LA ESPERANZA DE MI FUTURO P2
Nota
Texto entre " ", pensamientos de los personajes.
Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.
PVO DAI
Cuando inicié con la búsqueda del alma de Popp, fui capaz de llegar al Inframundo porque en la cueva de la purificación existe una entrada en el último nivel... No me detendré mucho en el cómo logramos sobrevivir a los monstruos que nos atacaron conforme avanzábamos porque lo importante viene después.
Del tiempo que tardamos tampoco sé nada, pero por la altura que adquirí al llegar al Inframundo, supongo que fue de un año completo. La comida nos la proporcionó Skadi y gracias a su ayuda no tuvimos la necesidad de detenernos.
El Inframundo es tan grande como la superficie y está habitado por millones de monstruos. Estar en las rocas altas es indispensable si no se desea morir desintegrado. Si te toca el magma de los hoyos ocultos del suelo, te puedes quedar sin pies. Respirar es casi imposible porque todo el aire es excesivamente caliente y al aspirarlo sientes que te quema los pulmones. Por fortuna Eira nos proporcionó unas máscaras que nos cubrían medio rostro. Ambas diosas se arriesgaron mucho a la ira de los dioses para mantenernos vivos. El único que debió pasarla bien fue Crocodine, (me reí y las mejillas del aludido se pusieron más rojas que el color de su piel).
Sabíamos que el tiempo seguía avanzando, pero no pudimos determinarlo porque en el Inframundo no existe ni noche, ni día... sólo oscuridad que era reducida por las llamas.
La supervivencia no se limitaba a buscar cómo alimentarnos. También nos enfrentamos a diversos monstruos que aunque no eran tan poderosos como Vearn, si tenían ventaja porque nosotros no estábamos acostumbrados a las condiciones de ese lugar. Éramos lentos al combatir. Nuestros cuerpos se sentían muy pesados y estuvimos a punto de morir incontables veces al no lograr movernos con velocidad, pero fue ahí que tuve otra ayuda que no provenía de las diosas.
Mi espada de pronto empezó a aniquilar el alma de los enemigos, lo supe en cuanto no encontré ni una herida sangrante en sus cuerpos muertos, (Lon Beruk no me interrumpió, pero negó con la cabeza), sé que es imposible que eso suceda porque para matar a un alma, primero se tendría que sacar del cuerpo con un hechizo, y además es necesario contar con algún tipo de objeto que la destruya, o bien, usar la magia astral, sin embargo, y como bien saben, ese poder nunca fue utilizado por los Caballero Dragón.
Al principio pensé que Skadi era quien enviaba su poder a mi espada, pero aparte de que ella lo negó inmediatamente, descubrí en una de las noches en las que se suponía que dormíamos, que una luz verde esmeralda se adentraba a la joya de la espada. Eso, sumado a la leve presencia que sentí, me dio la respuesta de quién era la persona que también me estaba ayudando.
Desafortunadamente no tuve ningún contacto con mi amigo durante los dos años siguientes.
Conforme pasaba el tiempo, nos fuimos acostumbrando a ese infierno. Nos movíamos con rapidez, nuestros poderes se hicieron tan mortíferos que ya no hubo necesidad de aniquilar el alma de los enemigos y mi amigo dejó de enviar su poder a mi espada.
Durante nuestra estadía en el Inframundo, dibujamos un mapa que nos indicó que ya lo habíamos recorrido por completo.
El desánimo me invadió porque, aunque sabía que el alma de mi amigo seguía viva y que me apoyó en los momentos más difíciles, no fui capaz de encontrar un indicio de dónde estaba.
Larhart recomendó que regresáramos y con un gran dolor en el corazón, tuve que aceptar que no había motivo para quedarnos más tiempo, pero el día que estábamos dirigiéndonos al portal que nos llevaría de vuelta, nos atacó una especie de Dragón rojo. Supimos que no era Velzar porque se presentó como el sirviente de un dios demonio de otra dimensión. "No tengo nombre", mencionó el dragón, "pero si quieres puedes llamarme Destroyer".
La fuerza y poder de ese dragón es casi igual a la que tengo cuando me convierto en Dragonoide.
Larhart y Crocodine fueron derrotados en segundos y casi mueren por las llamas que les lanzó, pero increíblemente el tiempo se detuvo, dándome la oportunidad de trasladarnos a una de las muchas cuevas que hay en las rocas más profundas.
