CAPÍTULO 23

NETEYAM

Estaba herido, pero el coronel también lo estaba, así que eso era un punto a mi favor; había conseguido desarmarlo, pero había perdido mis cuchillos en el proceso, así que ahora era un combate cuerpo a cuerpo lo que estaba bien, pero me sentía agotado y no estaba seguro de cuanto tiempo resistiría.

-          Ya estoy yendo – escuché a través del comunicador y volví a ponerme firme

Ninat't lo había conseguido, ella estaba bien y nuestros hermanos estaban a salvo; ella estaba regresando, tenía que resistir un poco más, solo un poco más.

-          Has durado bastante, niño – dijo el coronel con sangre en su boca y sonreí

-          Acabaré contigo – respondí volviendo a arremeter contra él

Estaba cansado y adolorido, pero no iba a darme por vencido, no iba a rendirme ni ahora ni nunca, mucho menos contra él; era un guerrero del clan Omatikaya, era un guerrero del clan Metkayina, era hijo de Toruk Makto y Neytiri, pero más allá de todo eso, era Neteyam Sully y nunca me rendiría, no mientras mi corazón continuara latiendo.

Continué pelando con todas las fuerzas que me quedaban, continué peleando porque ese era mi deber; el coronel podía ser fuerte, pero yo lo era aun más, porque tenía razones mucho más poderosas para mantenerme en pie y continuar luchando.

Intenté llegar a uno de los cuchillos que habían quedado en el suelo, pero el coronel se abalanzó sobre mí y me golpeo con fuerza obligándome a retroceder; tenía varias heridas y sentía los músculos contraídos como si con cada movimiento me fuera más difícil seguir peleando, pero no podía detenerme, no ahora.

-          Será un placer matarte, mocoso – dijo el coronel con asco y volví a atacarlo, forzando un poco más mi cuerpo

El coronel intentó esquivarme para contratacar, pero ya estaba esperando ese movimiento por lo que en el último segundo me moví, esquivando su golpe y atacando el flanco que dejó vulnerable consiguiendo hacerlo retroceder, lo que al parecer logró enfurecerlo aun más.

Seguimos peleando, moviéndonos de un lado a otro intentando provocar el mayor daño posible al otro, pero a medida que peleábamos sentía que mis heridas se hacían más grandes y el dolor empezaba a ser más difícil de soportar.

Recibí otro golpe que me hizo caer, pero antes de que el coronel pudiera volver a atacarme una flecha salió disparada dándole justo en el costado derecho y ese ataque lo hizo retroceder mientras que la sangre empezaba a salir de su herida.

-          ¡Aléjate de él! – gritó Ninat't acercándose con el arco levantado y apuntando otra flecha hacia el coronel Quaritch que ya se había quitado la flecha de su costado y ahora hacía presión en su herida.

Estaba lastimada, eso era más que obvio y se le notaba exhausta; tenía una gran herida en el brazo izquierdo que le impedía tensar correctamente el arco, pero a pesar de sus heridas su puntería seguía siendo buena y aunque no era perfecta como normalmente sucedía, era lo suficientemente buena como para darle al coronel sin problemas.

Fijé mi atención en el coronel a medida que me ponía de pie y noté como su expresión cambiaba drásticamente al notar la presencia de Ninat't; él no estaba en el mejor estado, por lo que era evidente que estaba considerando el riesgo de atacarnos nuevamente.

Ninat't y yo estábamos heridos, nuestro estado no era el mejor, pero incluso el coronel era consciente de que la puntería de Ninat't era infalible y de que si ambos nos lo proponíamos seríamos capaces de acabar con él, así que aun apretando la herida en su costado se apartó de nosotros.

-          Acabaré con ustedes la próxima vez – murmuró mientras retrocedía

-          Estaremos esperándolo – respondió Ninat't sin bajar el arco y el coronel finalmente salió huyendo

Entendía perfectamente las razones de Ninat't para no lanzar esa flecha, comprendía las razones por las cuales no iba tras el coronel, porque la verdad era que estábamos demasiado heridos y todavía teníamos que salir de este lugar, así que continuar peleando ahora no era sensato e incluso ella, teniendo en cuenta como era, lo sabía.

