CAPÍTULO 19
NETEYAM
El regreso al bosque fue un poco más pesado, tal vez porque sabíamos lo que nos esperaba, aunque cuando finalmente llegamos la sorpresa nos golpeó de inmediato y el caos comenzó a sobrepasarnos.
Tarsem estaba herido, Valkay tenía heridas muy graves; el bosque había sufrido un ataque muy fuerte e incluso otros clanes habían salido afectados; todo era un desastre y ni siquiera llegábamos a comprender lo que había sucedido.
¿Cómo es que todo se fue al diablo tan rápido?
Había muchos heridos, tanto na'vi como Ikráns por lo que a pesar de que deseábamos respuestas, debíamos encargarnos primero de ayudar al pueblo, así que mientras que Ninat't ayudaba a Mo'at y a la Tsahik del clan Tipani a curar a los heridos, me encargué de ayudar a curar a los Ikrán mientras que Raltaw y Sulkan iban junto a otros guerreros a recorrer la zona para asegurarnos de no sufrir otro ataque.
La situación era complicada y justo ahora estábamos vulnerables; Valkay y Tarsem estaban heridos, el pueblo estaba conmocionado y nuestros aliados también habían sufrido bajas; teníamos que poner las cosas en orden o todo acabaría en un gran desastre, pero honestamente no tenía idea por donde comenzar.
Pasamos gran parte del día curando a los heridos y envié a un par de guerreros en dirección a cada uno de los clanes aliados para saber la situación en la que se encontraban y poder ayudarlos en lo que nos fuera posible, pero después del eclipse Raltaw y Sulkan regresaron junto a otros guerreros llevando con ellos a otros na'vi que se veían bastante heridos y agotados.
- ¿Qué ha sucedido? – preguntó Ninat't acercándose mientras que otros guerreros ayudaban a esos na'vi y los llevaban a la tienda de la Tsahik
Detrás de Raltaw y Sulkan, en compañía de otros guerreros del clan fue acercándose un Ikrán bastante pequeño que llevaba consigo a una na'vi que, aunque se veía herida, se encontraba en mejor estado que los demás y cuando todos aterrizaron, ella no tardó en acercarse a nosotros.
- ¿Quién eres? – pregunté colocándome firme al lado de Ninat't y aquella na'vi nos estudio un poco con la mirada antes de hablar
- Mi nombre es Tsyal, soy la hija del Olo'eyktan del clan Tawkami; lo que queda de mi clan y yo buscamos refugio – dijo y pude notar como Ninat't se tensaba a mi lado
- Soy Neteyam del clan Omatikaya y ella es Ninat't, miembro del clan Tipani
- ¿Ustedes están a cargo? – preguntó con algo de duda
- Acompáñanos a la tienda reuniones, ahí podremos hablar en privado – dijo Ninat't con calma – Ahí también curaremos tus heridas
Tsyal caminó detrás de nosotros con lentitud y aunque Sulkan intentó ayudarla, ella no lo permitió, así que decidimos no presionarla y simplemente nos tomamos nuestro tiempo para llegar a la tienda de reuniones.
- Reúne a algunos guerreros, recorran la zona, busquen sobrevivientes y manténganse alerta en el caso de que vean alguna nave – ordené mirando a Raltaw que asintió antes de marcharse para cumplir con lo que le había pedido
- Sulkan, por favor, ve a ver como se encuentran Tarsem y Valkay; necesito saber su estado para decidir cómo proceder – dijo Ninat't y Sulkan obedeció
Una vez que estuvimos los tres solos Ninat't le indicó a Tsyal que se sentara y comenzó a curarla mientras yo me sentaba justo en frente y esperaba pacientemente a que Ninat't terminara de curar sus heridas.
Cuando finalmente Tsyal se encontraba mejor, Ninat't le entregó algo de comida y tomó asiento a mi lado justo en frente de Tsyal que ya no nos miraba con tanta sospecha, aunque aun así parecía cautelosa en nuestra presencia.
