Capitulo 4.
Me fijé en cómo se cerraban un poco sus ojos por la sonrisa que en ese momento me estaba regalando, sus pestañas largas lo hacían ver mucho más guapo y podía jurar que el aire no estaba llegando a mis pulmones cuando dio un paso hacia mí y yo di uno hacia atrás, huyendo de ese calor que me provocaba, de esa energía que desprendía. Me daba mucho miedo eso que sentía, nunca había sentido algo parecido y en ese momento pareciera que mi cuerpo me reclamara por alejarme de ese hombre, todo dentro de mí ardía y aclamaba un solo toque de su mano pero no podía.
Me alejé un paso más y lo miré fijamente a los ojos, armándome de valor para decir algo que no se atrevía a salir de entre mis labios.
—Yo...debo irme—logro decir para pasar por su lado pero él me toma por mi codo para detenerme, intento controlar mi respiración pero se me dificulta, lo miro de reojo y ahora está frunciendo el ceño.
— ¿Te hice algo? —Yo suspiré y me di la vuelta para colocarme frente a él—pareciera que huyes de mí y no entiendo por qué—quise correr y no responder porque soy una cobarde.
—Si, no... quiero decir que no huyo de ti—su rostro reflejaba solo confusión—no eres tú, no tiene que ver contigo—me miró por unos largos segundos para después sonreírme y eso solo hizo que mi corazón se acelerara.
—Qué alivio, pensé que te había caído mal o no sé—yo sonreí débilmente.
—No...tengo que irme—dije y me aleje corriendo de él, cruce por una esquina y me metí al baño que milagrosamente está vacío, entré a un cubículo y me deslice por la puerta hasta tocar el suelo, tenía que controlar mi respiración y calmarme para poder salir de este lugar, sin pensar en que haría después de eso porque terminaría por volverme loca, no quería nada de eso, no podía, no en ese momento.
Eso que había sentido me había desestabilizado, no sé porque había sentido una conexión extraña con él, eso me atormentaría por mucho tiempo y mi único consuelo es que después de ese día no lo vería más. Un hombre tan guapo seguro tendría a una novia igual de guapa, algo a lo que yo no podría llegar, no siendo como soy, no viéndome como me veo.
Me levanté cinco minutos después, salí y me lavé las manos para verme en el espejo, me veía realmente hermosa, no exagerada ni voluptuosa pero hermosa a mi manera sencilla de ser y tenía que repetírmelo porque cuando se me olvida, el odio que dirijo hacia mi persona es muy grande, como si no hubiera ni una pizca de amor hacia mí misma, había aprendido que amarme era lo esencial pero después de Alexis eso era mucho más difícil.
Había destruido mi autoestima de miles formas, yo había permitido que lo hiciera y ahora debía intentar amarme de nuevo, cada una de mis imperfecciones que en este momento desprecio con mi vida y que me hacen sentir como una basura. Suspiro con fuerza y me armo de valor para salir del baño e intentar disfrutar esta noche aunque sea, olvidarme de mis problemas e inseguridades, relajarme después de tanto estrés.
Abro la puerta y me quedó paralizada cuando veo a un lado de la puerta a ese hombre, mi cerebro deja de funcionar nuevamente para dejar que mi ansiedad domine todo.
—El baño de los hombres es al otro lado—digo y me doy una cachetada mental por ser tan idiota.
—Lo sé, quería verificar que te encontraras bien—fruncí el ceño y me detuve en frente de él.
— ¿Por qué? —se encogió de hombros—no tienes que, estoy bien—su sonrisa adornó sus labios y yo respiré con fuerza.
—No parecía así pero si tú lo dices, está bien—nos miramos fijamente y dentro de mí solo surgieron unas ganas incontrolables de besarlo, de sentir sus brazos con mis manos. Cerré mis manos en puños y desvié la mirada.
—No quiero ser grosera pero no entiendo porque se preocupa—él abrió los ojos sorprendido y luego se enderezó haciendo que retrocediera hacia la otra pared.
—No me preocupo, solo quería ser gentil pero ya veo que entre sus virtudes esta ser antipática, me disculpó si la incordié—tras decir eso se fue dejándome sola pero hubo un ligero toque de su mano en mis dedos que me dejó inmóvil.
Había sentido una chispa eléctrica que me recorrió todo el cuerpo, miré por donde se había ido y me di en la frente con mi mano por ser tan idiota con un hombre hermoso que estaba siendo amable conmigo. Lo pensé unos cinco segundos y después corrí detrás de él, no quería que pensara que era una idiota engreída.
— ¡Oye! —lo llamé y se detuvo para darse la vuelta hacia mí, me detuve a unos pocos centímetros de él y volví a sentir ese calor pero me concentré en lo que le quería decir—discúlpame si fui grosera, no estoy acostumbrada a que un hombre tan guapo se preocupe por mí y...—miré su sonrisa y se me olvidó todo lo que iba a decir—en fin, solo quería disculparme.
— ¿Te parezco guapo? —yo lo miré con el ceño fruncido y recordé lo que había dicho, cerré mis ojos lamentándome por mi imprudencia y le sonreí nerviosa.
—No, yo... quiero decir que—me quedé muda y lo miré fijamente, hacia esa sonrisa que no desaparecía de sus labios—si... bueno desde que te vi en el parque—me tapé la boca con la mano para callarme de una vez por todas o sino, terminaría diciendo muchas tonterías más.
— ¿Desde que me viste en el parque? —frunció su ceño y yo intenté respirar con normalidad pero no podía.
—Si... te vi de espaldas, yo estaba en el puente—quería desaparecer de una vez por todas.
—Yo no te vi...—dice y yo le sonrío.
—Estabas de espaldas, eso ya no importa, de verdad espero que me disculpes—él asintió.
—No te preocupes—yo asentí y quise rodearlo para salir pero él me detuvo tomando mi cintura, yo lo miré asombrada— ¿podemos bailar? —yo solo podía sentir su mano sujetando mi cintura y en su respiración muy cerca de mi cuello, no podía hablar así que solo asentí y me dejé arrastrar por él hacia la pista creyendo que podía mantener la calma durante el tiempo en que bailemos y tenía que poner mucho de mí para no desmayarme en sus brazos y pasar una gran vergüenza.
Rogaba que las cosas fueran tranquilas pero esto que sentía solo me aceleraba cada vez más y sabía que sería imposible de controlar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top