CAPÍTULO 11
NINAT'T
Una vez que nos contaron todo lo que había sucedido en el arrecife comenzó a faltarme el aire; estuvieron tan cerca de morir, estuve tan cerca de perderlos, quería ponerme a llorar, pero no podía hacerlo, no podía derrumbarme, no ahora que era momento de actuar, así que me tragué una vez más las lágrimas y seguí a todos a la tienda de reuniones mientras Neteyam continuaba aferrándose con fuerza a mi mano.
Ambos estábamos afectados, no podíamos dejar de pensar en nuestras familias, pero no teníamos tiempo para llorar a los caídos o para dejarnos llevar por el miedo o el pánico; teníamos que ser fuertes por nuestros pueblos y por nosotros mismos.
- Bueno, es momento de pensar en nuestras opciones – dijo Valkay tomando asiento
- Debemos continuar con la alianza – dijo Tarsem y eso era algo en lo que todos estábamos de acuerdo
- El clan Anurai ya debe estar fabricando las armas, le enviaré un mensaje a Ikeyni para saber cuándo estarán listos sus guerreros para ir por las armas y comenzaremos a preparar la ofensiva – dijo Neteyam con seguridad
- Acordamos enviar algunos guerreros del clan para entrenar a los miembros del clan Anurai que deseen pelear – comenté y Valkay me miró con curiosidad
- ¿Y que sucederá con el clan Kekunan y el clan Olangi? – cuestionó Tarsem
- Nos tomará demasiado tiempo ir de clan en clan – comentó Raltaw con cansancio
- Creemos que lo mejor es separarnos y cada uno ir hacia un clan distinto – dijo Neteyam mientras continuaba acariciando mi mano
Neteyam procedió a explicar todo lo que habíamos hablado y a explicar los detalles de su plan que hasta ayer pensaba que era excelente, aunque justo ahora lo que menos quería era que nos separáramos, pero no podía decir nada, al menos no frente a todos.
- Eso podría funcionar – dijo Tarsem pensativo
- El Olo'eyktan de los Kekunan conocía muy bien a Ali'kay posiblemente te acepté de inmediato – dijo Valkay y tuve que parpadear un par de veces
Intenté recordar si Ali'kay me había hablado del clan Kekunan, pero mis recuerdos eran muy vagos, así que era muy probable que Valkay tuviera razón, por lo que mi visita al clan Kekunan seguramente sería positiva.
- Bien, entonces hay que ponernos en marcha de inmediato – intervino Sulkan
- Antes de eso... - murmuró Valkay – Tarsem y yo estuvimos discutiendo otra opción
- Bueno, discutir es una palabra muy pequeña para el tema del que estuvimos hablando – dijo Tarsem y todos los miramos con curiosidad
- Los ataques están empeorando, tanto aquí como en el océano – empezó a decir Valkay – Tal vez sea hora de recurrir a medidas más drásticas
- ¿A qué te refieres? – pregunté consternada
- Dale Valkay – dijo Tarsem con cansancio – Cuéntales sobre tu brillante idea – dijo sonando excesivamente sarcástico
- Los métodos de pelea que usamos en el bosque no están dando el resultado esperado y lo mismo ocurre con las estrategias de guerra que están usando los clanes del océano... así que tal vez sería una buena idea recurrir a un clan que tenga métodos... más fuertes...
- ¿Más fuertes? – cuestionó Neteyam
- Por favor, hablen claro – pidió Raltaw
- Tal vez sea momento de recurrir a los clanes de la ceniza – soltó Valkay y mis ojos se abrieron de golpe
- ¡¿Estás loco?! – exclamé con incredulidad
Tenía que estar loco para creer que esa era una buena opción; los clanes de la ceniza eran despiadados, eran crueles y vengativos; ellos nunca nos apoyarían y en caso de que lográramos que lo hicieran, era muy probable que la guerra se volviera mucho peor a causa de su intervención.