- ¿Qué sucedió? – pregunté muy despacio
- Atacaron nuestra aldea durante la noche; de alguna forma consiguieron cruzar las montañas sin que pudiéramos detectarlos y entraron a la jungla; mi padre y algunos otros miembros del clan intentaron luchar, pero no somos guerreros... - murmuró Tsyal con un tono de voz cansado y adolorido – Mi padre y los demás intentaron frenar el ataque para darnos algo de tiempo para escapar, pero una vez que cruzamos las montañas unas naves volvieron a atacarnos, vi a muchos caer y tuvimos que dispersarnos; solo pude encontrar a algunos miembros de mi clan, pero los demás... no sé ni siquiera si siguen vivos...
Tsyal era joven, tal vez más joven que mi hermana y se veía abatida; había perdido a su familia y a gran parte de su clan en muy poco tiempo; se encontraba herida y perdida, sin saber que hacer o cómo salir adelante y lo único que podíamos hacer era darle una mano e intentar ayudarla.
- Buscaremos sobrevivientes, si encontramos a algún miembro de tu clan será bienvenido aquí – aseguré con un tono calmado para no alterarla
- Aquí estarán a salvo – aseguró Ninat't tomando la mano de Tsyal – Los mantendremos a salvo
Después de hablar un poco más con Tsyal la llevamos a la que sería su tienda y le dijimos que colocaríamos otras tiendas alrededor de la suya para que fueran ocupadas por los miembros de su clan que todavía estaban siendo atendidos por la Tsahik, pero antes de que pudiéramos marcharnos para dejarla descansar, nos pidió que la lleváramos a la tienda de la Tsahik ya que quería ayudar a curar a los heridos tanto de su clan como de los nuestros y a pesar de sus heridas, una vez que la llevamos con Mo'at y con la Tsahik del clan Tipani, de inmediato comenzó a ayudar.
- ¡Qué desastre! – exclamó Ninat't furiosa una vez que volvimos a la tienda de reuniones
- Princesa... - dije intentando tranquilizarla
- Los Tawkami son un clan pacífico, no se metían con nadie y aun así... - murmuró con rabia
- Lo sé...
- Neteyam, Ninat't – dijo Sulkan entrando a la tienda y ambos nos giramos hacia él
- ¿Cómo están?
- Las heridas de Valkay son bastante graves; cuando atacaron tanto él como Tarsem salieron a luchar junto a los otros guerreros; Valkay sufrió el mayor impacto del último ataque, es por eso que sus heridas son más profundas
- ¿Y Tarsem? – pregunté y Sulkan respiró profundamente
- Sus heridas son más leves, pero igualmente le tomará algún tiempo recuperarse – nos informó Sulkan y ambos asentimos con lentitud
- Está bien... - murmuró Ninat't – Podrías encargarte de que coloquen tiendas para los miembros del clan Tawkami, alrededor de la tienda que está al este, esa es la que usará Tsyal la hija del Olo'eyktan
- Por supuesto – aceptó Sulkan de inmediato
- Nosotros iremos a hablar con los científicos, hay que intentar anticiparnos a cualquier otro ataque – dije y Sulkan asintió antes de retirarse
Ninat't y yo estábamos agotados, pero no podíamos detenernos ahora; había mucho que hacer y mucho en lo que debíamos prepararnos, así que después de hablar con los científicos para que buscaran cualquier señal o mensaje proveniente de las personas del cielo empezamos a encargarnos de todos los otros asuntos pendientes.
Dado que Valkay y Tarsem estaban heridos, teníamos que encargarnos de todos los asuntos relacionados con los clanes, además del asunto de la alianza, de los planes que ya teníamos en marcha, la posible unión con los clanes del océano, la búsqueda de supervivientes del clan Tawkami y por supuesto todo el asunto de la guerra.
Francamente iba a ser una tarea dura y seguramente descansaríamos aun menos de lo que lo estábamos haciendo, pero no había otra opción; teníamos que liderar a los clanes, teníamos que poner en orden las cosas o todo empeoraría.
