VI


Pasado

Chuuya ya llevaba unos cuantos meses saliendo con Dazai, la mayoría de sus días juntos era divertidos y llenos de felicidad, el castaño realmente era un imbécil que demostraba su amor de maneras extrañas, casi como si tratara de que el no se escapara si sus confesiones se volvían aburridas

Chuuya no lo iba a dejar, lo amaba más de lo que Dazai podría pensar, cosa, que, aunque no de las decía con palabras, solía demostrarlo con sus actos.

Aun así, otros pocos días, casi contados con las manos, eran sumamente difíciles, días en los que a su novio su pasado lo golpeaba con tanta fuerza que terminaba rompiéndose en mil pedazos, queriendo solo ocultarse tras el alcohol o simplemente queriendo terminar con su vida

El pelirrojo ya sabia todo sobre el pasado de Dazai, ya que, en esos malos momentos, donde tenia que apoyarlo y mimarlo, los secretos salían entre los dos. Demostrando la confianza que ambos se tenían mutuamente, una que había sido construida a cada paso que lograban avanzar.

Ese día regreso tarde del trabajo al departamento que compartía con Dazai, algunos asuntos lo habían tenido ocupado hasta tarde, recordando en último momento que día era ese.

Se maldijo por haberlo olvidado, Dazai no se lo iba a recordar, ya que, el también parecía querer olvidarlo. No lo mencionaba, pero era obvio que no debía dejarlo solo, no con esa sombra de dolor que ocultaba

El día de la muerte de su mejor amigo, la razón por la que había decidido salir de la Port mafia para ayudar a las personas, la razón por la que ambos se habían conocido.

- ¡Estoy en casa! – grito dejando sus zapatos en la entrada, no recibió repuesta

Preocupado camino por el pasillo hasta la cocina, notando que todo estaba a oscuras.

- ¿Dazai? – pregunto encendiendo las luces

Encontrando de inmediato a su novio sentado las sillas negras que habían elegido para la cocina, mirando una botella de vino con concentración. El pelirrojo hizo una mueca ante lo que podría haber pasado, desde que le había prometido que si dejaba de beber haría algo por él, el castaño no había bebido ni un solo vaso de alcohol

Dazai encontró su mirada preocupada, sonriéndole de lado, sus ojos vacíos de cualquier luz

- No la he bebido – le susurro golpeteando la mesa – Aunque quería, ¿Estas decepcionado?

Chuuya frunció el ceño

- Claro que no, idiota. Incluso habría comprendido si lo hubieras hecho

Dazai negó con la cabeza

- El sentimiento de querer tocarte es más fuerte – le murmuro completamente enserio, aunque se le veía un poco ido- No lo arruinare solo por querer beber

Chuuya lo miro avergonzado por el comentario.

- Ven conmigo – le contesto agarrándolo por la mano

Dazai se dejo guiar hasta los sillones que ambos tenían, las vistas nocturnas desde ahí solían relajarlos, eran increíblemente bellas.

Dazai se sentó al lado de Chuuya, perdido en sus pensamientos. El pelirrojo le acariciaba el cabello con dulzura

- ¿Quieres hablar sobre eso? – le susurro besándolo en la frente. Dazai negó con la cabeza, cerrando los ojos apreciando la dulce caricia

Eran gestos que extrañamente Chuuya comenzaba, aunque, siempre sabia cuando hacerlo, como si su alma comprendiera cuando Dazai lo necesitaba

- Entonces, ¿Qué quieres hacer? – Chuuya tenia una mirada cálida, sin apresurar a su novio

Dazai pareció pensarlo antes de mirarlo a los ojos

- Olvidar – una simple palabra que traía consigo una gran desesperación

No era solo la muerte de Odasaku, era todo lo que le había ocurrido antes de que decidiera irse.