Cuando era niña mi padre me contó historias, historias que su abuelo le contó sobre una antigua guerra tan despiadada que muchos clanes sufrieron las consecuencias; antiguamente los clanes vivían en paz; ya fuera en el bosque, en el océano, en las montañas nevadas o en las regiones volcánicas de Pandora, pero todo cambió cuando los clanes de ceniza quisieron tomar en control.
La guerra de los clanes, así era como mi padre la llamaba; fue una guerra que devastó a Pandora; una guerra que trajo consigo muerte y destrucción; una guerra que cambió el rumbo de la historia de los Na'vi.
Los clanes de la ceniza eran fuertes y crueles, no temían perder la vida si conseguían acabar con sus enemigos y no sentían lealtad; ellos dejaban la parte espiritual a un lado y confiaban más en sus habilidades que en Eywa; eran feroces y letales, tanto que durante la guerra si atacaban, no dejaban sobrevivientes.
Durante la guerra de los clanes, fue a causa de la traición del clan de la ceniza que toda relación entre los otros clanes se rompió; nadie confiaba en los demás, nadie buscaba ayuda de otro clan, todos se valían por si mismos, todos deseaban obtener la victoria.
La historia sobre esa guerra siempre me daba pesadillas y cada vez que mi padre me hablaba del clan de la ceniza mi corazón se congelaba; ellos fueron despiadados en la guerra, fueron desalmados con todos los que se atravesaron en su camino y estuvieron a punto de acabar con todos los clanes.
La violencia de la que eran capaces era impresionante; eran guerreros crueles que no tenían reparos en hacer pedazos a sus enemigos; mi padre solía decir que su forma de pelear no tenía comparación y que de acuerdo a lo que su abuelo le contó, esos na'vi no tenían alma.
Los otros clanes estuvieron a punto de perecer en esa guerra, cada quien peleaba por si solo, no había confianza ni apoyo, pero entonces, enviado como una señal de Eywa apareció un Toruk Makto que consiguió aliar a los clanes para que todos pelearan contra los clanes de la ceniza y así fue como después de una gran guerra los clanes de la ceniza fueron desterrados y encerrados en su antiguo territorio.
Ellos perdieron la guerra y tuvieron que pagar las consecuencias; se los aisló en una zona profunda y apartada de las regiones volcánicas de Pandora, se les prohibió salir de ese territorio o mantener contacto con algún otro clan; se les prohibió escapar y se les encerró en una zona rodeada de fuego en la cual la vida casi no se alzaba; ellos perdieron la guerra, pero aun así, se les perdonó la vida a los que quedaban, porque toda la muerte y destrucción que hubo durante la guerra de los clanes era excesiva.
Mi padre solía contarme lo que su abuelo recordaba de aquella guerra; me contaba sobre el fuego que se extendía por el bosque, me contaba sobre las criaturas que montaban los na'vi de la ceniza y como todos parecían monstruos; él me contó historias que se convirtieron en pesadillas y pensar en recurrir a ellos era una idea loca que no estaba dispuesta a aceptar.
Los clanes de la ceniza fueron vencidos, pero causaron caos y devastación; ellos fueron encerrados, sin embargo, no creía ni por un segundo que su sed de venganza hubiera desaparecido y permitirles salir, permitirles volver a pelear era una locura; además, aunque consiguiéramos que aceptaran luchar de nuestro lado en esta guerra, ellos acabarían con todos los humanos sin pensar si había o no inocentes y, por otro lado, si conseguíamos vencer a las personas del cielo, ¿Qué sucedería después? ¿Los clanes de la ceniza regresarían a su territorio o querrían adueñarse del resto de Pandora? ¿Qué nos aseguraba que no se volverían en nuestra contra como sucedió en esa guerra?