La desesperación que sentí al no ser capaz de curar a mis amigos fue tan grande, que rompió el hechizo que Popp me puso para que olvidara el día en que imbuyó mi espada con su poder astral, y así pudiéramos mantenernos en contacto.
Nada me aseguraba que la espada me diera la oportunidad de hablar con él, pero tenía que intentarlo. Al concentrarme, la joya de mi espada brilló tan fuerte que me cegó por unos segundos y luego de que recuperé la visión, me encontré en un hermoso prado que era iluminado por los intensos rayos del sol.
-Al fin lo recordaste -el timbre de la voz que pronunció esas palabras era más gruesa que la que recordaba en mi amigo, pero no había duda de que era la suya y giré rápidamente.
-¡Popp! -grité feliz y me lancé a sus brazos.
Mi amigo me devolvió el gesto y ambos lloramos por la alegría de volver a vernos.
-¡Sigues siendo un enano! -jaló el cachete donde tengo mi cicatriz.
-¡Oye!, nada más me faltan pocos centímetros para estar a tu altura -me sobé mi cachete y luego lo miré con atención -¡vaya!, ahora sí te ves como un Gran Hechicero... ese atuendo es muy elegante -lo describí brevemente y por la expresión en el rostro de Maam, presentí que ella conocía bien el traje.
-Más de tres años y apenas se te ocurrió romper el hechizo -se cruzó de brazos y me dedicó una sonrisa burlona.
-¿A quién se le ocurre poner un hechizo tan fuerte, sin dar una pista al interesado?
-Bueno, en eso tienes razón -colocó un dedo en su mentón -pensaba que te harías más poderoso en menos tiempo, pero supongo que es difícil lograrlo en un sitio como el Inframundo -de repente sonrió contento -¡tu magia ya es capaz de superar a la mía!
-¿Eso te hace feliz? -era desconcertante porque en serio se veía satisfecho.
-Ya habrá tiempo para conversar -sacó de entre su ropa un cristal pequeño -¡toma!, es un objeto que acumula magia. En ella deposité poder celestial curativo para que ayudes a Crocodine y Larhart -tomé el cristal, pero no me moví -tu espada es el acceso a este plano astral. Así como entraste, también sales. Cada vez que quieras hablar conmigo, el tiempo va a detenerse para que nadie más sepa de estos encuentros entre nosotros.
-Entonces ¿no puedo contar que ya encontré tu alma?
-No Dai... Tampoco debes ir con los demás. Tu entrenamiento en el Inframundo se completó, pero te falta el de Celesta... Cuando salgas del Inframundo, debes dirigirte a la montaña de Eira -tocó mi frente e increíblemente supe cómo debía llegar -en ese lugar hay un círculo con símbolos celestiales. Lo único que hay que hacer para activar su magia, es colocarte en el centro. Larhart y Crocodine podrán acompañarte... No verás a nadie porque es un sitio divino creado especialmente para ustedes. Tu entrenamiento dependerá de las debilidades que detecte en ti... cualquier cosa que necesites se te irá dando conforme vaya aumentando tu poder; objetos, armas, hechizos, pero lo verdaderamente importante serán los enfrentamientos con monstruos del Inframundo o guerreros celestiales... Una vez que consigas derrotarlos a todos sin dificultad, podrás regresar a la superficie.
-¿Todo esto lo planeaste antes de la prueba?
-Después hablaremos, lo prometo, ahora tienes que regresar. Si el dios demonio se da cuenta de que intervenimos para ayudarlos, el plan dejará de ser efectivo porque va a destruirnos.
Iba a pedirle que me lo explicara de una vez, pero la joya de mi espada brilló y regresé a la cueva.
Al ver las heridas de Larhart y Crocodine, me forcé a olvidar lo que pasó y usé el cristal que me dio Popp para curarlos.
La magia celestial es en verdad grandiosa, ni una sola quemadura quedó en sus cuerpos, e incluso sus energías habían sido restauradas.
Una vez curados, me asomé para ver si el dragón estaba en los alrededores, pero me sorprendí al descubrir que el tiempo seguía detenido.
De la joya de mi espada salió la misma luz verde para indicarnos el camino a seguir. Los tres volamos hacia donde terminaba y de nuevo quedé asombrado porque era la salida. Al traspasarla, hubo un temblor que derrumbó varias rocas que sellaron el portal.
Yo decidí no detenernos a descansar. Necesitaba respuestas y por lo que me dio a entender mi amigo, él no las respondería si no hacía primero lo que me pidió.
