CAPÍTULO 12

NETEYAM

Después de dos largos días, Ninat't partió hacia el clan Kekunan en compañía de un grupo de guerreros mientras que yo me dirigía al clan Olangi y aunque en estos últimos días las cosas habían estado tensas, antes de marcharnos intentamos dejar el tema del clan de ceniza a un lado.

El viaje sería corto, al menos eso esperábamos, pero, aunque fuera solo un día, odiaba distanciarme de Ninat't y de Tekay; no quería que ninguna de ellas estuviera sola, sin embargo, no teníamos otra alternativa.

El camino hacia el clan Olangi fue corto y el Olo'eyktan me recibió bastante bien; mi padre había mantenido una estrecha relación con el clan Olangi a través de los años y eso era una ventaja en este momento, por lo que al hablar con el Olo'eyktan y exponerle la situación que estaba teniendo lugar no solo en el bosque, si no también en el océano, se mostró bastante receptivo a unirse a la alianza y finalmente cuando terminé de hablar sobre los sucesos de los últimos días, entre ellos la masacre al clan Hulanta, el Olo'eyktan aceptó la alianza por completo y me aseguró que todo el clan lucharía.

No quería entretenerme demasiado tiempo en el clan Olangi ya que sentía la fuerte necesidad de volver a casa con mi familia, pero en el camino de regreso, unas naves nos interceptaron y comenzaron a atacarnos.

Era más que obvio que estaban esperando su oportunidad o incluso era probable que nos estuvieran siguiendo desde que salimos de las montañas Aleluya, era imposible saberlo con certeza, pero la realidad era que nos encontrábamos bajo ataque y no tenía ningún plan en mente sobre como defendernos.

-          ¡Despliéguense a los lados! – ordené de inmediato

El equipo que me había acompañado a visitar al clan Olangi era pequeño, solo cuatro guerreros iban conmigo lo cual visto desde un lado estratégico era bueno ya que se suponía que así no llamaríamos mucho la atención, pero justo ahora y teniendo en cuenta que las naves nos habían seguido o rastreado, nos encontrábamos en clara desventaja.

Sus ataques eran fuertes y las naves nos estaban acorralando volviéndonos una presa fácil de vencer, por lo que pelear en este momento era nuestra peor opción, así que sin esperar más tiempo di la orden de la retirada y le ordené a los guerreros a mi cargo que volaran con sus Ikrán a través del bosque para ocultarse y despistar a las personas del cielo que parecían decididos a acabar con nosotros.

Me alejé de los guerreros llamando la atención de las naves y con la mayor rapidez posible entré al bosque pasando entre las ramas de los árboles mientras era seguido de cerca por naves mucho más pequeñas que continuaban disparándome sin detenerse.

-          ¡Vamos! – grité y mi Ikrán aceleró lo más posible mientras yo iba dirigiéndolo entre los árboles

Teníamos que perder a las naves que nos seguían, teníamos que conseguir ocultarnos, tenía que existir alguna forma de salir de esta situación con vida; tenía que existir una forma de lograr escapar.

Ascender no era una opción; las naves más grandes nos esperaban fuera de las copas de los árboles que por el momento nos servían de escudo y en cuanto saliéramos un poco estaba seguro que atacarían con todas sus fuerzas; por otro lado, tampoco podía continuar volando sin sentido entre los árboles, tarde o temprano las pequeñas naves que nos seguían terminarían alcanzándonos y eso sería terrible, pero entonces... ¿Qué otra opción teníamos?

Después de volar por un rato me di cuenta de algo muy importante; las naves me seguían de cerca, incluso las más grandes que se habían quedado rezagadas por lo que podía afirmar que el objetivo de este ataque era yo y aunque eso no me aliviaba en lo absoluto, si que me hacía sentir mejor con respecto a los otros guerreros que seguramente habían conseguido refugiarse y ahora se encontraban a salvo.

Continué avanzando entre los árboles intentando perder a las naves que seguían atacándome, pero este plan no iba a resultar nada bueno a largo plazo, así que observé a mi alrededor intentando encontrar una forma para escapar y gracias a Eywa una brillante idea apareció en mi mente.

Cerca de donde me encontraba había una cascada que llevaba a una serie de túneles bajo una de las montañas en donde me sería más fácil perder a las naves, pero lo cierto era que si no tenía el suficiente cuidado también sería muy fácil que me perdiera en ese lugar.

Mis opciones eran pocas y las probabilidades de que pudiera escapar de las naves si continuaba volando a través del bosque eran casi nulas por lo que la única opción medianamente viable era entrar a esos túneles; así que eso es lo que haría, solo esperaba poder hallar la salida del otro lado.

Volé con toda la velocidad de la cual mi Ikrán era capaz hasta llegar a la cascada y antes de aventurarme tras el agua para acceder a los túneles me giré levemente y levanté el arco apuntando con tres flechas a la nave más cercana y sin perder ni un segundo disparé dando justo en el blanco; aun tenía otras naves persiguiéndome pero esa pequeña explosión me dio un poco de tiempo para atravesar la cascada y adentrarme en los túneles los cuales estaban muy poco iluminados por no decir que estaban completamente oscuros.

En las paredes de los túneles había algunas piedras que brillaban irradiando una pequeña luz en medio de toda la oscuridad, pero por más tenue que fuera la luz era suficiente para poder guiarme entre los túneles y aunque podía escuchar a la perfección como las naves trataban de seguirme poco a poco fui dejándolos atrás adentrándome cada vez más en los oscuros túneles.

