Capítulo 42-Emma
Me siento en la silla de la cafetería. Los únicos que han llegado son Patri y Carlos, que se desahogan besándose. Yo apoyo la cabeza sobre mi mano, agotada. Estos últimos exámenes van a acabar conmigo.
-¿Tan mal te ha ido? -pregunta Carlos, recibiendo un codazo de parte de su novia.
-El examen me ha salido bien, pero ha sido complicado. Estoy muy cansada, necesito vivir...
-Pues buena suerte. Cuando acaban los exámenes empieza la Selectividad.
-Patricia, gracias por amargarme más de lo que estoy.
-Oh, no ha sido nada, para eso estoy.
Esta vez, apoyo mi cabeza sobre la mesa y cierro los ojos. A ver si me duermo y cuando despierto se acaba todo... Me sobresalto cuando me tocan el hombro.
-¿La mesa te da buena conversación, Emmy?
Sonrío, aunque mi moreno favorito se está metiendo conmigo. Se sienta a mi lado, dándome un beso en la mejilla. Después coge mi mano y la aprieta.
-Tranquila, apenas quedan dos días de exámenes. Lograremos sobrevivir.
-Sí, pero no sé con qué moral...
-¡Dadle alegría! -exclama Carlos.
-¡A tu cuerpo Macarena! -Continúa Dani, que acaba de llegar de la mano de su novia.
-¿Tú crees que son normales? -me susurra Álvaro al oído.
-Ni un poquito, pero tenemos que soportarlos.
El resto van llegando y se sientan, hablando sobre sus resultados en el horrible examen de Matemáticas que acabamos de tener. Yo, llamadme romántica si queréis, me como mi bocadillo con los ojos cerrados, ignorando al resto del mundo. Solos, mi comida y yo.
Una vez suena el timbre nos vamos a clase. Por suerte, en todo el día ya no quedan más exámenes, pero los dos próximos días aún están ahí, existiendo...
~~
-Con tanta queja, pareces la típica antisocial que no quiere salir bajo ningún concepto.
-Es que no tengo ganas... Los veo todos los días en el instituto, son mis amigos, ¿por qué tengo que verles ahora, a vísperas del examen de Literatura más gordo de nuestras vidas?
-Dijimos que haríamos un descanso para charlar y relajarnos. Fuera presión, ¿recuerdas?
-Odio cuando tienes razón... -Hago un mohín, haciendo que Álvaro se ría y me bese unos segundos. Nos paramos en plena acera, por lo que la gente empieza a quejarse y seguimos caminando.
-Habéis tardado. -David mira su reloj.
-Dejalos. -Alba le da un codazo.
El pobre David se lleva todos los golpes para que su novia nos proteja. Me da lástima y todo...
-Bastantes cosas tenemos que pensar últimamente... -María y Dani continúan su conversación-. Por ejemplo, Daniel, ¿has pensado en las carreras que vas a poner en tu lista por orden de preferencia?
Dani nos mira, asustado. Nadie ha dicho aún nada sobre el hecho de que nos vamos a Nueva York, aunque sea cada uno con un motivo.
-Aún... no he pensado lo que pondré.
-¿Ves? ¡Eso es muy desorganizado por tu parte! Estoy segura de que la mayoría de los demás ya lo han pensado todo. Em, ¿qué harás tú?
Miro a Álvaro y él asiente. Es el momento de contarlo.
-¿Se lo vas a contar? -pregunta Blas. Yo asiento, ante la mirada extrañada de todos.
-Yo no voy a hacer la Selectividad..., porque tengo una beca para ir a Julliard, una escuela de música muy importante.
-¡Wow, eso es increíble!
-¡Estamos muy orgullosas de ti! -Sonríe María.
-La escuela está en Nueva York. Me iré allí en agosto y las clases empezarán a principios de septiembre.
Las chicas me miran con la boca abierta. Los chicos me miran con orgullo, aunque saben que ahora les toca a ellos confesarse.
-¿Vas a ir a Nueva York? ¿Tú sola? -Isa habla, aún más sorprendida.
-Es que no va sola. -Álvaro se atreve a mi lado-. Vamos nosotros con ella.
-¿Quiénes sois vosotros?
-Blas, Carlos, Dani, David y yo.
-¿Qué? -gritan todas.
-¿Y qué pensáis hacer allí? ¿Cantar en la calle? -María nos mira, crítica.
-Casi. Grabar un disco los cinco con una compañía discográfica. -Le suelta Dani, mordaz.
Mi mejor amiga abre la boca un poco más si se podía.
-¿Y no podíais habérnoslo dicho antes?
-Tampoco es que lo sepamos desde hace años. No hace ni un mes que lo confirmaron todo.
-Además -sigue Carlos-, íbamos a decíroslo en la graduación.
Muy bien, Carlos... Así se arreglan las cosas. Por si acaso, pregunto:
-¿Estamos bien? ¿No estáis enfadadas?
-¿Enfadadas? Estamos orgullosas porque vayáis a cumplir vuestro sueño, y tristes porque apenas os veremos. Pero no nos vamos a enfadar con vosotros.
Nos abrazamos todos con todos. Parecemos haber vuelto a la antigua y hermosa amistad que nos unía desde que eramos pequeños. Volvíamos a ser nosotros.
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