La montaña de Eira se encuentra justamente en medio de la superficie, así que no tuvimos ningún problema en ubicarla.
En el centro estaba una especie de altar, y en el piso yacía un círculo mágico.
Los tres nos colocamos ahí y una luz dorada fue la que hizo brillar los símbolos.
El sitio en el que aparecimos era otro hermoso paisaje; el pasto verde, con caminos hechos de piedra blanca brillante, los enormes árboles que llegaban hasta un cielo azul resplandeciente, la luz del sol tocando esa superficie perfecta, las edificaciones similares a los palacios más lujosos de Bengana, los lagos, ríos, y mares, con agua libre de suciedad, las montañas repletas de follaje verde, el aire puro que entraba a nuestros pulmones y lo liviano que sentí mi cuerpo, me hizo pensar que ese paraíso era un gran contraste con el infierno del que acabábamos de escapar.
Los primeros cuatro días estuvimos reponiendo nuestras fuerzas y salud mental. En el quinto día decidí que ya era tiempo de volver a contactar a mi amigo y así lo hice.
-¿Ahora sí vas a ser sincero y me dirás si esto lo planeaste antes de la prueba? -fue lo primero que le dije cuando mi espada me llevó con él. Sabía que no estaba siendo justo, sobre todo porque parecía que Popp siempre estuvo pendiente de mí desde su plano astral.
-¿Para qué preguntas sobre algo que ya sabes? -se sentó en el piso cubierto de pasto y alzó la mirada hacia el cielo azul -es obvio que sí... Imbuir tu espada con magia astral lo confirma.
-No quería creerlo porque te veías igual de confundido que todos nosotros durante los acontecimientos de la tercera prueba.
-Siempre he sabido mentirles a mis enemigos y por lo que acabas de decir, parece que lo hago igual de bien con las personas que aprecio.
-¿Era necesario que no compartieras tus planes al menos conmigo? -me senté junto a él sin quitarle los ojos de encima.
-"Para engañar a tus enemigos, primero debes engañar a tus amigos" ... un dicho que lleva toda la verdad... El dios demonio de la otra dimensión, siempre está observando a pesar de que está sellado por la magia de Eira.
-¿Ese dios demonio es más poderoso que Velzar?
-En realidad no, pero tiene algo que es capaz de rivalizar con nuestros lazos de amistad... Ni atacándolo junto con las diosas humanas, podríamos derrotarlo sin exponer las líneas de tiempo de todos los mundos... Un mal paso, y el mejor futuro para ustedes desaparecerá.
-Creo que te faltó incluirte -lo observé mejor y pude descubrir que aunque su voz suena más adulta, sus rasgos físicos son acordes a sus veintidós años.
-Yo ya no tengo ningún futuro -lo pronunció serio, pero no arrepentido o triste -la mitad de mi alma está contaminada de emociones negativas y si no muere en combate, los dioses de todas maneras la destruirán si se ensucia con la sangre de seres inocentes.
-¡Tú nunca ensuciarías tu alma con la sangre de nadie!, ¡eres un discípulo de la justicia y sé que jamás harías algo así! -se lo dije completamente seguro de que eso no pasaría ni aunque el mundo se destruyera.
-Llegará el día en que sí lo haré, pero no te angusties, ya estoy preparado para asumir las consecuencias -al fin me miró y lo hizo con una sonrisa conciliadora -¡no te aflijas!, es un precio muy bajo si con eso consigo darles a Maam y a ti, el mundo pacífico que merecen.
-Ese objetivo es únicamente mío -mi determinación se reflejó en mi voz -soy hijo de un Caballero Dragon, la creación que los dioses le otorgaron a la superficie para proteger el equilibrio que traerá paz a quienes la habitan.
-Esa es una excusa para escapar -me dio un ligero golpe en la frente -Dai, tienes miedo de que Leona sufra lo mismo que tu madre, por eso intentas alejarte de ella, y en consecuencia lo haces de nosotros, pero no contabas con que tienes un hermano mayor que no está dispuesto a dejar que su hermanito se sacrifique otra vez.
-¡No voy a... -alzó su mano y guardé silencio.
-Nuestro plan ya está demasiado avanzado y sin importar lo que hagas, ya no puedes detenerlo, pero si insistes en llevarnos la contraria, lo único que vas a conseguir es que nos descubran y me maten más pronto de lo esperado.
