Era del mito
La era mitológica era la epoca donde los dioses eran venerados por los humanos y sobre todo por los de grecia.
En los extensos jardines del olimpo, tres hermosas diosas jugaban haciendo coronas de flores.
Ellas eran conocidas como las diosas hermanas.
La mayor; la diosa virgen hija de zeus y methys, diosa la guerra estrategica, la ciencia y la sabiduría, Atenea.
Atenea era una mujer preciosa de largos y lacios cabellos lila platinado, piel blanca como la porcelana y unos preciosos ojos color rojos como la sangre.
La del medio; la diosa de la victoria, las leyes eternas y protectora de todos los derechos, hija del titan palas y la oceánide estigia, hermana menor de bia la violencia, kratos la fuerza y zelos el fervor, nike.
Ella era una joven de cabellos largos y dorados, piel nívea y ojos tan azules como el océano.
Y la menor; la diosa del amor sentimental, hija de zeus, pallas.
Y finalmente pallas, era una linda chica de cortos cabellos rubios, una exotica piel morena y unos brillantes ojos fucsias.
Las tres vivían felices en esa realidad pero todo se destruyo cuando Atenea bajo a la tierra y los humanos se ganaron su amor.
Atenea decidió construir su propio santuario en la tierra cerca de una de las entradas del olimpo, star hill.
Las dos diosas rubias solo podían llorar la ausencia de su amada hermana.
Pallas lloraba cada noche al saberse abandonada por la mujer que consideraba su hermana mayor.
Nike: querida pallas ya no derrames mas lágrimas, me duele horriblemente ver a mi hermana pequeña sufrir.-susurro acariciando los cabellos de la chica cuya cabeza estaba apoyada en su regazo
Pallas: la..snif..extraño! Hermana Atenea porque nos dejo!?-lloro aferrándose al vestido de la mayor
Una solitaria lágrima corrió por la mejilla de la diosa alada, ella también estaba dolida por la partida de su hermana.
Limpio la lágrima disimuladamente y tomo por los hombros a la menor para mirarla a los ojos.
Nike: traeré de vuelta a nuestra querida hermana, voy a ir por ella, pallas, es una promesa.-dijo con voz tierna pero firme
Pallas sonrió ante la promesa de nike y se abrazo a ella sollozando pero ahora de felicidad.
Pallas: las esperare. Volveremos a estar juntas, verdad?
Nike: si, pallas.-dijo con una sonrisa llena de cariño
Esa misma tarde, nike bajo del olimpo hacia las afueras de atenas. Con paciencia comenzó la caminata, prefería no volar para no alertar a los humanos pero cuando estaba solo a unos metros del santuario frente a ella se alzo una criatura con cabeza de perro y cuerpo de serpiente.
Su tez blanca se volvió pálida derrepente al momento en que sus ojos se abrían mucho.
Nike: un telquine..-murmuro asustada
La criatura la miro y su mostró su filosa lengua en un gesto que asusto aun mas a la diosa.
Telquine: diosa de la victoria, nike...una diosa deliciosamente virgen.-gruño acercándose a ella
Nike reacciono al oírlo y comenzó a correr tan rápido como podía, olvidándose de todo, solo tenia un objetivo; llegar con Atenea, ella la protegería.
Corrió entre los arboles intentando perder al hijo de talasa, pero de un momento a otro sintió una cuerda de alambre con púas enredarse en una de sus alas y ser jalada haciéndola caer al suelo.
Nike: ach!-se quejo.
Miro a todos lados buscando al perro-serpiente y lo encontró a tan solo unos metros de ella sosteniendo el otro extremo de la cuerda con la que fue sujetada con una mano.
Talquine: niña tonta.-dijo jalando el alambre, arrastrándola un poco hacia el
Nike: ah! Dejame ir!-grito moviendo sus alas furiosa
Talquine: lo haré, después de tomarte.-dijo dijo tomando su muñeca bruscamente con su mano libre
Nike siguió resistiéndose soltandose del alambre y en algún punto se dio impulso con sus blancas alas y retrocedió unos dos metros de el.
