CAPÍTULO 8
NETEYAM
Una vez que la alianza se estableció, Ikeyni dijo que tardarían un par de días en prepararse, tiempo suficiente para que nosotros habláramos con el siguiente clan en nuestra lista, el clan Anurai que tenía un Olo'eyktan un poco más accesible y el cual esperábamos también aceptara unirse a nuestra alianza.
Cuando regresamos a las montañas Aleluya, dimos nuestro informe ante los Olo'eyktan que parecieron mucho más tranquilos al saber que el clan Tayrangi se uniría a nuestra alianza, así que después de hablar durante un buen rato, al fin pudimos salir de la tienda de reuniones para buscar a Tekay que en cuanto nos vio, vino corriendo y se arrojó a nuestros brazos.
Ni Ninat't ni yo queríamos seguir pensando en la guerra, al menos no por el momento; necesitábamos desconectar y centrarnos en nuestra familia, así que nos marchamos a nuestra tienda y pasamos el resto del día junto a Tekay, escuchándola hablar de todo lo que Mo'at le había enseñado y todo lo que había hecho en nuestra ausencia, además, ella nos pidió que le contáramos todo acerca del clan Tayrangi y nos hizo tantas como le fue posible hasta que el cansancio la venció.
Los tres nos acostamos a dormir y pronto nos dejamos arrastrar por el sueño, pero no tardamos en despertar; en los últimos días tanto Ninat't como yo dormíamos fatal; era como si nuestras mentes simplemente no pudieran apagarse, como si las preocupaciones nos sobrepasaran incluso mientras dormíamos y eso se estaba volviendo algo frustrante.
- ¿Crees que todo va a ir bien? – preguntó al sentir que me acercaba
Ninat't siempre era la primera en despertar y cada vez que lo hacía salía de la tienda para buscar refugio en una de las salientes de la cueva, lugar en el que no tardaba en acompañarla y aunque no me viera venir, siempre intuía cuando me acercaba, lo que me hacía sonreír.
Nuestra conexión era profunda, tanto que podíamos sentir al otro con claridad cuando estaba cerca y en ocasiones ni siquiera hacían falta palabras para entendernos, pero en momentos como estos, cuando el sueño no conseguía ser un refugio, solíamos hablar directamente de lo que nos pasaba y eso de cierta forma nos ayudaba a volver a centrarnos.
- Espero que sí – dije sentándome a su lado
- Eso no me tranquiliza
- Los Anurai nos escucharan – aseguré y ella se giró para mirarme
- ¿Y si no es suficiente?
- Recurriremos a todos los clanes que podamos, pero debemos ser pacientes
- Ellos no son pacientes – refutó y entendí perfectamente a lo que se refería
Las personas del cielo estaban avanzando; estaban tomando territorio y cubriéndolo de fuego; ellos estaban destruyendo las aldeas y asesinando a nuestra gente; eran monstruos sin control, decididos a destruir todo a su paso y Ninat't tenía razón, no estaban siendo pacientes; cada día sus ataques se volvían más agresivos y si observaban alguna resistencia no tenían reparos en destruirla, pero no podíamos ser impulsivos y atacar sin un plan o refuerzos, eso solo nos condenaría al fracaso.
- Hablaremos con los Anurai y luego intentaremos acelerar las cosas
- ¿De qué manera? – cuestionó y tenía que admitir que tampoco lo tenía completamente planeado
Valkay propuso hablar con el clan Kekunan, que era un clan guerrero en la selva profunda y tal vez sería una buena opción para empezar, pero Tarsem crecía que era mucho mejor idea hablar primero con el clan Olangi que era el clan de los caballos de las llanuras, así que nuevamente estábamos divididos con respecto a que decisión tomar, lo cual era un dolor de cabeza.
- Podríamos hablar con los Kekunan y los Olangi al mismo tiempo – comenté y ella me miró con la duda reflejada en sus ojos – Tú podrías hablar con el Olo'eyktan del clan Kekunan y yo haría lo mismo con el Olo'eyktan del clan Olangi, podríamos ir acompañados de Raltaw y Sulkan...
- Ni Tarsem ni Valkay van a estar de acuerdo – me interrumpió y tenía que admitir que ese sí que era un problema
- Sé que designaron que nosotros fuéramos los representantes de los clanes, pero si vamos juntos a hablar con cada clan perderemos tiempo
- Lo sé... - murmuró Ninat't con cansancio – Pero también es un riesgo; no sabemos como pueden reaccionar los Kekunan o los Olangi, ¿No dijo tu padre que fue difícil hablar con ellos incluso durante la anterior guerra?
