Sé que hace mucho no actualizaba esta obra de reseñas. El tiempo me está matando. He vuelto con un texto que armé tras terminar con la segunda temporada de Sex Education y que no podía dejar de compartírselos. Espero que lo disfruten y me cuenten qué piensan de esta gran serie de Netflix.

La vuelta esperada

La segunda temporada de esta condecorada serie en Netflix llegó a la plataforma con intención de no decepcionar y mantenerse como uno de los éxitos del momento. En lo que me concierne, no solo no decepcionó en absoluto sino que fue una grata sorpresa.

Sex Education es una serie que lo tiene todo para un adolescente y que resulta indispensable para cualquiera de la edad que esté interesado en ver una serie que los va a poner en sus pantalones en muchas oportunidades. Juega con la sexualidad de una forma que ninguna, NINGUNA otra propuesta plantea y rodea su tan divertido mundo con una cantidad de subtramas realmente admirable para la escasa cantidad de capítulos que tiene cada temporada.

Pero es que no es solo eso. No, claro que no es. La excelencia la construyen en cada rinconcito de escena que tienen para aprovechar. Es que incluso se toman el tiempo de hacer una serie verdaderamente informativa para el público que están apuntando. Y no lo hacen de forma forzada, ¡claro que no! No me parece una locura decir que esta serie podría incluirse en la curricula de Educación Sexual Integral en las escuelas, ya que aplica una lista de conceptos nuevos que para muchos de los adolescentes es desconocido a través de personajes queribles y situaciones que, vamos, pueden ser de lo más reales.

Es asombroso como han logrado también incluir MÁS personajes en esta segunda temporada (ya de por sí en la primera eran unos cuantos) y no solo no perder el hilo, sino que ampliar con una cantidad de subtramas fantásticas en profundidad. Jamás me había pasado esto de conectar con tantos personajes, sentir sus heridas, llorar a la par ellos o alegrarme de sus victorias. Cada cual tiene un rol en Sex Education, una razón por la que se caracterizan y pueden mostrarse como verdaderas personalidades con las que uno fácilmente se sentirá identificado.

Enfermedades de transmisión sexual, bisexualidad, heterosexualidad, homosexualidad, pansexualidad, asexualidad, masculinidad frágil, estigmas puntuales del sexo, relaciones complejas tal cual vivimos en nuestras vidas, y tantas cosas más que podría mencionar pero que harían de esta lista interminable.

Podría hablar de tantas cosas. Podría mencionarles lo loable que ha sido ver tantas historias parecidas pero diferentes al mismo tiempo. ¿Y saben por qué? Porque al final, son todos adolescentes. Están aprendiendo. Están conociendo. Conociéndose. Y es un viaje fantástico. Como tantos de nosotros. Verlo en pantalla solo lo hace más real que nunca.

Gracias, Sex Education. Gracias.