Capítulo 32-Álvaro
Voy por el instituto vacío. Miro por todos lados, pero en realidad sé perfectamente dónde está Dani.
Al fin, llego allí. Es una zona vacía desde la que se ve la ciudad, en la terraza. Dani está apoyado en la barandilla. Cuando me acerco, noto que tiene toda la cara infestada de lágrimas, pero nada más me ve, empieza a pestañear para eliminarlas.
-¿Para qué has venido?
-Para preguntarte si estás bien.
-Sí, estoy genial. Acabo de descubrir que el único amor de mi vida está liada con otro, pero estoy de maravilla. -Me mira, sarcástico.
Suspiro. Cuando el año pasado yo creí que Emma y Clara tenían una apuesta conmigo, fue él el que me apoyó, el que estuvo conmigo todo el tiempo. Tengo que hacer lo mismo.
-Sabes que estoy aquí para ti, ¿verdad?
Asiente lentamente. Me mira, temiendo preguntar algo.
-¿Qué se siente al estar al otro lado?
Lo miro raro. No entiendo a qué se refiere.
-Digo, ¿qué se siente cuando te pillan con otra, poniéndole los cuernos a tu novia?
-Lo mío no fue así. More me besó y yo no lo evité. Lo siento por decirte esto, pero creo que ese chico y María llevan algún tiempo juntos.
-Lo sé. María lleva rara bastante tiempo, pero esperaba que fueran los nervios por los exámenes y la Selectividad. Siendo María, jamás me hubiera imaginado que había otro. ¿Tú lo sabías?
Niego con la cabeza, triste. Mi mejor amiga... ¿Desde cuándo es así?
-¿Por qué te has salido de clase?
-Porque eres mi amigo. Voy a estar apoyándote pase lo que pase.
-Gracias, pero yo estaré bien. -Se limpia las lágrimas y me mira. La conversación le ha ido bien-. El problema lo vas a tener tú con Blas en cuanto te pille.
-Lo cierto es que voy a ser cobarde y voy a dejar que Emma se encargue. Ella puede manejarle.
-¿Y si no funciona?
-Lo intentaré con Adrián. Él saca su lado sensible.
-¡Esa es otra! ¡Nunca me entero de nada!
-Si no te hubieras acostado con María, Blas también te lo hubiera contado a ti el día de la boda. El único de no debería saberlo es David.
-Fue eso, ¿no? Me acosté con María, y aunque ella dijera que todo estaba bien, no lo estaba. Soy de lo peor...
-¡Dani! ¡Ni se te ocurra echarte la culpa por lo que María ha hecho!, ¿entendido? Tú solo eres culpable de enamorarte y estar sufriendo.
-Gracias, Alv. A pocas personas puedo considerar amigos de verdad. Gracias por ser tú.
~~~
Llevo toda la tarde estudiando Biología, lo que me pone de los nervios. A Emma le encanta, pero a mí... no demasiado.
Por eso, cuando empiezo a escuchar movimiento en la casa de enfrente, me levanto y voy hacia la ventana. María entra y le da una patada a la cama. Parece enfadada y triste a la vez.
-¿Estás bien?
Me mira. Tiene los ojos enrojecidos, y sus labios están apretados, formando una línea recta en su rostro. Niega con la cabeza.
-¿Puedo entrar? -Asiente, casi suplicando con los ojos.
Me ayuda a llegar. Nada más llego, la abrazo. Sé lo que se siente. Que todos te odien por algo que no pudiste evitar. Aunque en su caso, no pudo evitar salir con otro.
-Me he peleado con Emma. -Me suelta de repente-. Dice que ella estuvo en el otro lado y no es para nada agradable descubrir que te ponen los cuernos.
-Y no lo es. Es muy doloroso.
-Tú también...
Exhalo un suspiro. ¿Por qué todo el mundo piensa que hice una cosa distinta?
-More me besó, ¿vale? Puede que no te lo creas, pero no pude separarme de ella en un buen rato. Emma rompió conmigo después de eso. Rompió conmigo por algo que no había sido culpa mía. Ya imaginarás cómo me sentí.
-Adiviné que ella había roto contigo, porque tú estabas mustio y ella estaba normal. Pero no esperaba...
-Lo sé, las apariencias engañan. Yo estaba mal, pero Emma estaba destrozada. Eso Blas lo sabía, por eso le ha costado tanto dejarme otra vez entrar en sus vidas.
-Estuvisteis en Nueva York juntos. Lo sé por las fotos de Instagram.
-Sí. -Sonrío, bobalicón-. Me costó que me dejara dormir con ella, pero mereció la pena.
-No quiero que pienses que no te apoyo, Alv. Ahora mismo parecéis muy felices juntos, Emma ha superado lo que pasó, así que el resto tenemos que hacer lo mismo. Aunque nos acabemos de enterar.
-Me alegra que pienses así, rubia mía. -La abrazo con fuerza.
Ahora parece más tranquila. Su respiración es más regular, las lágrimas han desaparecido y la cara ya no la tiene roja.
-¿Cuándo vamos a conocer a tu novio?
Se separa de mí, con la boca abierta, y tiembla un poco.
-¿Por qué quieres...?
-Somos tus amigos, tenemos derecho a conocer a la persona que te tiene feliz. Y como no tienes hermanos, me toca a mí darle la charla.
-A Dani no se la diste -puntualiza María.
-Dani es mi amigo, eso no importaba. Pero con alguien nuevo... Tendrá que soportar a tu hermano mayor.
-¿Cuándo te has proclamado tú mi hermano mayor?
-El día que te conocí.
-Yo soy mayor que tú.
-Yo soy más alto.
-Me caes mal. -Me mira, furiosa, por hacer alusión a su bajeza.
-Sabes que no. -Remuevo su pelo-. Entonces... ¿vas a presentárnoslo?
-Supongo. -Suspira, resignada-. Pero debéis saber que no se parece a Dani en nada. Es muy distinto, así que no os sorprendais.
-Cada vez tengo más curiosidad.
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