Aun muy asustada miro como el talquine se acercaba mas enojado que nunca pero no pudo dar mas de dos pasos cuando su hombro fue atravesado por una flecha dorada.
Talquine: QUE DEMONIOS!?-grito intentando arrancarse la flecha
Un resplandor lo segó por algunos segundos.
Nike miro sorprendida a un hombre con armadura y alas doradas aterrizar con suma elegancia frente a ella.
Caballero: es evidente que la señorita no se siente cómoda con su presencia, le pido que se retire y que no vuelva a dirigirle la palabra.-dijo con seriedad y firmeza
Talquine: pierdete caballero!-gruño furioso
Una fuerte brisa azotó contra el talquine, tumbándolo al suelo y sorprendiéndolo a el y a la diosa.
Nike: Eolos?-susurro mirando al caballero
El caballero le apunto con otra de sus flechas, asustando al monstruo marino y logrando hacerlo retroceder hasta perderse en el bosque.
El suspiro y bajo el arco, la diosa también suspiro de alivio e incluso dejo caer una pequeña lagrima, realmente se había espantado y también estaba el hecho de que un desconocido la había ayudado.
Caballero: se encuentra bien, señorita?-preguntó tendiéndole la mano
Aun sorprendida, la rubia acepto el gesto y se puso de pie con su ayuda.
Nike: se lo agradezco mucho, dios Eolos.-dijo haciendo una reverencia
Caballero: dios Eolos? Creo que me confunde, señorita, mi nombre es argaios de sagitario, caballero dorado de la diosa Atenea.-se presentó con una leve sonrisa
Nike: mi hermana? Conoce a mi hermana?-preguntó feliz
Argaios: su hermana?-preguntó confundido
Nike: Atenea! Ella es mi hermana mayor.-dijo con una gran sonrisa
El caballero se conmovió un poco por el entusiasmo de la joven diosa...diosa!
Reaccionando ante las palabras de la rubia, el pelirrojo se arrodillo ante ella, sorprendiéndola.
Argaios: perdoneme, señorita, no pude reconocerla.-dice con la mirada en el suelo
La chica reprimió una risita al ver al caballero dirigirse con tanto respeto a ella.
Nike: jaja no debes ser tan formal, argaios, mi nombre es nike...solo nike.-dice tomando su mano para insitarlo a levantarse
Argaios: señorita nike, le pido me acompañe, la llevare inmediatamente con mi señora Atenea.-dice extendiendo su brazo a la rubia
Con una leve sonrisa ella acepta el gesto, se abraza al brazo del dorado y ambos comienzan a caminar hacia el santuario de Atenea.
Nike: es precioso, digno de Atenea.-susurra admirando los templos
El caballero asintió, de acuerdo con ella, y ambos emprendieron el vuelo directamente al templo de la diosa, ninguno deseaba molestar a los caballeros así que les pareció mas practico volar. Apenas llegaron, ambos entraron al salón principal y se encontraron con Atenea rodeada por sus damas de compañía quienes la atendían peinado su cabello, llenando su copa de vino e incluso algunas estaban realizando un pequeño baile tradicional en su honor, pero todo se detuvo por el sonido de la puerta, de inmediato Atenea ordeno a las mujeres retirarse y se levanto del diván para hacerle frente a quien se atrevía a irrumpir de esa manera en sus dominios.
Nike: hermana Atenea!-exclamo corriendo a abrazarla
La diosa de la guerra ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando los delgados brazos de su hermana la envolvieron en su ansiado abrazo que ella no tardo en devolver.
Con una seña ordeno a argaios retirarse e invito a su hermana a sentarse junto a ella para ponerse al tanto de todo.
Primero Atenea sintió una profunda tristeza al saber que había hecho sufrir a sus amadas hermanas pero pronto la tristeza se convirtió en indignación cuando le contó el incidente con el monstruo marino.
Atenea había gritado a los cuatro vientos casa una de las torturas a las que sometería a ese monstruo pervertido pero nike logro tranquilizarla a tiempo antes de que todo el santuario se reuniera en el salón por ordenes de su señora.
