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La chica misteriosa no sabía cómo reaccionar en ese momento. Había tenido su primer beso con Basil, mientras que este se separa del beso bajando las orejas apenado, pidiendo disculpas por su osadía al besarla de sorpresa. Temía que lo odiara por lo que hizo teniendo la mirada baja pero aquella chica lo tomó con delicadeza de sus mejillas y lo besó muy feliz y enamorada confesando que lo había amado desde hace mucho tiempo pero no se atrevía a confesar sus sentimientos hacia él. Finalmente eran una pareja, aún si Basil no conocía su identidad, lo sabría cuando estuviera completamente recuperado. Tan solo debía ser paciente pero por el momento disfrutaría del amor que le daba, siendo dulce y atenta con él.
Basil: -Bastante sonrojado pero feliz y enamorado moviendo su cola- Me haces tan feliz, señorita.
???: -Sonrojada y feliz- Te amo tanto, Basil. Mi ratoncito detective. -Lo llena de besos-
Basil: -Sonrojado riendo feliz y enamorado disfrutando de los besos de su amada- En cuanto me recupere te voy a consentir y cuidar mucho, te lo prometo.
???: -Muy feliz mirándolo- Aaww eres tan dulce, Basil. Te amo tanto.
Con los días que pasaban ambos se daban amor muy felices y enamorados, se adoraban y ahora pasaban más tiempo juntos. Por supuesto que aquella chica no se olvidó de las cartas siguiendo enviándolas a los amigos de Basil. Todo era paz y armonía para ambos enamorados, hasta que finalmente acabó el mes llegando el momento de quitarles las vendas a Basil. La chica estaba muy nerviosa porque no sabía cómo se tomaría su apariencia.
Entonces, esa misma noche, la chica le informó que iba a quitarle las vendas y Basil se puso feliz pues por fin podría verla y saber su nombre. Después de un rato terminó de quitarle los vendajes del cuerpo y de los ojos donde Basil tardó un poco en acostumbrarse a la luz, ya podía moverse y ver. Veía la habitación elegante y bien decorada, pero quedó encantado con la apariencia de su novia; una mujer de aproximadamente 26 años de edad, pelaje gris claro bien cuidado, manos finas como si de porcelana se trataran, cautivantes ojos rojos que parecían dos hermosos rubíes y cabello negro puro cual carbón, largo y ligeramente rizado, suave y sedoso. Pero lo que más le llamó la atención fue esa cola de rata que sobresalía de su falda larga. No era una ratoncita como pensaba, sino una rata, además que se le hacía muy familiar. Ahí, el gran ratón detective se dio cuenta de que se trataba de la hija del Profesor Ratigan; Dianne Ratigan. Se había enamorado de la hija de su mayor enemigo e incluso tuvo su primer beso con ella. Basil estaba en estado de shock y las palabras no le salían de la boca, ¿por qué lo había salvado a él y no a su padre?
[Así es]
Dianne estaba muy nerviosa y asustada, temía lo peor en ese momento y viendo que Basil no decía nada estando ambos en un largo e incómodo silencio, se disculpó con él y se dio media vuelta dispuesta a irse cuando Basil tomó su mano. Y antes de darle tiempo a preguntarle, Basil la besó, tomándola por sorpresa.
Dianne: -Se separa del beso mirándolo sorprendida- ¿No estás molesto ni decepcionado?
Basil: -Niega mirándola tomando sus manos- No, para nada. Haber si estoy muy sorprendido de saberlo pero, ¿por qué me salvaste a mi y no a tu padre?
Dianne: -Baja las orejas y la mirada- Bueno. En realidad, mi padre y yo nunca tuvimos buena relación. Siempre intenté que fuera por otro camino pero él no me escuchó y recibió lo que se merecía. Por su culpa ahora todos nos ven como los malos al no ser como ellos y yo lo único que quería era ser aceptada...también yo me enamoré de ti, eres diferente al resto de ratones de Londres. ¿Me aceptarás aceptando aún si soy una rata?
Basil: -Toma sus manos con delicadeza mirándola- Si te acepto, Dianne. Eres una chica encantadora, estoy seguro de que te aceptarán con el tiempo. Y pase lo que pase jamás te abandonaré, te lo prometo. -Besa su frente amoroso-
Dianne estaba encantada y feliz, esperaba que tuviera razón y los demás ratones la aceptaran con el tiempo y no sea vista solo como una rata de alcantarilla siendo además la hija del Profesor Ratigan....
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