.

— Lo mejor sería que me retire. — volvió a tomar el picaporte, pero antes que lo girara lo detuve tomando su otra mano.

— Te necesito... Te necesito demasiado TaeHyung. — dije suplicante.

Él me miró con los ojos abiertos.
Tome su mentón y sin oportunidad alguna de escaparse, lo besé. Esta vez sí ejercí movimiento y tome su ya casi inexistente cintura; al parecer el embarazo no le acentuó tan bien.

Él me correspondió de manera lenta y rapidamente llevé una de mis manos a su mejilla para acariciarla. Podía sentir una que otra lágrima recorrer su rostro y lo mejor que pude hacer fue limpiarla con mi pulgar.

Estuvimos disfrutando de nuestro beso hasta que el aire se hizo indispensable y nos obligó a separarnos. Lo miré, mi mano aún reposaba en su mejilla, sonreí y le di un casto beso.

— Enserio necesito de ustedes — susurré para luego alejarlo de la puerta y besarlo nuevamente, y como la vez anterior me correspondió.

— ¿Te quedarás con nosotros? — susurró una vez que nos separamos.

Asentí y volví a sonreír. Este sería el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas.

Me arrodillé y deposité un beso en el vientre de Tae. Él me miraba desde arriba con algunas lágrimas en los ojos y una sonrisa que no emanaba nada más que felicidad.

Ahora sí parecíamos una verdadera familia.

Me puse de pie y llevé mis manos por tercera vez al vientre de TaeHyung. Lo iba a besar pero...

— A mí me vale una mierda lo que te diga el señor Jung, yo soy su futuro esposo y mandaré en esta empresa.

— Pero señor Min... Él esta..

Pude escuchar los gritos de YoonGi y antes de que la secretaria terminara su frase él ya se encontraba dentro de mi oficina observando a TaeHyung y posteriormente a mí también.

— ¿Qué significa esto? — gritó tan fuerte que pude sentir el cuerpo de Tae estremecer.

— Y-yo... — TaeHyung estaba muy pálido y temblaba. Parecía que tenía mucho miedo.

— YoonGi esto solo significa el comienzo de mi nueva vida, donde no estás incluido tú — dije firme. — así que no vengas con el papel de esposa engañada.

El rostro de YoonGi reflejaba furia, lo podía notar por las mejillas coloradas que traía.

— Tú — señaló con su dedo índice a Tae. — ¡Te lo advertí asquerosa puta! HoSeok siempre va a ser mío... Te dije que lo dejaras en paz, pero lo primero que haces es venir y lanzarte a sus brazos. Eres una asquerosidad de persona, pero te juro que te arrepentirás de lo que has hecho... Yo te lo advertí.

Mi secretaria miraba con algo de miedo a YoonGi y no podía negar que yo también.

— T-tú... No serías ca-capaz de hacerlo — el más asustado de todo esto era Tae. Y lo que más coraje me daba era no poder protegerlo.

— Oh, claro que sí.

Fue en una fracción de segundos en los cuales YoonGi ya se encontraba jalándole de los cabellos a TaeHyung.

— ¡Min YoonGi! — grité una vez que lo vi alejarse con TaeHyung.

Esto enserio me daba mala espina.

Por más que intentaba alcanzarlos no podía, pero de lejos observaba como TaeHyung se resistía a ir detrás de Yoongi.

— ¡Suéltame! — gritó Tae antes de empujar a YoonGi lejos de él. — HoSeok no te ama y jamás te amará... Solo eres y fuiste un culo demás.

Me detuve al instante al ver que ellos también se detuvieron al frente de las escaleras.

— ¡Cállate! El único que fue un culo demás aquí fuiste tú... Lo único que quiere HoSeok de ti es a ese bastardo que llevas en el vientre.

— Eso no es cierto... Él me necesita, necesita de nuestro bebé. — podía escuchar la voz quebrada de TaeHyung. Estaba llorando.

— Lo único que necesita es a su hijo... Pero si ese niño deja de existir, HoSeok dejaría de verte, ni siquiera le interesaría tu maldita forma de vida.

Solo bastó con que dijera esas palabras para que comenzara a correr de nuevo... Pero ya era muy tarde... YoonGi había empujado a TaeHyung por las escaleras.

Al llegar al lado de YoonGi pude ver a Tae al término de las escaleras, estaba llorando mientras se agarraba el vientre.

Aquella imagen jamás la sacaré de mi cabeza... Mi hijo, mi TaeHyung.

Quería moverme, pero mis músculos no reaccionaban y lo único que me quedaba hacer era ver.

— Ahora solo seremos tú y yo — podía sentir las manos de YoonGi rodearme, pero aun estaba en shock y no tenía ni las ganas, ni las fuerzas de separarlo de mi lado.

Ya se prendió esta mrd, okno
Gracias por esperar y siempre apoyarme ❤

Nota actual:

*Inserta música dramática*

Solo espérense al siguiente capítulo, bebés. ♥

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