Por su seguridad, Atenea la obligoca quedarse allí hasta que sus caballeros limpiaran el camino de regreso de cualquier monstruo, humano o semidiós que pudiera aprovecharse de ella.
Aunque a la pequeña nike no le molesto para nada el cambio de planes, tendría mas tiempo con su hermana y trataría de entender la admiración que sentía por los humanos.
Los meses pasaron con gran rapidez, Atenea estaba mas que encantada por la llegada de su hermana, era como si nike hubiera llegado a iluminar todo el santuario, incluso sus caballeros estaban felices con su llegada, estaba casí segura de que ahora sonreían mas y entrenaban con mas esmeró porque sabían que nike los observaba.
Pero fue un caballero él que quedo mas impresionado con la diosa de la victoria, argaios era conocido por ser tan serio y frío como el caballero de capricornio pero por alguna razón ahora sus compañeros los veían sonreír e incluso le hacia compañía a la bella muchacha.
Argaios no lo entendía pero sin dudas le era complicado dejar de pensar en el ser que Atenea le ordeno cuidar. No era que le molestara, ambos se habían vuelto muy amigos, casi podría decirse que se conocían de hacia mucho mas tiempo, pero la cosa era diferente, argaios veía en nike una luz, un ser puro e inocente que solo deseaba la felicidad en todos sin importar quien sea, mientras que nike veía en argaios un gran hombre, un valiente caballero...y un noble dios.
Curiosamente en ese momento ambos se encontraban descansando en el jardín de Atenea, era su costumbre recostarse en el pasto y ver la nubes pasar con calma, para ambos no existía mejor escenario que ese.
Nike: argaios...?-llamo en un susurro
Argaios: si, señorita?
Nike: crees que debería volver al olimpo?-preguntó insegura
El pelirrojo abrió los ojos a mas no poder de la sorpresa.
Argaios: que..!?-fue lo único que logro articular
Nike: he hablado con Atenea, ella no planea volver y yo solo vine aquí para llevarla con pallas, mi pobre hermanita debe estar inconsolable, no solo perdió a Atenea sino que además yo la abandone, soy horrible.-se lamento cerrando sus ojos
No tenia el valor para ver a los ojos al caballero, temía encontrar decepción en esas esmeraldas que lograron deslumbrarla.
Pero en respuesta sintió una suave caricia en su mejilla, al abrir los ojos se encontró con la mirada del caballero dorado puesta en ella.
Argaios: mi señorita nike, jamas podría pensar eso de usted, no hay ser mas dulce que usted, estoy seguro que la señorita pallas entenderá sus razones pero si quiere mi sincera opinión, creo que no debería volver al olimpo.
Nike: que? Por que?
Argaios: por que no deseo perderla.-suspiro
Nike: perderme..?-balbuceo sorprendida
Argaios: perdoneme por pensar en usted de esta forma, tampoco se cuando paso pero de alguna forma no logro sacarla de mi mente, por alguna razón siempre me encuentro pensando en usted, en que estará haciendo, en sus ojos, en su voz. Solo han pasado dos meses de conocerla y ahora no me veo sin usted a mi lado, no se que haría sin ya no pudiera escucharla reír, o verla recoger flores junto a eros, usted le devolvió la alegría no solo a mi señora sino también a este santuario, usted es una luz, señorita nike, mi luz.-dijo regalándole una sonrisa
Nike desvío la mirada, sonrojada ante las bellas palabras del santo dorado.
Nike: a-argaios...gracias, creó que..ya entiendo él..profundo amor...el profundo amor que siente Atenea...por los humanos.-susurro tomando suavemente la mano del caballero.
Ambos sonrieron perdiéndose en la mirada del otro, nike se recostó en el el pecho del humano sintiendo los latidos acelerados de su corazón, tal vez era eso lo que mas le gustaba de argaios, escuchar los latidos de su corazón y saber que ella era la causante de que este latiera mas rápido.
Y en cuanto a argaios, el simple hecho de tenerla cerca ya era suficiente para él, el sentir el olor a jazmín de su cabello y el ligero peso de su cuerpo entre sus brazos, bastaba para hacerlo feliz.
