N° 1

Pasaron 6 meses desde entonces...

Matt todavía no tenía un bebé en su vientre.

Lo habían intentado muchas veces, pero simplemente el omega no quedaba embarazado.

Fueron a un médico, no había problemas con ninguno de los dos. Simplemente la suerte no estaba de su lado.

De todas las parejas, esto les pasa a ellos.

Pero no eran los únicos.

-Tord dijo que era una "ventaja" ya que podíamos "hacerlo" cuantas veces queramos – Comentó el de cuencas al de ojos azules mientras realizaban unas cuantas compras en el super mercado.

-Aceptémoslo, Tord no va a cambiar, para bien o para mal, es un pervertido – Respondió el contrario con una sonrisa.

- ¿Y Edd? ¿Qué dice él?

-Ah... pues sigue creyendo que puedo concebir, solo debemos seguir intentando – Comentó distraídamente mientras metía unas latas de cola en el carrito de la compra – Pero... yo no estoy tan seguro...

-Hey, no pienses así, de seguro solo es una mala racha

-Esto no es un "juego" como para tener "malas rachas", Tim

-La vida es un juego, a veces ganas y a veces pierdes... el que pierdas mucho no significa que no puedas ganar ¿no crees? – Contestó con una sonrisa.

-Hm... supongo que tienes razón...

Luego de terminar las compras los amigos ya estaban guardando todo en el carro del peli naranja, ya que habían venido juntos, cuando ya llevaban la mitad de las bolsas percibieron un aroma... raro...

Un alfa.

-Hay carajo – Murmuró Matt al darse cuenta de la intensidad de las feromonas.

El alfa estaba en celo.

- ¿Por qué a los omegas nos toca vivir estas situaciones? – Se quejó el de cuencas negras al sentir el aroma más cerca.

-Hey, linduras – Canturreo una voz detrás de ellos.

«Al carajo»

-Hola – Contestó el chico de cuencas con una falsa sonrisa plantada en la cara, volteando a ver al alfa. El de pecas imitó las acciones de su amigo, pero sin saludar.

El alfa era alto, tenía algo de musculo, pero en lo general de se veía descuidado por la suciedad de sus prendas y la corta barba que tenía.

-Bueno, se ve que tienen buen cuerpo – Murmuró para sí, pero los omegas llegaron a escuchar igualmente – Bien, linduras ¿tienen planes para la tarde? ¿Les puedo invitar un trago? – Preguntó con voz ronca, acercándose mucho a los menores.

-Wow, en primer lugar, ya estamos ocupados, en segundo lugar, no tan cerca – Aclaró Matt con cierto disgusto.

- ¿En serio? ¿No les gustaría jugar conmigo un rato?

Esa maldita voz de mando.

Ambos omegas tuvieron una reacción similar, aumento de temperatura en sus cuerpos y tuvieron la sensación de dar un leve gemido, pero lo reprimieron de inmediato, fue suficiente.

-Sí, estamos totalmente seguros – Se apresuró a decir el de cuencas negras – No sé si lo notaste, pero ya tenemos un alfa – Dicho se descubrió su hombro izquierdo dejando ver una marca rojiza, en el caso del oji azul solo tuvo que apartar unos mechones de su cabello, ya que en ese momento llevaba una prenda le dejaba los hombros descubiertos.

El alfa reflejó temor en su rostro por un momento, luego cambió ese gesto por uno de asco y se retiró sin decir nada más, por más necesitado que esté no iba a ser tan estúpido como para meterse con unos omegas que ya tenían marca.

-Por poco no nos salvamos de esta – Suspiró Matt cuando ya se hubieron sentado en el carro y se dirigían a sus respectivos departamentos, su amigo iba a contestar, pero su celular empezó a vibrar. Al ver el nombre del contacto se limitó a esbozar una pequeña sonrisa.

-Hola, amor... Sí, Matt y yo estamos bien ¿por qué...? Ah, verdad... no, no, solo... y-ya te lo cuento cuando esté en el departamento... Bien... te amo – Finalizó la llamada.

- ¿Los sentimientos compartidos por el lazo? – Adivinó el narcisista sin despejar la mirada de la calle.

-Sí

Segundos después el celular del peli naranja empezó a vibrar repetidamente.

-Son mensajes de Edd – Aclaró el británico menor al agarrar el celular de su amigo y revisar las notificaciones.

-Seguro que también quiere saber que pasó ¿agarras el celular para que le pueda mandar un mensaje de voz? No me permiten usar el celular si estoy conduciendo.

El británico castaño obedeció a su amigo.

-Edd, amor, estamos bien, no fue nada... solo un pequeño contra tiempo, te lo contaré cuando llegues al departamento más tarde. Te amo

-Siguen siendo unos cursis – Comentó el de cabellos en punta una vez hubo mandado el mensaje de voz.

-Y ustedes unos pervertidos calenturientos –

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De verdad me siento pendeja por querer borrar esta historia xd

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