- No fue sencillo, pero tampoco imposible
- ¿Y si algo sale mal?
- Todo puede salir mal, princesa
- Que reconfortante que digas eso
- Solo digo que no podemos ser tan pesimistas; todo puede salir mal, pero no tiene porque suceder así, solo es cuestión de mantenernos firmes e intentar dialogar con ellos; no son irracionales
- Si... solo brutalmente agresivos – comentó sacándome una sonrisa
- Cualquiera diría lo mismo sobre ti
- No es lo mismo – se defendió y acaricié su mejilla
- Por supuesto, ellos necesitan a sus caballos o sus armas, tú puedes acabar con cualquier enemigo solo con tus manos – dije haciéndola sonreír
- ¿Esa es tu manera de convencerme de que tomar caminos separados es una buena opción?
- No son caminos separados
- Iríamos en direcciones opuestas y no podríamos acudir si el otro lo necesitara – dijo mirándome fijamente y respiré profundamente
Ese era otro punto importante a considerar; no quería mantenerme lejos de Ninat't, no quería dejarla sola a pesar de que era consciente de que podía defenderse, pero no teníamos muchas opciones y realmente necesitábamos contar con la mayor cantidad de aliados lo más rápido posible.
- El clan Kekunan te recibiría bien; son guerreros feroces y tienen grandes habilidades para montar a los Ikrán; además son cazadores aéreos expertos seguramente Sulkan y tú encajarían a la perfección; sería más fácil para ti encontrar las palabras correctas para convencerlos de unirse a nosotros – comencé a explicar mientras ella me escuchaba en silencio – En tanto, yo podría lidiar bastante bien con el clan Olangi, son mucho más espirituales y libres; ellos respondieron de inmediato ante el llamado de mi padre en el pasado, creo que podría convencerlos de unirse a la alianza y pelear a nuestro lado; al final... podríamos tener dos clanes más en la alianza y no perderíamos tiempo yendo de un lado a otro
- Bien – aceptó girándose nuevamente – Reconozco que tu plan es sensato y aunque no me gusta, puedo entender... pero aun así, convencer a Tarsem y a Valkay no será fácil
- Nada es fácil con ellos
- Por algo son Olo'eyktan – dijo Ninat't mirándome nuevamente con ese brillo retador en la mirada
Después de nuestra conversación nos mantuvimos un rato más en silencio disfrutando de la compañía del otro hasta que fue momento de prepararnos para partir hacia el santuario de los huesos, un valle árido que se encontraba casi a dos días de distancia y en donde tendríamos que lidiar con el clan Anurai.
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El camino no fue difícil, en especial teniendo en cuenta que las personas del cielo no se aventuraban mucho en dirección al santuario de los huesos y al llegar al clan Anurai, nuestro recibimiento fue mucho más cordial de lo que esperábamos.
Entok, el Olo'eyktan del clan Anurai era un viejo cazador muy apegado a las tradiciones; no buscaba guerra ni conflicto, simplemente deseaba mantener la paz en su clan y proteger las costumbres que resguardaban, pero su hija Kiralu tenía una perspectiva diferente de las cosas.
Ella deseaba pelear, deseaba proteger a su clan y a Pandora, un deseo que Ninat't reconoció a la perfección ya que fue el mismo deseo que la llevó a marcharse de su hogar en primer lugar, así que se encargó de contarle todo lo que estaba sucediendo en el bosque y en el océano; se encargó de contarle las cosas que había visto, la destrucción que tuvo que enfrentar y le contó todas las perdidas que estábamos sufriendo; ambos les contamos tanto a ella como al Olo'eyktan y a algunos otros na'vi sobre lo terrible que estaba siendo la guerra y como necesitábamos su ayuda para enfrentar al enemigo.
Les hablamos de la alianza que se estaba formando entre los clanes del bosque y después de todo lo que dijimos nos pidieron un momento para hablar y evaluar la situación, así que nos mantuvimos lejos de la tienda de reuniones junto a los guerreros que nos acompañaban mientras ellos tomaban una decisión.
Finalmente, después de lo que me pareció una eternidad el Olo'eyktan habló con nosotros y por la expresión en el rostro de Kiralu pude saber con certeza que se unirían a nuestra alianza, así que en cuanto el Olo'eyktan lo confirmó sentí un gran alivio y pude comenzar a explicarles lo que necesitábamos.
El clan Anurai contaba con artesanos expertos que podrían encargarse de la fabricación de armas para todos los clanes que iban a pelear y en esta guerra necesitaríamos de todas las armas posibles, además, por lo que sabía, las armas hechas por los Anurai eran resistentes e implacables, así que eso sería un punto a nuestro favor.