- ¡Mamá! ¡Papá! – gritó Tekay entrando a la tienda de reuniones en donde nos encontrábamos planeando nuestra siguiente estrategia
- ¿Qué sucedió, cariño? – preguntó Ninat't alzando a nuestra hija
- Raltaw llegó junto a otros guerreros, encontraron algunos niños – nos informó Tekay y Ninat't me miró brevemente
- Cariño, ve a la tienda y espéranos ahí, por favor – pedí y ella frunció un poco el ceño
- Quiero ayudar a la abuela
- Lo sé, Tekay – dijo Ninat't con dulzura – Pero no sabemos como se encuentran esos niños, es mejor dejar a la abuela trabajar tranquila, ¿sí? Por favor, haznos caso – pidió Ninat't con suavidad y aunque Tekay no parecía muy contenta, asintió
Ninat't y yo nos dirigimos de inmediato a donde se encontraban los guerreros que estaban bajando a los niños para llevarlos a la tienda de la Tsahik y mientras que Ninat't ayudaba con algunos de los niños, me acerqué a Raltaw para pedirle un informe sobre la situación.
- Encontramos diez niños en distintas zonas del bosque, parece que estuvieron corriendo y ocultándose de las naves, algunos están bastante heridos, pero ninguno tiene heridas de muerte
- ¿Y sus padres? – pregunté, pero Raltaw negó
- No hay ni rastro; no creo que consiguieran salir de su territorio
- Hay que seguir buscando – declaré y él asintió
- Lo haremos
Intercambié un par de palabras más con Raltaw para saber como estaban las cosas en el exterior y después me dirigí a la tienda de la Tsahik donde Ninat't estaba terminando de acomodar a algunos niños; Tsyal estaba ayudando a Mo'at y a la Tsahik de los Tipani a curar a los niños, así que para no estorbar, Ninat't y yo nos retiramos de regreso a la tienda de reuniones para evaluar que hacer a continuación, pero en cuanto estuvimos solos me abrazó con cansancio y noté que emocionalmente estaba al límite.
- Princesa...
- Son niños... - murmuró conteniendo un sollozo - ¿Cómo pueden hacer algo así?
- No lo sé, princesa... - acepté compartiendo su dolor – Pero los mantendremos a salvo, lo prometo – aseguré y la abracé con fuerza atrayéndola a mi pecho
Ninat't se sentía devastada y podía comprenderla perfectamente, pero no podíamos mostrarnos débiles, no podíamos permitirnos ceder ante nuestros sentimientos y llorar hasta perder el sentido; justo ahora lo que necesitaba el pueblo era nuestra fortaleza; necesitaban que fuéramos fuertes y lideráramos a los clanes, no necesitaban vernos caer o vernos vulnerables, así que, por todos ellos, teníamos que mantenernos en pie.
- Busquémoslos – murmuró Ninat't apartándose ligeramente
Sus ojos estaban empañados por las lágrimas, pero debajo del dolor y la tristeza estaba esa rabia cruda que resaltaba en ella; esa rabia que la hacía peligrosa y que la volvía alguien implacable.
- Busquemos al clan de la ceniza – dijo tomándome por sorpresa
- Princesa...
- Tienes razón; la guerra está empeorando y no podremos lograrlo solos
- ¿Estás segura? – pregunté y suspiró
- Hay algunos riesgos que deben correrse, ¿No es eso lo que siempre me dices? – cuestionó y acaricié su mejilla limpiando sus lágrimas
- Entonces correremos ese riesgo juntos – aseguré y ella sonrío un poco
- Siempre juntos... - murmuró y volví a abrazarla con fuerza
No tenía idea que es lo que nos depararía el futuro, pero la decisión ya estaba tomada; iríamos en busca del clan de la ceniza, pediríamos su ayuda y venceríamos en esta guerra, no importaba el costo, saldríamos adelante.
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