Chuuya suspiro, deteniéndose solo un segundo a pensar antes de subirse al regazo de Dazai, acomodándose algo nervioso. Las manos del castaño fueron de inmediato a su cintura, manteniéndolo quieto. Parpadeando confundido por el acto que su novio estaba haciendo

- ¿Chuuya? – le pregunto sin quitar su tono de voz confundido

Este parecía determinado

- Te ayudare a olvidar – le susurro iniciando un delicado toque entre sus labios, uno que solo dejaba un sentimiento de querer más, aunque antes de que se volviera algo más apasionado se separo

Dazai agarro con más fuerza su cintura, tratando de mantener el control que había construido pedazo a pedazo cada vez que veía a Chuuya. Nunca queriendo avanzar mas haya de cierto punto por miedo a que su novio se asustara

- No seré gentil si lo hacemos hoy, Chuuya – su voz salió ronca, pero no por eso menos sincera, no podía ser gentil cuando su mente estaba tan atormentada -Siempre puede ser otro día

- No soy de cristal, Dazai – le espeto este con una sonrisa engreída, de todos modos, no es como si no supiera que esto iba suceder tarde o temprano, aunque sus ojos se pusieron serios – Solo tengo una condición

- ¿Qué cosa?

- Solo puedes pensar en mí, no habrá espacio para los demonios que siempre te están persiguiendo, no soy alguien que comparta cama con más de una persona – lo ultimo lo dijo con una pequeña risa

- Y yo no soy alguien que quiera compartirte - Dazai subió una ceja ante eso, por supuesto que solo podría pensar en él, no había otro pensamiento cuando lo besaba, cuando lo tocaba…

Dazai llevo la mano del pelirrojo a sus labios, besándola con ternura, dándose el tiempo de acariciar con sus labios cada dedo. Intentando decirle con ese gesto cuanto lo quería, cuanto lo deseaba.

A Chuuya se le corto la respiración a por cada toque, optando en último momento por levantarse e instar a que Dazai se levantara. Este lo miro confundido

- Aquí hay mucha luz – le contesto este algo avergonzado

La mirada de Dazai era profunda, mientras mostraba una sonrisa

- Yo quiero verte – le susurro sin levantarse

Chuuya jadeo ante eso, había algo en Dazai, que lo hacia quererlo cada vez más, hasta un punto que era asfixiante

- En la habitación, por favor – susurro finalmente bajando un poco la mirada

Dazai le sonrió compresivo, caminando sin soltarlo de la mano por los pasillos, hasta llegar al cuarto que ambos compartían desde que decidieron vivir juntos.

Chuuya soltó la mano de Dazai, quien en ningún momento lo dejo mirar con un hambre tan grande que no lograba comprender como se había contenido todo este tiempo.

Con las manos un poco temblorosas se quito su chaqueta, quedando solo con su camisa y pantalones, aunque, antes de que lograra quitar un solo botón de su camisa. Dazai lo detuvo

- ¿Qué? – le espeto con el ceño fruncido por el gesto

El castaño negó con la cabeza

- Quiero hacerlo – le susurro dejando que sus manos cayeran, liberando cada botón con lentitud. Logrando que el pelirrojo se estremeciera por la sensación del frio que ahora sentía en su piel.

Dazai dejo caer, la camisa al suelo, observando curioso cierto detalle que no había visto en la piel de Chuuya.

- Tenia oculto esto de mi ¿Verdad? – su mano delineo el pequeño tatuaje en el costado del pelirrojo, era un pequeño símbolo de una runa, era tan sutil que casi no se notaba

Chuuya le sonrió altanero

- Después de todo aun tengo secretos que aún no conoces– le espeto con un tono lleno de burla, que no dejo demostrar los nervios que su cuerpo estaba sintiendo, aunque no solo era eso, también había muchas otras sensaciones que lo hacía sentirse vivo

Dazai alzo una ceja ante eso, antes que, para sorpresa de Chuuya, lo empujara con suavidad, pero con la suficiente fuerza como para que cayera en la cama.

Este jadeo sorprendido al sentir la fría sensación de las sabanas recibiéndolo, trato de incorporarse, siendo detenido por las manos de Dazai, que recorrieron con libertad su abdomen, antes de inclinarse sobre su costado.