Una vez que terminamos de explicarles sobre las armas que necesitábamos y sobre como varios miembros del clan Tayrangi se encargarían de llevarlas a donde eran requeridas dimos por terminada la conversación, aunque antes de marcharnos Kiralu se acercó a nosotros con una petición.
- Necesitamos aprender a pelear – declaró con seriedad y Ninat't la escuchó en silencio
Había muchos na'vi jóvenes en el clan Anurai, muchos de ellos deseaban pelear y defender no solo a su clan, si no a todos los demás, pero no tenían la suficiente preparación y aunque podían defenderse, pelear en una guerra era algo completamente diferente, por lo que cuando terminó de hablar Ninat't me miró con seriedad y pude reconocer que había tomado una decisión.
- Junto al grupo del clan Tayrangi enviremos a un grupo de guerreros para que los entrenen y les enseñen lo que necesitan saber; el clan Tipani los entrenará para pelear, pero debes saber que no será para nada fácil
- Nos esforzaremos al máximo – respondió Kiralu y solo entonces nos marchamos
El camino de regreso fue mucho más sencillo, tal vez porque habíamos conseguido nuestro propósito o tal vez porque Ninat't se sentía complacida al ver el ímpetu y la fuerza que Kiralu había demostrado; sin duda nuestra generación iba a pelear con todo lo que tenía para defender nuestro mundo, pero dos días después cuando descendimos hacia las montañas Aleluya la tensión regresó de golpe y por las expresiones en los rostros de los guerreros que nos observaban, sabía con certeza que algo terrible había sucedido en nuestra ausencia.
- ¿Qué sucedió? – pregunté en cuanto entramos a la tienda de reuniones
Valkay y Tarsem se veían afligidos tanto o más de lo que Raltaw y Sulkan se encontraban, pero solo bastó una mirada para saber que no solo había sido un ataque, algo mucho peor había pasado.
- ¿Qué sucedió? – preguntó Ninat't con impaciencia
- Atacaron al clan Hulanta – respondió Valkay con la voz raposa
Valkay y Tarsem se veían agotados como si hubieran pasado los últimos días despiertos intentando resolver que hacer y aunque podía entenderlos, el silencio era abrumador, por lo que Ninat't no tardó en exasperarse.
- ¿Qué tan grave fue el ataque? ¿Cuántos heridos? ¿Cuál es la posición de las personas del cielo? ¿Qué ha sucedido? – empezó a cuestionar y pude notar como Raltaw respiraba con dificultad
- Ninguno – respondió Tarsem con lentitud
- ¿Ninguno? – pregunté sin comprender
- Ningún sobreviviente – aclaró y tanto Ninat't como yo nos congelamos
- ¿Cómo... que ningún sobreviviente? – preguntó Ninat't con la voz temblorosa
- Fueron bombardeados hace dos noches – dijo Sulkan con seriedad, pero reconocí el dolor detrás de sus palabras – Los demonios del cielo tenían una base de avanzada en su territorio, pero no habían atacado; hace dos noches las naves simplemente llegaron hasta las aldeas y comenzaron a bombardearlo todo
- No teníamos información sobre ese ataque, los científicos no registraron nada hasta que fue demasiado tarde – continuó Raltaw con pesar
- Enviamos cazadores y guerreros a buscar sobrevivientes – dijo Tarsem con cansancio
- No encontraron nada – añadió Valkay con rabia – Ellos lo destruyeron todo y se están movilizando para ocupar el territorio
- Tuvimos que retirarnos para evitar más bajas – dijo Sulkan que parecía estar a punto de desmayarse por el cansancio
- Enviamos la noticia a todos los otros clanes – dijo Tarsem que intentaba mantenerse firme, pero podía notar lo mal que se encontraba
- ¡Masacraron a un clan! – exclamó Valkay con rabia y noté como Ninat't tenía los ojos llenos de lágrimas, pero también apretaba las manos con furia
- Los haremos pagar – declaró Ninat't con un tono de voz que me congeló la sangre, pero los demás simplemente asintieron dándole todo el permiso que necesitaba para salir de la tienda con toda la furia de la que era capaz
Ella no se quedaría quieta a llorar por las vidas perdidas; no, ella iba a actuar e iba a contratacar, así era Ninat't y si bien no pensaba detenerla, la acompañaría en todo lo que deseara hacer, porque al menos así, podría mantenerla a salvo.
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¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que hará Ninat't?
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