-Y supongo que ahora que ya sé que fue voluntario que te dejaras manipular por la diosa del tiempo, vas a contarme tu plan completo, ¿verdad?
-Sí... Es importante que lo conozcas para que te prepares porque antes de enfrentarte al dios demonio, deberás derrotar a la mitad maligna de mi alma... ¡Escucha Dai!, tienes qué aprender las debilidades de la magia astral. Sé que la entenderás, porque tienes la herencia de Baran y él era un Caballero Dragon de sangre pura. A lo que me refiero es a que los dioses le dieron la posibilidad de manejar cualquier tipo de magia.
-Pero en las memorias que me heredó de los antiguos Caballero Dragón, ninguno usaba magia astral.
-Bueno, no es como si esa magia fuera más fuerte que tu Draura o el Giga Strash, pero, aunque no lo sea, el tener la cualidad de herir el alma, hace que incluso los dioses mueran si no logran curarla a tiempo... La ventaja que tienes como Caballero Dragón, es que cualquiera de tus ataques, mataría rápidamente al enemigo que intente usar poderes astrales.
-¡Sé más directo!... Si ataco a la otra mitad de tu alma con todas mis fuerzas, evitaría que hiera a la mía porque yo la mataría primero... Popp, ya debes saber que nunca te lastimaría.
-Y es por eso que tienes qué entender que tu compasión es un obstáculo que impedirá que obtengan lo que más ansía el dios demonio y los dioses.
-¿Qué es lo que ansían?
-Un corazón puro -lo miré interrogante -no me preguntes, tampoco lo comprendo. Lo único que se me dijo, es que ese corazón reúne todas las emociones, tanto positivas como negativas, y es tan poderoso, que los dioses o demonios, se la pensarían dos veces, antes de atacar al poseedor de ese objeto.
-¿Como lo están haciendo los dioses celestiales con la sirviente del dios demonio de la otra dimensión? -asintió con la cabeza -ese demonio ya lo tiene -afirmé derrotado -entonces ¿de qué sirve todo lo que estás haciendo y lo que quieres que yo haga?
-Porque no lo tiene completo. Le faltan dos poderes y según sé, son los más importantes... Los seres que tienen vida eterna son capaces de esperar pacientemente. Es lo que hizo su sirviente... esperó siglos a que nacieran quienes tienen esos poderes... Todo lo que pasó desde que te llevó a ese volcán junto con Astrid, estaba perfectamente calculado. Nada fue por asar... Tampoco lo fue que yo le permitiera obtener una parte de mi alma... Dai, ¡tienes qué matar mi alma maligna!, si no lo haces, no conseguirás el poder de "la amistad que no muere a pesar del odio".
-Si mato la mitad de tu alma, obtendré ese poder, pero no trates de engañarme, ¡Ya no soy un niño ingenuo!... Skadi le rebeló a Crocodine muchos secretos de la magia astral. Entre ellos, que un desdoblamiento significa que se divide el alma en dos. Una se mantiene en el cuerpo y a la otra se le crea uno similar. La diferencia es que ese último no tiene ninguna de las debilidades del cuerpo original; no necesita comer, dormir, no se cansa, no transpira, no tiene sed, no le duele cuando lo hieren porque todo eso lo resiente el cuerpo real, pero lo más importante es que si la mitad del alma muere, la otra también.
-¡Ahora resulta que eres más listo que yo! -se rio como si lo que dije hubiera sido gracioso -¡no te preocupes por eso!, soy un genio ¿recuerdas?... Morir no es mi objetivo, aunque no niego que si no existe otra manera de que ustedes obtengan esos poderes, no tengo problema en aceptar las consecuencias... Antes de la prueba supe lo que tenía qué hacer y preparé todo para que le arrebatemos esa parte del corazón puro a ese dios demonio, además de derrotarlo definitivamente. Con ese objeto jamás volverás a sacrificarte. No es que te vaya a dar la victoria simplemente con tenerlo, pero ella dijo que los protegerá en los momentos en los que sientan que ya no hay esperanza.
-¿Quién es ella?
-¡Debes volver! -se levantó de un salto -¡maldita sea!, usé mucha energía y ese demonio ya está rumiando porque sintió mi aura de justicia.
-¿Qué pasa, Popp? -me puse de pie y sujeté su brazo, pero utilizó su magia para apartarme y empecé a diluirme.