Chuuya sintió la respiración justo sobre su tatuaje

- No me muerdas, Dazai – le susurro este sabiendo las intenciones que tenía su novio

Pero el castaño ya no escuchaba, delineando con sus labios el tatuaje que Chuuya tenía, antes de morderlo con fuerza, dejando la marca de sus dientes alrededor de la runa.

El pelirrojo se aferro con fuerza en las sabanas ante el dolor momentáneo, sintiendo como las sensaciones se esparcían por su cuerpo, provocando que su respiración dejara de ser rítmica.

No tuvo tiempo de recuperarse de ese gesto, sintiendo como Dazai atrapaba sus labios entre besos llenos de pasión, besos más duros de lo que lo había hecho nunca antes.

Fue salvaje y contundente, aunque Chuuya no se quedó atrás, respondiendo a la necesidad que Dazai le estaba demostrando, chupando suavemente la lengua del castaño. Tirando de su cabello para acercarlo más a él, no iba a simplemente dejarse tocar. Dazai no era el único que deseaba esto

Este gesto le gano una mordida en el labio inferior, antes de que Dazai terminara el beso abruptamente. Respirando con dificultad y con sus manos apretadas en puños, miraba a Chuuya como si lo estuviera viendo por primera vez.

El color de sus ojos se notaba cada vez más profundo, como si intentaran demostrar la pasión contenía que tenia Dazai

- Te das cuenta de que vamos a ir hasta el final ¿Verdad, Chuuya? – le susurro con su voz ronca, mientras se quitaba de encima su camisa

El pelirrojo subió una ceja ante eso

- Claro que sí, idiota – le espeto incorporándose para pasar sus dedos por las vendas de Dazai, este se estremeció ante el gesto - ¿Puedo?

Fue una pregunta sencilla, dicha de forma suave, pero que hicieron a Dazai estremecerse, nervioso ante eso

- Si tú quieres, Chuuya – le susurro este acercándose al pelirrojo

- No lo hare si te incomoda – contesto este con un suspiro sin quitar sus manos de las vendas de Dazai

Este se rio por lo bajo, escondiendo parte del miedo de que Chuuya se alejara cuando viera lo que había debajo de las vendas. Se acerco para posar sus labios en le cuello de Chuuya, un simple aleteo en su piel.

- Estoy bien – fue lo que contesto mientras se separaba para mirarlo a los ojos

El pelirrojo asintió, comenzando a quitar las vendas que rodeaban el cuerpo de Dazai, dejando ver, poco a poco, el mapa de cicatrices que su cuerpo enseñaba, un mapa que se extendió hasta que la ultima venda cayo del cuerpo de Dazai. Dejándolo completamente expuesto

La respiración del castaño se cortó, apretando los puños con fuerza.

Aunque para su tranquilidad, Chuuya beso todas las cicatrices que alcanzo a ver.

Dazai le sonrió mas tranquilo, apoyando la palma de su mano en la mejilla de su novio. Dejando una suave caricia con su pulgar

- Te amo – le susurro antes volver a besarlo

Se perdieron el uno en el otro, entre susurros lleno de cariño, entre sonidos de sus respiraciones. Hasta que ninguno de los dos tenia mas que esconder en el cuerpo del otro.

Chuuya se aferraba con fuerza a la espalda de Dazai, enterrando sin querer las uñas en esta. Seguro en la mañana tendría mas de una marca por sus acciones.

El castaño le sonrió divertido, besando la punta de su nariz

- Mi perchero se está sonrojando

Chuuya hizo una mueca. Su pálida piel siempre lo traicionaba.

- Dios, cállate, no quiero escuchar eso en estos momentos – le susurro con su respiración saliendo en pequeños intervalos – Mierda, por que mi piel tiene que ser así – siempre demostraba hasta el más mínimo sonrojo

- Humm, a mi me encanta tu piel- Dazai, haciendo énfasis en esto rozo sus nudillos sobre el rostro de Chuuya, bajando por su cuello, sus pezones….

