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Capítulo: Sombras de un Nuevo Amanecer
El sol brillaba intensamente sobre la Ciudad Subterránea, creando sombras alargadas que se deslizaban por los callejones. Levi estaba sentado en un rincón, con la vista fija en su "hermana mayor", quien estaba en la plaza central, hablando con un grupo de jóvenes de su edad que eran clientes frecuentes. Era un día común, pero para Levi, todo parecía fuera de lugar. Su pecho se sentía pesado y, aunque intentaba ignorar esa sensación incómoda, sabía que era algo que no podía ocultar.
Mientras la observaba reír con aquellos chicos, un destello de celos brotó en su interior. No era la primera vez que la veía rodeada de otros, pero en ese momento, la idea de que alguien pudiera hacerla sonreír de esa manera le provocaba un nudo en el estómago. Era su "hermana", su compañera, y le costaba aceptar que otros pudieran ocupar un lugar en su vida que él deseaba para sí mismo. -¿Por qué no puedo ser yo el que la hace sonreír así?- pensó.
Justo en ese instante cuando los jóvenes se fueron, ella lo vio y le hizo un gesto para que se acercara. Levi se levantó de inmediato, tratando de ignorar el ardor en sus mejillas. Caminó hacia ella, y al acercarse, notó que sus ojos brillaban con entusiasmo.
Así que ambos se fueron a un lugar más privado.
-¡Levi! Estaba esperando que vinieras. Te prometí que hoy te enseñaría a usar el equipo de maniobras, ¿recuerdas?- Su voz era música para sus oídos, y a pesar de su malestar anterior, la sonrisa que ella le ofrecía lo hizo sentir un poco mejor.
-Sí, lo recuerdo.- respondió, intentando ocultar su frustración. -¿Vas a enseñarme, o vas a seguir charlando con ellos?- La picardía en su tono le hizo ganar una mirada curiosa de su hermana, pero ella sonrió, como si entendiera más de lo que él quería admitir.
-Vine aquí para ti, Levi. Ellos solo son amigos.- le aseguró, llevándose el cabello tras la oreja. -Vamos a divertirnos. Este equipo es muy importante para quienes se enfrentan a los titanes.-
Levi se sintió un poco culpable por sus pensamientos, pero la chispa de celos aún ardía en su pecho. Aceptó la oferta y se acercó, así que ambos caminaron a una zona más solitaria de la ciudad subterránea, sintiendo la familiaridad del equipo de maniobras a su alrededor. Era un conjunto de arneses y cuerdas, diseñado para permitir a los soldados moverse con agilidad y rapidez, lo que era crucial en su lucha contra los titanes. Sin embargo, en ese momento, para Levi, representaba más que eso: era una oportunidad para acercarse a su "hermana", para demostrarle que él también podía ser fuerte.
-Primero, tienes que ponerte el arnés correctamente.- explicó ella, guiando mientras colocaba las correas en su lugar. Levi se sintió nervioso al estar tan cerca de ella. Su corazón latía con fuerza, pero al mismo tiempo, disfrutaba de la cercanía.
-¿Estás segura de que no querias hablar con ellos?- preguntó, su tono un poco más cortante de lo que pretendía. Ella lo miró, sorprendida por su repentina frialdad.
-¿Por qué? Tú eres el único que importa para mí ahora mismo. Estás listo para aprender, ¿no?.- La confianza en su voz hizo que su corazón se acelerara. -Voy a enseñarte, y no dejaré que nadie más se interponga.-
Levi tragó saliva, sintiendo una mezcla de emociones que se entrelazaban en su interior. La admiración por su "hermana", el deseo de ser el único en su vida, y la competitividad por ser lo suficientemente bueno para ella. -Está bien. ¿Qué hay que hacer primero?-
-Vamos a practicar el movimiento básico.- dijo ella, sacando dos cuerdas y preparándolas. -Primero, tendrás que aprender a balancearse y a utilizar el impulso para moverte. Así es como los miembros de la Legión de Exploración se mueven con rapidez y precisión.-
Se alejaron un poco y ella le mostró cómo usar el equipo. Levi observó con atención cómo su hermana se movía con gracia, columpiando. Había una belleza innata en la forma en que ella controlaba su cuerpo, un despliegue de destreza que lo dejó hipnotizado.
-Ahora, tú intenta.- le dijo, y él sintió que sus manos temblaban ligeramente de emoción. Se colocó la cuerda en la cintura y se preparó. Mientras se lanzó hacia adelante, la adrenalina corrió por su cuerpo, pero no pudo evitar sentirse un poco inseguro.
Después de varios intentos fallidos, donde casi cae y se da un golpe, logró deslizarse con más confianza. Ella estaba a su lado, animándole con cada intento y cuando finalmente logró moverse como ella, la sonrisa en su rostro iluminó su mundo.
