011 - Sucesos

Me encontraba en el estudio para el casting; era casi de los últimos. Estaba rodeado de otros chicos, esperando a que resolvieran un aparente problema con los jurados. Mientras tanto, nos sentamos en círculo a compartir gomitas ácidas, mis favoritas. De repente, vibró mi celular: era Grace, mi vecina, notificándome que había sido aceptada como vocalista. Me puse contento.

Chat

Grace: ¡Holaa, Jeremías! Lo he conseguido, ahora solo faltas tú, idiota. 
Yo: Ash, te voy a bloquear 😡 
Grace: Como quieras. Byeee. 
Yo: Chau.

Sonreí al leer el mensaje. Entonces, uno de los chicos dijo algo absurdo:

—Uyy, hablando con la novia —se burló, a pesar de que apenas lo conocía desde hacía cinco minutos. Sin embargo, me resultó divertido.

—Al menos tengo una —respondí sarcástico, Rubio oxigenado — Las paredes de la sala eran blancas, adornadas con algunos pósters que pasaban desapercibidos. Después de un rato de espera, nos dirigimos afuera para ver qué ocurría. Allí vi a un chico de cabello negro sentado en el suelo, ensimismado y con expresión triste. A su lado estaba un rubio sumamente atractivo, y parecían estar en una acalorada discusión.

Finalmente, nos informaron que el casting se había cancelado. Sentí la indignación reflejada en mis ojos en blanco; no era el único: algunos chicos estaban furiosos, especialmente aquellos que habían viajado desde muy lejos. El ambiente se llenó de un silencio tenso hasta que se escuchó un golpe: uno de los chicos abofeteó al pelinegro, y el rubio salió en su defensa, empujando al agresor y corriendo hacia afuera.

Mi madre ya estaba desesperada; había llamado varias veces al no saber dónde estaba. Mis padres son bastante estrictos. Al salir del edificio, vi al chico golpeado en el suelo, empapado bajo la lluvia. Me acerqué para ayudarlo, saqué un trapo y empecé a limpiar la sangre de su rostro.

—¿Quieres que llame a tu familia? —intenté calmar la situación ya que mi madre me necesitaba en casa; el chico solo me hizo una señal de no.

—¿Cómo te llamas? ¿Quieres ir a mi casa? —le pregunté ya que no tenía más ideas; su cara golpeada me hizo quedarme en blanco.

—Me llamo Sebastián. ¡Estás loco! —dijo casi gritando mientras salté del susto; ¿qué le pasaba a este hombre?

—Oye, ¿me ves cara de secuestrador? Aparte, secuestraría a alguien mejor —dije indignado con los brazos cruzados.

—Te han dicho que eres un metido; pues lo eres. Aléjate de mí —expresó cortante y seriamente. ¿Qué le pasaba por la cabeza?, estaba por insultarle hasta su apellido hasta que sono el teléfono de mi madre, vi que se acercaba el rubio de antes hacia el, tenía cierta aura intimidante así por mi bien preferí ir que tal si me golpeaba,cuando estaba apunto de irme agarra mi brazo con una determinada desesperación se le notaba por sus ojos grises suspire hondo lo señale hasta mi auto la conversación se volvio incomoda aunque solo pensaba en como mi madre me materia por que:
1) Sali de casa sin pedirle autorizacion
2)fui a un casting de guitarrista sabiendo que mis padres lo odiaban
3) Estoy volviendo con alguien desconocido que me acuso de metiche

Coloque mis manos en mi cara demostrando mi clara preocupación, decido simplemente arrancar el auto pensando en perderme por las calles que se encontraban frescas por la lluvia, pero tenía un desconocido que era encima grosero sinceramente me divertia con el, aún sigo teniendo curiosidad por ese chico rubio así que me atrevo a preguntar

—¿Quien era el chico con el que estabas?— mencionó intentando sacar tema de conversación

— Es como un juez critico de la música, fue cantante famoso pero simplemente quedo en el olvido, Es por eso que envidia a los jóvenes adolescentes, cambiando de tema por que me ayudaste si literalmente no te trate de la mejor manera— explica mientras se aplicada un hielo en la cara, parecía que ahora se había puesto más tranquilo

—Digamos que me gusta ayudar a la gente, aparte parece que no fue todo tu culpa aunque según algunos compañeros una chica salió muy enojada— expresa Jeremias, aunque sabía que no me incumbia el tema, pero me interesaba

—Eres un chico muy bueno, y sobre la chica digamos que no pudo aguantar la presión aparte Lorenzo que es el juez que te hablaba no es conocido por tener Linda paciencia, la entiendo perfectamente pero igual sigo un toque triste ya que eso dependia mi sueño— Me había mirado fijamente con sus ojos grises que hacia contraste con su cabello negro se notaba triste, cuando estaba por decir algo habíamos llegado a mi casa, lo hice entrar pero frente a mi estaba lo que tanto tema mi madre, estaba Muerto.


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