Chuuya se estremeció. Sus ojos se encontrándose con los de Dazai, los cuales no dejaban de analizarlo, al menos ya no tenia esa mirada desesperada de hace algunas horas, pero, seguía teniendo una mirada oscura

- ¿Estas nervioso? – le susurro en cambio

El pelirrojo se mordió el labio ante la pregunta, terminando por asentir, de nada le serviría no ser sincero

- Claro que sí, idiota – reafirmo en voz alta – A diferencia de ti yo nunca había hecho esto

Ante la vulnerabilidad en el tono de voz de Chuuya, parte de la oscuridad en los ojos de Dazai desapareció. Recostándose sobre el pelirrojo para darle un abrazo

Chuuya se estremeció cuando sus cuerpos desnudos se apretaron uno contra el otro, soltando un ahogado gemido, dejando que cada uno sintiera lo emocionado que estaba el otro de continuar.

Dazai tomó la barbilla de Chuuya en su mano y lo obligo a mirarlo.  Sus pupilas estaban tan dilatadas que sus ojos parecían ser de color negro

- Si esto duele, incluso si es demasiado extraño, tienes que detenerme mientras aun puedas ¿Comprendes?

Chuuya levanto una ceja

- Eso si que me calma, Dazai

El castaño le sonrió, tomando eso como un permiso para continuar, como último gesto amable le mordió el lóbulo de la oreja nuevamente, y tiró de las caderas de Chuuya contra las suyas. Logrando que el pelirrojo se quedara sin aliento y se aferrara con mas fuerza a su espalda

Dazai comenzó a besarlo, sin dejar lugar en el que sus labios no se pasarán

Chuuya se retorció intentando no jadear, pero sin mucho éxito. Nunca lo habían tocado así, como si fuera la última gota de agua que existiera y Dazai estuviera sediento, como si fuera lo único a lo que pudiera aferrarse, o, mejor dicho, como si fuera a lo único que quisiera aferrarse

La lengua de Dazai presionó contra su pezón, Chuuya gimió, sintiendo como las manos de Dazai lo recorrían sin piedad, aunque ignorando cierta parte que exigía atención. Dazai en cambio solo acariciaba sus muslos y estómago, sin bajar o subir más allá

Chuuya se quejó ante eso

- Deja de burlarte de mí imbécil, maldición – le susurro con su voz agitada

Dazai se rio, un tono de voz pesado y ronco

- Esto es tan divertido – le susurro en cambio, aunque esta vez, no se detuvo, sencillamente comenzó a acariciar con su boca el lugar tan desesperado, que no dejaba de pedir atención de Chuuya

El pelirrojo no pudo evitar que sus caderas se mecieran hacia adelante, moviendo su cabeza de un lado ante la sensación, no tenía palabras para la electricidad que recorría su cuerpo. Sentía que se estaba cayendo, solo logrando sostenerse de las sabanas a su alrededor.

Aunque antes de que lograra terminar, Dazai se retiro con una sonrisita molesta

Chuuya se quejó, algo desorientado

- Eres un idiota – le espeto frustrado

- Aun no, Chuuya – la respuesta de Dazai era áspera.

Se inclino alcanzando lo que ya había preparado con anterioridad

El castaño nunca se había sentido fuera de sus sentidos, tan desesperado…tan fuera de control. Intentaba enfocarse mientras lubricaba sus dedos generosamente, pero, para sorpresa de Chuuya, estos temblaban

El pelirrojo se rio divertido, aun cuando su cuerpo exigía atención

- ¿Te estas arrepintiendo? – le susurro al ver sus evidentes nervios

Dazai negó con la cabeza, acomodándose entre las piernas del pelirrojo

- Nunca, es solo… que te deseo mucho, Chuuya, no podría explicarte cuanto

Las palabras se detuvieron en ese punto, solo escuchándose las quejas del pelirrojo ante los dedos de Dazai, no eran de dolor, sino que llenos de frustración cada vez que el castaño presionaba un lugar solo para luego retirarse. Preparándolo con una extraña paciencia para alguien que parecía tan desesperado.