Lastima que esa felicidad no fue eterna...
Solo bastaron unas semanas para que toda felicidad en el santuario de Atenea se derrumbara.
La hermana pequeña de las diosas bajo del olimpo para reclamar la presencia de sus hermanas mayores pero con gran pena ambas tuvieron que rechazar la oferta de volver a su antiguo hogar causando gran dolor e indignación en la diosa el amor.
Y usando ese mismo dolor, pallas obligo a sus guerreros a matar a casi todos los humanos de rodorio y causando horror a nike y Atenea, quienes no dudaron en responder al ataque aunque les doliera atacar a la mas pequeña.
La batalla campal por el bien de la humanidad se cobro asientos de vidas tanto humanas como de los guerreros de las tres pero al final, nike elevo su poder sobre Atenea, dándole la victoria y tomando la vida de la mas pequeña de ellas.
Atenea: mi dulce pallas...espero que cuando volvamos a vernos, puedas comprender nuestras razones.-dijo mirando los destellos escarlatas que eran lo único que quedaba del cuerpo mortal de su hermana pequeña
Nike: sigo yo.-dijo volteando se hacia Atenea
La pelilia pareció confundida ante sus palabras pero al notar que la mirada de su hermana estaba fija en su báculo, lo comprendió y asustada solo pudo retroceder unos cuantos pasos.
Atenea: no...no, no, no!! No pienso hacerlo!-grito intentando no llorar
Nike: debo seguir a pallas al olimpo, y vigilarla hasta que sea el momento de reencarnar. Esta es la única forma, debes hacerlo hermana Atenea, debes matarme para prevenir el odio de pallas.-dice acercándose lentamente hacia la temblorosa guerrera
Atenea: y argaios!? Lo dejaras así sin más?-reclamó
Nike:-suspira.-argaios...eolos, es un hombre maravilloso, no creo poder encontrar a nadie igual a él...creo que en estos meses he llegado a enamorarme de él...pero...ahora mi deber pesa mas que mi amor, si me quedo, pallas podria renacer de imprevisto y no solo la vida de tus caballeros y la humanidad correrían peligro...temo que ella lo ataque por que mi corazón le pertenece.-dice dejando escapar una solitaria lágrima
Atenea: hermana...
Nike: hazlo, Atenea, demuestra que eres capaz de todo por proteger este hermoso planeta.-ordeno guiando el báculo de Atenea hacia su abdomen.-incluso de matarme.
Con los ojos llenos de lágrimas, Atenea dio un golpe certero en el abdomen a su hermana, atravesándola de par en par.
Atenea: perdoname...-sollozo
Nike: mi dulce Atenea no te atormentes, volveré a ustedes cuando sea el momento, pero debes prometerme una cosa; prometeme que lucharas, que seras fuerte y que cuidaras y amaras a cada ser humano en este planeta. Tal vez así, los demás dioses aprendan a amar a los humanos así como yo los amo.
Con gran dolor, nike le dio una pequeña sonrisa y acaricio la mejilla de su hermana para después desaparecer entre brillos dorados.
Atenea soltó bruscamente el ensangrentado báculo y se dejo caer de rodillas al piso rocoso.
La hermosa mujer lloraba con fuerza la perdida de sus queridas hermanas pequeñas, tan perdida que no noto cuando un hombre de hermosos ojos esmeralda coloco una capa blanca sobre sus hombros.
Argaios: sea fuerte, mi señora Atenea, la señorita nike no quería causarle este dolor.
Atenea: lo lamento, argaios..snif..no quería..ella..se que ustedes...perdoname!-balbuceo entre sollozos lastimeros
El caballero le sonrió con empatia y la atrajo hacia él en un abrazo, sabia que ese tipo de contacto era inadecuado entre una diosa y su caballero pero en ese momento ambos lo necesitaban.
Argaios: yo la esperare, no importa cuanto tarde, volveremos a encontrarnos y le daré el amor que ella merece. Lo juro por él estigia, mi alma solo sera de la diosa nike.-juro mirando hacia los pequeños destellos dorados que aun quedaban de su amada
Continuara...
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