-          Vámonos – dijo Ninat't acercándose y aunque ambos estábamos bastante mal hicimos un último esfuerzo para salir corriendo del lugar

No nos encontrábamos tan lejos de la cubierta, así que seguimos corriendo, pero antes de que pudiéramos llegar a nuestro destino, unos disparos nos detuvieron y jalé el brazo de Ninat't para ocultarnos tras una de las paredes.

-          Dame el arco – pedí y ella asintió

La herida en su brazo estaba sangrando mucho, así que de inmediato me tendió el arco con la única flecha que restaba y con cuidado observé al hombre que nos disparaba; solo tendría una oportunidad y tenía que dar justo en el blanco, así que respiré profundamente, tensé el arco y disparé dándole justo en la cabeza.

La verdad es que parte de mí sentía arrepentimiento, no me gustaba matar, no me gustaba acabar con las vidas de otros, no le veía el sentido y por más que estuviéramos en una guerra, la perdida de tantas vidas me parecía algo horrible.

Cuando era niño mi madre nos hablaba mucho sobre el balance, sobre la importancia de proteger la vida y sobre el camino que existía después de la muerte; mi madre nos hablaba sobre como todas las cosas estaban conectadas, nos hablaba de como cada vida estaba unida a las demás y como cada vida era igual de importante que otras, es por eso que acabar con las personas del cielo, pese a que estaban atacándonos no era algo que me hiciera sentir bien.

-          Ya estamos cerca – dijo Ninat't y ambos volvimos a correr para salir del bote

En cuanto salimos hacia la cubierta, Ninat't hizo un sonido para llamar a nuestros Ikráns que descendieron con rapidez y a pesar del dolor que evidentemente ambos estábamos sintiendo, montamos en nuestros Ikráns para marcharnos lo más pronto posible.

-          ¡Retirada! – exclamé a través del comunicador y Ninat't repitió mi orden

Los guerreros que quedaban salieron tras nosotros al igual que Raltaw y Sulkan que llevaban consigo a Lo'ak y a Tsireya, por lo que sin perder ni un solo segundo más, salimos volando con rapidez ocultándonos entre las nubes para después descender hacia el bosque en donde nos sería más fácil ocultarnos.

-          ¿Cuántas bajas sufrimos? – pregunté mientras intentaba aferrarme a mi Ikrán

-          Tres – respondió Raltaw con la voz cansada – La mayor parte de los guerreros se encuentran heridos, pero continúan resistiendo – informó y suspiré intentando mantener mi dolor bajo control

-          Hay que darnos prisa – dijo Sulkan interrumpiéndonos – Lo'ak se encuentra bastante mal y Tsireya está herida

Ninat't nos estaba escuchando y noté como giraba levemente la cabeza para mirar hacia nuestros hermanos, pero al observar más a detalle como se encontraba Ninat't me di cuenta que sus heridas estaban sangrando mucho, así que le pedí a mi Ikrán que se apresurara y junto a todos los demás empezamos a avanzar aun más rápido.

Una vez que llegamos al campamento todos los Ikráns comenzaron a descender y de inmediato otros na'vi vinieron a ayudar a los heridos, pero a pesar de las heridas que teníamos Ninat't y yo, ella me miró por un segundo y no necesité palabras para saber lo que quería, así que tanto ella como yo bajamos de nuestros Ikráns manteniéndonos firmes y caminamos entre los na'vi con la cabeza en alto y el cuerpo erguido.

El pueblo no debía vernos débiles, no debía vernos caer o sufrir por nuestras heridas; debíamos mostrarnos fuertes e imbatibles; debíamos mantenernos en pie por todos los que ahora nos observaban y que requerían de nuestra fortaleza.