-¡Eso es! ¡Lo estás haciendo genial!- exclamó su "hermana", y su entusiasmo le hizo olvidar por un momento los celos que lo atormentaban. Pero cuando ella se volteó hacia un grupo de chicos que habían estado observando, ese viejo sentimiento regresó, acompañándola como una sombra.
-¿Ves? Estás empezando a dominarlo.- dijo, sin darse cuenta de que Levi la miraba con una mezcla de orgullo y celos. “Tienes mucho talento. Tal vez deberías considerar unirte a la Legión de Exploración. Si es que un día salimos de aquí.-
La idea hizo que su estómago se revolviera. -¿Unirme a ellos? ¿No prefieres que me quede contigo?- Su voz salió más brusca de lo que había planeado. Ella lo miró, sorprendida, y él se sintió mal de inmediato.
-Claro que quiero que estés a mi lado, pero también quiero que seas fuerte y que protejas a quienes amas.- respondió ella, su tono más serio. -No se trata solo de mí, Levi. Tienes que encontrar tu propio camino.-
Él asintió, sintiendo que el peso de sus palabras lo aplastaba. -Lo sé… Pero… no quiero perderte. A veces siento que no puedo competir con ellos. Te ven como una ¿guerrera? En esta ciudad de mierda, y mientras yo solo soy tu hermano pequeño.-
-Eres mucho más que eso. No tienes que competir. Quiero que te des cuenta de que siempre estaré a tu lado, no importa lo que pase.- dijo, acercándose a él. Levi sintió su cercanía y una mezcla de calidez y anhelo se apoderó de él. Era un momento sincero, y quería que durara para siempre.
Mientras se preparaban para la próxima práctica, ella se inclinó hacia él, tomando su mano en un gesto de apoyo. -No dejes que los celos te controlen. Tienes que luchar contra eso. Siempre serás especial para mí, y aunque te esfuerces, siempre te veré como el pequeño hermano que necesita mi protección, pero también como alguien capaz de lograr grandes cosas.-
Levi se sintió algo aliviado por sus palabras. Las inseguridades empezaron a desvanecerse, pero sabía que aún había un camino largo por recorrer. Tenía que encontrar una manera de demostrarle que era fuerte, que podía ser más que un simple hermano.
-Voy a hacer que te sientas orgullosa de mí.- prometió, apretando su mano con determinación.
-Eso es todo lo que quiero escuchar.- respondió ella, sonriendo con afecto.
Y así, continuaron practicando, cada movimiento se volvió más fluido y cada caída fue menos dolorosa. Pero en el fondo de su corazón, Levi sabía que los sentimientos que sentía por su "hermana" se profundizaban con cada momento que pasaban juntos. Era un amor que era a la vez doloroso y hermoso, un sentimiento que no podía negar.
Mientras se balanceaban entre las paredes, las sombras del pasado y los celos del presente se desvanecían lentamente, dejando espacio para la esperanza y la promesa de un futuro en el que ambos podrían enfrentar lo que viniera, juntos.
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La luz apenas se filtraba a través de las grietas de las viejas paredes de la Ciudad Subterránea. El ambiente siempre había sido opresivo, pero en esos días de verano, había una calidez que contrastaba con el frío que normalmente impregnaba su hogar. Levi se encontraba en la habitación donde se había acostumbrado a compartir con su "hermana", un espacio que había sido su refugio durante años. Mientras observaba a su hermana, sintió que un nuevo tipo de emoción comenzaba a florecer en su corazón.
Ella estaba sentada en el suelo, su cabello largo y oscuro caía en ondas desordenadas sobre sus hombros. Levi siempre había admirado su fuerza, su capacidad para enfrentarse al mundo, y, sin embargo, había algo en su fragilidad que lo atraía cada vez más. Se había convertido en una figura fundamental en su vida, la tercera persona que lo había cuidado y amado incondicionalmente. Pero a medida que los años pasaban, Levi comenzó a darse cuenta de que sus sentimientos estaban evolucionando.
Tenía catorce años, y su cuerpo estaba cambiando, así como su forma de ver el mundo. Su hermana, siete años mayor, había sido su protectora, pero en los últimos meses, había empezado a notar su risa de una manera diferente, cómo su sonrisa iluminaba la oscuridad que los rodeaba. Levi se encontró atrapado en esos momentos en los que la miraba fijamente, deseando no perderse ni un solo detalle de su rostro.
-Levi, ¿te vas a quedar ahí parado todo el día?- La voz de su "hermana" lo sacó de sus pensamientos. -Vamos a salir a comprar algo de comida antes de que se acabe el día.-
Él sonrió, sintiendo una mezcla de admiración y nerviosismo. -Sí, solo estaba pensando en… en lo que deberíamos hacer para cenar.- respondió, tratando de ocultar el rubor en sus mejillas. En el fondo, sabía que no se trataba de la cena, sino de ella. La manera en que sus ojos brillaban y cómo podía hacer que el mundo se sintiera un poco más ligero.
