Capítulo 4-Emma

No sé ni por qué aparezco. Hoy bien podría ser como todos los sábados normales, pero no... ¡Hoy hace un año que estamos juntos!

No me creo que lo haya olvidado, no me creo que se le haya ido de la mente el día que se declaró, el día que me besó por primera vez.

Me ha citado en el mismo parque de ese primer beso. Este chico tiene la sensibilidad en el culo, ¿cómo me hace esto? Lo peor es que el parque está a tres siglos de mi casa.

Me voy acercando. Me siento unos segundos a descansar en ese mismo banco. Cuando me levanto, veo un picnic iluminado con luz de velas.

Al llegar a su lado, veo que con pétalos de alguna flor está escrito "Feliz aniversario". Me derrito por dentro.

-¿De verdad creías que se me había olvidado?-me susurra al oído, haciendo que pegue un salto del susto.

-Pues sí. A veces olvido que eres buen actor.

-¿Sí? Pues no he trabajado solo.

-No me lo creo... Todo el mundo metiendo mierda y metidos en el ajo.

-Todos no. María me ha estado ayudando a distancia. Me consiguió el violinista, era de la boda.

-¿Violinista?-es decir eso y empieza a tocar.

-Sentémonos y comamos. No todos los días se hace un año.

Asiento y le cojo de la mano. Me acoplo entre sus piernas para cenar. La comida es ligera, pero tampoco va a hacer un banquete en medio del parque.

Pobre de él cuando encuentro las fresas. Amo las fresas, ¿lo he mencionado alguna vez?

-Ni se te ocurra comértelas todas, que te conozco.

-Mira, soy generosa y te doy una.

Cojo la fresa por la parte verde y se la meto en la boca, como si fuera un chupete. Me mira, molesto, mientras me voy comiendo dos.

-Pues ahora vas a ver.

Me quita la bolsa de fresas, y antes de que pueda enfadarme con él, me besa. Poco a poco me va tumbando en el suelo a besos. Vale, hay algo mejor que las fresas, sin duda.

Respiro fuerte cuando él se ceba de mi cuello. No es buena idea, no aquí, pero estamos tan a gusto...

-Alv... Aquí no, mejor vamos a tu piso.

-¿Y al tuyo no?

-Blas se ha quedado en casa. Allí solo podríamos dormir, y tú no tienes pinta de querer dormir esta noche.

-Venga, vamos. Solo espero que Fanny se haya ido con sus amigas como dijo-dice mientras me levanta.

Una vez recogidas las cosas, vamos de la mano a su piso. Buena manera de terminar un aniversario.

Espero pacientemente a que abra la puerta, pero el chico es lento, así que beso su cuello con suavidad, haciéndole estremecer.

-Vamos dentro, anda-yo creo que un día de estos me va a matar.

Lo deja todo en la cocina y corre a su habitación, de mi mano. Ya allí, me besa con pasión, olvidando las formalidades. Se acabó ser el chico bueno.

~~~~

Al despertarme por la mañana, me lo encuentro dormido boca abajo en una esquina. Me gustaría despertarlo, pero mejor me lo dejo para otra ocasión. Lo veo cansado.

Me levanto en silencio y busco ropa. Encuentro unos pantalones cortos míos, pero había olvidado que me llevé toda mi ropa de su casa. ¡Qué asco de padre, de verdad! Cojo una camisa de Alv que me viene grande y voy a la cocina.

Ya allí, llaman al timbre de su casa. Es María, aunque parece un zombie, para qué engañarnos.

-¿Y a ti qué te ha pasado?

-Oh, no mucho. Noche loca de sueño.

-¿Y ese chupetón... te lo hiciste mientras dormías?

Enrojece cuando le digo eso y la dejo pasar.

-Juro que no pasó nada.

-Anda, deja que te ponga maquillaje y me cuentas lo que "no pasó".

Nos sentamos en la cocina y le voy poniendo maquillaje en el cuello.

-Vale, nos reconciliamos y nos estuvimos liando, pero lo mandé a su casa enseguida.

-Vaya... ¿Y no se enfadó?

-Ya me da igual, Em. Es mi vida y yo decido lo que hago con ella. Por mucho que me guste, si no me acepta tal como soy... caput. Mira Álvaro. Estuvo esperando como un perfecto caballero a que tú estuvieras lista y tuvo su recompensa. Porque no me puedes decir que esta noche no ha pasado nada entre vosotros.

Al acordarme de lo de esta noche me pongo como un tomate, pero doy la vuelta a la tortilla.

-¡Tú sabías que él lo sabía y no me dijiste nada!

-Sí, eso hice. Te quiero...

-Pues yo no. Estaba enfadada con él.

-Pues se te debió de pasar rápido.

-Después de lo que me montó... obviamente no estaba enfadada...

-Ay, el amor... Es raro, un año ya. Todo ha cambiado demasiado.

-A mí me gusta -me mira-. No sé, creo que ahora tengo más confianza, soy más independiente. Me gusta esta yo.

-Eso ya se verá. La yo del año pasado era virgen.

-Y la mía. Pero algo hay que sacrificar para que todo siga su curso.

-Eres muy rara, Em.

-Me amas igual.

Justo cuando mi mejor amiga va a contestarme, se escuchan unas llaves y la puerta de entrada se abre. Veo a su padre y mi primer instinto es echar a correr. María me detiene con la mirada.

Antes de que nos vea, nos dirigimos a la habitación de Álvaro. No me puedo creer que siga dormido.

-¿Lo despertamos? -pregunto mientras avanzo de rodillas por la cama.

-Lo despiertas tú, que sabes como hacerlo.

Se coloca a mi lado, pero yo avanzo un poco más hasta llegar a su oído.

-¡Despierta!

Pega un brinco hacia arriba y se pone de pie en el colchón.

-Gracias por interrumpirme el sueño, Cantó. Hola, María...

Se abre la puerta y entra su padre. Se pone rojo de ira y nos suelta:

-¿Qué está pasando aquí? ¿No estaréis haciendo un trío?

Creo que nunca había pasado tanta vergüenza en mi vida.

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