Capítulo 27-Sofía
Esta mañana prometía ser un gran día, la verdad. Yo iba feliz al instituto, por raro que parezca. Fue entonces cuando me enteré de la comidilla del día: Álvaro Gango y Emma Cantó habían vuelto.
Cuando decidí confiar en More, fue porque se suponía que se odiarían para siempre y no volverían. Pero me equivocaba.
Apoyo la cabeza en mi mano. Acaba de terminar el último examen del trimestre y el profesor de Matemáticas está dando las notas trimestrales.
-Emma Cantó. Como siempre, genial.
Emma se levanta para recoger su nota. Me encantaría arrancarle esa sonrisa de la cara. Jamás pensé que se podría odiar tanto a una persona, hasta que la conocí a ella.
No entiendo como lo hace, pero siempre gana. Notas, competiciones, chicos... Siempre consigue lo que quiere.
En el recreo, paso de ir con Elena y More. Quiero saber qué trama Emma.
La veo sentada en la cafetería rodeada de chicos. Ninguna de sus amigas está cerca. A su lado está Álvaro, enfrente están Daniel y Carlos y a la izquierda de la mesa, David y Blas.
Con cuidado, me siento en la mesa detrás de ellos, tratando de escuchar.
-No, yo creo que con esos billetes está bien. No necesitamos estar en primera clase. -Distingo la voz de David.
-Eso lo dices tú porque tú los has comprado, pero en clase turista la comida es horrorosa y todo está muy apretado -gruñe Carlos.
-¡Eh! -Emma corta la pelea-. David tiene razón, no necesitamos estar en la primera clase. Además, no todos somos ricos para permitirnos algo tan caro.
-Entonces... Billetes de avión zanjados -Álvaro murmura para sí mismo-. Siguiente.
-Ya he llamado al hotel que me sugeriste, Em. Hacen descuento por ser un grupo.
-Eso está bien, Dani. ¿Has contratado? -Daniel asiente aunque no lo veo-. Genial, otra cosa hecha.
-Yo creo que ya está todo lo importante.
-¿Cuántas habitaciones has comprado?
-Obviamente tres, no necesitamos más.
-¿Tres? -Blas suelta un gritito-. ¿Y quién va a dormir con quién?
-Pues... -Dani duda- yo suponía que Emma y Álvaro juntos, Carlos y Blas; y David y yo en otra.
-¿Ellos dos juntos?
-Ya son mayorcitos para hacer lo que quieran. Estoy seguro de que hubieran querido estar juntos.
-Deberías confiar en tu hermana.
-Confío en ella. En el que no confío es en él.
-Bueno -repone Emma-, pues me da igual cómo te pongas, las parejas se quedan así.
-Bien -murmura malhumorado-, asunto zanjado. ¿Queda algo importante por comprobar?
-No es lo más importante del mundo, pero para mí es una necesidad ir a la Estatua de la Libertad, así que cuando lleguemos hay que comprar los tickets para el ferry.
-Ya nos lo has dicho unas cuantas veces, Em. Sabemos que Nueva York es tu sueño, pero tranquila.
-Creedme, eso no es lo que me pone nerviosa.
-Aún no me creo que vayas a entrar en Julliard.
¿Cómo? ¿Que la niñata esa va a entrar en la mejor escuela de música del mundo? ¿Cuándo pasó eso? No me lo puedo creer...
-Alv, aún no es seguro. Es una prueba.
-Una prueba que superarás.
-Hazle caso. Eres mi hermana y tú puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
Me dan ganas de vomitar. Que familia más enternecedora...
Aprovecho y me levanto con la confusión de la cafetería. Ojalá pudiera hacer algo para que ella no fuera a la prueba. O al menos, que tuviera tantas cosas en la cabeza y no le saliera nada bien.
Veo a Álvaro y a Emma levantarse y ya sé adónde van. Siempre van al mismo lugar a enrollarse, aunque hayan pasado varios meses. No cambian.