-No siempre vas a poder venir aquí... Toda mi concentración debe estar dirigida a ocultarme de ese demonio y así no seré capaz de ayudarte, pero al verte y sentir la fuerza que has adquirido, estoy más tranquilo... Pronto ni siquiera vas a necesitar la magia que dejé en tu espada para derrotar a los enemigos más fuertes que encuentres.
-¡No quiero que me protejas!, ¡quiero hablar contigo como cuando viajábamos juntos!, ¡y quiero a mi amigo conmigo! -estiré mi mano porque deseaba que la tomara, pero me dio la espalda -¡Popp!
-Seguiremos platicando cuando esa bestia esté dormida... Como te está buscando, me pone en evidencia estar contigo.
-¡Popp! -seguí tratando de que volteara a sujetar mi mano, sin embargo, su cuerpo brilló y adoptó una pose rígida.
-¡Esto no es una tragedia, ni una despedida, Dai! -mencionó sin voltear a verme -tendrás muchos problemas cuando Koré regrese a nuestro espacio/tiempo, así que hazte más fuerte para que la derrotes... si logras ese milagro, yo volveré contigo, ¡lo prometo!
-¡Nunca cumples tus promesas! -lo escuché reírse antes de que sintiera un fuerte golpe en mi trasero.
Larhart me ayudó a ponerme de pie y me preguntó ¿cómo es que me había caído de la hamaca en la que dormía?, pero lo que yo quería contarles era lo que Popp me dijo y cuando iba a hacerlo, mi lengua se trabó y lo hacía siempre que intentaba mencionarlo.
En las siguientes visitas al plano astral, Popp sólo me preguntaba lo que estuve haciendo y me ignoraba cuando quería que me contara acerca de su estadía en ese lugar, o que ampliara la información de su plan. Al principio me molestaba su comportamiento, pero después me di cuenta de que no hacía eso únicamente para mantener en secreto su objetivo. La realidad es que él prefería escapar, aunque sea unos minutos, de la soledad en la que se encontraba. Aquel sitio era hermoso, sin embargo, no había ni siquiera sonidos de animales y pensé que era increíble que siguiera siendo el mismo Popp risueño de siempre a pesar de estar en un mundo tan vacío.
A unos meses de cumplirse los cinco años de iniciar el viaje, Popp me envío a otro plano astral en el que únicamente escuchaba la voz de una niña que me ayudó a controlar mi transformación en Dragón. Nunca le pregunté quién era, porque desde el primer día dejó en claro que no diría más de lo necesario, pero era igual de simpática que Popp y me hacía muchas bromas para reducir el estrés del entrenamiento.
Tres días antes del ataque de anoche, Popp me dijo que la diosa Koré había regresado para aniquilarme. Me advirtió que dejara de lado mis sentimentalismos y luchara con todas mis fuerzas, pues la otra mitad de su alma tiene la orden de proteger a la diosa del tiempo y liberar al dios demonio que fue sellado por Eira...Popp hizo énfasis en que matar a los humanos sería la estrategia que tomaría su alma maligna para obligarme a luchar. Algo que no creía que fuera capaz de hacer porque esa alma también es la suya, pero la verdad es que me estuve engañando y por mi ingenuidad murieron los aldeanos y su alma ya se manchó de sangre inocente, tal y como él lo predijo.
La diosa del tiempo y su verdugo se presentaron inmediatamente después de que regresé del plano astral.
El verdugo nos lanzó varios Merazoma de gran tamaño, "Un saludo de mi parte, Caballero Dragón", fueron las primeras palabras que escuché del alter ego maligno de Popp. La diosa del tiempo únicamente mencionó sus condiciones en caso de que quisiera derrotarla para recuperar a mi amigo, (las cuales repitió anoche su verdugo).
Pelear precisamente contra la persona a la que estábamos buscando, nos volvió incapaces de lastimarlo. Eso le dio ventaja para herirnos, pero algo increíble sucedió. La lanza de Larhart y el hacha de Crocodine, también tienen la cualidad de herir el alma, aunque a diferencia de los monstruos del Inframundo, el verdugo sabe bien cómo evadir ataques astrales. Sin el deseo de combatir, terminé por escapar con mis compañeros, usando Ruura.
De nuevo mi estupidez de creer que sólo nos perseguiría a nosotros, fue lo que provocó que no llegáramos a tiempo para evitar el primer ataque a la aldea.
Cerré los ojos al finalizar mi relato.
Recordar mis errores fue demasiado y no logré detener mis lágrimas.
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Comentarios finales en la siguiente parte
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