-          Hay que llevar a los heridos a la tienda de la Tsahik para que sean atendidos – le indiqué a uno de los na'vi que se acercó para saber cómo proceder

-          Informen a la Olo'eyktan del clan Tawkami sobre el número de heridos – escuché decir a Ninat't

-          Llevaremos a Lo'ak y a Tsireya con la Tsahik – dijo Sulkan acercándose cargando a mi hermano mientras que Raltaw llevaba a Tsireya

Después de dar unas cuantas indicaciones más sobre los guerreros y los Ikrán heridos, Ninat't y yo nos dirigimos a la tienda de reuniones en donde al fin nos dejamos caer bastante agotados y adoloridos.

-          Deberíamos ir a que curaran nuestras heridas – dije, pero ella negó

-          No podemos, no ahora – respondió Ninat't con cansancio – No podemos mostrarnos débiles

-          Estar heridos no significa que seamos débiles – refuté y ella sonrío un poco

-          Tienes razón... pero justo ahora Valkay y Tarsem están heridos, el pueblo ya los ha visto caer; confían en nosotros, nos siguen y nos admiran, no podemos mostrarnos heridos, no ahora que los ánimos están tan bajos

-          Ya estoy aquí – dijo Tsyal entrando a la tienda de reuniones

-          ¿Cómo...? – comenzó a murmurar Ninat't

-          Creo que ya empiezo a conocerlos – interrumpió Tsyal quien se acercó para comenzar a tratar nuestras heridas – Me dijeron que muchos guerreros habían llegado heridos, envíe a los miembros adultos de mi clan a ayudar a la Tsahik, pero supuse que ambos estarían aquí

-          Gran suposición – dije sonriéndole a Tsyal quien asintió mientras continuaba curando a Ninat't

-          Sí, bueno, ambos son muy tercos; era obvio que no irían a buscar ayuda

-          No somos tercos – se quejó Ninat't y tanto Tsyal como yo la miramos fijamente ocasionando que gruñera un poco

-          Debieron ir con la Tsahik de inmediato para que los atendiera – dijo Tsyal y asentí, ya que eso era justo lo que yo opinaba – Aunque entiendo sus razones para no hacerlo

-          Gracias... - murmuró Ninat't y permanecimos en silencio mientras Tsyal continuaba curando nuestras heridas

Pese a todas nuestras heridas habíamos alcanzado nuestro objetivo; pudimos salvar a nuestros hermanos, pudimos sacarlos a salvo de ese bote antes de que fuera demasiado tarde; ambos pudimos resistir, aunque teníamos las probabilidades en contra, pero si hubiéramos tardado un poco más... la historia sería diferente.

Cuando Tsyal terminó de curar nuestras heridas le agradecimos por su ayuda y ella se marchó para ver como se encontraban los demás heridos mientras que Ninat't y yo recuperábamos nuestras fuerzas para poder volvernos a poner en marcha.

Había mucho que hacer y no teníamos tiempo que perder, pero tampoco éramos invencibles, necesitábamos descansar, necesitábamos recuperarnos al menos un poco; ambos nos encontrábamos bastante mal, pero a pesar de eso, no podíamos quedarnos sentados no ahora que había tanto en juego.

-          Hay que ir a ver a Lo'ak y a Tsireya – murmuró Ninat't poniéndose de pie

-          Lo sé... - murmuré con lentitud – Pero hay que esperar, al menos hasta encontrarnos un poco mejor

-          Neteyam...

-          Hay que descansar un poco, princesa, no ayudaremos a nadie si no podemos movernos – intenté razonar con ella y después de una pequeña batalla de miradas, terminó accediendo y volvió a sentarse quedando cerca de mí

Ninat't se recostó e hice lo mismo; ambos teníamos muchas cosas en la mente, demasiadas preocupaciones con las que cargar, pero también estábamos exhaustos, así que poco a poco cedimos ante el cansancio y nos quedamos dormidos.

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