Por alguna razón, tengo la tonta idea de ir antes a la sala de instrumentos. Pongo mi móvil de pie junto a una guitarra y lo pongo a grabar. Después me escondo en un sitio desde el que se ve todo.
Al minuto o así llega Emma arrastrando del brazo a su novio. Qué predecibles.
Emma se sienta en la cubierta del piano y lo atrae hacia ella. Empiezan a liarse ahí mismo. Me pregunto si ha sido mala idea lo de grabar besos. Es ridículo.
-Blas parecía cabreado. -Álvaro se separa para hablar y luego vuelve a unir sus labios.
-Por Dios, mi hermano siempre está cabreado.
-¿Crees que sabe...? -Lo calla con un beso.
-Nunca se lo he contado. Está preocupado porque me pasé un tiempo llorando por ti -le da un beso-, pero no tiene ni idea de lo que pasó entre nosotros. Y de todas maneras, si yo te he perdonado, él debe hacer lo mismo.
-¿De verdad crees que me perdonará tan fácilmente? Es Blas.
-Bueno, yo acabé comprendiendo que fue More la que te besó, tú no me pusiste los cuernos a propósito. Es razonable.
-Pero Blas no lo es. Si llega a enterarse...
Definitivamente, ha sido la mejor idea de mi vida, grabar todo esto. No romperán, pero él se enfadará con su hermana y se montará un buen follón.
-¿Podéis dejar de liaros un segundo?
Sonrío al ver a Blas con el ceño fruncido. Me alegro de que sea tan conservador. Así su hermana tiene un poco de lo que de merece.
-¿Qué haces aquí? -Emma se levanta del piano. Tiene los labios hinchados por los besos.
-Sabía que os encontraría aquí, tengo que hablar con vosotros. -A su lado están Carlos y Adrián.
-No me apetece seguir discutiendo sobre la habitación de hotel.
-No es eso... En realidad quería anunciaros algo. Vosotros sois los únicos que sabéis sobre... lo que sabéis.
-Yo soy rubio y no entiendo.
-Me da igual, Carlos. Iré directo al grano... -Se acerca a Adrián y le coge la mano. No puede ser...-. Adri y yo estamos saliendo.
Interesante... Así que el hermano de la piojo es maricón. La cosa se pone cada vez más interesante.
-¡Pero eso es genial! -exclama Emma, abrazándose a ellos-. ¿Por qué habéis tardado tanto en decirlo?
-Hemos tenido muchas conversaciones sobre esto, creedme -habla el niño engominado.
-Estoy muy contenta por vosotros. Jamás pensé que tendría cuñado, ¡pero me encanta!
-Emma, relajate un poco. Ya sabéis que esto tiene que quedar entre vosotros. Sois mis mejores amigos y mi hermana, y os quiero, pero no me gustaría que David se enterara. El grupo se partiría, ya sabéis lo homofóbico que es.
Otra cosa grabada para la historia.
-He sabido guardar el secreto durante un año. Nada cambia ahora.
-Lo mismo digo.
-Pensamos lo mismo.
-En ese caso, vayamos a la cafetería, que al final hoy no hacemos nada.
Van saliendo. Una vez escucho que sus voces se pierden por el pasillo, salgo de mi escondite. Me dirijo hacia la cámara, tengo suficiente material para arruinarles la vida.
Escucho unos pasos apresurados y rápidamente me escondo debajo del piano. Pero no son ellos. Son un chico y una chica que se besan demasiado apasionadamente.
-No deberíamos hacer esto. Tú no deberías estar aquí.
-Venga... En realidad te da muchísimo morbo estar aquí y que nos puedan pillar.
-Marcos...
Entonces distingo la voz de la chica. ¿María? Vaya, parece que la mojigata no lo es tanto como aparentaba. Y ha llamado al chico Marcos... Poniéndole los cuernos al otro... Todo eso está grabado. Lo siento mucho, cariño.
Jamás pensé que una sola cámara fuera a darme tanta información sobre un grupo de amigos. No son amigos, todos se esconden secretos entre ellos.
Y eso, queridos míos, lo voy a utilizar.
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