Mientras caminaban por las calles oscuras de la Ciudad Subterránea, Levi se dio cuenta de lo mucho que había crecido desde que la había conocido. Ella había sido su salvación en medio de la desesperación, y él había aprendido a ser más fuerte a su lado. Sin embargo, también había comenzado a sentir una inquietud en su corazón, algo que no sabía cómo definir. Había momentos en los que desearía que ella lo mirara de una manera diferente, que sintiera lo que él sentía.
Pasaron por un puesto de comida, y su "hermana" le lanzó una sonrisa que hizo que su pecho se apretara. -¿Qué tal si compramos un poco de pan y algo de carne?- propuso. -Te he visto entrenar, y creo que mereces un buen premio después de todo tu esfuerzo.-
Levi sintió que sus mejillas se calentaban mientras trataba de pensar en algo inteligente que decir. -No, está bien. No quiero que gastes dinero en mí. Solo necesito lo suficiente para…- Su voz se desvaneció, incapaz de terminar la oración. Lo que realmente quería era hacerla feliz, más que comer él mismo.
-¿Qué tonterías estás diciendo?- Ella lo miró con un aire de desafío. -¡No hay nada más importante que asegurarnos de que estés bien alimentado! Tienes que seguir creciendo y volviéndote más fuerte. Y si no comes, no serás capaz de hacerlo.-
Levi sonrió, sintiendo su corazón latir con fuerza. Era en esos momentos que se daba cuenta de lo mucho que significaba para él. Ella no solo era su hermana mayor; era su amiga, su apoyo, su guía. Pero, con cada mirada y cada palabra, el deseo de ser más que hermanos se hacía más fuerte, un anhelo que lo asustaba y lo emocionaba al mismo tiempo.
Al regresar a casa, se sentaron juntos en unas de las mesas del bar, compartiendo el pan y la carne que habían conseguido. A medida que comían, la conversación fluyó naturalmente entre ellos, como siempre. Pero, a medida que el crepúsculo se instalaba y la luz del día se desvanecía, Levi no podía dejar de observarla. La forma en que se reía, cómo movía las manos al hablar, su voz suave. Cada pequeño gesto parecía hipnotizarlo.
-Levi.- comenzó ella, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos. -¿Has pensado en lo que quieres hacer cuando seas mayor? Hay un mundo allá afuera, más allá de esta ciudad, y creo que podrías llegar a ser algo grande.-
Él se quedó en silencio, reflexionando sobre su pregunta. -No sé… Solo quiero protegerte, hacerte sentir que no tienes que cargar con todo esto sola.- respondió, sintiendo que sus palabras llevaban más peso del que había anticipado. Era la verdad. Quería ser su fuerza, su razón para sonreír, pero también deseaba ser algo más.
Ella le miró con sorpresa, y en sus ojos vio un destello de reconocimiento. -No estoy sola mientras tú estés a mi lado.- dijo con dulzura, y Levi sintió que su corazón se aceleraba. -Eres más fuerte de lo que piensas, Levi. Eres capaz de lograr grandes cosas.-
El ambiente se volvió tenso, lleno de emociones que ninguno de los dos se atrevía a nombrar. Mientras ella se inclinaba hacia él, Levi sintió que la distancia entre ellos se desvanecía. Por un instante, sus miradas se encontraron, y en ese espacio de tiempo, el mundo a su alrededor desapareció.
-Lo prometo.- dijo Levi, su voz un susurro lleno de determinación. -Te protegeré siempre. Haré todo lo que esté en mis manos para que puedas sonreír.-
Ella sonrió, y por un momento, todo parecía posible. Pero luego, la realidad regresó, y la presión del mundo que los rodeaba se sintió pesada nuevamente. La Ciudad Subterránea era un lugar donde la esperanza a menudo se desvanecía, y aunque ambos tenían sus sueños, sabían que el futuro estaba lleno de incertidumbres.
Esa noche, mientras se acurrucan en su pequeño refugio, Levi no pudo evitar pensar en lo que había comenzado a sentir por su "hermana". Era un amor que se desbordaba, una conexión que iba más allá de la familia. A medida que sus corazones latían al unísono, comprendió que la vida no siempre era sencilla, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera junto a ella.
Mientras cerraba los ojos, sintió que un nuevo amanecer se cernía sobre ellos, un futuro lleno de posibilidades y desafíos. Y aunque sabía que su camino sería difícil, estaba listo para recorrerlo, con su hermana a su lado.
Porque, al final del día, el amor siempre había sido su mayor fortaleza.
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Mi gente como les va, aquí ya está el capítulo listo.
La verdad creo que si le veo un futuro medio "romántico"
Jsjsjs si pueden votar o comentar eso me daría muchos animos.
Bye, cuidense mucho.
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