Capitulo 8.


Escuché alboroto en mi sala y me senté en la cama para estirarme un poco, había pasado un día y medio después de haber ido a poner una denuncia en contra de Alexis y de pedir una orden de alejamiento, me tomaron fotos y me interrogaron de muchas formas, había terminado demasiado cansada para pensar en nada más que dormir, así que mis amigas me trajeron de regreso y yo me acosté hasta quedarme dormida.

Bostecé y me estiré para tomar mi teléfono, eran casi las once de la mañana y yo no había preparado nada para el día de mañana, teníamos las últimas semanas en la universidad antes de saber las calificaciones de los trabajos y de cuándo será la presentación de dicho trabajo, hasta ese momento no me había permitido preocuparme, en este fin de semana me habían pasado muchas cosas y esperaba que las horas que quedaban del domingo fueran tranquilas, ya no necesitaba ningún inconveniente más.

Salí de mi habitación, miré por el pasillo y me di cuenta de que la puerta de la otra habitación estaba abierta, suspiré y no me acerqué a ver cuál de ellas seguía allí, tenía tanta hambre que no podía pensar en otra cosa. Salí a la sala y me encontré con todo ordenado y con Clara sentada en el sofá viendo tv, sonreí porque por primera vez en mucho tiempo no me arrastraba por todo mi apartamento después de que Alexis me hiciera algo.

—Hola bella durmiente ¿quieres comer? —giré hacia Laura que salía de la cocina y asentí para sentarme en un taburete del mesón, eso había sido lo primero que había comprado en cuanto me mude, me habían encantado porque tenían un respaldo de silla, en realidad parecían como un sillón o algo así, era de cuero negro y además eran lo suficientemente altos para el mesón.

Veo la comida frente a mí y suspiro al sentir como el estómago se me cierra, debo intentar comer.

—Vamos, come un poco—asentí y comencé a comer mientras Laura me distraía hablando de su proyecto, de cómo será su presentación y de que estaba segura de que su hermano mayor Max, vendría a verla.

—Yo espero que mi mamá pueda venir—y era cierto, no sabía si vendrían los cinco pero mi corazón esperaba que aunque sea viniera ella—quizás sea muy difícil que vengan los cinco porque los gemelos están en la universidad y Eva está empezando a cursar su último año, mi papá sabes que vive metido en su negocio y no creo que sea capaz de dejarlo a cargo de nadie—ambas nos reímos.

—El señor Iván es la persona más controladora que he conocido en mi vida, ya sabemos de dónde lo sacaste—yo seguí comiendo mientras en mi pecho crecía esa nostalgia que me había invadido hace unos días.

—Hoy vamos a ir comer helados, nos invitó Edward—reaccioné a ese nombre solo por el hecho de saber con quién lo puedo vincular y elevé mi mirada hacia el refrigerador para ver un post-it amarillo con algo escrito—me dijo que su amigo nos alcanzaría—me voltee con tanta fuerza que casi me caigo para ver a Clara.

— ¿Estas segura? —ella asintió y yo suspiré con fuerza para voltearme lentamente y ver a Laura que me estaba sonriendo—no digas nada, tonta—ella se rio y yo negué para terminar de comer.

—No sé qué me voy a poner—dijo Katia al aparecer desesperada.

—Pero si tú trajiste ropa para cambiarte—le dijo Clara.

—Pero ya no me gusta ¿cambiamos? —Clara negó y Katia se acercó a mí.

—Si Kat, puedes agarrar lo que quieras de mi closet—casi sale corriendo—pero déjame este vestido—ella lo dudó para luego entregarme ese hermoso vestido que decidió no colocarse— ¿A qué hora nos iremos? —Pregunté haciendo el plato a un lado.

—Teniendo en cuenta que te levantaste tarde, nos iremos en hora y media porque pasaremos a una tienda a comprar algo para mi hermano—Yo asentí y me levanté para ir a bañarme antes de que Katia se adueñe del baño—Max...—me giré para escuchar lo que tenía que decir—él me dijo que si necesitas que se quede aquí contigo un tiempo, él lo hará—yo fruncí el ceño para un momento después caer en cuenta de lo que decía.

— ¿Por qué le dijiste? —yo negué y suspiré con pesar—no tenías que decirle—ella quiso acercarse y me fui al baño, cerré con seguro para quitarme todo y meterme debajo de la regadera, a ver si así soltaba toda esa tensión que cargaba en mis hombros, a ver si así podía sentir algún tipo de alivio. Sería demasiado difícil salir del hoyo nuevamente, recuperarme pero sabía que lo haría.

Max solo supondría un problema más, sabiendo lo que pasamos y lo que yo pasé después, él era algo muy sagrado para mí y no me gustaba hablar de eso, me gustaba tenerlo a lo lejos y saber medianamente de él a través de Laura pero ahora, no podía ni siquiera pensar en que quisiera quedarse en mi casa ¿para qué? Yo no necesitaba que nadie me cuidara, estaba bien sola.

—No le conté pero él te conoce y bueno, pensó que era buena idea—yo negué—sé que no lo es pero sabes lo testarudo que es, le diré que dijiste que no—solo escuché sus pasos alejarse y suspiré.

Hubo un tiempo en el rápidamente le hubiese dicho que si, en el primer año de universidad cuando lo había conocido y me había enamorado de él como una tonta pero después de haber chocado tan fuerte con pared, lo prefiero lejos. Eso no quita que sea un amigo excelente pero siento que pasar tanto tiempo juntos en un apartamento no sería bueno para ninguno de los dos.

Apagué la regadera y me envolví con una toalla para luego salir y secarme tanto como pudiera, odiaba sentirme tan mojada después de salir de bañarme, además el clima estaba húmedo. Me acentué mis hondas al secarme el cabello y luego lo recogí en una media cola para maquillarme un poco y ocultar esas ojeras que enmarcaban mi rostro. Me movía de un pie a otro mientras tarareaba una canción, sellé mi maquillaje para después colocarme ese vestido veraniego que había abandonado mi amiga.

Lo pasé por mi cabeza y me bajó por el cuerpo, es un vestido lila con flores blancas por todos lados, tiene un escote sencillo y las mangas caen en los hombros como en forma de algodón, creo que mi mamá lo llamaba estilo princesa o algo así, largo y con una abertura en la pierna derecha que mostraba de forma ligera mi piel.

Salí del baño para ir a mi habitación, busqué entre el desastre que había hecho Katia y encontré mi chaqueta de jean clara, luego busque unos tenis blancos y escuché un silbido detrás de mí al verme en el espejo de cuerpo completo, me veía hermosa.

No pareciera que me había pasado un carro por encima.


**

Holaaaa

Espero les este gustando, quiero poder expresar con Alice toda esa ansiedad que todos hemos podido experimentar en algun momento de nuestras vidas.

Por ahora los capitulos serán cortos, quizas sea así hasta el final pero ya veremos.

Denle mucho amor, comenten y todo eso.

Quizas de aquí ha un futuro seremos tantas personas que no habrá espacio para tantos.

Besos. 

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