Ni siquiera las personas del cielo se habían adentrado en las regiones volcánicas y pensar en hacerlo nosotros era una idea descabellada; lo más probable es que acabáramos muertos si nos adentrábamos aunque fuera solo un poco en ese territorio y no quería pensar en lo que sucedería si en verdad llegábamos a encontrarnos con algún na'vi de la ceniza.
- ¡Perdiste la razón! – exclamé furiosa - ¡Esa es la peor idea que se te pudo ocurrir!
- ¡Ves! – exclamó Tarsem – ¡Incluso ella está de acuerdo conmigo!
- ¡Los na'vi de la ceniza son monstruos! ¡¿Qué acaso no recuerdas las historias?!
- Son historias, Ninat't... - murmuró Valkay y lo fulminé con la mirada
- ¡Mi familia peleó en esa guerra! – exclamé perdiendo la poca calma que aun me quedaba
- Ninat't... - murmuró Neteyam, pero ni él iba a poder tranquilizarme
- ¡Estás loco! ¡Si los traemos aquí solo tendremos más problemas!
- Ellos podrían cambiar el rumbo de la guerra – insistió Valkay
- ¡Claro! ¡Ellos podrían volverse en nuestra contra y matarnos a todos!
- Ninat't tiene razón – intervino Sulkan – Los clanes de la ceniza son crueles y no temen matar; traerlos aquí sería un peligro
- Pero si las historias son cien por ciento ciertas... - murmuró Raltaw – Ellos podrían ser de mucha ayuda en esta guerra
- ¡Bien, digamos que nos ayudan en esta guerra! ¡Lo que, por cierto, es muy improbable! ¡¿Después qué?! – exclamé mirando a Valkay - ¡¿Crees que se irán de vuelta a su territorio con tranquilidad?! ¡Nos verán cansados y débiles, usarán ese momento para acabar con todos!
- Tal vez las historias no sean del todo ciertas... - murmuró Valkay – Puede que ellos hayan cambiado...
- Fueron derrotados y encerrados en una zona inhóspita de su antiguo territorio – dijo Tarsem – No creo que sientan algo más que odio y sed de venganza
- No perderíamos nada con intentarlo – refutó Valkay y lo miré como si estuviera realmente loco
- ¡¿No perderíamos nada?! ¡¿Quieres enviar a algún guerrero para ver si regresa con vida?! – cuestioné y todos se tensaron
- Qué les parece si dejamos ese tema por ahora... - intervino Neteyam que parecía ser el único capaz de mantener la calma
Sulkan y Raltaw parecían nerviosos, Tarsem estaba molesto y Valkay, honestamente no tenía idea de cómo se encontraba, pero moría de ganas de gritarle que su idea era la peor idea que había escuchado en todos mis años de vida.
- Todavía tenemos que hablar con los Olo'eyktan de los clanes Kekunan y Olangi, concentrémonos en eso por el momento; después podemos evaluar las opciones que queden
- ¡¿Crees que el clan de la ceniza es una opción?! – cuestioné girándome de golpe hacia él
- Todos pueden cambiar, Ninat't, tal vez ellos cambiaron, no podemos vivir siempre en el pasado
- El pasado nos sirve de lección para no repetir viejos errores – respondí de inmediato – Recurrir a ellos serían un error, confiar en ellos serían un error peor y traerlos aquí sería nuestra muerte
- Ninat't... - murmuró Neteyam, pero me giré para mirar a Valkay y a Tarsem
- No pienso seguir hablando de esto, voy a empezar a organizar las cosas para poder partir hacia el clan Kekunan y designaré al grupo de guerreros que irá al clan Anurai – informé sin volver a mirar a Neteyam y después me marché dejándolos solos
Honestamente tenían que estar locos para aceptar una idea como esa y Neteyam sin duda debía estar verdaderamente loco para considerar que los na'vi de la ceniza eran una opción; ellos eran despiadados, violentos y crueles, si los involucrábamos de alguna forma en esta guerra, todos pereceríamos y no iba a cambiar de opinión.
Los clanes de la ceniza nunca serían una opción
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top