Cuando el castaño noto que Chuuya comenzaba a responder a su toque, retiro sus dedos, deteniéndose un segundo para apoyar su frente con la Chuuya, terminando por besarlo en los labios, distrayéndolo con suavidad, tragando entre sus labios los gemidos ante la molestia que podría estar causando al entrar en el pelirrojo

Chuuya se aferro con fuerza a su espalda, con todo su cuerpo temblando. Hasta que sintió que el castaño dejaba de moverse

- ¿Estas bien, Chuuya? – le susurro el castaño contra sus labios, sus músculos tensos por el esfuerzo de no moverse. Se sentía tan bien. Dazai evaluó a su novio, el sudor brillaba en su cuerpo, sus ojos azules parecían desenfocados

Chuuya abrió la boca para responder, pero ninguna palabra salió, ni siquiera podía pensar. Había dolor, pero no era todo. La plenitud que sentía lo abrumaba, sensaciones tan distintas sus ojos lagrimeaban sin poder detenerse. Se sentía demasiado correcto

Cuando por fin pudo hablar, le sonrió a Dazai

- Estoy bien – le susurro atrayéndolo aun beso, dando con esto permiso al castaño para que continuara

Dazai se movió un poco, apoyándose sobre los codos, encontrado la mirada de Chuuya, las cuales se mantuvieron un segundo antes de que comenzara a moverse. En un principio fue gentil, pero tal como prometió en un principio esa gentileza desapareció.

Sus dedos clavándose duro en las caderas de Chuuya, aunque este no se quejaba, la electricidad que sentía en todo su cuerpo solo se expandía.

Cuando sintió que estaba a punto de terminar, Daza se detuvo con una sonrisita molesta

- Maldición, Dazai – espeto este frustrado, ya era la segunda vez – Me vas a pagar esto

El castaño se rio divertido, aferrándose a una de las manos del pelirrojo

- Quería preguntarte algo – le susurro moviéndose con una lentitud desesperante- Me gustaría que me dijeras que si

- ¡Muévete! – Chuuya estaba a punto de golpearlo por la frustración

Ante eso, el castaño toco un punto que lo hizo atorarse con su respiración

- Dazai, por favor – susurro ya desesperado

- ¿Me dirás que sí? – insistió

- Si, si, lo que sea – espeto irritado Chuuya

Dazai sabia que esto era hacer trampa, aun así, pregunto

-  Cásate conmigo

Chuuya abrió los ojos antes eso, pero antes de poder hablar, Dazai volvió a moverse, logrando que perdiera el hilo

- ¿Y bien? – insistió Dazai negándole lo que tanto quería

- Eso…no es…justo…maldición – gruño el pelirrojo frustrado

- Solo di que sí, cariño

En ese punto el pelirrojo ya no razonaba

-  Si, si, si- susurró entrecortadamente cuando se convirtió en demasiado.

Dazai satisfecho le dio lo que ambos tanto querían









Algún tiempo después, entre un silencio cómodo, el pelirrojo hablo

- Era en serio…ya sabes…lo de casarnos

Dazai sonrió contra el cuello de Chuuya, atrayéndolo su aun desnudo cuerpo a un apretado abrazo

- Claro que era enserio, ya no puedes retractarte, me dijiste que si – le susurro agarrando su mano

El pelirrojo se sonrojo ante el recordatorio

- Creo que cualquier hubiera dicho que si en esa situación, idiota – le gruño molesto

Dazai se rio divertido

- Un si es un sí, ya eres mío – repartió beso por el rostro de su ahora prometido – Solo mira tú dedo

Chuuya parpadeo confundido, antes de hacerle caso. Efectivamente en su dedo había un anillo de compromiso con una hermosa piedra

- ¿Qué? ¿Cuándo hiciste esto? – miro asombrado el anillo, sin comprender como había llegado allí

-Desde que estábamos en el sillón, te mantuve distraído para que no lo notaras

Chuuya subió una ceja ante eso

- Estabas muy confiado que te diría que si – comento este bajando su mano

- Solo desesperado – comento este incorporándose para atraer a Chuuya a un profundo beso.

Instándolo con esto a que una nueva ronda comenzara, Dazai no tenía pensado soltarlo en toda la noche.

Gracias por leer ❤️❤️🙃🙂

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top