-          Bueno... - murmuré frenando un poco cuando los túneles comenzaron a dividirse - ¿Qué camino tomamos? – pregunté y mi Ikrán solo bufó 

Las naves se habían quedado más atrás y ya casi no las escuchaba, lo más probable es que estuvieran igual de perdidas que yo, pero al menos yo contaba con una ventaja; era un na'vi y Eywa estaba de mi lado, tenía que confiar en que ella me mostraría la salida de este lugar y tenía que confiar en mis instintos que hasta el momento no me habían fallado.

Me decidí a avanzar por el túnel de la derecha y a pesar de que mi Ikrán no parecía encontrarse muy contento por la situación en la que estábamos, no teníamos más opción que seguir avanzando, pero a medida que seguíamos un túnel u otro las piedras que daban pequeños rastros de luz fueron haciéndose cada vez más escasas hasta que la oscuridad comenzó a envolvernos por completo.

-          Bien... estamos en problemas – murmuré con cansancio y comencé a considerar la opción de dar media vuelta e intentar encontrar la salida por la cascada, aunque esa tampoco sería una buena opción.

No podía regresar por la cascada, lo más probable es que las naves continuaran esperando fuera de los túneles y si salía por ahí, definitivamente sería mi fin; la única opción era encontrar la salida del otro lado de la montaña, pero decirlo era mucho más fácil que hacerlo.

Estaba comenzando a ceder ante los nervios cuando noté que algo se movía a nuestro lado y al dirigir la mirada a una de las paredes del túnel pude distinguir a un tipo de animal que nos observaba atentamente; esa pequeña criatura nos miraba fijamente como esperando a que hiciéramos algún movimiento, pero ni mi Ikrán ni yo nos movimos ni un poco y cuando nuevamente comenzó a avanzar giró su cabeza en nuestra dirección y no tuve que pensarlo mucho antes de aceptar seguirlo.

Esa pequeña criatura nos guio a través de los túneles y sin poner muchas objeciones lo seguí, después de todo, tenía plena confianza de que si había aparecido en el momento justo cuando más lo necesitábamos debíamos confiar en él y en Eywa.

Seguimos avanzando hasta que la oscuridad comenzó a menguar y entonces finalmente después de lo que me pareció una eternidad la luz volvió a hacerse presente iluminando la salida de los túneles y francamente no me sentía capaz de contener la emoción.

-          ¡Gracias! – exclamé con una sonrisa - ¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias! – continué diciendo hasta que ese pequeño animal desapareció nuevamente en el interior de los túneles

Me encontraba al otro lado de la montaña en una zona segura y no había naves a la vista por lo que sin perder el tiempo salí volando en dirección a las montañas Aleluya para regresar al campamento donde esperaba que los guerreros también se encontraran a salvo, pero cuando comencé a ascender en mi Ikrán el corazón se me detuvo.

Al otro lado de la montaña por la cual había salido, una gran nube oscura empañaba el cielo y eso no era todo; podía oler la ceniza en el aire, así como ver rastros de llamas en el bosque; podía ver a los animales correr en dirección opuesta al lugar donde el fuego se extendía y por más que parte de mí deseara acercarse e intentar ayudar, la verdad es que no podía volver porque sabía que de hacerlo terminaría muerto, así que apreté con fuerza las manos y me puse en camino hacia las montañas Aleluya donde esperaba encontrar al menos una buena noticia.

Cuando llegué al campamento fui recibido de inmediato por los guerreros que me habían acompañado y agradecí infinitamente a Eywa porque todos estuvieran a salvo, pero al ver las expresiones en los rostros de Sulkan y Raltaw supe de golpe que algo malo había sucedido en mi ausencia y sin necesitar ni una sola palabra los seguí hacia la tienda de reuniones donde Tarsem y Valkay estaban teniendo una terrible discusión.

-          ¿Y ahora que sucedió? – pregunté atrayendo la atención de ambos Olo'eyktan

-          Bombardearon el bosque – explicó Valkay y asentí ya que esa información si era algo que había inferido

-          Y atacaron el arrecife, dicen que arrasaron con una de las aldeas Metkayina – continuó Tarsem y sentí que me faltaba el aire

-          ¿Qué? – murmuré sin saber que decir – Mis padres... mis hermanos... la familia de Ninat't... - comencé a murmurar

-          Todos se encuentran bien – informó Sulkan y sentí que mi corazón volvía a latir

-          El ataque fue a una de las aldeas más apartadas del clan Metkayina – dijo Raltaw con rabia – Los masacraron a todos

-          En cuanto al bombardeo, los científicos interceptaron una señal proveniente de la base principal de las personas del cielo – dijo Tarsem mientras Valkay bufaba – Al parecer dieron la orden de cazarlos a ti y a Ninat't

-          Ya enviamos a un grupo extra de guerreros para advertirle y protegerla de ser necesario – añadió Valkay y eso me brindó algo de calma

-          Me persiguieron por el bosque, entré a los túneles debajo de la cascada y los perdí ahí – informé y todos asintieron

-          Es por eso que bombardearon toda la zona alrededor de la cascada – dijo Sulkan y apreté las manos con fuerza

-          Sus órdenes son llevarlos vivos a la base, pero en caso de no conseguirlo, tienen orden de matarlos – soltó Tarsem de golpe y cerré los ojos intentando procesar toda la información

Era consciente de que Ninat't y yo teníamos blancos en la espalda, lo sabía perfectamente, pero una cosa era saberlo y otra diferente tener que lidiar con la situación; si nos estaban cazando las cosas se complicarían aun más y si de por si todo era sumamente difícil no quería imaginar como serían las cosas a partir de ahora.

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